El enigma de las reliquias
Según la tradición oriental, Lázaro, después de la Muerte y Resurrección de Jesús, se habría trasladado a Chipre donde habría sido obispo por treinta años. Esta tradición es refrendada por el descubrimiento en Citio, la actual Lárnaca, en el año 890, de una lápida sobre la cual están grabadas estas palabras: “Lázaro, el amigo de Cristo”. Las reliquias fueron luego trasladadas a Costantinopla por orden del emperador León VI el Filósofo, y finalmente a Francia por obra de los Cruzados. Sin embargo el traslado de las reliquias podría haber sido solo parcial, porque en 1972 fue hallada en Lárnaca un arca de mármol con las reliquias que se atribuyen al mismo Lázaro. Otra versión de la historia dice en cambio que Lázaro, Marta, María y un cierto Máximo fueron embarcados en un bote sin remos, ni velas, ni timón y que esta barca habría llegado a las costas de la Francia meridional. Esta versión entra a formar parte también de la “Leyenda Dorada” de Santiago de la Vorágine que relata que Lázaro y sus hermanas habrían ido a predicar a Francia, donde Lázaro se habría convertido en el primer obispo de Marsella. Aquí habría sido martirizado bajo la persecución del emperador Nerón.