Hola Miguel
Bahá’u’lláh compara esta vida con la vida intrauterina de un feto… feto para el mundo le resultaría incomprensible.
Sería imposible intentar explicarle al feto el color amarillo de un girasol, o lo que significa hornear un pan, calcular la longitud de la hipotenusa, o hacer el amor con la mujer que amas.
Aun así, el feto está desarrollando su capacidad para experimentar algún día estas cosas mediante el cuerpo. Por eso desarrolla ojos, manos, cerebro. Y aquello que solo le sirvió de soporte: la placenta, será desechado. No lo acompañará en esta vida.
De la misma manera, las Escrituras no podrían jamás hacernos entender la vida que nos espera después de la muerte. Solo sabemos que esta vida nos prepara para desarrollar las capacidades espirituales que necesitaremos para disfrutar las cosas del más allá. Este cuerpo será desechado: es nuestra placenta.