De niños, cuando íbamos a la escuela y el profesor no se acordaba de mandarnos nada, enseguida salía uno y le decía: "Señor "maistro", ¿qué tenemos que hacer? Eso me pregunto a mí mismo en orden a mi salvación eterna. Porque no me cabe ninguna duda de que este mundo es de paso y hay que hacer algo para salvarse.
Y esto encuentro en mis apuntes de tiempos de estudiante, entresacados del Evangelio de las charlas que nos daban sabiamente nuestros curas:
Ante todo, luchar contra el pecado mortal que nos hace perder la gracia y nos lleva al infierno; luchar también contra el pecado venial que debilita el alma. Luchar contra el demonio, que nos tienta; contra el mundo (o sea el espíritu mundano) que pervierte los valores auténticos; contra la carne que es el peor enemigo, porque siempre nos tienta con sus exigencias de placeres.
Esto es lo negativo. ¿Lo positivo? Aumentar la gracia santificante; recuperarla por el sacramento de la penitencia, si se ha perdido; cumplir los mandamientos de la ley de Dios. Practicar, sobre todo, el amor a Dios y al prójimo. ¡Menudo programa! A pedir fuerza para cumplirlo. JM.Lorenzo
Y esto encuentro en mis apuntes de tiempos de estudiante, entresacados del Evangelio de las charlas que nos daban sabiamente nuestros curas:
Ante todo, luchar contra el pecado mortal que nos hace perder la gracia y nos lleva al infierno; luchar también contra el pecado venial que debilita el alma. Luchar contra el demonio, que nos tienta; contra el mundo (o sea el espíritu mundano) que pervierte los valores auténticos; contra la carne que es el peor enemigo, porque siempre nos tienta con sus exigencias de placeres.
Esto es lo negativo. ¿Lo positivo? Aumentar la gracia santificante; recuperarla por el sacramento de la penitencia, si se ha perdido; cumplir los mandamientos de la ley de Dios. Practicar, sobre todo, el amor a Dios y al prójimo. ¡Menudo programa! A pedir fuerza para cumplirlo. JM.Lorenzo