Me uno en cierta manera a la solicitud de tolerancia y respeto que ya algunos foristas han exteriorizado aquí. Y sé que no faltará el que crea que puede responder a esto con algo tan “lógico” como que a mí no me importa pues finalmente no participo. La cuestión es que sí me importa porque de cualquier forma leo los aportes de la mayoría y me importa porque precisamente por esta actitud en cierta medida dejé de participar y me importa porque he leído algunas participaciones de gente que recién llega al Foro y ya se quiere salir llevándose una pésima impresión del Foro, lo que no sería grave, pero también del Cristianismo, lo que, creo, estaremos todos de acuerdo en que sí es relevante.
Max Lucado lo describe bien en una analogía, que me tomo la libertad de resumir aquí “Dios nos ha enrolado en su armada y nos ha colocado en la embarcación. El barco tiene un propósito: llevarnos con seguridad a la otra orilla…Aún cuando somos diferentes somos iguales,. Cada uno puede contar sobre un encuentro personal con el Capitán, porque cada uno ha recibido un llamamiento personal…Hay un solo Capitán y un único destino…Sin embargo, existe una inquietud en cuanto a la discordancia entre la tripulación. Al principio, cuando nos embarcamos, dimos por sentado que los tripulantes eran personas como nosotros. Pero al recorrer las cubiertas hemos encontrado curiosos convertidos con raras apariencias…La variedad de vestidos no es tan perturbadora como la abundancia de opiniones”
Aquí comienza a describir las inclinaciones en cuando a la importancia que para cada grupo tienen ya sea el estudio serio y disciplinado, el dar mayor énfasis a lo que se siente, si servir a Dios es un asunto de “paso a paso” o su basta con decir “aquí estoy Señor”. Y las opiniones se dividen: que sí no puedes o caerte del barco, o que es una necedad pero igual puedes hacerlo, que si te ofreciste voluntariamente o te escogieron antes de que estuviera el barco, que si habrá tormenta antes o después de llegar al puerto, que si puedes hablarle a Dios en un lenguaje personal o tales lenguas desaparecieron. Y "ah, cómo tendemos a agruparnos"
Yo añadiría, y ah, cómo tendemos a juzgar, pese a las advertencias que nos da la Palabra de no juzgar nada hasta que luego de la venida del Señor sean descubiertas las verdaderas intenciones.
Por lógica, consideremos que pasará por la mente de quien desde el naufragio ve las refriegas de los marineros, que o no se hablan entre sí, o se atacan, o pretenden que sólo su grupo va en el barco, como si ellos fueran un filtro perfecto de la Gracia Infinita del Señor. Pues por supuesto que hasta miedo les ha de dar subirse, cuando no lo toman como señal inequívoca de que el Cristianismo es incongruente y de ahí su división. Tengamos cuidado hermanos, tal vez estemos siendo piedra de tropiezo y ¿quien querrá ser esa piedra necesaria pero desechada por el Señor?
Yo creo que también a muchos de ustedes ha de preocuparles, verdaderamente, el que una sola persona pudiera decir “yo no creo, no es posible que Dios mismo haya instituido un camino único y verdadero si nadie ha podido ponerse de acuerdo en cuál es, si se presta a interpretaciones ambiguas, si cada grupo afirma tener la verdad absoluta y descalifica a los otros”.
Y cada grupo lo hace con la misma absoluta arrogancia de que ellos sí conocen, porque a ellos los guía el Espíritu Santo, pero no aceptan, ni por mala broma, que ese mismo Espíritu esté guiando a otros. C. S. Lewis decía que no comprendemos la diferencia entre verdades y Realidad, pero que eso no debería significar la ocasión perfecta para una batalla campal.
Cristo nos manda amarnos, antes que ninguna otra cosa, ÉL nos dice que en eso se sabrá que somos suyos. No es por sabernos una doctrina de pe a pa, no es por tener más carismas o dones, no es por orar más ý estudiar menos o viceversa.
Apelo en esto a los foristas que han demostrado un deseo genuino de diálogo, que claro que entrarán en desacuerdos, incluso en diferencias irreconciliables, que bien podrían no existir con una poca más de humildad y de reconocer como autoridad suprema las Escrituras antes que al Vaticano, a Calvino o a John Smith. No es para entrar en polémica, simplemente a mí me parece que lo que sí tenemos en común es, en el mejor de los casos, un sincero amor a Cristo, aceptándolo como Salvador, como Nuestro Señor, una fe firme en el Dios Trino y Único, una confianza plena en la sabiduría del Espíritu Santo. Y, por supuesto, una guía confiable que son las Escrituras.
Eso es lo que nos une, eso es lo que debiéramos escudriñar para encontrar lo que el Señor nos ha revelado y no perdernos en discusiones que de sobra sabemos cómo terminarán.
Porque: ¿qué sentido tiene comenzar un epígrafe con un ataque que ya sabemos la respuesta que va a tener?, ¿qué sentido criticar las prácticas que ya de sobra sabemos que un grupo las acepta y otro no?.
Y ¿qué afán, por Dios, en responder a un argumento con fundamento bíblico con opiniones personales o tradiciones de grupos particulares?
A mí me parece, honestamente, que esas ya son batallas personales, y lo malo es que nos olvidamos del testimonio que debemos dar con nuestra vida. Ya un musulmán nos acusa de falta de amor entre nosotros, y eso que ellos no pueden conocer un Amor como el que nosotros conocemos en el Espíritu Santo.
Eso nosotros mismos lo hemos generado. Examinémonos ante la presencia del Rey, si realmente muchas veces respondemos porque queremos demostrar que tenemos la razón como sea, si planteamos una interrogante para demostrara cuán eruditos o sarcásticos podemos ser, si lo hacemos para vanagloriarnos de lo que el Señor nos ha concedido, si no somos capaces de reconocer la razón que puede haber en un argumento que no está de acuerdo con nuestra posición.
Decía que me uno en cierta manera, porque no pido un cese al fuego de la crítica de una cierta interpretación, o creencia, pero sí que esa crítica se dé con fundamentos, respondiendo al otro en los términos en que plantea su argumento, con respeto a la persona y a las normas elementales de la lógica en el pensamiento. Este Foro podría ser de una gran edificación para quienes apenas comenzamos a caminar en el Señor. Pero también puede volverse atolladero para quienes van acercándose apenas a Cristo.
No se trata de crear un foro de enseñanza, para eso hay sitios de estudio en Internet y en la localidad de cada uno. Pero sí de ser verdaderos cristianos, en medio de la discusión y de la defensa de nuestra fe, recordemos que un día Alguien murió por todos y cada uno, sin hacer acepción, amándonos a todos por igual. Y que ese Alguien un día permitió que un hombre ajeno realizara milagros en su Nombre a pesar de no conocerle, porque Dios juzga por la rectitud del corazón y eso se observa en los frutos de cada rama. Y de que nos servirá tener mucha razón y no entender ni por equivocación lo que es el Amor, la Benignidad, la Paciencia. Ese Amor “que todo lo soporta”.
Ezequiel, sabe que le aprecio y que veo la obra del Señor en usted, por favor, no se preste a entrar en juegos de dimes y diretes, no se burle de quienes traten de caminar en el Señor exhibiéndoles como algo que ellos no son ni quieren ser por ahora. Espero que sepa que se lo digo con el afecto que le profeso y no a manera de un ataque que requiera ninguna justificación de parte suya.
Maripaz, Juan Manuel, continúen dando la “batalla por la paz” en este Foro.
A todos los foristas cuya erudición es mayor que la del promedio: demuestren que también pueden responder con respeto y lógica superior al promedio. Y no caigan por favor en juegos de agresiones con quienes ni siquiera se interesan por encontrar verdaderamente a Cristo, sino que han adoptado ya su propio dogma personal y no están interesados en aprender, sino en destruir.
Querido hermano Jetonius, espero poder seguir aprendiendo de sus aportes que son ejemplo de argumentación con base en la opinión del otro y de lo que usted conoce de la Palabra de Dios. El Señor le bendiga.
Se que me faltaría mencionar a muchos, pero no es la idea de este epígrafe. Todo el día de ayer estuve considerando si debía escribirlo o no, y no he podido estar tranquila hasta hacerlo. Confío en el Señor en que pueda servir de algo para que este Foro no pierda su razón de ser.
Dios les bendiga.
Y Él nos enseñe a todos que no estamos en condiciones de ser filtros de su Gracia, que si bien podemos llegar a conclusiones a la luz de su Palabra no estamos en posición de juzgar y condenar a un hermano. (Ojo, verdadero hermano en Cristo Jesús)
Marcela
------------------
"Tu Gloria, Señor, se extiende por todos los siglos"
Max Lucado lo describe bien en una analogía, que me tomo la libertad de resumir aquí “Dios nos ha enrolado en su armada y nos ha colocado en la embarcación. El barco tiene un propósito: llevarnos con seguridad a la otra orilla…Aún cuando somos diferentes somos iguales,. Cada uno puede contar sobre un encuentro personal con el Capitán, porque cada uno ha recibido un llamamiento personal…Hay un solo Capitán y un único destino…Sin embargo, existe una inquietud en cuanto a la discordancia entre la tripulación. Al principio, cuando nos embarcamos, dimos por sentado que los tripulantes eran personas como nosotros. Pero al recorrer las cubiertas hemos encontrado curiosos convertidos con raras apariencias…La variedad de vestidos no es tan perturbadora como la abundancia de opiniones”
Aquí comienza a describir las inclinaciones en cuando a la importancia que para cada grupo tienen ya sea el estudio serio y disciplinado, el dar mayor énfasis a lo que se siente, si servir a Dios es un asunto de “paso a paso” o su basta con decir “aquí estoy Señor”. Y las opiniones se dividen: que sí no puedes o caerte del barco, o que es una necedad pero igual puedes hacerlo, que si te ofreciste voluntariamente o te escogieron antes de que estuviera el barco, que si habrá tormenta antes o después de llegar al puerto, que si puedes hablarle a Dios en un lenguaje personal o tales lenguas desaparecieron. Y "ah, cómo tendemos a agruparnos"
Yo añadiría, y ah, cómo tendemos a juzgar, pese a las advertencias que nos da la Palabra de no juzgar nada hasta que luego de la venida del Señor sean descubiertas las verdaderas intenciones.
Por lógica, consideremos que pasará por la mente de quien desde el naufragio ve las refriegas de los marineros, que o no se hablan entre sí, o se atacan, o pretenden que sólo su grupo va en el barco, como si ellos fueran un filtro perfecto de la Gracia Infinita del Señor. Pues por supuesto que hasta miedo les ha de dar subirse, cuando no lo toman como señal inequívoca de que el Cristianismo es incongruente y de ahí su división. Tengamos cuidado hermanos, tal vez estemos siendo piedra de tropiezo y ¿quien querrá ser esa piedra necesaria pero desechada por el Señor?
Yo creo que también a muchos de ustedes ha de preocuparles, verdaderamente, el que una sola persona pudiera decir “yo no creo, no es posible que Dios mismo haya instituido un camino único y verdadero si nadie ha podido ponerse de acuerdo en cuál es, si se presta a interpretaciones ambiguas, si cada grupo afirma tener la verdad absoluta y descalifica a los otros”.
Y cada grupo lo hace con la misma absoluta arrogancia de que ellos sí conocen, porque a ellos los guía el Espíritu Santo, pero no aceptan, ni por mala broma, que ese mismo Espíritu esté guiando a otros. C. S. Lewis decía que no comprendemos la diferencia entre verdades y Realidad, pero que eso no debería significar la ocasión perfecta para una batalla campal.
Cristo nos manda amarnos, antes que ninguna otra cosa, ÉL nos dice que en eso se sabrá que somos suyos. No es por sabernos una doctrina de pe a pa, no es por tener más carismas o dones, no es por orar más ý estudiar menos o viceversa.
Apelo en esto a los foristas que han demostrado un deseo genuino de diálogo, que claro que entrarán en desacuerdos, incluso en diferencias irreconciliables, que bien podrían no existir con una poca más de humildad y de reconocer como autoridad suprema las Escrituras antes que al Vaticano, a Calvino o a John Smith. No es para entrar en polémica, simplemente a mí me parece que lo que sí tenemos en común es, en el mejor de los casos, un sincero amor a Cristo, aceptándolo como Salvador, como Nuestro Señor, una fe firme en el Dios Trino y Único, una confianza plena en la sabiduría del Espíritu Santo. Y, por supuesto, una guía confiable que son las Escrituras.
Eso es lo que nos une, eso es lo que debiéramos escudriñar para encontrar lo que el Señor nos ha revelado y no perdernos en discusiones que de sobra sabemos cómo terminarán.
Porque: ¿qué sentido tiene comenzar un epígrafe con un ataque que ya sabemos la respuesta que va a tener?, ¿qué sentido criticar las prácticas que ya de sobra sabemos que un grupo las acepta y otro no?.
Y ¿qué afán, por Dios, en responder a un argumento con fundamento bíblico con opiniones personales o tradiciones de grupos particulares?
A mí me parece, honestamente, que esas ya son batallas personales, y lo malo es que nos olvidamos del testimonio que debemos dar con nuestra vida. Ya un musulmán nos acusa de falta de amor entre nosotros, y eso que ellos no pueden conocer un Amor como el que nosotros conocemos en el Espíritu Santo.
Eso nosotros mismos lo hemos generado. Examinémonos ante la presencia del Rey, si realmente muchas veces respondemos porque queremos demostrar que tenemos la razón como sea, si planteamos una interrogante para demostrara cuán eruditos o sarcásticos podemos ser, si lo hacemos para vanagloriarnos de lo que el Señor nos ha concedido, si no somos capaces de reconocer la razón que puede haber en un argumento que no está de acuerdo con nuestra posición.
Decía que me uno en cierta manera, porque no pido un cese al fuego de la crítica de una cierta interpretación, o creencia, pero sí que esa crítica se dé con fundamentos, respondiendo al otro en los términos en que plantea su argumento, con respeto a la persona y a las normas elementales de la lógica en el pensamiento. Este Foro podría ser de una gran edificación para quienes apenas comenzamos a caminar en el Señor. Pero también puede volverse atolladero para quienes van acercándose apenas a Cristo.
No se trata de crear un foro de enseñanza, para eso hay sitios de estudio en Internet y en la localidad de cada uno. Pero sí de ser verdaderos cristianos, en medio de la discusión y de la defensa de nuestra fe, recordemos que un día Alguien murió por todos y cada uno, sin hacer acepción, amándonos a todos por igual. Y que ese Alguien un día permitió que un hombre ajeno realizara milagros en su Nombre a pesar de no conocerle, porque Dios juzga por la rectitud del corazón y eso se observa en los frutos de cada rama. Y de que nos servirá tener mucha razón y no entender ni por equivocación lo que es el Amor, la Benignidad, la Paciencia. Ese Amor “que todo lo soporta”.
Ezequiel, sabe que le aprecio y que veo la obra del Señor en usted, por favor, no se preste a entrar en juegos de dimes y diretes, no se burle de quienes traten de caminar en el Señor exhibiéndoles como algo que ellos no son ni quieren ser por ahora. Espero que sepa que se lo digo con el afecto que le profeso y no a manera de un ataque que requiera ninguna justificación de parte suya.
Maripaz, Juan Manuel, continúen dando la “batalla por la paz” en este Foro.
A todos los foristas cuya erudición es mayor que la del promedio: demuestren que también pueden responder con respeto y lógica superior al promedio. Y no caigan por favor en juegos de agresiones con quienes ni siquiera se interesan por encontrar verdaderamente a Cristo, sino que han adoptado ya su propio dogma personal y no están interesados en aprender, sino en destruir.
Querido hermano Jetonius, espero poder seguir aprendiendo de sus aportes que son ejemplo de argumentación con base en la opinión del otro y de lo que usted conoce de la Palabra de Dios. El Señor le bendiga.
Se que me faltaría mencionar a muchos, pero no es la idea de este epígrafe. Todo el día de ayer estuve considerando si debía escribirlo o no, y no he podido estar tranquila hasta hacerlo. Confío en el Señor en que pueda servir de algo para que este Foro no pierda su razón de ser.
Dios les bendiga.
Y Él nos enseñe a todos que no estamos en condiciones de ser filtros de su Gracia, que si bien podemos llegar a conclusiones a la luz de su Palabra no estamos en posición de juzgar y condenar a un hermano. (Ojo, verdadero hermano en Cristo Jesús)
Marcela
------------------
"Tu Gloria, Señor, se extiende por todos los siglos"