RELIGIONES: Judaismo

2 Junio 2001
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Judaismo: El judaísmo, a diferencia de otras religiones y culturas antiguas, tiene sus raíces en la historia y no en la mitología. Si tomáramos en cuenta que los judíos componen una pequeña minoría en relación con la población mundial algunos podrían preguntarse ¿por qué interesarse en su religión, el judaísmo?
 
Una razón podría ser que la religión judía tiene raíces de unos 4,000 años de antigüedad y, en mayor o menor grado, otras religiones de importancia tienen una gran deuda con sus Escrituras. El cristianismo, fundado por Jesús (Ye.schú.a' en hebreo), tiene sus raíces en las Escrituras Hebreas y también el Islam o Mahometismo, como puede verse en la lectura del Corán, está influido por dichas Escrituras. De manera que, al explorar la religión judía, también exploramos las raíces de varios cientos de religiones y sectas.
Otra importante razón es que en ella encontramos un eslabón esencial en la búsqueda del hombre por el Dios verdadero. Según las Escrituras Hebreas, Abram (Abraham), el antepasado de los judíos, ya adoraba a ese Dios verdadero hacen 4,000 años.
El pueblo judío
Los judíos descienden, en general, de la antigua raza semítica, que hablaba el hebreo. Hacen unos 4,000 años Abraham emigró desde la metrópolis de Ur de los caldeos, en Sumer, a la tierra de Canaán, de la cual Dios le había declarado: "A tu descendencia he de dar esta tierra" (Génesis 11:31-12:7). A partir de él los judíos trazan una genealogía que empieza con su hijo Isaac y su nieto Jacob (cuyo nombre fue cambiado a Israel). Israel tuvo 12 hijos, que llegaron a ser los fundadores de 12 tribus. Uno de ellos fue Judá, de cuyo nombre se derivó más tarde la palabra "judío".
Con el tiempo, el nombre "judío" se aplicó a todo israelita, no tan sólo a los descendientes de Judá. Hoy en día y debido a que sus registros genealógicos fueron destruidos en el año 70 a.C, cuando los romanos tomaron Jerusalén, ningún judío puede determinar con exactitud de que tribu desciende. La antigua religión judía se ha desarrollado y cambiado con el paso de los tiempos. Hoy en día es la religión de millones de personas tanto en la República de Israel como en la diáspora (la dispersión por todo el mundo).
Fundamentos de la religión judía
Moisés, la Ley y una nación
Unos 1943 años antes de Cristo, Dios escogió a Abraham como siervo especial, haciéndole un solemne juramento por la fidelidad desplegada al haber estado dispuesto a sacrificar a su hijo Isaac, aunque ese sacrificio nunca fue consumado. En aquel juramento Dios dijo: "por mí mismo juro, oráculo de Yahveh, que por haber hecho esto, por no haberme negado tu hijo, tu único, yo te colmaré de bendiciones y acrecentaré muchísimo tu descendencia como las estrellas del cielo y como las arenas de la playa, y se adueñará tu descendencia de la puerta de sus enemigos. Por tu descendencia se bendecirán todas las naciones de la tierra, en pago de haber obedecido tú mi voz." Dios repitió ese juramento tanto al hijo como al nieto de Abraham, manteniéndose en vigencia para la tribu de Judá y la línea de David. Este concepto monoteísta de un Dios personal que trata directamente con humanos era particular en aquel mundo antiguo, constituyéndose en la base de la religión judía.
Para cumplir Sus promesas a Abraham, Dios estableció los cimientos para una nación mediante un pacto especial con sus descendientes. Ese pacto fue instituido a través de Moisés, el gran líder y mediador hebreo entre Dios e Israel.
El relato de Éxodo en la Biblia, nos dice que Moisés nació en Egipto (1593 a.C) de padres israelitas que se encontraban en cautiverio junto con los demás descendientes de Israel. Moisés fue aquel "a quien conociera el Señor" para libertar a Su pueblo en Canaán, la Tierra Prometida (Deuteronomio 6:23; 34:10). Moisés desempeñó el importante papel de mediador del pacto de la Ley que Dios dio a Israel, además de ser profeta, juez, caudillo e historiador de ese pueblo.
La Ley que Israel aceptó consistía en "Los Diez Mandamientos" y más de 600 leyes que equivalían a un extenso catálogo de instrucciones como guía para la conducta diaria, abarcando desde lo terrenal hasta lo sagrado, tanto en los requisitos físicos y morales como la adoración a Dios.
Esta constitución religiosa o pacto de la Ley, dio forma y contenido a la fe de los patriarcas teniendo como resultado que los descendientes de Abraham se organizaron hasta llegar a ser una nación dedicada a adorar y servir a su Dios. En Éxodo 19:5,6 Dios les prometió: "Ahora, pues, si de veras escucháis mi voz y guardáis mi alianza, vosotros seréis mi propiedad personal entre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra; seréis para mi un reino de sacerdotes y una nación santa." De esta manera, los israelíes llegarían a ser el "pueblo elegido" por Dios para sus propósitos. Sin embargo, ese pacto estaba condicionado: "…si de veras escucháis mi voz". De manera que esa nación estaba obligada a escuchar a Dios.
 
La presente sección tiene como objetivo demostrar la tremenda influencia que el pueblo hebreo ha ejercido y ejerce sobre el mundo en todos los ámbitos, ya sea, cultural, científico, educativo, político y por supuesto espiritual. Si bien muchos admitirán esto como un realidad evidente que no requiere comprobación, la verdad es que muchos judíos y no-judíos la desconocen, o constantemente cada uno de nosotros es puesto "en duda" a través del mensaje transmitido por los diferentes medios de comunicación, que durante más de 2000 años, y hasta hoy en día, no sólo no han mencionado a Israel como el gran predecesor o precursor de muchas de dichas contribuciones, sino que también han tergiversado y le han otorgado a "otros", originalidad y autoridad en algunas de las materias o disciplinas.

Recurriremos a las fuentes judías, en especial, al Tanaj (los 5 libros de Moisés, profetas, escritos y hagiógrafos) para tratar esta temática, como también a autores e historiadores judios y no-judíos.

Como parte de esta sección que también podríamos titular "verdades que se han ido ocultando", un papel destacado, a su vez tratado también en nuestras secciones "comenzando" e "investigando", es el de la visión judía de la existencia a partir de un Creador frente a la concepción aceptada por muchos de la formación fortuita o casual de la existencia, idea sintetizada bajo el concepto de "Madre naturaleza" o sinónimos.

Confiamos que con tu participación, y que a través de internet, un medio con tanto alcance y eficiencia, podamos aclarar todos estos aspectos y lentamente ir "poniendo las cosas en su lugar"
 
Monoteísmo judío y monoteísmo cristiano


Si el Dios que adoran los judíos y los cristianos (y se puede agregar a los musulmanes) es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, difícilmente podría ser de otra forma para los creyentes que extraen su inspiración común de la Biblia. Si el Antiguo y el Nuevo testamento veneran a El, al Creador del universo y al Padre de todos los hombres, bien diferente, sin embargo, es el monoteísmo de los judíos (y de los musulmanes) al de los cristianos.

"Escucha Israel, el Señor es nuestro Dios, el Señor es UNO" (Deut. VI 4): tal es el dogma fundamental del judaísmo, la profesión de la fe del israelita, la primera oración del niño, las palabras supremas de los últimos instantes de los moribundos... "...el Eterno es Uno", este credo repetido sin cesar en la Biblia, es también comentado por Gabirol, poeta y filósofo del siglo XI: "Tú eres Uno y , en el secreto de Tu unidad no disminuye ni aumenta y no sufre ninguna alteración. Tú eres Uno, no por el nombre, pues Tu unidad no admite ni multiplicación , ni cambio, ni forma"

En cuanto al cristianismo, Qué enseña el mismo? Enseña "el misterio de la santa Trinidad, misterio de un solo Dios en tres personas iguales y distintas: el Padre el Hijo y el Espíritu Santo, que no son tres dioses, sino uno solo el mismo Dios"

Vemos enseguida la oposición entre la fe de Israel y la creencia de los cristianos aparece irreductible y sería en vano tratar de reducirla. Se pueden estimar puntos comunes de las doctrinas y de los principios semejantes de su moral, donde los judíos y cristianos se acercan a veces hasta llegar a ser idénticos. No se podría borrar, al contrario, ni siquiera animado por el espíritu más liberal, la diferencia capital entre el monoteísmo profesado por la sinagoga y el de la Iglesia. Esta diferencia permanece íntegra, aún cuando los fieles de las dos religiones invocan al mismo Dios, su Padre común, a menudo en los mismo términos, principalmente en los salmos.

Pero eso no es todo: el dogma trinitario agrava la oposición entre las creencias judías y cristianas divergiéndolas con otro misterio, el de la Encarnación. "En El, (Jesús) habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad", leemos en la Epístola a los Colosenses II, 9 (Cf. Felipe, II,5). Para los cristianos, sin la encarnación Dios no sería accesible al hombre: "He ahí la confesión principal de los cristianos: Nosotros sólo conocemos a dios en Jesucristo hecho hombre. Toda la revelación de Dios y todos los dones especiales otorgados a los israelitas sólo son efectivos y alcanzables en Jesucristo" (Vischer, Fe y vida, 1948,pag.104)

Tal concepción teológica es la negación de los principios fundamentales del judaísmo.
En efecto, para el israelita, si Dios es único en su esencia, El habita únicamente en su naturaleza. Si el está próximo al hombre, si El se inclina en su amor infinito hacia su criatura, El no difiere menos de ella. El la transciende infinitamente. El no tiene, y no puede tener ninguna medida común con ella. El no tiene necesidad de materializarse para ser sensible a sus hijos; no le es necesario un "mediador" para revelarse a ellos. El Dios Unico no necesita recurrir ni a persona "interpuesta", ni a una hipótesis, ni a ningún intermediario para comunicarse con el hombre. Frente a su Padre celestial, éste puede encontrarlo, si lo desea y lo busca de todo corazón, tal es la doctrina del judaísmo, donde la transcendencia y la existencia de la Divinidad se asocian armoniosamente. Al contrario, la teodicea del cristianismo se enriquece de elementos nuevos, absolutamente desconocidos en el Antiguo Testamento, al cual, no obstante, se ata estrechamente. Así, sobre la doctrina de Dios, un abismo separa irremediablemente al judaísmo del cristianismo
 
¿Por qué nosotros, LOS JUDIOS, no somos cristianos?


(Selección extraída del libro "El Verdadero Mesías", por Rab Aryeh Kaplan, © Edit. Jerusalem de México)

Actualmente hemos oído muy poco acerca de un movimiento llamado "Judíos para Jesús". Un pequeño número de judíos parece estar encontrando muy atractivas las enseñanzas del cristianismo. Sin embargo, la gran mayoría de los judíos rechaza estas enseñanzas de la manera más enfática.

Por casi dos mil años, los cristianos han tratado de convertir al judío. Y durante todo ese tiempo, el judío se ha resistido a semejantes propuestas. Pero, ¿por qué? ¿Por qué nosotros no aceptamos a Jesús? En resumen, ¿por qué nosotros no somos cristianos?

A fin de entender esto, debemos llegar al origen de las creencias cristianas. El cristianismo empezó con un judío. Jesús vivió como judío, aproximadamente en la misma época que muchos de nuestros más grandes sabios talmúdicos. El gran Hillel vivió justamente una generación antes, y Rabí Akiba, una generación después. Nuestras propias fuentes, sin embargo, registran muy poco acerca de la vida de Jesús. Todo lo que sabemos acerca de él se encuentra en los Evangelios del Nuevo Testamento, un libro escrito por y para la iglesia cristiana inicial. Este libro, sin embargo, fue escrito originalmente para promover la causa del cristianismo y, por lo tanto, es imposible separar la persona histórica de Jesús, del "Cristo" requerido por la teología cristiana inicial.

Poco tiempo después de la muerte de Jesús, encontramos un cambio notable en las enseñanzas de sus seguidores. El cristianismo tal como lo conocemos, empezó en este período con el trabajo de Pablo de Tarso. Pablo, en un principio conocido como Saúl, fue discípulo del gran talmudista Rabí Gamliel, e inició su carrera oponiéndose activamente a los primeros cristianos. En un incidente dramático en el camino a Damasco, Pablo se convirtió al cristianismo y, posteriormente, se volvió uno de sus principales líderes. A pesar de que él nunca vio a Jesús en vida, afirmaba haber hablado con él en espíritu. Bajo el liderazgo de Pablo, muchas de las doctrinas distintivas del cristianismo fueron proclamadas por primera vez y, en su mayoría, nunca fueron cambiadas. Sus enseñanzas están registradas en sus Epístolas que forman la segunda parte del Nuevo Testamento.

Entre las enseñanzas principales de Pablo, encontramos lo siguiente:

Jesús fue el Mesías o Cristo predicho por los Profetas de la Biblia y esperado por los judíos. Él también es el hijo de D-os y, como cualquier hijo, es esencialmente lo mismo que su Padre.


El hombre es malvado y pecador. Toda la humanidad está condenada debido al pecado de Adam. La Torá no puede salvar al hombre, ya que sus muchos mandamientos dificultan su cumplimiento. Lo único que puede prevenir la total condenación en el infierno es la creencia en Cristo.


Los judíos originalmente fueron el pueblo elegido de D-os, pero fueron rechazados por haberse negado a aceptar a Su hijo Jesús. El nombre "Israel", el pueblo elegido de D-os, no es llevado más por el judío, sino por aquéllos que aceptan a Jesús como el Mesías. Sólo éstos comparten el amor de D-os. Todos los demás están condenados al infierno.


Existe solamente una ley ahora que Cristo ha venido y ésta es el amor. Uno debe seguir el ejemplo del sacrificio de Cristo y esperar pacientemente que D-os sea benévolo a cambio.
Basta con enunciar estos artículos de la fe cristiana para darse cuenta por qué los judíos no pueden aceptarlos. Tomándolos uno por uno, el punto de vista judío sería:

Jesús no pudo haber sido el Mesías. Los Profetas predijeron un mundo de paz y amor después de la llegada del Mesías y esto ciertamente no existe en la actualidad. Más aún, cualquier discusión del Mesías como "hijo de D-os" es totalmente inaceptable. En ningún lugar los Profetas dicen que él va a ser algo más que un líder y maestro extraordinario.


A pesar de que la Torá habla del pecado de Adam, nos enseña que el hombre puede sobreponerse a éste. El hombre puede no ser capaz de perfeccionarse a sí mismo, pero fue por esta razón que D-os nos dio la Torá. Es absurdo pensar que D-os nos daría una Torá que fuera imposible o difícil de seguir. En ningún lugar el judaísmo enseña que uno puede ser salvado de la condenación simplemente por creer. Cualquier creencia verdadera en D-os debe conducir a una persona a cumplir también Sus mandamientos.


Es imposible imaginar que D-os rechazaría alguna vez al pueblo judío. En muchos lugares, la Biblia afirma claramente que Su pacto con ellos sería para siempre.


En muchos lugares, la Biblia dice que la Torá fue dada por siempre. Es imposible, por lo tanto, decir que ha sido reemplazada por una nueva ley o testamento. El amor por sí mismo no es suficiente, ya que uno debe saber cómo expresarlo y, para hacerlo, es necesaria la Torá como una guía. El amor es sólo uno de los mandamientos de la Torá y las buenas acciones son su expresión necesaria.
¿Por qué creemos en estas ideas en lugar de las expresadas por Pablo y el cristianismo?

Por un motivo: nosotros no vemos ninguna evidencia de que Jesús haya sido el Mesías esperado por Israel. La promesa mesiánica incluye cosas tales como paz perfecta y unidad entre los hombres; amor y verdad, conocimiento universal y felicidad imperturbable, así como el fin de la maldad, la idolatría, la falsedad y el odio. Ninguna de estas cosas ha sido realizada por el cristianismo.

La respuesta cristiana a esto, es la simple afirmación de que todas las cosas sí han cambiado con la llegada de Jesús. Si el cambio no es visible se debe a que el hombre es malvado y no ha aceptado realmente a Jesús y sus enseñanzas. Así, el Mesías o Cristo, tendrá que regresar, a fin de probar su victoria.

El judío se niega a aceptar la excusa de que las principales profecías concernientes al Mesías serán cumplidas solamente en una "segunda venida". Él espera que el Mesías complete su misión en su primer intento. Por lo tanto, el judío cree que el Mesías está aún por llegar.

Pero también existe en juego otra importante cuestión además de la mera identidad del Mesías. El cristianismo enseña que Jesús fue también D-os en forma humana. El judío ve esto como una idea totalmente equivocada acerca de D-os. Hace a D-os muy pequeño, pues al afirmar que Él puede asumir la forma humana, disminuye Su unidad y Su divinidad.

Estamos en desacuerdo con el cristianismo no sólo con respecto a su creencia, sino también en relación con lo que el hombre debe hacer. El cristianismo tiende a negar que las acciones del hombre son finalmente muy útiles. Lo único que puede salvar al hombre es la total desesperanza en su propia maldad y su total dependencia en D-os. El judío, por otro lado, cree que el hombre puede acercarse a D-os obedeciéndolo y cumpliendo Sus mandamientos.

El cristianismo empieza con una idea acerca del hombre, mientras que el judaísmo parte exactamente con la idea opuesta.
El judaísmo empieza con la idea de que el hombre es creado a "semejanza de D-os". Por lo tanto, no tiene que ir muy lejos para descubrir lo divino en él y en los demás. Siempre existe la oportunidad de despertar lo divino en uno mismo obedeciendo los mandamientos de D-os. El judío empieza con esta oportunidad.

El cristianismo, por el otro lado, empieza con el supuesto de que el hombre es depravado y pecador. Abandonado a su suerte, el hombre está totalmente condenado. Está implicado naturalmente con el mal, y debe hacer algo para ser salvado de éste.

La primera pregunta que el cristiano se hace es: "¿qué tengo que hacer para ser salvado?". Para el judío, esta pregunta casi no tiene sentido. Ésta no es en lo absoluto la forma de pensar judía. El judío se pregunta: ¿cómo puedo servir a D-os? ¿Cómo puedo cumplir sus mandamientos? El enfoque central del judaísmo es obedecer los mandamientos de la Torá. Vemos al hombre y observamos su grandeza, ya que él puede obedecer estos mandamientos y cumplir la voluntad de D-os.

El cristianismo enseña que el hombre es tan malvado que realmente nunca puede servir a D-os. La Torá es demasiado difícil para el hombre. Lo único que el hombre puede hacer es creer en Cristo y esperar su salvación.

El judío responde que el hecho de que D-os Mismo nos haya dado sus mandamientos y nos haya dicho que los obedeciéramos, nos enseña que sí podemos servir a D-os y cumplir Su voluntad. Es inconcebible que D-os le diera a Su pueblo una Torá que fuese imposible de cumplir.

A pesar de que todos los discípulos de Jesús fueron judíos, no pudieron convencer a sus correligionarios de sus enseñanzas. Los dogmas iniciales del cristianismo parecían más cercanos a los de los gentiles paganos que a los de los judíos. El cristianismo fue rechazado cada vez más por los judíos y aceptado por los gentiles. De ese modo, se desarrolló gradualmente una iglesia gentil y su actitud hacia los judíos se volvió cada vez más hostil. El cristianismo apeló constantemente a los judíos a la conversión, recurriendo algunas veces a la crueldad y a la fuerza, pero el judío se mantuvo firme. El cristianismo pudo haber cambiado la historia de la humanidad, pero nunca pudo persuadir a los judíos. El judío resistió por su Torá y siguió su propio camino.

En esencia, hay dos enseñanzas cristianas que el judío nunca podría aceptar. El cristianismo enseña que D-os asumió la forma humana en Jesús y que la Torá ya no tenía importancia. El judío rechazó estos dogmas, aun bajo pena de muerte.

Por lo tanto, al rechazar el cristianismo, el judaísmo no rechaza nada que necesitara espiritualmente. No había nada en todas las enseñanzas de Jesús que hubieran agregado un ápice a la fuerza de la Torá. Si el cristianismo hizo alguna contribución de alguna manera, ésta fue al mundo no judío.

El judío sabía que su Torá le proporcionaba una relación única con D-os. Todo lo que él vio en el cristianismo parecía contradecir esta relación. Es por esta razón que, a lo largo de los siglos, el judío ha considerado imposible aceptar las enseñanzas del cristianismo. Él cree con fe perfecta que D-os le ha enseñado el camino y no tiene intención de abandonarlo
 
Cuáles son los rasgos particulares por los que se caracteriza la contribución hebraica a la formación y el desarrollo de la cultura occidental?

Es, en primer término, una contribución que se distingue por su ímpetu dinamico y vigorosa energía creadora. No se ha resquebrajado ni cayo en una inercia intelectual en todos los cuatro mil años de su duración. Se inició con un diálogo impetuoso, el diálogo vital con D-os y con el hombre, que no ha sido interrumpido en las situaciones cambiantes y en las circunstancias más adversas. Otras civilizaciones antiguas, posteriores a la hebrea, como la griega o la romana, se mostraron, con el correr de los siglos, incapaces de mantener la energía creadora con que aparecieron en el escenario de la historia.

La búsqueda incesante, el reto continuo, el empeño de perseguir la verdad, de contribuir, de renovar, de transformar, el pensamiento permanentemente evolutivo, constituyen la singularidad del aporte judaico en los anales de la cultura, singularidad más notable aún si se tiene en cuenta que ésta surgió en Asia, donde las religiones y las filosofías propugnaban la pasividad, tal como lo expresaron sus máximos representantes Confucio, Buda y Lao Tze. La contribución judaica es tangible en toda la superficie del globo, en este atardecer del siglo veinte, al igual que lo era en las costas del Mediterraneo en los tiempos de Abraham y de Moises.

Es de sumo interés poner de relieve lo trascendental de la contribución hebraica, por la influencia que esta ha ejercido primordialmente en los conceptos religiosos y morales de occidente. Otras culturas irradiaron sobre el pensamiento filosófico del mundo occidental, sobre las escuelas literarias, las bellas artes, las ciencias y las instituciones políticas La cultura judía, además de dejar profundas huellas en todos esos ámbitos, dio al hombre occidental sus ideas religiosas y sus normas éticas. Las grandes religiones de occidente son creaciones del espíritu judío, y aunque recibieron también influencias de otras corrientes, ha sido éste el que las inspiró y orientó en la búsqueda de los divino y de lo humano. León Roth, en su ensayo El pensamiento judío como factor de la civilización, editado por la Unesco, señala que nos hemos acostumbrado en nuestros tiempos a las ideas en torno a D-os, Historia y Conciencia; pero el D-os, la Historia y la Conciencia a los que nos hemos acostumbrado son el D-os, la Historia y la Conciencia de la tradición judaica, y el hecho de que forman ya parte de nuestro ser íntimo, no les resta importancia e influencia decisiva en la mente del hombre. Al igual que el aire y el agua, esas ideas son necesidades elementales de nuestra vida, de las que nos damos cuenta sólo cuando nos hacen falta. Lo que nos incita a reflexionar en todo aquello que el mundo hubiese perdido si el legado hebreo no se hubiera convertido en la "patria espiritual" del hombre occidental.

En el análisis de la aportación judaica al patrimonio universal, se hace ostensible la importancia capital que ésta ha concedido a la educación. El aprecio por el intelecto caracteriza todas las épocas de la historia hebrea. Contrariamente a lo que sucedió en otras civilizaciones, la educación en el concepto hebraico, no estaba destinada a individuos elegidos o clases privilegiadas, sino que debían beneficiarse de ella también las masas del pueblo, considerándosela como base indispensable de todo adelanto espiritual y material. El mandato bíblico "y enseña las leyes a tus hijos" llegó a ser particularidad de todas las comunidades judías, en las que funcionaban centros de enseñanza y academias en categorías de verdaderas universidades, cuando todavía estos centros distaban mucho de su nacimiento en Europa. La sinagoga, además de institución consagrada a la plegaria, ha sido "casa de asamblea" para estudios de amplias proyecciones que se convirtieron en parte central del culto, lo que trascendió luego a la iglesia cristiana. A la luz de esta verdad se hace compresible el hecho de que los judíos han sido activos en la formación de centros de estudio y de obras relevantes del pensamiento en el mundo occidental.

"...El concepto de humanidad fue creado por los profetas hebreos y divulgado por los maestros que siguieron con su legado espiritual. La cultura judía es una encarnación no sólo de valores hebreos, sino también de valores humanos universales. La dispersión judía delineó con trazos más visibles y precisos los perfiles del universalismo judío, cuyo influjo experimentaron todos los sectores en el mundo...."

En esta época actual, que sin duda se destaca por el gigantesco y universalizado afán de llevar a la práctica los anhelos de justicia social en la sociedad humana, cabe muy bien tener en cuenta que éstos están fundamentados en la tradición judaica, en donde se encuentran sus raíces. La preocupación por las condiciones en que viven los campesinos y los obreros, la determinación de mejorar "la suerte de los pobres, las viudas y los huérfanos", y de edificar una sociedad equitativa en la que todos tengan iguales derechos e iguales deberes, son elementos sustanciales de la cultura judaica. Esta nació con un clamor apasionado por la justicia; hizo oír su protesta vehemente contra el maltrato y la violación de sus principios y sigue empeñada en la promulgación y el establecimiento definitivo de sus normas.
 
El Génesis y el Big Bang I (3 partes)

La presente es la transcripción de la conferencia "Génesis y el Big Bang" dictada por el Rabino Iosef Bittón el día 4 de Agosto en el auditorio del instituto ORT, en ocasión de celebrarse en Montevideo las Segundas Jornadas Latinoaméricanas de Ciencia y Judaísmo (Hemos mantenido deliberadamente el carácter oral de la exposición y solamente hemos agregado , para organizar las ideas, títulos a los temas abordados)

"...Buenas noches. Hoy vamos a hablar de una cuestión que tiene que ver con la parte teórica, filosófica y teológica del tema Ciencia y Judaísmo: vamos a hablar de Génesis y el Big Bang.
La Torá anuncia en sus primeras palabras "Bereshit Bara Elo-him" "En el principio Dios creó los cielos y la tierra". ¿El Big Bang dice algo parecido o expresa algo totalmente diferente? ¿El Big Bang es una teoría que contradice la afirmación bíblica o reafirma la declaración bíblica? Ésto es lo que vamos a analizar hoy.

Dentro de este mismo tema trataremos de ver si la ciencia moderna, la ciencia de los 90´s, nos aleja o nos acerca más a la noción de un Creador. Y una última pregunta para la cual -les confieso de antemano- no tengo una respuesta válida, y es ¿por qué todo esta reflexión no se lleva a cabo abre en los marcos educativos y formacionales? En las escuelas y liceos. Y no me refiero únicamente a las escuelas judías.

Esto lo dejo como una pregunta abierta para todos ustedes.

Historia de los Principios

Vamos a comenzar. Como dije, la Torá afirma que en el principio Dios creó los cielos y la tierra. No vamos a hablar desde la fe. En realidad, en el judaismo no existe el conocimiento "por la fe". Vamos a enfocar este tema de la forma más científica posible: con evidencias, datos, hipótesis.

En primer lugar, tenemos que ubicarnos en lo que fue la antigua concepción humana del Universo, del cosmos. La afirmación de la Torá, Bereshit, en el principio existió una creación divina, no fue nunca muy bien vista por la ciencia. De hecho fue rechazada por los científicos de la antigüedad.

Uno de los más grandes sabios que conoció la humanidad, cuyo pensamiento y ciencia rigieron el conocimiento científico del hombre durante siglos, fue Aristóteles. Y Aristóteles describió un Mundo estable, finito, y eterno. Porque él, como nosotros, salía afuera y miraba el cielo y las estrellas y veía que los astros se desplazaban en órbitas aburridas, mecánicas y matemáticamente previsibles. Entonces este Mundo, decía Aristóteles, siempre existió así como lo vemos ahora. No tuvo ningún "principio" y siempre seguirá siendo el mismo y por lo tanto "no hubo nadie que lo creara". Incluso desde el punto de vista filosófico el dios -con minúsculas- de Aristóteles era un dios privado de voluntad. Para Aristóteles el hecho de que existiera una creación reflejaría una modificación en Dios, y su dios era estable y por la misma proyección del universo, eterno, e inmutable. A Dios, según el pensamiento aristotélico, no se le podría ocurrir de pronto querer un universo. Por lo tanto, ya sea desde el punto de vista físico y astronómico, como desde lo filosófico, Aristóteles y toda la ciencia desde él hasta nuestros días, sostuvieron que "Bereshit" no existió. El mundo era eterno. La Edad Media registra innumerables discusiones de sabios judíos frente a sabios aristotélicos. Los sabios aristotélicos demostraban "científicamente" que el mundo era eterno, y los sabios judíos, siempre a la defensiva, declaraban un tímido Bereshit, que entonces, era casi una proclamación de fe.

Quizás el paradigma de esta defensa lo representó el famoso Rabí Moshé Ben Maimón, que tanto hemos citado acá, a quien se le conoce como Rambam o Maimónides. Ese ilustre sabio, médico, filósofo y astrónomo, que tuvo el pueblo judío, es sin duda el modelo de inspiración de estas jornadas. El fue quien discutió con los sabios aristotélicos manteniendo que el mundo había tenido un principio. Y lo notable es que hasta bien entrado el siglo XX todavía la ciencia seguía afirmando que el mundo era finito y eterno, que no existió un "Bereshit".

El descubrimiento de Andrómeda

¿Cuándo es que se descubre que el mundo tuvo un principio, que hubo un Bereshit, que el mundo no era eterno? Hubo varios sabios y astrónomos, que con telescopios cada vez más potentes empezaron a ver diferentes puntos de nuestra galaxia. Desde Galileo y Copérnico. Y por supuesto a partir de nuestro siglo XX, comenzaron a observar otras galaxias y vieron que éstas no se desplazaban en órbitas, como hubiéramos esperado. Es decir, mientras que todos los astros y los cuerpos celestes de nuestra galaxia aparentemente sí se desplazaban de forma orbital, las galaxias no hacían lo mismo. Vesto Slipher fue el primero que lo percibió, pero el científico que lo pudo verificar fue Edwin Hubble. (Hoy tenemos grandes y poderosos telescopios en su nombre). Año 1925 más o menos, Hubble descubre una galaxia llamada Andrómeda. A través de una sofisticada medición de la luz denominada "efecto doppler", (es una forma de medir la luz que va llegando de las galaxias más lejanas) él calculó que esa galaxia se estaba "alejando" de un punto de referencia establecido, a una velocidad astronómica. E incluso descubre otra galaxia que está más lejos que Andrómeda, y que se aleja más rápido que Andrómeda, lo cual empieza a demostrar una imagen del universo hasta ahora desconocida. Si pasamos la película para atrás, lo podremos entender... La galaxia Andrómeda, a una velocidad 10 digamos, está en el punto A. La otra galaxia a una velocidad 12, está en un punto B, más alejado, o sea que cuanto más rápida es la velocidad de la galaxia, más alejada está. Por lo tanto si volvemos hacia atrás la película de todas las galaxias que se van alejando, llegaríamos a un punto en el cual todas las galaxias vuelven a un centro original, un punto. Y de aquí, un poco después, en el año 1946, el famoso científico George Gamow, elabora la teoría del Big Bang. Es decir, de que en realidad en un principio todo era una impresionantemente poderosa super-bola de fuego, decía Gamow, de energía, que al explotar dio origen a todas las galaxias, las mismas que hasta hoy se siguen desplazando por efecto de esa primigenia explosión.

Demasiado parecido a la Biblia...

A esta teoría, en sus principios, se opuso nada más y nada menos que el Prof. Albert Einstein. Y fíjense cuáles fueron los argumentos de él para oponerse. El decía que esa teoría era muy sospechosa y que el "no quería caer en manos de sacerdotes". ¿Porqué? Porque Einstein entendió que demostrar que el universo tuvo un principio, era acercarse demasiado a una teología. Si hubo un inicio, entonces alguien tuvo que iniciarlo. Ya que hay leyes físicas de conservación de masa y energía que no "permiten" que algo de pronto aparezca así, espontaneamente y de la nada. Previendo ésto, Einstein y todo un grupo de científicos con una orientación secular se negaron a aceptar esta teoría. Incluso el mismo Einstein inventó la hipótesis de "la constante cosmológica" para explicar el fenomeno descubierto por Hubble -que después consideró como uno de los mas grandes errores de su carrera profesional.

Pero la teoría del Big Bang (a propósito, el nombre Big Bang lo puso un científico que no apoyaba esta teoría, llamado Fred Hoyle. Este científico americano se burlaba de esta hipotesis y la bautizó "Big Bang" con un tono despectivo y burlón...) tenía que ser demostrada científicamente, no sólo por esa película hacia atrás, que podemos deducir, sino que se esperaba que esa explosión hubiera dejado como un "residuo" de su "onda expansiva", como cuando tiramos una piedrita en el agua... que teórica y matemáticamente, esas ondas se expanden ad eternum, nunca se acaban. Entonces, esta teoría prevía que debería existir un tipo de ondas llamadas Kelvin, en una frecuencia de más o menos 3,5 grados.

En 1964, dos investigadores que trabajaban para la compañía Bell Telephone de Estados Unidos, Wilson y Penzias, haciendo experimentos con antenas para las instalaciones telefónicas descubren esta radiación. Descubren la radiación de Kelvin 3,5... ¡Una radiación constante y permanente en todo el Universo! Si ustedes la quieren ver, si quieren percibir ese eco del Big Bang, lo pueden ver en sus Televisores. Cuando no sintonizan ningún canal, ese ruido y esa lluvia en la pantalla, es nada más y nada menos, queridos amigos, que el eco original del Big Bang. Años después, hace relativamente poco, el satélite "Kobe" también registra la misma onda expansiva universal. Otro dato que también tenía que ser confirmado era la cantidad de nitrógeno y helio existente en el Universo, y también coincidió con lo que se calculaba desde la teoría del Big Bang. La cuestión es que a partir de estas dos confirmaciones ya ningún científico serio se atrevió a cuestionar el Big Bang. La teoría fue absolutamente aceptada. Esto lo sabe todo el mundo...
 
El Judaísmo y el Tiempo

Por el Rab. Maurice Lamm

La mayoría de las ideas en el judaísmo aunque no son tangibles, son accesibles ya que están conectadas al tiempo. Son celebradas en días específicos dentro de un ciclo anual de fiesta y ayuno, y ancladas al espacio por medio de materiales como son las matzot, las velas o las cabañas.

Algo que podría ser hecho en cualquier momento y por cualquier persona, no será hecho nunca por nadie. El judaísmo preserva los principios y eventos cataclísmicos de la historia mediante un sistema definido y estructurado de prácticas específicas que requieren nuestra adherencia a ellas.

Los Años

Los antiguos pueblos empezaron a contar los años de sus calendarios con el reinado de su nuevo monarca. Cuando el cristianismo comenzó a dominar el mundo occidental, empezó a contar la historia a partir del nacimiento de su propio “rey” y después lo hizo según en el calendario gregoriano. Por lo tanto - según ellos - la historia fue dividida en dos períodos: antes del nacimiento de su “rey” y después del nacimiento de su "rey”.

Sin embargo, el judaísmo no estuvo de acuerdo en dividir la historia de esta forma; ni siquiera dividió la historia universal para marcar la fecha del nacimiento de Abraham o de Moshé. Por lo tanto, el calendario judío nunca estuvo orientado de esta manera.

Por muchos siglos, los judíos contaron los años a partir de un evento - el evento formativo que le dio existencia como pueblo: el éxodo de Egipto. Sin embargo, después de la destrucción del Segundo Templo en el año 70 de la cuenta común, este evento sustituyó por algún tiempo el uso del éxodo como la fecha inicial de la cuenta.

Pero el sentimiento del pueblo judío - el cual se expresó sólo algunos siglos más tarde - fue que incluso un evento de tal magnitud como fue la destrucción del Templo, no era suficiente motivo como para trazar una línea a través del tiempo recomenzando a contar la historia del mundo a partir de ese momento.

Sólo un acontecimiento pudo servir para ser el principio de la historia: el principio de la historia misma. El judaísmo determinó contar los años del calendario bajo una escala universal desde la creación del universo. Pero exactamente, ¿cuántos años tiene la tierra?

Inclusive los científicos con los instrumentos más avanzados y precisos sólo están seguros de una respuesta: no hay una respuesta precisa sobre esto. El único método para los sabios fue contar los años de acuerdo con la cuenta literal de la creación, escrita en la Biblia.

Por lo tanto, lo que en el calendario hebreo es 5761, implica de acuerdo a la Torá, 5761 años de soberanía de D'os en el mundo, y ese es su significado eterno.

Pero esto representa un problema. Los judíos, dondequiera que estuvieran, siempre fueron una minoría, y mientras ellos contaban el tiempo según su propio calendario, ellos estaban viviendo en un mundo en el que la mayoría de la gente difería con su método de contar el tiempo. Los judíos no podían ignorar la manera mediante la que el mundo contaba el tiempo - la base de la vida diaria del ser humano. A pesar de que el judaísmo busca idealmente trascender éste mundo, de hecho está en “este” mundo. Por eso, la comunidad judía necesitó adaptarse a un calendario secular para usos hábiles.

Como resultado, el judaísmo tuvo que vivir su vida secular de acuerdo a las demás “naciones” y dividir la historia de acuerdo a las fechas del calendario gregoriano.

Pero el judaísmo nunca pudo adaptarse a los términos que indican que la línea divisoria de la historia comenzó con el nacimiento de un cristo (voz que deriva del griego - christós - y que literalmente significa: ungido) y es por eso que no usamos los términos a.c. y d.c. para marcar las fechas, sino que decimos: “antes de la era común - a.e.c." y “de la era común - e.c.".

En términos judíos estamos viviendo en el año 2000 de la era común; el antiguo Templo fue destruido en el 70 de la era común; los macabeos se rebelaron en el 165 antes de la era común, etc.

Sin embargo, el calendario judío, no reconoce esta manera de contar el tiempo, manteniendo su forma original a partir de la creación del hombre.

Los judíos celebramos Rosh Hashaná (el comienzo del año), en el día en que la Torá considera que fue la creación del hombre, de acuerdo con su cálculo literal, el primer día del mes hebreo Tishrei, que generalmente cae a finales de septiembre.



Los Meses

Los judíos contamos los meses de acuerdo al ciclo de la luna, mientras que los patrones de la civilización occidental son a partir del sol. Esto presenta un dilema. La luna rota más lento que el sol - aproximadamente 48 minutos en un día, y es por eso que en un lapso de 12 ciclos lunares (cada ciclo lunar tiene una duración de 29 ½ días) el año de la luna es 11 días más corto que el año del sol (354 días). Y después de tres años la diferencia de días entre el ciclo solar y ciclo lunar es de 33 días.

Esta diferencia de días provoca un problema para el calendario judío, pues la Torá nos ordena que debemos festejar la fiesta de Pesaj en la época de la primavera. Pero por cuanto que el calendario lunar pierde más de un mes cada tres años solares, entonces Pesaj se va desplazando, y cada año caería en una diferente época del año, como ocurre con las fechas del calendario musulmán que solamente es lunar y sus días particulares - como el mes de ayuno llamado ramadán - caen a veces en la primavera, a veces en verano, etc.

Pero los maestros del Talmud, encontraron una solución para salvar esa diferencia de once días entre el ciclo lunar y el solar. Ellos le hicieron un ajuste al calendario añadiéndole siete meses especiales (llamados “segundo Adar”) en un ciclo de 19 años. De esta manera, crearon un calendario que puede contar los meses de acuerdo con la luna a la vez que permite festejar las distintas fiestas en su estación correspondiente.

El primer día del mes lunar, llamado Rosh Jodesh, era proclamado originalmente por la corte central de Jerusalem después de que cada luna nueva era vista. Después de la destrucción de Jerusalem, el Rosh Jodesh era calculado por medio de un calendario astronómico que determinaba en qué días las festividades tendrían lugar.

La Torá designa ciertos días del mes como principio de las festividades. Como la gente no puede manejar meses de 29 ½ días, algunos meses son de 29 días y algunos de 30 días. Los meses con 30 días tienen dos días de Rosh Jodesh y los de 29 un solo día.

Como repetición de la tradición antigua de la proclamación de la luna nueva, el sábado antes de Rosh Jodesh se anuncia el comienzo del nuevo mes durante el servicio en la sinagoga. Los judíos celebran la venida del nuevo mes con rezos anexos al servicio normal.

Además, Rosh Jodesh es un día parcialmente festivo para las mujeres, y a ellas les fueron brindados estos días por el mérito de la rectitud de las mujeres de la generación del desierto, que no quisieron entregarles a los hombres sus joyas para la realización del becerro de oro.

Las Semanas

Los judíos cuentan las semanas de Shabat a Shabat. El Shabat es la corona de la semana; es la corona de las fiestas judías; la corona del espíritu judío. El Shabat es la reina. Es una pequeña muestra del mundo venidero. El día del Perdón, Iom Kipur, es el único día que tiene más santidad que el Shabat.

“Más de lo que los judíos cuidan el Shabat, el Shabat los cuida a ellos” - alguna vez dijo un gran escritor.

Está tan presente en los seres humanos que no importa cuantas sociedades han tratado de anularlo, no han podido. Algunos pueblos, simplemente lo movieron de día: Los cristianos al domingo y los musulmanes al viernes. El Shabat pone una marca al individuo, a la nación, a la semana.

Todos los fines de semana dan lugar al Shabat. De hecho, los días no tienen nombres, sólo números, y todos éstos anticipan la llegada del séptimo día, la llegada del Shabat.

Los días de domingo a viernes son vistos psicológicamente, como pasos dirigidos hacia el Shabat, el “lugar en el tiempo”. Ropa linda es vestida en Shabat, comida especial es servida, invitados especiales acompañan a la familia en este día y conversaciones significativas son reservadas para el Sha.

El viernes, por su proximidad al shabat, realmente pierde su identidad; es simplemente érev Shabat, el límite antes de shabat, en el que inclusive los más grandes estudiosos ayudan en la cocina.

Siguiendo la analogía de los días de la semana como escalones hacia el Shabat, al final de shabat, los judíos experimentan un descenso en su espiritualidad a causa de la salida del Shabat, pues la vida en su nivel más bajo debe empezar en el primer día de la semana.


Los Días

En el judaísmo el día no comienza y termina a la media noche como ocurre en el calendario secular. La media noche no es un evento astronómico significativo. En la era antes del reloj moderno, una hora específica de la noche no se podía saber con precisión, mientras que una hora del día era fácilmente determinada al ver la localización del sol. Para esto el día debía empezar con estandartes precisos, simples y universalmente reconocidos. Esto significaba que el día debía ser contado ya sea a partir del principio de la noche o del día.

En el concepto judío del tiempo, el día empieza con la puesta del sol en la noche (la aparición de las estrellas) seguido de la mañana (que técnicamente empieza con el amanecer). Lo previamente mencionado es descrito por la Torá de la siguiente manera: “Y fue la noche y fue la mañana; el primer día”.

Por esta razón, el Shabat empieza el viernes en la noche y termina con la aparición de las estrellas el sábado en la noche. Asimismo ocurre con las otras fechas y festividades, como ser Sucot, Pesaj, Shavuot, Rosh Hashaná, Iom Kipur, el ayuno de Tishá Beav, Januká y Purim.

El hecho de que el día comienza a la noche es una metáfora de la vida misma. La vida empieza con la oscuridad del vientre materno, después se enfrenta al resplandor de la luz y eventualmente finaliza con la oscuridad de la tumba, lo que precede a un nuevo amanecer en el mundo venidero.

La vida consiste en luz y oscuridad: “Y fue la noche, y fue la mañana”. Lo que hagamos con el tiempo es lo que cuenta.
 
Hola Manuel



Y aparte de tanto cut & paste de otros............¿nos podrías dar tu opinión al respecto y tus conclusiones?



Maripaz
 
Hola Manuel
Y aparte de tanto cut & paste de otros............¿nos podrías dar tu opinión al respecto y tus conclusiones?

Maripaz, quiero disculparme por causarte tanta molestia con los “cut & paste de otros.............

Pero algunos aportes los tengo en el Hard Drive desde hace mucho tiempo, cuando estudie las diferentes religiones . Otros los he obtenido recientemente, perdoname no crei que te molestaran los "cut & paste" como tu "algunas VECES" lo usas crei que te gustaban.
Trataré, en lo posible, darte mi opinion que tanto me solicitas porque me has 'convencido" de que te "gusta" mas que los cut & paste que traiga, yo o tu u otro.

Te dire que tengo muchos nuevos y viejos (como las canciones)
Pero tanto los viejos como los nuevos me parecieron importantes en un Foro de religiones, SOBRETODO cuando despues de lo sucedido en New York, pude notar el “profundo” desconocimiento de la religion ISLAMICA y las diferentes divisiones o sectas que se han formado de ella.
Es muy parecido a lo sucedido con la religion Catolica antes y despues de la reforma donde “no podemos contar la enorme cantidad de sectas que se han formado y el “relajo organizativo” de los protestantes, donde “cualquiera se cree <tocado> por Dios y abre una Iglesia en cualquier vecindario. Creo muy sinceramente que eso NO fue lo que buscaron Lutero y Calvino. Asi mismo tampoco creo que ellos hayan querido adueñarse de la TORAH judia y anexos; produciendo tal confuncion entre los seguidores protestantes que algunos de sus productos o sea “seudo-lideres” han adoptado las leyes mosaicas como propias o han seguido a pie juntillas lo dicho por Pablo sin considerar que lo escrito por MOISES y por PABLO fue para situaciones especificas de la epoca en que estaban viviendo estos dos señores.
Ademas en ambos se " VE " la mano de DIOS en algunas opiniones PERO tambien se "VE" la mano y el interes de cada uno de ellos para lograr “en su epoca” hacerse oir y respetar haciendo creer que TODO lo escrito o dicho verbalmente fue “dictado” por Dios.

Esta estrategia ayudo mucho a MOISES para constituir organizadamente una poblacion que paso de “grupos nomadas” a grupos establecidos y fundar ciudades.
De alli que lo Politico, lo Militar y lo religiosos estaba todo ‘enmarañado” unitariamente a la religion “verdadera de aquella epoca”, según Moises.

Despues, cuando Dios decide el dia que el habia previsto con mucha anterioridad, para encarnarse en una virgen , ese Hijo de Dios encarnado en Maria se hace un hombre y sale a explicar el REINO de Dios por el mismo Dios,Jesus durante casi 1000 dias.

SON LOS 1000 DIAS QUE CAMBIARON EL MUNDO

Un contemporarneo de Jesus, llamado Saulo quien es un “fanatico dogmatico” de la “faccion” fariseica de la religion-politica-militar de los judios.
Fanatico al fin y obsecado por el dogma religioso judio, decide perseguir y matar la “semilla que Jesus habia sembrado”. Pero Saulo en su fanatismo NO podia VER, y paradojicamente JESUS lo hace que NO VEA "NADA" hasta que el asesino Saulo le reconozca como su Señor y SU Dios y se arrepienta de sus crimenes dandole loas enseñando SU testimonio.

Hasta aquí vemos una religion, la judia, en la cual Dios ha tocado dos hombres, Moises y Saulo, demostrandoles el inmenso poder de Dios. Dios actua mediante estos dos hombres para demostrarles a “los hombres” su poder y su control total cuando EL soberanamente do decide.
Estos dos hombres, muy diferentes entre si, “usan abusivamente" esta deferencia de Dios para con ellos, y buscan controlar a los hombres y mujeres recordandoles “su relacion con Dios” , buscando respeto hacia las ideas de Dios las cuales son muy diferentes a las ideas de Moises y Saulo, se desvian consiguiendo tambien adeptos para sus ideas personalistas en el caso de Moises y egocentricas en el caso de Saulo.

El motivo de Moises:

Organizar Politicamente, Administrativamente, y Militarmente al pueblo Judio “ejerciendo control mediante leyes y decretos “procedentes de Dios”, para eso "uso" la religion.

El motivo de Saulo:
Posteriormente apodado Pablo, fue crear la “religion verdadera” ; esto fue posible ya que viniendo Saulo de una educacion “fanatico religiosa” y con muchos estudios profundos de los textos religiosos de los Judios y que equivocadamente lo estaba usando contra Jesus.
Pablo da un giro de 180 grados y brinca de la religion judia a lo que el creyo que queria Jesus: "la religion verdaera".
Es asi como se da a la tarea de mezclar enseñanzas Judias anteriores a Jesus con las enseñanzas de Jesus conformando una nueva religion. Los nazarenos, los seguidores de cristo, la religion universal catolica, dividida a su vez en Catolica y protestante, con sus "nietos, biznietos, chosnos etc", como sectas para hacer negocios economicos con el dios dinero.

Hasta aqui la primera parte.
 
Moshé continúa hablándole el pueblo judío y le asegura que en caso de observar las mitzvot será recompensado con prosperidad y buena salud. Por otra parte, no debía temer a los canaaneos, ya que D-s lo protegería. De todos modos, la conquista de la tierra de Canaán sería seguida por la eliminación de toda forma de idolatría.

Moshé explica luego, que los cuarenta años de deambular por el desierto servirían para probar la lealtad del pueblo y su adhesión a los mandamientos de D-s. Las dificultades con las que se toparon tuvieron la finalidad de disciplinarlos a fin de "hacerse saber que no sólo de pan vive el hombre, sino que el hombre vive de toda palabra que sale de la boca de D-s". A continuación describe las bondades de Eretz Israel, incluyendo los siete minim (variedades de frutos que crecen allí). Moshé les previene que la prosperidad de la cual habrían de gozar en la Tierra Prometida podría conducirlos a despreciar el papel desempeñado por el Señor en su bienestar. Esta ingratitud sería castigada severamente y los desleales judíos correrían la misma suerte de las naciones paganas que habían sido eliminadas.

Moshé recuerda al pueblo sus anteriores actos de rebeldía. Después de haber estado cuarenta días en la cumbre del monte para recibir las Lujot (tablas de la ley) regresó y se encontró con la sorpresa de que el pueblo adoraba al Eiguel hazahav (becerro de oro). Hashem había manifestado Su intención de eliminarlos, pero Moshé intervino en su favor y destrozó las Lujot, como así también el eiguel hazahav. Luego castigó a aquellos que le habían rendido culto. Además le menciona a la congregación de Israel otros actos de desobediencia: "En Taverá también, y en Masá, y en Kivrot Hataavá seguisteis provocando al Señor".

Después que Moshé hubo abogado por la causa de los b´nei Israel solicitándole al Altísimo que recordara los méritos acumulados por los patriarcas, D-s le dijo que regresara al onte para recibir otras Lujot. Estas fueron colocadas en el Arón Hakodesh (Arca Sagrada). Los cohanim y leviím fueron designados para efectuar los servicios del Mishcán y el pueblo fue autorizado a continuar su marcha desde el Sinaí hasta Canaán.

Todo lo que D-s quiere de los judíos, dice Moshé, es que Lo amen, reverencien y sirvan por medio de la observancia de las mitzvot. Su conocimiento personal y directo de la grandeza de Hashem, manifestada por medio de hechos tales como la liberación de Egipto, el milagro del mar Rojo, las experiencias en el desierto, los castigos milagrosos impuestos a Kóraj, Datán y Aviram, debería ser suficiente para asegurar su observancia y cumplimiento de los preceptos. El sometimiento a las leyes de D-s asegurará una consecha abundante por medio de la regularidad de las lluvias de otoño y primavera. Mas si el pueblo se tornase desobediente, las aguas del cielo serían detenidas. Moshé aseguró al pueblo, además, que la adhesión a la Torá daría como resultado su victoria sobre los canaaneos y la obtención de un amplio territorio en la Tierra de Promisión.

http://www.tora.org.ar/estudiando/parasha/ekev.htm
 
*Que es el Judaísmo Mesiánico?

El Judaísmo Mesiánico es un movimiento basado en la Biblia de la gente judía que ha reconocido y creído en Yeshua como el Mesías prometido de Israel. Yeshua es el nombre Hebreo correcto de Jesús. El nombre Hebreo de Yeshua significa el Señor salva. El nombre griego de Jesús no tiene ningún significado literal.

Hoy por hoy, son cientos de miles los Judíos Mesiánicos y cientos de Sinagogas Judías que están en Estados Unidos. Las naciones tales como Israel, Canada, Rusia, España, Inglaterra, Francia, Brasil, Sur Africa y muchas en Latino América están experimentando un crecimiento profético en el numero de sinagogas Judío Mesiánicas.

Es Judío creer en Yeshua (Jesús)?
Para algunos el concepto de que un Judío crea en Yeshua es contradictorio. La razón es que muchas personas tienen una dicotomía en sus mentes. En un extremo tienen a los Judíos y el Judaísmo y en el otro extremo a los Cristianos y el Cristianismo. O eres uno o el otro... se enfatiza. Pero esta simple dicotomía no es una realidad simple. Si nosotros nos vamos unos 2000 años atrás encontramos que Yeshua era un judío viviendo en una nación Judía al igual que los escritores del Nuevo Pacto y por muchos años esta fe en Yeshua era estrictamente una cosa Judía.

Leyendo el libro Hechos de los Apóstoles (2:41, 2:47, 4:4-6, 6:7, 9:31, 21:20) y otras evidencias históricas, se puede encontrar que durante el primer siglo eran literalmente cientos de miles los Judíos Mesiánicos. También eran muchas las sinagogas Mesiánicas esparcidas a través del Imperio Romano y mas allá (Santiago 1:1, 2:2). Estos Mesiánicos del primer siglo permanecieron altamente leales a su tierra y a su gente. En esos tiempos no eran un asunto de discusión (issue) el ser judío y creer en Yeshua. De hecho todos los que creían eran Judíos. Que mas podían ser?

La gran pregunta de aquel tiempo era si Yeshua había sido enviado también a los gentiles. Cuando Dios milagrosamente mostró a los Judíos Mesiánicos de que el era el Mesías de ambos el Judío primeramente y el gentil igualmente (Romanos 1:16) entonces los gentiles de muchas naciones comenzaron a entrar en esta fe Judía. A través de los años el numero de los gentiles comenzó a crecer y ser predominantes en la fe Mesiánica. Con el tiempo cuando los Apóstoles Judíos murieron y los Judíos Mesiánicos fueron cada vez menos en comparación con los gentiles las raíces Judías de la fe eventualmente se perdieron.

Este proceso de quitar el Judaísmo continuo como una de las mas grandes contradicciones de las historia, hasta el extremo que el Mesías Judío Yeshua no puede ser reconocido como un Judío por los mismos Judíos.

La Gran Tarea.
Hoy por hoy nuestro movimiento esta tratando de colocar el mensaje del Mesías en su verdadero marco Bíblico y su contexto Judío. El Mesianismo Judío es un renacer, un reavivamiento, un retorno a la fe igual que la de los Judíos Mesiánicos durante el primer siglo. Una fe sin la cantidad de tradiciones y aberraciones bíblicas inventadas por los hombres. Es un retorno a la pura y simple fe basada en tener una vida vibrante y una relación personal con el Dios de Abraham, Isaac y Jacob a través del Mesías Yeshua.

El asunto mas importante a reconocer no es que Yeshua sea Judío, esta es una verdad histórica innegable. El asunto en juego es si Yeshua es el verdadero Mesías o no. Si lo es, entonces es la cosa mas Judía en el mundo el creer en El. Pero si el no es el Mesías entonces no lo debemos seguir.

Hay una sola forma de encontrar si Yeshua es o no el Mesías. La contestación esta en el estudio de las escrituras judías y en las profecías del Mesías. De acuerdo a las escrituras Judías, el mesías tenía que venir dos veces, la primera vez para sufrir y morir y la segunda vez como Rey de la era Mesiánica y para traer paz sobre la tierra.

Porque el Mesías tenía que morir?
El profeta Isaías contesta esta pregunta cuando dice,


"Todos como ovejas nos descarriamos, cada cual se aparto por su camino:
mas Adonai cargo en el el pecado de todos nosotros."
Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación quien la contara?
Porque fue cortado de la tierra de los vivientes,
y por la rebelión de mi pueblo fue herido.

Sin Dios no hay esperanza para la raza humana. Es obvio que el hombre es separado de Dios cuando vemos la situación cada vez mas mala del mundo de hoy. Por eso es que Dios envio a Yeshua, el Mesías, para librarnos del pecado y para traernos a una nueva vida en El. Para los miles de nosotros sabemos que hemos encontrado al Mesías, que dijo:


No pienses que he venido a abolir la ley y los profetas;
no he venido a abolir, sino a completar. (Mateo 5:17)
 
"La Torah". En el NT se denomina "la Ley de Moisés" y son: GENESIS, EXODO, LEVITICO, NUMEROS, y DEUTERONOMIO. Estos cinco están atestiguados por la versión de los LXX, cuyo nombre se origina en Alejandría por su contenido.

GENESIS: narra la creación del mundo y del hombre "hecho a imagen suya" (Dios). Contiene la relación de cómo fueron creadas todas las cosas y la historia de los patriarcas. Dios comunicó, por divina revelación, los orígenes del mundo.

EXODO: quiere decir, peregrinación o salida. Se cuenta en él los hechos del 145 años desde la muerte de José hasta la erección del Tabernáculo. Consta de un conjuto de relatos y de normas íntimamente entrelazados que transmiten la historia de los hijos de Israel, desde Egipto hasta su prolongada estancia en el monte Sinaí. En esta etapa ocurrieron los acontecimientos más importantes de la vida de Israel: su esclavitud, el nacimiento de Moisés,los prodigios que Dios obró para sacarles de la opresión, institución de la Pasena, y el establecimiento de la Pascua. Aparecen figuras o tipos: Nueva Ley y Sacramentos: v.gr. el paso del mar rojo, que prefigura el bautismo donde se lavan los pecados; el maná, prefigura la Eucaristía; el monte Sión, prefigura la Jerusalén militante; el paso del desierto, representa nuestro tránsito temporal en esta vida para llegar a la eterna.

LEVITICO: viene de Leví. Habla de los sacrificios de la Antigua Alianza, de la consagración y oficio de los sacerdotes y levitas, de las fiestas solemnes y de varias leyes acerca de la caridad y de la justicia. Quedan fijados los ritos del culto israelita con toda la pompa de sus ceremonias externas, necesaria para sostener la fe de un pueblo propenso en todo tiempo a dejarse arrastrar por la idolatría. Aparecen tres castigos terribles que nos hacen entender el celo con que Dios velaba el cumplimiento de sus mandatos.

NUMEROS: comienza con el censo del pueblo. Relata los sucesos acaecidos en 39 años desde que los Israelitas salieron del Sinaí hasta casi llegar a las puertas de la Tierra Prometida. El tiempo de estancia en el desierto pervivió en la memoria de Israel como una época dorada de relación con Dios. Sobre la base de estos recuerdos, el libro de los Números, recogiendo las tradiciones del desierto, viene a dar un sentido an la peregrinación del pueblo de dios a través de su historia. En ella se dan los factores que aparecen en el libro: la esperanza de una situación mejor, la instauración del reino de Dios, las pruebas e infidelidad del pueblo, el culto a Dios, y sobre todo la misericordia divina que constantemente llama a la conversión.

DEUTERONOMIO: que significa ‘la Segunda Ley’. Se narran en él los últimos avisos que dio al pueblo el santo caudillo (Moisés), explicando la Ley, exhortando a su cumplimiento, enriqueciéndola con preceptos complementarios.