CUANDO DEJO QUE HABLE...
El propósito de Dios desde siempre ha sido siempre en vivir, permanecer y convivir con el humano, con nuestro primero padres lo fue así, la voz de Dios se paseaba en el Huerto, el hombre disfrutaba de esta preciosa y sin igual compañía, que momentos tan preciosos, realmente la visita de Dios era un compromiso que tenía Adán de vivir una vida en santidad al lado de alguien tan precioso, quien se compararía con él, nada ni nadie, porque tener cerca Dios, ¿importará el tiempo?, ¿importara el problema?, ¿valdrá la pena llorar?, ¿valdrá la pena lamentarse?, no hay razón para hacerlo porque él lo llena todo, el satisface toda necesidad, entonces estando con el se disipa toda ansiedad, estando con él huye la soledad, estando con se alcanza la plenitud de la felicidad, así lo experimento Adán y Eva, porque vivir en santidad no cuesta, vivir en santidad no es por imposición, vivir y andar en santidad es un estilo de vida, es como aquel bebe que desea con ansias la leche, es como aquel peregrino que encuentra el oasis en medio del desierto, la santidad es la mas mavarillosa experiencia de la vida cristiana, es en ella donde aprendemos a oír la voz de su Espíritu, es en ella donde se disfruta la fragancia y el esplendor de su gloria, ohh que maravilloso y significativo representa para los que experimentan este nivel de vida, vivirla en plenitud es acercarse al pecho del amado Jesús y allí permanecer, oír latir su corazón, oír su voz como la escucho Elías en el cueva, es un sonido apacible, oír su voz es estar practicando la oración, la intercesión, lectura bíblica y el ayuno es espera su fuego, es escuchar su viento que sopa en dirección a los necesitados en ver como su manifestación es gloriosa, porque vivir en él es lo mejor de esta vida
El propósito de Dios desde siempre ha sido siempre en vivir, permanecer y convivir con el humano, con nuestro primero padres lo fue así, la voz de Dios se paseaba en el Huerto, el hombre disfrutaba de esta preciosa y sin igual compañía, que momentos tan preciosos, realmente la visita de Dios era un compromiso que tenía Adán de vivir una vida en santidad al lado de alguien tan precioso, quien se compararía con él, nada ni nadie, porque tener cerca Dios, ¿importará el tiempo?, ¿importara el problema?, ¿valdrá la pena llorar?, ¿valdrá la pena lamentarse?, no hay razón para hacerlo porque él lo llena todo, el satisface toda necesidad, entonces estando con el se disipa toda ansiedad, estando con él huye la soledad, estando con se alcanza la plenitud de la felicidad, así lo experimento Adán y Eva, porque vivir en santidad no cuesta, vivir en santidad no es por imposición, vivir y andar en santidad es un estilo de vida, es como aquel bebe que desea con ansias la leche, es como aquel peregrino que encuentra el oasis en medio del desierto, la santidad es la mas mavarillosa experiencia de la vida cristiana, es en ella donde aprendemos a oír la voz de su Espíritu, es en ella donde se disfruta la fragancia y el esplendor de su gloria, ohh que maravilloso y significativo representa para los que experimentan este nivel de vida, vivirla en plenitud es acercarse al pecho del amado Jesús y allí permanecer, oír latir su corazón, oír su voz como la escucho Elías en el cueva, es un sonido apacible, oír su voz es estar practicando la oración, la intercesión, lectura bíblica y el ayuno es espera su fuego, es escuchar su viento que sopa en dirección a los necesitados en ver como su manifestación es gloriosa, porque vivir en él es lo mejor de esta vida