¿QUÉ SIGNIFICA VIVIR DEL EVANGELIO?
Antes que nada, gracias por opiniones.
Obviamente, no se necesitan años en un Instituto de Teología para descubrir que el sacrificio de la propia vida –o al menos de la calidad de vida- por amor al prójimo (Juan 10:11, 45; 15:13), es un principio importante del mensaje cristiano. Pero lejana y convenientemente olvidada está la época en que los primeros sucesores de Cristo recorrían el mundo armados sólo de duras sandalias, pidiendo a las personas que postergaran sus ambiciones materiales para convertirse en siervos de los más pobres y necesitados (Mateo 6:24-34; 10:1-15)
Una pregunta importante que debe hacerse el creyente que cree tener un llamado para servir en la obra de Dios es el asunto financiero. El ejercicio de la fe resulta vital para desarrollar un ministerio, sea cual sea el ministerio. Una cristiana, que sentía un llamado a levantar una obra en el extranjero, consultó sobre la forma en que serían suplidas las necesidades económicas de la obra, se le dio la siguiente pregunta: ¿Va usted por iniciativa propia, o la está enviando Dios?, Ella responde: “Dios me está enviando”. Entonces se le dijo: “Entonces no se necesitan más preguntas, porque si Dios la envía a usted Él deberá ser responsable”.
Hoy en día y quizás por largo tiempo, se plantea la fe como un poder para obtener cosas, es decir, la fe es un “poder mágico” que convertirá las piedras en pan. Tentación que Satán aplicó a Cristo en el desierto, y lo hizo con la Escritura. Pero Cristo le responde con la Escritura también, para hacerle ver al mentiroso, que la Escritura no se contradice y que tampoco se debe tergiversarla para fines propios. La fe, no es un poder mágico, es un don por el cual nos relacionamos con Dios, es un don por el cual se nos revela la verdad y por ende, nos lleva a vivir una verdadera vida de fe, que consiste en conocer y hacer la verdadera voluntad de Dios, el justo, por la fe vivirá.
El hombre, que no vive la fe verdadera, deberá recurrir a los negocios mundanos o seculares para mantener su obra, y por ende, su ministerio no es espiritual sino carnal. Se predica: “Que por la fe conquistaron reinos”, entonces se nos quiere hacer ver que la fe es un poder conquistador, potencialmente para conquistar bienes inmuebles, terrenos, etc. Es así, como se estimulará –usando siempre la Escritura- a la congregación a trabajar en conquista de los proyectos de sus líderes, ha esto, le llamarán el poder de la fe. Pero, si sacamos un solo ejemplo de fe de algunos siervos de Dios nombrados en la Biblia, como sería el caso de Josué, veremos, que él nunca actuó por iniciativa propia, él no planificó la caída de los muros de Jericó ni las vueltas que tenía que realizar alrededor de la ciudad, él recibió instrucciones divinas y ejecutó conforme a lo revelado por Dios. Él creyó, que tales instrucciones eran de Dios, fue un acción de fe verdadera. ¿Vio Noé a Dios?, Dios es invisible, es Espíritu y Noé escuchó la voz de Dios, él creyó y actúo.
Es decir, él o ellos no se dijeron así mismo: “Voy hacer esto para la gloria de Dios”. Ellos no actuaron por iniciativa propia, no fue a Noé a quien se le ocurrió construir un Arca, se le ocurrió a Dios, fue un proyecto divino y se lo reveló. Esto, es para mí hacer la obra de Dios, es decir, hacer lo que él te ordena, sólo así, irás con todo el respaldo del Padre, pero si es por iniciativa propia, tendrá que recurrir tarde o temprano a tus técnicas, estrategias y habilidades personales para concretar tu proyecto. Lo que realmente glorifica y exalta a Dios, es el hacer lo que Él ordena y no lo que nosotros hagamos para su gloria, por muy buena que pueda resultar la idea (Salmo 51:15-17; 1 Samuel 15:22, 23)
Los hombres de Dios trabajan por medio de la fe y bajo el apremio del amor divino. El ejemplo expuesto o mejor dicho el mal ejemplo, es una comunidad dirigida por líderes que arrastran durante la última década un gran éxito económico y material. El jefe de éstos líderes, controla hasta el salario de sus congregantes para saber cuánto realmente deben diezmar, junto con reiterar las ofrendas en una reunión, cuando el monto no alcanza a sus metas económicas.
Con respecto al diezmo, hay un estudio completo y muy bueno en este mismo sitio. Los pasajes bíblicos expuestos anteriormente, demuestran claramente cómo se debe mover un siervo de Dios y con esto, no me refiero sólo aquellos que están en el liderazgo, sino para todos nosotros los creyentes.
La gran ofrenda descrita en las cartas a los corintios, tenía como fin suplir las necesidades de todos los creyentes en Jerusalén. Debía ser una ofrenda surgida del corazón y de voluntad. Pablo se preocupa de que haya igualdad, es decir, que el que dé vea que no quede sin nada. No se trata de que tu des y quedes sin poder suplir tus propias necesidades.
Donde el amor divino está presente, habrá por parte de los creyentes generosidad para suplir las necesidades de los que están dedicados a la obra del ministerio. Pero no todos tienen la fe y la paciencia para esperar que Dios toque los corazones de los discípulos. Hoy conocemos el contrato de trabajo y el pago por servicios prestados, pero no se debe ver la iglesia como una empresa. Es por esta razón, que muchos buscan ser pastores, ya que en un trabajo secular, no recibirían lo que perciben al estar al frente de una comunidad.
Pablo recibía regalos de parte de los creyentes (Filipenses 4:16; 2 Corintios 11:19) Estos son ejemplos de vivir del evangelio. Él nunca presionó o ejerció su apostolado para sacar ganancias económicas. Claro está, es que no son muchos los que practican su ejemplo, prefieren referirse a los derechos de un apóstol. El buey que trabaja no exige, no establece sus derechos al amo para que lo alimente. El amo sabe, que si no alimenta a su buey, se debilitará y morirá. Un buey muerto no le servirá en su trabajo. A lo mejor, el buey tiene más fe que muchos de los actuales líderes. El buey puede perfectamente ser cada uno de nosotros, y Dios nuestro amo: “¿No valéis vosotros mucho más que ellas?”, refiriéndose a las aves del cielo que Dios alimenta, de igual modo en el caso del buey (Mateo 6:24-34)
Creo que Dios prospera, reitero, que Dios prospera. El éxito o la prosperidad de muchos líderes actualmente, no es debido a la bendición de Dios como ellos proclaman, sino a sus estrategias, a sus técnicas, a sus habilidades de oratoria y a su carisma personal, como también, a la capacidad natural de administrar la comunidad como una empresa.
Se habla de una iglesia rica. El líder argentino Ricardo Di Rocco (creo que así se escribe) dijo en uno de sus discursos: “Cómo creen ustedes que era la iglesia primitiva, rica o pobre?” La asamblea no contestó y Di Rocco respondió: “Pues era rica, no tenían necesidad de nada”.
Obviamente, la frase “no tenían necesidad de nada” está en la Biblia, pero que la iglesia primitiva era rica, es algo que todavía no encuentro. Sencillamente, fue una revelación, una revelación de Di Rocco, como la revelación de que Jesús usaba un anillo de oro o tales ejercicios aplicaba para mantenerse en forma. Creo, que a muchos líderes, habría que pasarlos por la prueba del “Doping”.
Mientras que otros, con la excusa de asistir a diferentes seminarios para tener nuevas revelaciones o un crecimiento espiritual, viajan por todo el mundo. Un pastor conocido por mí, me dijo: “Tengo pensado viajar a la India para asistir a un seminario, pero necesito como mínimo un millón de pesos” (No se como se evalúa tal valor en otras monedas, pero acá es bastante dinero) Pero resulta, que el pastor tenía una congregación no superior a los 30 creyentes, y algunos de ellos sin trabajo y compuesta por dueñas de casa. ¿De dónde sacaría el dinero para poder viajar y cancelar los gastos? Pues de su pequeña congregación. Creo, que la pérdida del sentido común también sale del corazón del hombre y lo contamina.
Ejercitar la fe, vivir bajo el apremio del amor y de la fidelidad de Dios, como también el ejercicio del amor divino en los creyentes, son las maneras de vivir del evangelio. Una obra ejercida por medio de la fe (no la fe poder mágico) será una obra espiritual. Un buen pastor da su vida por las ovejas, y las buenas ovejas cuidarán a un buen siervo y pastor de Dios.
Donde está el Espíritu del Señor, ahí hay libertad.
Un saludo a todos.