Pero tú habías dicho que el Antiguo Testamento no tenía absolutamente nada que ver con los cristianos, y resulta que Cristo dijo que no vino a abrogarlo, si no a cumplirlo. O sea que el Nuevo da cumplimiento al Antiguo, no lo elimina.
Por favor, lee con detenimiento mi respuesta. Es la ultima que voy a proporcionar en el tema.
En Mateo 5 Cristo esta hablando directamente a los judiosy mas directamente a los lideres religiosos. EL Sermon del Monte reprende y acusa a los lideres de hipocresia y se defiende de las acusaciones de los mismos que lo acusan de herejia por algunas de sus practicas como la de curar en Shabbat y la de viajar, arrancar trigo en el camino y otras cosas que escandalizaron a la clase religiosa.
Para los Judios Dios no habia derogado la Ley de Moises. La misma exige perfeccion que los fariseos no pueden cumplir. T explique en mi epigrafe anterior, dentro del contexto del pasaje, a que se refiere Cristo. Absolutamente TODOS los judios estaban sujetos a la Ley de Moises. Y la Ley vino para hallar a TODOS los hombre culpables del pecado y para hacerlos ver que no podian salvarse usando la Ley. Por eso Cristo dice que Dios no ha derogado la Ley y los judios estan sujetos a la misma. La Ley demanda perfeccion y la unica manera de de llegar a la salvacion es la de ser perfecto cosa que es imposible para todos nosotros. Pero Cristo Jesus cumplio con TODOS los requisitos y es a traves de su perfeccion que la ley de Dios se satisface porque El pago con su sangre por todos los pecados de aquellos que por fe confiezan que es El el Salvador del mundo, el Redentor y es la perfeccion de Cristo la ques imputada a nosotros y cubre nuestro pecado ante los ojos de Dios.
A continuación, consideremos lo que Jesús hizo. Jesús dice que vino a cumplir la Ley y los Profetas. En otras palabras, el propósito de Jesús era establecer la Palabra, encarnarla y cumplir plenamente todo lo escrito.
«Cristo es la culminación de la ley» (Romanos 10:4). Las predicciones de los profetas acerca del Mesías se cumplirían en Jesús; la santa norma de la Ley sería perfectamente cumplida por Cristo, los estrictos requisitos serían obedecidos personalmente y las observancias ceremoniales se cumplirían plena y definitivamente.
Jesucristo cumplió a los profetas, ya que, tan solo en su primera venida, cumplió cientos de profecías acerca de sí mismo (p. ej., Mateo 1:22; 13:35; Juan 19:36; Lucas 24:44). Jesucristo cumplió la Ley al menos de dos maneras: como maestro y como hacedor. Enseñó a la gente a obedecer la Ley (Mateo 22:35-40; Marcos 1:44), y Él mismo obedeció la Ley (Juan 8:46; 1 Pedro 2:22). Al vivir una vida perfecta, Jesús cumplió las leyes morales; en su muerte sacrificial, cumplió las leyes ceremoniales. Cristo no vino a destruir el antiguo sistema religioso, sino a edificarlo; vino a consumar el Antiguo Pacto y establecer el Nuevo.
Jesús no vino a destruir la Ley ni a los Profetas, sino a cumplirlos. De hecho, las ceremonias, los sacrificios y otros elementos del Antiguo Pacto eran
«solo una sombra de los bienes venideros, no las realidades mismas» (Hebreos 10:1). El tabernáculo y el templo eran «lugares santos hechos de mano», pero nunca tuvieron la intención de ser permanentes; eran solo
«copias de las cosas verdaderas» (Hebreos 9:24). La Ley tenía una fecha de caducidad preestablecida, pues estaba llena de
“regulaciones externas vigentes hasta el tiempo del nuevo orden” (Hebreos 9:10).
Al cumplir la Ley y los Profetas, Jesús obtuvo nuestra salvación eterna. Ya no se requería que los sacerdotes ofrecieran sacrificios ni entraran en el Lugar Santísimo (Hebreos 10:8-14). Jesús lo hizo por nosotros, de una vez por todas. Por gracia, mediante la fe, somos justificados ante Dios:
“Él nos perdonó todos nuestros pecados, habiendo cancelado el agravio que nos era contrario y nos condenaba, quitándolo de en medio, clavándolo en la cruz” (Colosenses 2:14).
Hay quienes argumentan que, dado que Jesús no “abolió” la Ley, esta sigue vigente y sigue siendo vinculante para los cristianos del Nuevo Testamento. Pero Pablo deja claro que el creyente en Cristo ya no está bajo la Ley:
«Estábamos bajo custodia bajo la Ley, encerrados hasta que la fe fuese revelada. De modo que la Ley se convirtió en nuestro guardián para llevarnos a Cristo, a fin de que fuéramos justificados por la fe. Ahora que ha venido la fe, ya no estamos bajo un guardián» (Gálatas 3:23-25). No estamos bajo la Ley Mosaica, sino bajo «la ley de Cristo» (véase Gálatas 6:2).
Si la Ley sigue vigente para nosotros hoy, entonces aún no ha cumplido su propósito; aún no se ha cumplido. Si la Ley, como sistema legal, sigue vigente para nosotros hoy, entonces Jesús se equivocó al afirmar que la cumplía, y su sacrificio en la cruz fue insuficiente para salvarnos. Gracias a Dios, Jesús cumplió toda la Ley y ahora nos concede su justicia como un regalo gratuito. Sepan que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe en Jesucristo. Así también nosotros hemos puesto nuestra fe en Cristo Jesús para ser justificados por la fe en Cristo y no por las obras de la ley, porque por las obras de la ley nadie será justificado (Gálatas 2:16).
Saludos.