Mensaje de Dios contra Damasco:
«La ciudad de Damasco dejará de existir;
quedará hecha un montón de ruinas.
Todo el reino de Siria dejará de existir,
al igual que la ciudad de Damasco;
además, las ciudades del norte,
que son el orgullo de Israel,
se quedarán sin murallas.
Yo soy el Dios todopoderoso,
y juro que así será».
Dios continuó diciendo:
«Cuando Siria sea destruida,
también el gran pueblo de Israel
se quedará sin fuerzas
y perderá todas sus riquezas.
»Israel será arrasada;
quedará como un campo de trigo
después de la cosecha.
Los pocos que queden con vida
serán como esas espigas
que quedan tiradas en el campo,
o como las pocas aceitunas
que quedan en la punta del árbol
después de sacudirlo.
Yo soy el Dios de Israel,
y juro que así será».
Isaías 17:1, 3-6 TLAI
IA CHATGPT
No, Damasco nunca ha sido completamente destruida en su larga historia. Es una de las ciudades más antiguas habitadas de forma continua en el mundo, con registros históricos que se remontan a más de 4,000 años. Aunque ha sufrido invasiones, guerras y destrucción parcial en varias ocasiones, nunca ha sido destruida en su totalidad ni ha quedado completamente deshabitada.
Entre los eventos históricos destacados:
Invasión asiria (732 a. C.): Bajo Tiglat-Pileser III, el Imperio asirio conquistó Damasco, pero no la destruyó por completo. Fue incorporada como una provincia del imperio.
Conquista babilónica: Tras la caída del Imperio asirio, la ciudad pasó por manos babilónicas y persas, pero permaneció en pie.
Invasión romana (64 a. C.): Los romanos capturaron Damasco, pero en lugar de destruirla, la desarrollaron como un importante centro urbano.
Conquistas islámicas (634 d. C.): Damasco fue capturada durante la expansión islámica, pero nuevamente no sufrió una destrucción total. En esta etapa, se convirtió en la capital del Califato Omeya (661-750 d. C.).
Invasiones mongolas y timúridas (1260 y 1400 d. C.): Los mongoles saquearon la ciudad parcialmente, y Tamerlán la devastó en 1400, pero no la arrasaron completamente.
Conflictos modernos: Durante la guerra civil siria (2011-), Damasco sufrió ataques y daños en algunas zonas, pero su núcleo histórico y buena parte de la ciudad permanecieron en pie.
A pesar de estos episodios de violencia y destrucción parcial, Damasco ha mantenido su continuidad como una ciudad habitada a lo largo de milenios, lo que la convierte en un símbolo de resiliencia histórica.