Quiero presentarles a uno de los individuos mas solitarios e infelices

25 Abril 2006
141
1
American magazine ( revista americana) noviembre de 1930
Quiero presentarles a uno de los individuos mas solitarios e infelices de la tierra, estoy hablando del hombre que no cree en Dios. Puedo presentarles a tal hombre, pues yo mismo soy incrédulo, y al presentarme a mi mismo, usted será presentado al agnóstico o al escéptico de su propio vecindario pues ellos están en todas partes. Se sorprenderá usted al saber que el agnóstico envidia la fe de usted en Dios, su firme creencia en un cielo después de la vida, y la bendita seguridad que usted tiene de que se encontrara con sus seres queridos en la vida subsiguiente a la muerte, donde no habrá dolor ni tristeza. El agnóstico daría la cualquier cosa para poder abrazar esa fe y ser consolado por ella. Para el solo hay el sepulcro y la persistencia de la materia. Después la tumba, lo único que puede ver es la desintegración del protoplasma y del sicoplasma, de los cuales se compone mi cuerpo y mi personalidad. Pero en este concepto materialista, no hallo éxtasis ni felicidad.

El agnóstico puede enfrentarse a la con un sonrisa y una actitud heroica. Puede presentar una frente valiente, pero no es feliz. Siente terror y reverencia ante la inmensidad y majestad del universo, sin saber de donde vino, ni ¿por qué? Se consterna ante lo estupendo del espacio y lo infinito del tiempo; se siente humillado por la infinita pequeñez de si mismo, pues reconoce su fragilidad, debilidad y benignidad. Ciertamente, algunas veces suspira por tener algún bastón que le sirva de soporte. El también lleva una cruz. Para el, esta tierra no es sino una mañosa balsa que marcha a la deriva en las aguas insondables de la eternidad, sin ningún horizonte a la vista. Le duele el corazón por cada vida preciosa que va embarcada en dicha balsa, siempre a la deriva, sin que nadie sepa hacia donde.


American magazine ( revista americana) noviembre de 1930