Si se refiere a la Palabra de Dios como Logos, o como evangelio eterno, estoy de acuerdo en que es invariable.
Si se refiere a la Palabra de Dios revelada de manera escrita a través de la Biblia, creo que estaremos de acuerdo en que cambia, y mucho. Se adapta a las necesidades y capacidades del autor y del destinatario humanos. Al igual que la ciencia al estudiar la naturaleza, el estudioso de las Escrituras va comprendiendo cosas distintas a manera que la Biblia va generando nuevas ideas, mandatos, ilustraciones, correlaciones.
El estudioso de las Escrituras del año 400 AC no piensa igual que el estudioso de las Escrituras del año 2000 DC, ni Tales de Mileto piensa igual que Stephen Hawking.
La revelación es progresiva tanto para el exégeta como para el científico.
Estoy de acuerdo, porque la ciencia es un emprendimiento falible... ¡pero falible es también nuestra exégesis y nuestra hermenéutica!
Más bien yo diría que Dios habla a través de la creación. La ciencia es a la creación lo que la exégesis es a la Biblia.
Y así como en cada momento debemos hacerle caso a la Biblia según lo que el Espíritu ( a través de nuestra limitada exégesis) nos da a conocer, así también a cada momento debemos hacerle caso a la naturaleza según lo que el Espíritu, (a través de nuestra limitada ciencia), nos da a conocer... y si mañana debemos rectificar, ¡pues rectifiquemos!
Sí, estoy de acuerdo y de ninguna manera quise decir que tu punto de vista diverge del mío. Si así se interpretó te pido perdón.
Simplemente me permití comentar tu aporte para señalar que la fuente de nuestras objeciones morales a actos específicos no se deriva siempre de la Biblia, como texto, sino de los principios que ella y nuestras conciencias comparten. Por ejemplo, cuando decimos "sé razonable", "sé prudente".