¿Qué medios utiliza el Señor para guiarnos a él?
Saludos hermanos:
He notado tanto en persona como en los foros cristianos el problema que existe con los diez mandamientos y el sábado. Muchos dicen desde los pulpitos que somos salvo por gracia y que no tenemos necesidad de guardar la ley porque Jesús la guardo por nosotros y luego la abolió en la cruz dejándonos libre de su cumplimiento.
Pero por otro lado ellos la guardan y dicen desde los pulpitos en forma indirecta que tenemos que guardarla.
He estado analizando todo esto y me he dado cuenta que tanto ellos como cada cristiano de casi todas las religiones reconocen el cumplimiento de la ley y la guardan sin darse cuenta.
En este mundo existen varias clases de cristianos. Están los que guardan 8 mandamientos y los que guardad 9 y 10. Aun los que no profesan ninguna religión están sometidos a ellos.
Si usted es cristiano, esta en una de las clases que he mencionado, aunque crea que fueron abolidos y no hay que guardarlos, esta guardando por lo menos de 8, a 9 mandamientos.
Si usted es sincero con sigo mismo, se dará cuenta que esto es una realidad, y que la ley de Dios no fue abolida y esta vigente en el corazón de cada cristiano sin importar a la religión que pertenezca, y que usted como cristiano la esta guardando guiado por el Espíritu Santo sin darse cuenta. Y la guarda por amor al Señor, aunque sean 8, o 9 mandamientos.
Espero que me entiendan lo que quiero explicarles.
Cada uno de nosotros como cristiano, nos llego el día en el cual el Señor nos extendió el llamado y sentimos que alguien nos rebelaba nuestra condición pecaminosa por andar por otros caminos que no eran del agrado del Señor y sentimos la necesidad de un salvador y fuimos a él.
Uno comienza a vivir una experiencia con él. Uno siente que nos están guiando por un camino diferente. Siente el deseo de buscar mas del Señor. De estudiar mas de su Palabra. Sentimos un rechazo a las cosas que antes hacíamos. Sentimos el deseo de hacer la voluntad de Dios y vivir en él cada día.
Que ha sucedido en nuestro ser en ese momento. Es el nuevo nacimiento. Es la obra del Espíritu Santo obrando en nuestras vidas. Según pasaban los días ese primer amor crecía mas y más en nosotros.
El cambio de corazón representado por el nuevo nacimiento puede realizarse únicamente por la obra efectiva del Espíritu Santo, sin el cual, según expuso Jesús, nadie "puede ver el reino de Dios." El primer paso hacia la reconciliación con Dios, es la convicción del pecado. En el nuevo nacimiento el corazón viene a quedar en armonía con Dios.
Cuando se ha efectuado este gran cambio en el pecador, entonces ha pasado de la muerte a la vida, del pecado a la santidad, de la trasgresión y rebelión a la obediencia y a la lealtad. Terminó su antigua vida de separación con Dios; y comenzó la nueva vida de reconciliación, fe y amor.
¿Cómo surgió ese cambio en nuestras vidas?
¿Quién no hizo ver nuestra condición?
¿Qué medio utilizó el Señor para guiarnos a él?
Mas adelante tendremos las respuestas a estas preguntas.
Pero antes permítame mostrarle algo que he preparando en el cual me he dado cuenta que muchos dirigentes cristianos que enseñanza desde los pulpitos que ya no tenemos que guardar la ley de Dios porque esa era para lo judíos y que Jesús la abolió en la cruz. Pero ellos mismos la guardan casi toda y enseñan a la iglesia que la guarden.
Recuerdo a un pastor evangélico, conocido por todos, en un mensaje presentado por su cadena de televisión. Presentaba los pecados que estaban predominando tanto en el mundo como en la iglesia. Solo resumiré una parte del mensaje.
Él decía, cuantos entre nosotros tendrán otros dioses delante de Dios. Cualquier cosa que nos atraiga y que tienda a disminuir nuestro amor a Dios o que impida que le rindamos el debido servicio es para nosotros un dios.
Tengamos cuidado no sea que estemos haciendo imagen de escultura, ni figura alguna de las cosas que hay arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni de las que hay en las aguas debajo de la tierra. Dios no quiere que las adoremos ni le rindamos cultos porque él es nuestro Dios y no hay otro bajo el cielo ni en la tierra.
Se debe a los padres mayor grado de amor y respeto que a ninguna otra persona. Dios mismo, que les impuso la responsabilidad de guiar las almas puestas bajo su cuidado, ordenó que durante los primeros años de la vida, los padres estén en lugar de Dios respecto a sus hijos. El que desecha la legítima autoridad de sus padres, desecha la autoridad de Dios. El quinto mandamiento no sólo requiere que los hijos sean respetuosos, sumisos y obedientes a sus padres, sino que también los amen y sean tiernos con ellos, que alivien sus cuidados.
Una de las grandes tragedias que esta sucediendo en este mundo es el poco respeto por la vida.
Todo acto de injusticia que contribuya a abreviar la vida, el espíritu de odio y de venganza, o el abrigar cualquier pasión que se traduzca en hechos perjudiciales para nuestros semejantes o que nos lleve siquiera a desearles mal, pues cualquiera que aborrece a su hermano, es homicida" (1 Juan 3: 15), todas estas cosas son, en mayor o menor grado, es una violación al mandato de Dios.
El adulterio es un medio poderoso que Satanás esta utilizando para destruir los hogares. Los hijos son los que sufren las consecuencias de sus padres por causa de este pecado.
Cuan fácil es para muchos conseguir lo que desean tomando las cosas ajenas. Hoy día tenemos que vivir con cuatro ojos abiertos mirando a todos lados porque cuando más tranquilo esta uno, lo asaltan. No es del agrado de Dios que tomemos lo ajeno. Aun el tiempo que pertenece a Dios no debemos tomarlo, quedándonos en nuestros hogares o haciendo otra cosa en los días de culto.
Uno de los males que predomina en este mundo es hablar falso testimonios de los demás. Aun en las cortes se levantan falsos testimonios para salir bien de las acusaciones.
Cuantas veces dañamos la reputación de nuestros semejantes por medio de tergiversaciones o suposiciones malintencionadas, mediante calumnias o chismes. Hasta la supresión intencional de la verdad, hecha con el fin de perjudicar a otros, es una violación del noveno mandamiento.
La codicia en el corazón humano deseando lo que el otro posee aumenta cada día, muchos no están conforme con lo que tienen, si el vecino compra un auto nuevo él compra otro mejor aunque sacrifique otras cosas de mayor valor.
Este pastor menciono algunos de los diez mandamientos reconociéndolos como un acto pecaminoso.
Creo que como hijos de Dios debemos reconocer que:
1- No podemos tener otros dioses delante de él.
2- No debemos de hacer imágenes ni inclinarnos delante de ellas.
3- No debemos tomar el nombre de Dios en vano.
4- No debemos deshonrar a nuestros padres.
5- No debemos cometer homicidio.
6- No debemos cometer adulterio.
7- No debemos robar.
8- No debemos hablar falsos testimonios contra nuestro prójimo.
9- No debemos codiciar las cosas de los demás.
10-
Como ven he mencionado solo nueve mandamientos de los diez. Porque la gran mayoría de los cristianos no guarda el sábado.
Seamos sinceros, porque esto es una realidad. Como hijos de Dios deben reconocer que estos nueve mandamientos que he mencionado, desobedecerlos son actos desagradables ante Dios. Y como cristianos que profesamos seguir a Cristo no los cometemos porque reconocemos que son actos pecaminosos. El cristiano que diga que en su corazón no siente el deseo de guardarlos y sigue una vida haciendo todo lo que la plazca desobedeciendo cada uno de ellos sin importarle nada, creo que no se debe considerarse como un cristiano.
Porque bien dice la Palabra de Dios: ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os engañéis: que ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales,
ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.(1Corintios 6: 9, 10) (RVA)
Los injustos no heredarán el reino de Dios.
Analicemos las preguntas mencionadas.
¿Cómo surgió ese cambio en nuestras vidas?
¿Quién no hizo ver nuestra condición?
¿Qué medio utilizó para guiarnos s cristo?
En una de mis predicaciones dije: El alma debe primeramente ser convencida de pecado antes que el pecador sienta el deseo de acudir a Cristo. "El pecado es infracción de la ley" (1 Juan 3: 4). El apóstol Pablo dijo: Yo no conocí el pecado sino por la ley" (Rom. 7: 7). Cuando el mandamiento penetró en la conciencia de Saulo, el pecado revivió y él murió. Se vio condenado por la ley de Dios. El pecador no puede ser convencido de su culpabilidad a menos que entienda qué constituye el pecado. Es imposible para el individuo experimentar, la santificación bíblica mientras sostenga que si cree en Cristo da lo mismo que obedezca la ley de Dios o que la desobedezca.
La razón por la cual cada uno de nosotros nos hemos apartado del pecado para seguir al Señor es porque nuestra alma primeramente fue convencida de pecado antes de sentir el deseo de acudir a Cristo.
En otras palabras, la ley de Dios es la que nos convence de pecado, este es el medio que Dios utiliza para conducirnos a Cristo. Como dice en Galatas 3: 24, 25 (RVA): “De manera que la ley ha sido nuestro tutor para llevarnos a Cristo, para que seamos justificados por la fe. Pero como ha venido la fe, ya no estamos bajo tutor.”
Una vez que aceptamos a Cristo somos justificados por la fe, por medio de las obras como dice Santiago 2:26: “Así como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras es muerta.”
Cada uno de nosotros al ser convencidos de pecado por medio de la ley, acudió a Cristo como nuestro único salvador, porque la ley no salva a nadie, solo nos revela nuestra condición para que vallemos a él.
Una vez aceptando a Cristo como nuestro salvador, el Espíritu Santo obra en nuestra vida en forma misteriosa para que guardemos sus mandamientos. Como dice en Ezequiel 36:27, “Pondré mi Espíritu dentro de vosotros y haré que andéis según mis leyes, que guardéis mis decretos y que los pongáis por obra.” (RVA)
Cuando oigo a hermanos que dicen, yo no guardo la ley y veo que la guardan aunque sean 8, o 9 mandamientos les digo: Yo creo igual que tu, Yo tampoco la guardo, "Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.” Romanos 3:20. Porque el que guarda la ley en nosotros es el Espíritu Santo como dice el Señor en su palabra: “Pondré mi Espíritu dentro de vosotros y haré que andéis según mis leyes, que guardéis mis decretos y que los pongáis por obra.” Ezequiel 36:27 (RVA)
Por eso es que guardamos la ley y no nos damos cuenta, porque ninguno de nosotros:
No tenemos otros dioses delante de él.
No hacemos imágenes para inclinarnos ante ellas.
No tomamos su santo nombre en vano.
No deshonramos a nuestros padres.
No matamos.
No cometemos adulterio.
No robamos.
No hablamos falsos testimonios contra nuestro prójimo.
No codiciamos las cosas de los demás.
No sé cuantos se habrán dado cuenta de cómo muchos guardan nueve mandamientos de la ley de Dios guiados por el Espíritu santo.
Decir que la ley de Dios fue abolida y que no tenemos que guardarla va en contra de nuestros principios cristianos porque no es una realidad, porque cada uno de nosotros debe entender que la ley de Dios es parte de nuestro ser y por medio de la obediencia de ella a través el Espíritu Santo es como el Señor obra en nosotros para apartarnos del pecado y hacernos justos delante de él.
El que trate de guardar la ley por sus propios meritos para alcanzar la salvación es un ciego, rechaza el sacrificio de cristo en la cruz. Porque si la salvación fuera por la obediencia de la ley Cristo no tendría que haber venido a este mundo a morir por el pecador.
En la transgresión de la ley, no hay seguridad ni reposo ni justificación. El hombre no puede esperar permanecer inocente delante de Dios y en paz con él mediante los méritos de Cristo, mientras continúe en pecado. Debe cesar de transgredir y llegar a ser leal y fiel. Cuando el pecador examina el gran espejo de la ley moral, ve sus defectos de carácter. Se ve a sí mismo tal como es, manchado, contaminado y condenado. Pero sabe que la ley no puede, en ninguna forma, quitar la culpa ni perdonar al transgresor. Debe ir más allá. La ley no es sino el ayo para llevarlo a Cristo. Debe contemplar a su Salvador que lleva los pecados. Y cuando Cristo se le revela en la cruz del Calvario, muriendo bajo el peso de los pecados de todo el mundo, el Espíritu Santo le muestra la actitud de Dios hacia todos los que se arrepienten de sus transgresiones. "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3: 16).
Como dije al principio, algunos guardan ocho mandamientos, otros guardan nueve y otros diez por obra del Espíritu Santo. Yo guardo los diez porque reconozco que el sábado es el cuarto mandamiento de la ley de Dios. También reconozco que el no lo abolió en la cruz. Porque bien lo dijo él:
"No penséis que he venido para abrogar la Ley o los Profetas. No he venido para abrogar, sino para cumplir. De cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni siquiera una jota ni una tilde pasará de la ley hasta que todo haya sido cumplido. Mateo 5:17, 18. (RVA)
Ni siquiera una jota ni una tilde a sido abolida de su santa ley, que es el trasunto de su carácter.
Es importante hermanos, que sepamos y entendamos que el cambio del sábado por el domingo fue hecho por la iglesia católica. Ellos mismos lo dan a reconocer. No fue el Señor ni los apóstoles que lo hicieron.
En el Catecismo Católico de la Religión Cristiana, al contestar una pregunta relativa al día que se debe guardar en obediencia al cuarto mandamiento, sé hace esta declaración: "Bajo la ley antigua, el sábado era el día santificado; pero la iglesia, instruida por Jesucristo y dirigida por el Espíritu de Dios, substituyó el sábado por el domingo; de manera que ahora santificamos el primer día y no el séptimo. Domingo significa día del Señor, y es lo que ha venido a ser."
Como signo de la autoridad de la iglesia católica, los escritores católicos citan "el acto mismo de cambiar el sábado al domingo, cambio en que los protestantes consienten . . . porque al guardar estrictamente el domingo, ellos reconocen el poder de la iglesia para ordenar fiestas y para imponerlas so pena de incurrir en pecado." -H. Tuberville, An Abridgement of the Christian Doctrine, pág. 58.
Hermanos espero que hayan entendido lo que quiero decirles.
Que el Señor les continúe bendiciendo en el caminar cada día con él.
Manuel
Saludos hermanos:
He notado tanto en persona como en los foros cristianos el problema que existe con los diez mandamientos y el sábado. Muchos dicen desde los pulpitos que somos salvo por gracia y que no tenemos necesidad de guardar la ley porque Jesús la guardo por nosotros y luego la abolió en la cruz dejándonos libre de su cumplimiento.
Pero por otro lado ellos la guardan y dicen desde los pulpitos en forma indirecta que tenemos que guardarla.
He estado analizando todo esto y me he dado cuenta que tanto ellos como cada cristiano de casi todas las religiones reconocen el cumplimiento de la ley y la guardan sin darse cuenta.
En este mundo existen varias clases de cristianos. Están los que guardan 8 mandamientos y los que guardad 9 y 10. Aun los que no profesan ninguna religión están sometidos a ellos.
Si usted es cristiano, esta en una de las clases que he mencionado, aunque crea que fueron abolidos y no hay que guardarlos, esta guardando por lo menos de 8, a 9 mandamientos.
Si usted es sincero con sigo mismo, se dará cuenta que esto es una realidad, y que la ley de Dios no fue abolida y esta vigente en el corazón de cada cristiano sin importar a la religión que pertenezca, y que usted como cristiano la esta guardando guiado por el Espíritu Santo sin darse cuenta. Y la guarda por amor al Señor, aunque sean 8, o 9 mandamientos.
Espero que me entiendan lo que quiero explicarles.
Cada uno de nosotros como cristiano, nos llego el día en el cual el Señor nos extendió el llamado y sentimos que alguien nos rebelaba nuestra condición pecaminosa por andar por otros caminos que no eran del agrado del Señor y sentimos la necesidad de un salvador y fuimos a él.
Uno comienza a vivir una experiencia con él. Uno siente que nos están guiando por un camino diferente. Siente el deseo de buscar mas del Señor. De estudiar mas de su Palabra. Sentimos un rechazo a las cosas que antes hacíamos. Sentimos el deseo de hacer la voluntad de Dios y vivir en él cada día.
Que ha sucedido en nuestro ser en ese momento. Es el nuevo nacimiento. Es la obra del Espíritu Santo obrando en nuestras vidas. Según pasaban los días ese primer amor crecía mas y más en nosotros.
El cambio de corazón representado por el nuevo nacimiento puede realizarse únicamente por la obra efectiva del Espíritu Santo, sin el cual, según expuso Jesús, nadie "puede ver el reino de Dios." El primer paso hacia la reconciliación con Dios, es la convicción del pecado. En el nuevo nacimiento el corazón viene a quedar en armonía con Dios.
Cuando se ha efectuado este gran cambio en el pecador, entonces ha pasado de la muerte a la vida, del pecado a la santidad, de la trasgresión y rebelión a la obediencia y a la lealtad. Terminó su antigua vida de separación con Dios; y comenzó la nueva vida de reconciliación, fe y amor.
¿Cómo surgió ese cambio en nuestras vidas?
¿Quién no hizo ver nuestra condición?
¿Qué medio utilizó el Señor para guiarnos a él?
Mas adelante tendremos las respuestas a estas preguntas.
Pero antes permítame mostrarle algo que he preparando en el cual me he dado cuenta que muchos dirigentes cristianos que enseñanza desde los pulpitos que ya no tenemos que guardar la ley de Dios porque esa era para lo judíos y que Jesús la abolió en la cruz. Pero ellos mismos la guardan casi toda y enseñan a la iglesia que la guarden.
Recuerdo a un pastor evangélico, conocido por todos, en un mensaje presentado por su cadena de televisión. Presentaba los pecados que estaban predominando tanto en el mundo como en la iglesia. Solo resumiré una parte del mensaje.
Él decía, cuantos entre nosotros tendrán otros dioses delante de Dios. Cualquier cosa que nos atraiga y que tienda a disminuir nuestro amor a Dios o que impida que le rindamos el debido servicio es para nosotros un dios.
Tengamos cuidado no sea que estemos haciendo imagen de escultura, ni figura alguna de las cosas que hay arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni de las que hay en las aguas debajo de la tierra. Dios no quiere que las adoremos ni le rindamos cultos porque él es nuestro Dios y no hay otro bajo el cielo ni en la tierra.
Se debe a los padres mayor grado de amor y respeto que a ninguna otra persona. Dios mismo, que les impuso la responsabilidad de guiar las almas puestas bajo su cuidado, ordenó que durante los primeros años de la vida, los padres estén en lugar de Dios respecto a sus hijos. El que desecha la legítima autoridad de sus padres, desecha la autoridad de Dios. El quinto mandamiento no sólo requiere que los hijos sean respetuosos, sumisos y obedientes a sus padres, sino que también los amen y sean tiernos con ellos, que alivien sus cuidados.
Una de las grandes tragedias que esta sucediendo en este mundo es el poco respeto por la vida.
Todo acto de injusticia que contribuya a abreviar la vida, el espíritu de odio y de venganza, o el abrigar cualquier pasión que se traduzca en hechos perjudiciales para nuestros semejantes o que nos lleve siquiera a desearles mal, pues cualquiera que aborrece a su hermano, es homicida" (1 Juan 3: 15), todas estas cosas son, en mayor o menor grado, es una violación al mandato de Dios.
El adulterio es un medio poderoso que Satanás esta utilizando para destruir los hogares. Los hijos son los que sufren las consecuencias de sus padres por causa de este pecado.
Cuan fácil es para muchos conseguir lo que desean tomando las cosas ajenas. Hoy día tenemos que vivir con cuatro ojos abiertos mirando a todos lados porque cuando más tranquilo esta uno, lo asaltan. No es del agrado de Dios que tomemos lo ajeno. Aun el tiempo que pertenece a Dios no debemos tomarlo, quedándonos en nuestros hogares o haciendo otra cosa en los días de culto.
Uno de los males que predomina en este mundo es hablar falso testimonios de los demás. Aun en las cortes se levantan falsos testimonios para salir bien de las acusaciones.
Cuantas veces dañamos la reputación de nuestros semejantes por medio de tergiversaciones o suposiciones malintencionadas, mediante calumnias o chismes. Hasta la supresión intencional de la verdad, hecha con el fin de perjudicar a otros, es una violación del noveno mandamiento.
La codicia en el corazón humano deseando lo que el otro posee aumenta cada día, muchos no están conforme con lo que tienen, si el vecino compra un auto nuevo él compra otro mejor aunque sacrifique otras cosas de mayor valor.
Este pastor menciono algunos de los diez mandamientos reconociéndolos como un acto pecaminoso.
Creo que como hijos de Dios debemos reconocer que:
1- No podemos tener otros dioses delante de él.
2- No debemos de hacer imágenes ni inclinarnos delante de ellas.
3- No debemos tomar el nombre de Dios en vano.
4- No debemos deshonrar a nuestros padres.
5- No debemos cometer homicidio.
6- No debemos cometer adulterio.
7- No debemos robar.
8- No debemos hablar falsos testimonios contra nuestro prójimo.
9- No debemos codiciar las cosas de los demás.
10-
Como ven he mencionado solo nueve mandamientos de los diez. Porque la gran mayoría de los cristianos no guarda el sábado.
Seamos sinceros, porque esto es una realidad. Como hijos de Dios deben reconocer que estos nueve mandamientos que he mencionado, desobedecerlos son actos desagradables ante Dios. Y como cristianos que profesamos seguir a Cristo no los cometemos porque reconocemos que son actos pecaminosos. El cristiano que diga que en su corazón no siente el deseo de guardarlos y sigue una vida haciendo todo lo que la plazca desobedeciendo cada uno de ellos sin importarle nada, creo que no se debe considerarse como un cristiano.
Porque bien dice la Palabra de Dios: ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os engañéis: que ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales,
ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.(1Corintios 6: 9, 10) (RVA)
Los injustos no heredarán el reino de Dios.
Analicemos las preguntas mencionadas.
¿Cómo surgió ese cambio en nuestras vidas?
¿Quién no hizo ver nuestra condición?
¿Qué medio utilizó para guiarnos s cristo?
En una de mis predicaciones dije: El alma debe primeramente ser convencida de pecado antes que el pecador sienta el deseo de acudir a Cristo. "El pecado es infracción de la ley" (1 Juan 3: 4). El apóstol Pablo dijo: Yo no conocí el pecado sino por la ley" (Rom. 7: 7). Cuando el mandamiento penetró en la conciencia de Saulo, el pecado revivió y él murió. Se vio condenado por la ley de Dios. El pecador no puede ser convencido de su culpabilidad a menos que entienda qué constituye el pecado. Es imposible para el individuo experimentar, la santificación bíblica mientras sostenga que si cree en Cristo da lo mismo que obedezca la ley de Dios o que la desobedezca.
La razón por la cual cada uno de nosotros nos hemos apartado del pecado para seguir al Señor es porque nuestra alma primeramente fue convencida de pecado antes de sentir el deseo de acudir a Cristo.
En otras palabras, la ley de Dios es la que nos convence de pecado, este es el medio que Dios utiliza para conducirnos a Cristo. Como dice en Galatas 3: 24, 25 (RVA): “De manera que la ley ha sido nuestro tutor para llevarnos a Cristo, para que seamos justificados por la fe. Pero como ha venido la fe, ya no estamos bajo tutor.”
Una vez que aceptamos a Cristo somos justificados por la fe, por medio de las obras como dice Santiago 2:26: “Así como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras es muerta.”
Cada uno de nosotros al ser convencidos de pecado por medio de la ley, acudió a Cristo como nuestro único salvador, porque la ley no salva a nadie, solo nos revela nuestra condición para que vallemos a él.
Una vez aceptando a Cristo como nuestro salvador, el Espíritu Santo obra en nuestra vida en forma misteriosa para que guardemos sus mandamientos. Como dice en Ezequiel 36:27, “Pondré mi Espíritu dentro de vosotros y haré que andéis según mis leyes, que guardéis mis decretos y que los pongáis por obra.” (RVA)
Cuando oigo a hermanos que dicen, yo no guardo la ley y veo que la guardan aunque sean 8, o 9 mandamientos les digo: Yo creo igual que tu, Yo tampoco la guardo, "Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.” Romanos 3:20. Porque el que guarda la ley en nosotros es el Espíritu Santo como dice el Señor en su palabra: “Pondré mi Espíritu dentro de vosotros y haré que andéis según mis leyes, que guardéis mis decretos y que los pongáis por obra.” Ezequiel 36:27 (RVA)
Por eso es que guardamos la ley y no nos damos cuenta, porque ninguno de nosotros:
No tenemos otros dioses delante de él.
No hacemos imágenes para inclinarnos ante ellas.
No tomamos su santo nombre en vano.
No deshonramos a nuestros padres.
No matamos.
No cometemos adulterio.
No robamos.
No hablamos falsos testimonios contra nuestro prójimo.
No codiciamos las cosas de los demás.
No sé cuantos se habrán dado cuenta de cómo muchos guardan nueve mandamientos de la ley de Dios guiados por el Espíritu santo.
Decir que la ley de Dios fue abolida y que no tenemos que guardarla va en contra de nuestros principios cristianos porque no es una realidad, porque cada uno de nosotros debe entender que la ley de Dios es parte de nuestro ser y por medio de la obediencia de ella a través el Espíritu Santo es como el Señor obra en nosotros para apartarnos del pecado y hacernos justos delante de él.
El que trate de guardar la ley por sus propios meritos para alcanzar la salvación es un ciego, rechaza el sacrificio de cristo en la cruz. Porque si la salvación fuera por la obediencia de la ley Cristo no tendría que haber venido a este mundo a morir por el pecador.
En la transgresión de la ley, no hay seguridad ni reposo ni justificación. El hombre no puede esperar permanecer inocente delante de Dios y en paz con él mediante los méritos de Cristo, mientras continúe en pecado. Debe cesar de transgredir y llegar a ser leal y fiel. Cuando el pecador examina el gran espejo de la ley moral, ve sus defectos de carácter. Se ve a sí mismo tal como es, manchado, contaminado y condenado. Pero sabe que la ley no puede, en ninguna forma, quitar la culpa ni perdonar al transgresor. Debe ir más allá. La ley no es sino el ayo para llevarlo a Cristo. Debe contemplar a su Salvador que lleva los pecados. Y cuando Cristo se le revela en la cruz del Calvario, muriendo bajo el peso de los pecados de todo el mundo, el Espíritu Santo le muestra la actitud de Dios hacia todos los que se arrepienten de sus transgresiones. "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3: 16).
Como dije al principio, algunos guardan ocho mandamientos, otros guardan nueve y otros diez por obra del Espíritu Santo. Yo guardo los diez porque reconozco que el sábado es el cuarto mandamiento de la ley de Dios. También reconozco que el no lo abolió en la cruz. Porque bien lo dijo él:
"No penséis que he venido para abrogar la Ley o los Profetas. No he venido para abrogar, sino para cumplir. De cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni siquiera una jota ni una tilde pasará de la ley hasta que todo haya sido cumplido. Mateo 5:17, 18. (RVA)
Ni siquiera una jota ni una tilde a sido abolida de su santa ley, que es el trasunto de su carácter.
Es importante hermanos, que sepamos y entendamos que el cambio del sábado por el domingo fue hecho por la iglesia católica. Ellos mismos lo dan a reconocer. No fue el Señor ni los apóstoles que lo hicieron.
En el Catecismo Católico de la Religión Cristiana, al contestar una pregunta relativa al día que se debe guardar en obediencia al cuarto mandamiento, sé hace esta declaración: "Bajo la ley antigua, el sábado era el día santificado; pero la iglesia, instruida por Jesucristo y dirigida por el Espíritu de Dios, substituyó el sábado por el domingo; de manera que ahora santificamos el primer día y no el séptimo. Domingo significa día del Señor, y es lo que ha venido a ser."
Como signo de la autoridad de la iglesia católica, los escritores católicos citan "el acto mismo de cambiar el sábado al domingo, cambio en que los protestantes consienten . . . porque al guardar estrictamente el domingo, ellos reconocen el poder de la iglesia para ordenar fiestas y para imponerlas so pena de incurrir en pecado." -H. Tuberville, An Abridgement of the Christian Doctrine, pág. 58.
Hermanos espero que hayan entendido lo que quiero decirles.
Que el Señor les continúe bendiciendo en el caminar cada día con él.
Manuel
no a Elena White. 
