REFLEXION

2 Junio 1999
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Recibido ayer en mi correo. Autor ANONIMO


Subject: Reflexion


Juan el Bautista había estado muerto al menos 2 años, y la gente había
empezado a olvidar su ministerio. Pero cuando la multitud se reunió alrededor
de Jesús cerca del lugar donde Juan había enseñado, recordaron lo que él
había dicho de Jesús y comentaron: «Todo lo que Juan dijo de éste, era
verdad» (Juan 10:41). La mayoría de nosotros vive de una manera no muy
extraordinaria. No hacemos milagros. No se nos conoce por nada en particular.
Somos gente común y corriente. Pero podemos hablar a la gente de Jesús
dondequiera que vamos. Podemos señalarlo y decir: «He aquí el Cordero de
Dios, que quita el pecado del mundo» (1:29). Nuestro deber es decir a la
gente lo que hemos aprendido de Cristo y luego dejar los resultados a Dios.
Si hacemos eso, habremos cumplido uno de los propósitos esenciales de la
vida. Después que muramos, alguien podría recordar nuestras palabras y acudir
al Cordero de Dios. Como semilla plantada en el suelo, la Palabra de Dios
puede parecer latente durante años y luego brotar a la vida eterna. De manera
que seamos fieles en hablar a otros de Cristo. Luego, después de muertos, el
epitafio de nuestra tumba podría decir: «No hizo milagros, pero todo lo que
dijo de Jesús era verdad.» --DHR

NOSOTROS SEMBRAMOS LA SEMILLA; DIOS PRODUCE LA COSECHA
 
Gracias autor anonimo.

Y a ti Maripaz por compartir con nosotros esta maravilla celestial. Estas palabras es
de lo mas grande que pueda recibir mi corazon como recompensa por nuestra lucha espiritual y sobre todo como animo para no rendirse nunca jamas.

Gracias Padre, alabado sea tu nombre.
 
PERDON A TODOS, ESTRENO FIRMA. <IMG SRC="radiante.gif" border="0">