Relatos de Sorprendente Gracia

amato

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13 Diciembre 2001
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Obtenido desde Amazing Grace de Philip Yancey, Capitulo 4

Durante una conferencia sobre religión comparada que se celebró en Inglaterra, expertos de todo el mundo debatieron sobre cuál es la creencia exclusiva de la fe cristiana, si es que hay alguna. Comenzaron a eliminar posibilidades. ¿La encarnación? Otras religiones tenían versiones diferentes de dioses que aparecían en forma humana. ¿La resurrección? También había religiones donde se hablaba de personas que habían regresado de entre los muertos. El debate se extendió por algún tiempo, hasta que, por casualidad, entró C.S. Lewis en el lugar. "¿A qué se debe esta algarabía?", preguntó, y como respuesta, escuchó que sus colegas estaban discutiendo sobre la contribución exclusiva del cristianismo entre las religionesdel mundo. Entonces respondió: "Muy fácil. Es la gracia".

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La noción de que el amor de Dios llegue hasta nosotros sin costo alguno por parte nuestra, sin condiciones, parece ir contra todos los instintos de la humanidad. El sendero óctuple budista, la doctrina hindu del carma, el pacto judío y el código legal islámico ofrecen todos ellos una manera de ganarse la aprobación. Sólo el cristianismo se atreve a hacer del amor de Dios algo incondicional.

Conocedor de la resistencia que ofrecemos por naturaleza a la gracia, Jesús hablaba de ella con frecuencia. Describió un mundo repleto de la gracia de Dios, donde el sol sale sobre los buenos y los malos; donde las aves regogen gratuitamente las semillas del campo.... nunca la analizó ni la definió, y casi nunca usó la palabra. En lugar de hacerlo, comunicaba la gracia por medio de unos relatos que conocemos como parábolas, y que yo me voy a tomar la libertad de trasladar a un escenario moderno.


Relato I

Uno de los relatos de Jesús acerca de la gracia aparece en tres evangelios diferentes, en versiones ligeramente distintas. No obstante, mi versión favorita apareció en otra fuente muy distinta: el relato aparecido en el periódico Boston Globe en junio de 1990 sobre un banquete de bodas muy poco corriente.

Una joven entró al Hotel Hyatt, en el centro comercial de Boston, acompañada por su prometido, para encargar el banquete de bodas. Los dos revisaron el menú, escogieron vajilla y cubiertos e indicaron, por
las fotos que presentaron, los arreglos florales que querían. Ambos tenían un gusto caro, y la cuenta ascendió a trece mil dólares. Despues de dejar un cheque por la mitad de esa cantidad como pago inicial, la pareja se fue a casa para revisar álbumes con tarjetas de anuncio de bodas.

El día que en que se habrían debido enviar por correo las tarjetas, el novio en potencia se empezó a acobardar. "No estoy seguro", dijo. "Es un compromiso muy grande. Vamos a pensarlo un poco más".

Cuando su enojada prometida regresó al Hyatt para cancelar el banquete, la Gerente de Fiestas no se pudo mostrar mas comprensiva. "Señorita, lo mismo me sucedió a mi", le dijo, y le contó la historia de su propio compromiso roto. Sin embargo, acerca de la devolución del dinero, tenía malas noticias. "El contrato la obliga. Usted sólo tiene derecho a recibir mil trescientos dólares. Tiene dos posibilidades: perder el resto el pago inicial, o seguir adelante con los planes del banquete. Lo siento. De verás lo siento."

Parecía loco, pero mientras más lo pensaba la novia abandonada, más le gustaba la idea de seguir adelante con los planes de la fiesta; no un banquete de bodas, por supuesto , sino una gran celebración. Diez años, aquella misma mujer había estado viviendo en un refugio para gente sin hogar. Había logrado recuperarse, había encontrado un buen trabajo y fue ahorrando una buena suma de dinero. Ahora, tuvo la loca idea de usar sus ahorros para darles una fiesta a los parias de Boston una noche en el centro de la ciudad.

Así fue como, una noche de junio de 1990, se celebró en el Hotel Hyatt del centro comercial de Boston una fiesta como nunca se había visto antes. La anfitriona cambió el menú, poniendo pollo deshuesado- "en honor del novio", dijo- y envió las invitaciones a las misiones de rescate y a los refugios para gente sin hogar. Aquella noche de verano, toda aquella gente acostumbrada a arrancar de su caja pedazos de pizza a medio comer, cenó "cordon bleu". Los camareros del Hyatt, vestidos con sus esmoquins, les sirvieron entremeses a una serie de ancianos apoyados en muletas y en andadores de aluminio. Las mujeres sin hogar, los vagabundos y los adictos se tomaron una noche de descanso de la dura vida al aire libre en las aceras, para beber champaña, comernce un pastel de bodas de chocolate y danzar al ritmo de una gran orquetas hasta altas horas de la noche.
 
Relato II

Una joven crece en medio de un huerto de cerezos, inmediatamente al norte de Traverse City, estado de Michigan, Estados Unidos. Sus padres, un poco anticuados tienden a reaccionar demasiado fuerte por la anilla que se pone en la nariz, la música que escucha y el escaso corte de sus faldas. Le prohíben salir una cuantas veces, y ella hierve por dentro. "!Te odio!", grita cuando el padre le toca a la puerta del cuarto después de una discusión, y aquella noche lleva a cabo un plan que ha repasado muchas veces en la mente. Se fuga de su casa.
Sólo ha visitado Detroit una vez antariormente, en un viaje de ómnibus con el grupo de los jóvenes de su iglesia, para ver jugar béisbol al equipo de los Tigres. Como los periódicos de Trvese City informan con sórdidos detalles sobre las bandas, las drogas y la violencia en el centro de Detroit, ella llega a la conclusión de que es probable que ese sea el último lugar donde sus padres piensen en buscarla. Tal vez California, o la Florida, pero no Detroit.

Al segundo día, conoce a un hombre que tiene el auto mas grande que ella haya visto jamás. El se ofrece a llevarla, le paga el almuerzo y le consigue un lugar donde estar. Le da unas cuantas píldoras que le hacen sentir mejor que nunca antes. Ella decide que ha estado en lo cierto todo el tiempo: sus padres han estado impidiendo siempre que se divirtiera.
Aquella buena vida continúa por un mes, dos meses, una año. El hombre del auto grande- ella lo llama "jefe"- le enseña unas cuantas cosa que le gustan a los hombres. Puesto que es menor de edad, los hombres pagan más por ella. Vive en un lujoso apartamento, y pide que le traigan las comidas al apartamento cada vez que quiere. De vez en cuando piensa en su familia allá en su casa, pero la vida de éstos le parece ahora tan aburrida y provinciana, que apenas puede creer que ella haya crecido allí.

Se asusta un poco en una ocasión en que ve su foto impresa en la parte de atrás de una cartón de leche con el titular "¿Ha visto usted esta niña?" Pero ahora, ella tiene el pelo rubio, y con todo el maquillaje y las joyas que lleva atravesadas por todas partes, nadie va a pensar que es una niña. Además, la mayoría de sus amigos se han escapado también de sus casa, y en Detroit nadie delata a nadie.

Después de un año aparecen las cetrinas señales de la enfermedad, y asombra la rapidez con que el jefe cambia de humor. "En estos día no se puede andar jugando", gruñe, y antes de que ella se dé cuenta, termina en la calle y sin un centavo. Aún logra hacer un par de trucos por noche, pero no le pagan demasiado, y todo el dinero se le va en mantener su hábito. Cuando entra el invierno, se tiene que ir a dormir sobre las parrillas metálicas que hay fuera de las grandes tiendas. "Dormir" nos es la palabra exacta; en las noches de Detroit, una adolescente nunca puede bajar la guardia. Unas oscuras ojeras le rodéan los ojos. La tos va empeorando.

Una noche, mientas está acostada y despierta, escuchando los pasos de la gente, de pronto todas las cosas de su vida le parecen distintas. Ya no se siente una mujer de mundo. Se siente como una niña pequeña, perdida en una ciudad fría y atemorizante. Comienza a lloriquear. Tiene los bolsillos vacíos y mucha hambre. Necesita giga. Esconde las piernas bajo el cuerpo y tiembla debajo de los periódicos que ha amontonado sobre su abrigo. Algo hace saltar un recuerdo, y una sola imagen le llena la mente: se ve en Traverse City con su perro perdiguero en el mes de mayo, cuando un milón de cerezos florecen al mismo tiempo, corriendo entre las filas de cerezos en flor para atrapar una pelota de tenis.

Señor, ¿porqué me fuí?, se dice, y el dolor le atraviesa el corazón. Mi perro allá en casa come mejor que yo ahora. Está sollozando, y sabe en un instante que en el mundo no hay nada que quiera más que regresar al hogar.

Tres llamadas telefónicas, y tres conexiones con el contestador. Las dos primeras veces cuelga sin dejar mensaje, pero la tercera vez dice: "Papá, mamá, soy yo. Me estaba preguntando si podía volver a casa. Voy a tomar un ómnibus hacia allá, y llegaré alrededor de la medianoche de mañana. Si ustedes no están allí, bueno, me imagino que me quedaré en el ómnibus hasta que llgue a Canadá."

El ómnibus toma unas siste horas entre Detroit y Traverse City, y durante ese tiempo, ella se da cuenta de que hay fallos en su plan. ¿Y se sus padres se hayan fuera de la ciudad y no oyen se mensaje? ¿No habría debido esperar un día mas, hasta poder hablar con ellos? Y aunque estén en casa, lo mas problable es que la hayan dado por muerta desde hace mucho tiempo. Les habría debido dar un poco de tiempo para superar la sorpresa.

Sus pensamientos van alternando entre estos temores y el discurso que está preparando para su padre. "Papá, lo siento. Sé que estaba equivocada. La culpa nos es tuya; es toda mía. Papá me puedes perdonar?" Dice estas palabars una y otra vez, y aunque sólo está practicando, se le hace un nudo en la garganta. No le ha pedido perdón a nadie en años.

El ómnibus lleva las luces encendidas desde Bay City. Unos pequeños copos de nieve caen al pavimento gastado por miles de neumáticos, y el asfalto echa humo. Se ha alvidado de lo oscura que era la noche allí. Un ciervo atraviesa la carretera corriendo, y el ómnibus gira brúscamente. De vez en cuando, un tablero de anuncios. Una señal de carretera indica la distancia a Traverse City. !Dios mío!

Cuando por fin el ómniobús entra en la terminal, mientras suenas en protesta los frenos de aire, el conductor anuncia por el micrófono con una voz cascada: "Quince minutos, señores. Es todo el tiempo que podemos estar aquí". Quince minutos para decidir su vida. Se mira en un pequeño espejo, se alisa el cabello y se limpia de los dientes la pintura de labios. Se mira las manchas de tabaco en la punta de los dedos, y se pregunta se sus padres se darán cuenta. Si es que están allí.

Entra en la terminal sin saber qué esperar. Ni una de las mil escenas que se había imaginado en su mente la ha preparado para lo que ve. Allí, en la terminal con paredes de horrmigón y sillas de plástico de Traverse City, estado de Michigan, la espera un grupo de cuarenta hermanos, hermanas, tías, abuelas y abuelos, primos, una abuela y una bisabuela. Todos llevan sempáticos sombreros de fiesta y soplan silbatos; pegado con cinta adhesiva a todo lo ancho de una de las parededs de la terminal, hay un letrero hecho en computadora que dice:"!Bienvenida a casa!"

Su padre sale de en medio del grupo que ha venido a darle la bienvenida. Ella lo mira a través de las lágrimas que le brotan en sus ojos como mercurio caliente, y comienza a pronunciar el discurso aprendido de memoria: "Papá, lo siento. Yo se.."
El la interrumpe : "Cállate, hija. Ya tendremos tiempo para eso. No es el momento de excusas. Vas a llegar tarde a la fiesta. En casa te está esperando un banquete."


Relato III

Un empresario de Los Angeles decide sacar partido de la popularidad creciente que están adquiriendo las aventuras turísticas. No todos los turistas duermen an hoteles de lujo y comen en los restaurantes de costumbre cuando viajan al extranjero; algunos prefieren apartarse de la senda trillada. Así tiene la idea de fomentar el turismo alrededor de las Siete Maravillas del mundo antiguo.

Descubre que la mayor parte de estas maravilllas antiguas han desaparecido sin dejar rastro, pero se están tratando de restaurar los jardines colgantes de Babilonia. Después de numerosas gestiones, el empresario logra contratar un vuelo, un ómnibus, alojamiento y un guía que promete permitir que los turistas trabajen junto a los arqueólogos profesionales. Exactamente el tipo de cosas que les encanta a los turistas aventureros. Encarga una costosa serie de anuncios de televisión y los hace presentar durante
los torneos de golf, cuando hay más probabilidad de que los futuros turistas con dinero estén viendo la televisión.

Para financiar su sueño, el empresario ha conseguido un préstamo de un millón de dólares de un capitalista despuesto a arriesgarse, calculando que después de cuatro viajes podrá cubrir los gastos de operación y comenzar a pagar el préstamo.

Sin embargo, hay una cosa que no ha calculado: dos semanas antes del viaje de inauguración, Saddam Hussein invade Iraq, que resulta se la nación donde se hallan los antiguos jardines colgantes de Babilonia.
Pasa tres semanas angustiado, pensando en la manera de darle la noticia al capitalista. Visita los bancos y no consigue nada. Investiga un préstamo sobre la propiedad de su casa, que le va a dar sólo doscientos mil dólares, la quinta parte de lo que necesita. Por último, traza un plan que lo obliga a pagar cinco mil, dólares mensuales por el resto de su vida. Redacta un contrato; incluso mientras lo hace, se da cuenta que es algo absurdo. Cinco mil dólares mensuales no pueden cubrir ni siquiera los intereses de un préstamo de un millón. Además, ¿dónde va a conseguir los conco mil dólares mensuales?
Pero la alternativa, que es declararse en bancarrota, le destruiría su crédito. Visita la oficina del capitalista, pronuncia nerviosamente una excusa y después saca los papeles donde presenta su ridículo plan de pagos. Aunque la oficina tiene aire acondicionado, comienza a sudar.
El capitalista levanta una mano para interrumpirlo: "Un momento. ¿Qué disparate es ése que está diciendo? ¿Pagos?" Y se hecha a reír. "No sea necio. Yo me dedico a especular. A veces gano, y a veces pierdo. Sabía que su plan implicaba riesgos. Sin embargo, era una buena idea, y usted no tiene la culpa de que haya estallado una guerra. Olvídelo." Toma el contrato, lo rompe y lo mete en la trituradora de papeles.


Se lo que sabe todo el mundo:
que si estoy presente cuando danza la
gracia,
tengo que danzar yo también.

W.H. Auden
 
Muy bueno, Amato.

Muy bueno, Amato.

Buenas aportaciones. Qué coincidencia el relato sobre C.S. Lewis, llevo pensando sobre este tema varios días. ¿Qué nos hace diferente del resto? Y es eso: gracia. El cristianismo es el camino de Dios hacia el hombre. No es un camino humano.

Sal Terrae ha publicado "Escritos Esenciales" de Dietrich Bonhoeffer, te lo recomiendo muy vivamente.



Que la paz del Señor sea contigo Amato.
 
Amigo Amato:

"ESA ES LA PALABRA DE DIOS EN EL SIGLO XXI"

Los evangelios explicados en forma sencilla como lo hizo JESUS hace 2000 años cuando <<El Padre "se canso" de enviar "emisarios" y <<SE "AUTO-ENVIO" A SI MISMO ENCARNANDOSE COMO HOMBRE PARA DECIRNOS LA VERDAD QUE LOS HOMBRES TENIAN ENCUBIERTA CON PESADAS CARGAS>>

<<<<LIVIANITA ES LA VERDAD DE JESUS, DIOS>>>>

EXCELENTE AMIGO AMATO, QUE DIOS LO BENDIGA.

Manuel
 
Bendiciones Amato.

Estas aportaciones edifican a quien las lee.

Gracias por ellas.
 
Bendiciones Amato.

¿has oido la cancion "un liston amarillo atada al viejo roble"?

Bueno la hisotria es conmovedora, sencilla y ...mejor la cuento, mas o menos es asì:

Un hombre estaba por salir de la prisiòn...habia pagado hasta su ultimo dìa de castigo por un crimen que cometio años atras. la verguenza que inundò a su familia, el rompimiento de su matrimonio y su ausencia le habian atormentado, pero de algun modo ese dìa serìa por fin libre de la prision estatal.

Sin saber a ciencia cierta que haria su familia, decidiò darle el siguiente mensaje a su esposa: "pasare en el autobus cerca de casa, si te es vergonzoso pasare de largo, sino tienes verguenza de que vuelva a tì por favor solo ata un pequeño liston al viejo roble y me detendrè para estar contigo" (las palabaras exàctas no las recuerdo)

Cuando el autobus se va acercando la emocion, la incertidumbre se van adueñando de la situaciòn con el pasajero que và libre en el autobus...ha pasado mucho tiempo ya, el autobus va dando la vuelta justo para poder ver que es lo que tenia el viejo roble...no habia uno ni dos ni tres sino mchisimos listones amarillos atados a èl y unos brazos abiertos que decian bienvenido a casa.

....Conociendo yo esta historia, luego de haber discutido con mi hermano mayor hace tiempo, luego de no haber ido a su casa que esta a 4 horas de la mìa cuando el me esperaba y demas desplantes propios de mi juventud me sentia avergonzado, realmente avergonzado de presentarme asi en su casa y no era para menos...asi es que viaje 4 horas y deje una carta en el buzòn...decia "Se que he sido muy grosero contigo ultimamente y me da pena que rechaces mi visita, he dejado esta carta para decirte que lo siento; estoy en la ciudad y si me perdonas solo ata un liston en el buzon y yo comprenderè que puedo entrar en tu casa, paso en un rato",

Deje la carta...y un tiempo despues hable por el celular para indicarle a uno de sus hijos que habia una carta ahì que por favor la abriera.....sin saberlo mi hermano conocia la hisotria y al cantante que la interpreta, asi es que, cuando pasè por su casa vi que estaba lleno de moños, èl, sus hijos y su esposa tomaron muchos moños de los regalos de navidad, dejaron la puerta de su casa abierta y en el tocadiscos estaba tocando ¿que pieza crees?...acertase "un liston amarillo atado al viejo roble"...

Cosas que pasan.

Y es que en brazos de la reconciliaciòn y el perdòn, la amargura y dolor sucumben.

Un saludo.
 
Gracias amato y bienvenido al foro, gracias a los hermanos por compartir sus historias.


Este foro esta cambiando, Gloria a Dios, no dejo de :llorando: con sus relatos que tocan mis feelings y me confirma que Dios esta quitando la capa rocosa en la que mi corazón esta envuelto...

Que la Gracia sea con vosotros.
 
Religión.

Religión.

"Cuando la Hermana (monja) preguntó a los niños en clase qué querían ser cuando fuesen mayores, el pequeño Tommy dijo que quería ser piloto. Elsie respondió que quería ser médico. Bobby, para satisfacción de la Hermana, afirmó que quería ser sacerdote. Al fin, se levantó Mary y dijo que quería ser prostituta.

-¿Qué has dicho, Mary? ¿Querrías repetirlo?

-Cuando sea mayor -dijo Mary con ese aspecto de quien sabe exactamente lo que quiere- seré una prostituta.

La Hermana se quedó viendo visiones. Inmediatamente, Mary fue separada del resto de los niños y enviada al capellán.

Al capellán le habían explicado los hechos a grandes líneas, pero quería comprobarlos personalmente. -Mary -le dijo a la niña- dime con tus propias palabras lo que ha ocurrido.

-Bueno, -dijo Mary, un tanto desconcertada por todo aquel lío- la Hermana me preguntó qué quería ser cuando fuera mayor, y yo le dije que quería ser una prostituta.

-¿Has dicho prostituta -preguntó el capellán recalcando la última palabra.

-Sí.

-¡Cielos, qué alivió! ¡Todos habíamos creído que habías dicho que querías ser protestante !




"La Oración de la Rana" vol. I, de Anthony de Mello. Ed. Sal Terra, págs. 100-101
 
Me alegro que las parábolas modernas les hayan sido de edificación como lo han sido para mi. Leí este libro por casualidad, y se ha transformado en uno de mis clásicos.

De los relatos, el tercero es el que mas me identifica. En alguna ocasion me he visto situaciones similares.

Gracias Ermitaño por la sugerencia. No me he encontrado con algo de Bonhoeffer en lo que he visto de Sal Terrae. Tengo entendido que él escribió bastante acerca del costo del discipulado. Voy a estar atento. No entendí la idea de tu último mensaje...


Otra experiencia de la gracia la que cuentas OSO, gracias por compartirla. Yo creo que la palabra gracia toma un sabor especial cuando se la ha vivido en experiencias como la que te sucedió. El perdon es una ocasión donde esta se hace evidente.
En una oportunidad yo cometí un error por imprudencia que afectó a una persona, posteriormente me encontré requiriendo de su ayuda, recibiendo una respuesta que no me esperaba. Aunque aquella persona tenía todo para "haberme cobrado la cuenta", y haber barrido conmigo si lo deseaba, sensillamente no lo hizo, incluso me trató con deferencia... varias veces me he preguntado por qué, y cuando me recuerdo no puedo sino asociarlo con la gracia.


Amato.
 
Quisiera trascribir la página final del Libro Amazing Grace de Philip Yancey. Ahí va...


El documental de Bill Moyers sobre el himno "Sublime Gracia" incluye una escena filmada en el Estadio de Wembley, en Londres. Diversos grupos musicales, la mayoría orquestas de rock, se habían reunido para celebrar los cambios sucedidos en Africa del Sur, y por alguna razón, los promotores pusieron en el programa a Jessye Norman, una cantante de ópera, para que cerrara el acto.

La película va pasando por escenas donde aparece la desordenada multitud que había en el estadio, intercalando con escenas de la entrevista con Jessye Norman. Durante doce horas, grupos como Gun´s ´Roses (Fusiles y Rosas) han estado haciendo resonar a la multitud por medio de montones de altavoces, sacando de quicio a unos fanáticos ya atolondrados por el alcohol y las drogas. La multitud grita para que los grupos vuelvan a salir al escenario, y los grupos de rock la complacen. Mientras tanto, Jessye Norman está sentada en su camerino, hablando con Moyers sobre el himno "Sublime Gracia".

Por supuesto, este himno fue escrito por John Newton, un traficante de esclavos duro y cruel. Newton clamó por vez primera a Dios en medio de una tormenta que faltó poco para que lo tirara al agua. Fue viendo luz gradualmente, y continuó siendo traficante, incluso después de convertido. El himno "Cuán dulce suena el nombre de Jesús", lo compuso mientras esperaba un cargamento de esclavos en una bahía africana. Sin embargo, más tarde renunció a su profesión, se hizo ministro, y se unió a William Wilberforce en su lucha contra la esclavitud. John Newton nunca perdió de vista las profundidades de las cuales había sido sacado. Nunca perdió de vista la gracia. Cuando escribió las palabras "que salvó a un miserable como yo", era totalmente sincero.

En la película, Jessye Norman le dice a Bill Moyers que es posible que Newton haya tomado prestada una vieja melodía que cantaban los propios esclavos, redimiendo así el canto, tal como él había sido redimido.

Finalmente, le llega el momento de cantar. Un solo círculo de luz sigue a Jessye Norman, majestuosa mujer afroamericana vestida con un vaporoso dashiki africano, mientras entra al escenario. No la acompaña musical alguno; sólo ella. La multitud se agita inquieta. Son pocos los que conocen a la diva operática. Una voz grita para pedir que vuelva el grupo Gun ´s´ Roses. Otros secundan el grito. La escena se vuelve desagradable.
Sola, a capella, Jessye Norman comienza a cantar, muy lentamente:

Sublime gracia del Señor,
que un infeliz salvó,
fui ciego mas hoy miro,
perdido y él me halló.

Algo sorprendente sucede aquella noche en el Estadio de Wlembley. Setenta mil fanáticos revoltosos se callan ante aquella aria sobre la gracia.
Cuando la soprano llega a la segunda estrofa, "Su gracia me enseñó a temer; mis dudas ahuyentó; !Oh cuán precioso fue a mi ser cuando él me transformó!", tiene ya a la multitud en la mano.

Al llegar a la tercera estrofa, "En los peligros y aflicción que yo he tenido aquí, su gracia siempre me libró y me guiará feliz", varios miles de fanáticos están cantando ya junto con ella, buscando muy lejos, en unos recuerdos casi perdidos, unas palabras que han oído hace mucho tiempo.

Y cuando en Sión por siglos mil
brillando esté cual sol,
yo cantaré por siempre allí
su amor que me salvó.

Mas tarde, Jessye Norman confesaría que no tenía idea de qué poder había descendido aquella noche sobre el Estadio de Wembley.... Yo creo que lo conozco. El mundo está sediento de gracia. Cuando la gracia desciende, el mundo calla delante de ella.


What´s So Amazing Grace? , Philip Yancey; Zondervan Publishing House, 1997. Publicado en español como Gracia Divina versus Condena Humana, Ed. Vida, 1998.
 
Querido amigo.

Querido amigo.

amato dice:
"Voy a estar atento. No entendí la idea de tu último mensaje... "


ermitaño dice:
Verás yo creo que A. de Mello quiere transmitir la idea de que cuidemos de nuestra ética fundamental, más allá de convenciones sociales, históricas o culturales. Que la gracia está por encima de religiones, como indicaban tus aportes. Vamos, yo lo veo así. Pero cada uno interpreta un libro o un pasaje de manera distinta.


Dios te bendiga.