¿Que es el espíritu santo?

El problema es que Dios no comparte su gloria con "otros" y sin embargo, el Hijo tiene la misma gloria del Padre.

Decir que “el Hijo tiene la misma gloria del Padre” es justamente lo que la Biblia no dice.

Lo que dice es:

1. La gloria del Hijo es recibida, no originaria.
Jesús lo afirma explícitamente:

  • “La gloria que me diste” (Jn 17:22)
  • “El Padre le dio tener vida en sí mismo” (Jn 5:26)
  • “Dios lo exaltó hasta lo sumo” (Fil 2:9)

Si la gloria del Hijo fuese idéntica a la del Padre por esencia, no sería dada.

2. Isaías 42:8 niega que Dios comparta Su gloria con “otros dioses”, no con Aquel que Él mismo exalta.
Es el Padre quien glorifica al Hijo.
No es un rival, no es un ídolo, no es “otro dios”: es Su enviado.

Glorificar a quien Él mismo autoriza no viola Isaías 42:8.

3. Si el Hijo recibe la gloria, entonces no es igual al Padre en naturaleza.
Porque quien recibe está en relación de dependencia respecto del que da.
Eso es lo opuesto a igualdad ontológica.


4. El propio texto de Esteban lo refuta.
Esteban ve:

  • “la gloria de Dios” (fuente)
  • “y a Jesús a la diestra de Dios” (exaltado)

Dos realidades distintas, no una sola esencia.

Conclusión:
La Escritura nunca dice que el Hijo tiene la misma gloria por esencia, sino que el Padre se la da.
Recibir gloria confirma subordinación funcional y procedencia, no identidad ontológica.
 
Todo este lío lo montó la iglesia apóstata romana que se empeñó en deshacer la unidad de Dios multiplicándola por tres. Primero asciende a Dios al Hijo que en ningún momento dijo que lo era. La samaritana le hizo la pregunta directa, sin embargo, no dijo que era Dios. Es más siempre el Hijo dijo que era menor hasta la saciedad que el Padre. Todo será sujetado por el Hijo y después el mismo Hijo se someterá a Dios y ¿después dices que no importa lo numérico?

Es un sin sentido repetir como un papagallo lo que amasó una iglesia que traicionó a las Escrituras diciendo que Dios es la suma de Padre, Hijo y Espíritu Santo.

El Hijo tiene un Espíritu distinto del Espíritu del Padre que es precisamente el Espíritu Santo.

Pero ya veo que estás de rodillas ante la iglesia apóstata y seguirás defendiendo la terna que suplió a la capitolina romana. En el fondo los romanos quedaron satisfechos en el cambio y los cristianos crédulos, también, así que todos felices.
-Gratuitamente me endilgas a mí el desvío católico romano, aun a sabiendas que no lo soy ni nunca lo fui.
-Respecto a la samaritana, sabía ella que el Mesías, llamado el Cristo, vendría, y cuando Él le confesó que lo era, ella no desconfió sino que fue a los hombres de la ciudad a darles tal novedad. Un mero hombre común no podría haberle dicho a ella cuanto había hecho. Finalmente, aquellos hombres acabaron diciendo: "...nosotros hemos oído y sabemos que verdaderamente este es el Salvador del mundo, el Cristo".
-Feliz pareces tú porfiando en la herejía cuando tan claramente tantos te expusieron la verdad.
 
Si realmente “conocen de memoria” los textos que demuestran igualdad ontológica entre Padre e Hijo, entonces deberías poder citar al menos uno cuando se te pide explícitamente. Pero una vez más, no lo haces.

Decir que “van desde Génesis a Apocalipsis” no es un argumento; es evitar la pregunta.
...
-Si tu dichosa pregunta es: "¿Dónde afirma la Biblia igualdad ontológica entre Padre e Hijo?" tienes que planteársela a un egresado de alguna Facultad de Teología ¡pero yo no lo soy!
-Si lo que quieres son versículos que muestren cual sea la relación entre Padre e Hijo, suficientes son los que te fueron mostrados. A mí personalmente bien me convencen unos pocos y mi conciencia no me exige más nada: "Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras. Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras". (Jn 14:9-11).
"El Padre y yo uno somos"
(Jn 10:30); "
Y ya no estoy en el mundo; mas estos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros...para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno" (Jn 17: 11,21,22).
-Hay muchísimos versículos más, pero si alguno no creyera a estos ¿a qué los demás?
 
-Si tu dichosa pregunta es: "¿Dónde afirma la Biblia igualdad ontológica entre Padre e Hijo?" tienes que planteársela a un egresado de alguna Facultad de Teología ¡pero yo no lo soy!
-Si lo que quieres son versículos que muestren cual sea la relación entre Padre e Hijo, suficientes son los que te fueron mostrados. A mí personalmente bien me convencen unos pocos y mi conciencia no me exige más nada: "Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras. Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras". (Jn 14:9-11).
"El Padre y yo uno somos"
(Jn 10:30); "
Y ya no estoy en el mundo; mas estos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros...para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno" (Jn 17: 11,21,22).
-Hay muchísimos versículos más, pero si alguno no creyera a estos ¿a qué los demás?

Si citas Juan 14 y Juan 17 para probar “igualdad ontológica”, estás haciendo decir al texto algo que el texto no dice.
Te explico por qué, con tus mismos versículos:

1. Juan 14:9–11 no prueba igualdad de esencia.


El texto dice:
“El Padre que mora en mí, Él hace las obras”.

No dice:
“soy el mismo Ser”, “soy igual en esencia”, “soy coeterno”, ni nada parecido.

Jesús explica la unidad como unidad funcional
  • El Padre habla en el.
  • El Padre obra en el.
En ningún lugar Jesús dice:
“yo soy el Padre” o “tenemos la misma esencia”.


2. Juan 10:30 tampoco dice igualdad ontológica.


“El Padre y yo uno somos”.

Pero en Juan 17 Jesús pide exactamente el mismo tipo de unidad… ¡para los discípulos!:

“para que ellos sean uno, como nosotros somos uno” (Jn 17:21–22)

Si tomas Juan 10:30 como “igualdad ontológica”, entonces:

  • los discípulos también tendrían “igualdad ontológica” entre ellos,
  • o serían “un solo ser”.

Eso es absurdo y contradice completamente la intención del texto.

Jesús mismo define la unidad:
unidad en propósito, misión y voluntad, no identidad de esencia.


3. Nada de lo que citaste responde mi punto principal.


No respondiste a:
  • Juan 14:28 → “El Padre es mayor que yo”.
  • Juan 17:22 → “la gloria que me diste”.
  • Filipenses 2:9 → “Dios lo exaltó hasta lo sumo”.
  • Hechos 7 → Dos entidades claramente distinguibles.
Todos estos textos muestran:
-subordinación
-dependencia
-recepción (gloria dada, vida dada, autoridad dada)

La igualdad ontológica no acepta ninguna de esas categorías.

4. Tu respuesta confirma mi punto:


Dices:
“Si quieres igualdad ontológica, pregúntale a un teólogo. Yo no soy teólogo.

Justamente:
La Biblia no lo dice.
Por eso necesitas teólogos, no Escritura.

CONCLUSIÓN

Los textos que citaste muestran:
  • unidad de misión
  • unidad de propósito
  • el Padre obrando en el Hijo
  • el Hijo revelando al Padre
Pero ninguno, absolutamente ninguno, afirma:
  • “igualdad de esencia”,
  • “misma naturaleza”,
  • “coeternidad”,
  • “sin origen”.
Eso lo aportan doctrinas posteriores, no los textos bíblicos.

Si algún día encuentras un versículo que diga explícitamente lo que afirmas, lo analizamos.
Mientras tanto, sólo puedo basarme en lo que la Escritura sí dice:
el Hijo es engendrado, recibe gloria, es exaltado, y depende del Padre.

Eso es incompatible con “igualdad ontológica”.
 
Decir que “el Hijo tiene la misma gloria del Padre” es justamente lo que la Biblia no dice.

Lo que dice es:

1. La gloria del Hijo es recibida, no originaria.
Jesús lo afirma explícitamente:

  • “La gloria que me diste” (Jn 17:22)
  • “El Padre le dio tener vida en sí mismo” (Jn 5:26)
  • “Dios lo exaltó hasta lo sumo” (Fil 2:9)

Si la gloria del Hijo fuese idéntica a la del Padre por esencia, no sería dada.

2. Isaías 42:8 niega que Dios comparta Su gloria con “otros dioses”, no con Aquel que Él mismo exalta.
Es el Padre quien glorifica al Hijo.
No es un rival, no es un ídolo, no es “otro dios”: es Su enviado.

Glorificar a quien Él mismo autoriza no viola Isaías 42:8.

3. Si el Hijo recibe la gloria, entonces no es igual al Padre en naturaleza.
Porque quien recibe está en relación de dependencia respecto del que da.
Eso es lo opuesto a igualdad ontológica.


4. El propio texto de Esteban lo refuta.
Esteban ve:

  • “la gloria de Dios” (fuente)
  • “y a Jesús a la diestra de Dios” (exaltado)

Dos realidades distintas, no una sola esencia.

Conclusión:
La Escritura nunca dice que el Hijo tiene la misma gloria por esencia, sino que el Padre se la da.
Recibir gloria confirma subordinación funcional y procedencia, no identidad ontológica.
Decir que “el Hijo tiene la misma gloria del Padre” es justamente lo que dice Jesús de sí mismo.

Mateo 16
27 Porque el Hijo del Hombre HA DE VENIR EN LA GLORIA DE SU PADRE con sus ángeles, y entonces recompensará a cada uno según su conducta.

Más explícito no se puede.