Probable ruptura de matrimonio y mi reacción

Redimido50

Miembro activo
3 Enero 2023
79
39
Estoy casado desde hace diez años. Ambos creyentes en Jesucristo. Mi conversión a Cristo llegó justo a través de mi mujer. Antes de mi matrimonio yo ya era una persona "complicada", con una vida difícil en cuanto a problemas de ansiedad social y depresión crónica. A pesar de todo, siempre conseguí salir adelante mejor que la media siendo una persona totalmente solitaria. Pero fue con la conversión y el matrimonio (con un año más o menos de diferencia) cuando mi vida cambió para mucho mejor, y se fue la soledad y la mayor parte de la ansiedad social y la depresión. Como ella era de otro país, nos fuimos allí un tiempo y mejoré mucho. Volvimos a España y los primeros años seguimos manteniendo muy buena comunión entre nosotros y con Cristo, aunque siempre muy solitarios.

Mi mujer ha sido (y es) una bendición para mi vida, no solo por hablarme de Cristo sino por cómo se ha comportado durante el matrimonio. No es perfecta, claro, pero ha reflejado muchas de las actitudes de Cristo soportándome durante todo este tiempo. Digo soportándome porque yo, con los años, me fui alejando de las actitudes y prácticas cristianas a pesar de seguir leyendo la Biblia y orando. Dejamos de ir a una iglesia por un problema que surgió en ella, y después en mi ciudad no encontrábamos una bíblica bautista. Yo tampoco puse mucho empeño. Aparte de eso, mi carácter del viejo hombre se fue haciendo cada vez más patente. En especial, a raíz de este tema del Covid, perdí como interés por la vida, pedía a Dios que me llevara, y volví a la ansiedad social.

Las actitudes hacia mi esposa fueron en consonancia con mi cambio de actitud: dejé de ser atento como antes, fui perdiendo las ganas de salir, me quejaba por todo lo que me pasaba, no valoraba lo que hacía, fui abandonando el trabajo porque no lo necesitaba, dejé de ser empático con las necesidades de su familia pudiendo ayudarles, y perdí también interés en ella aunque siempre mantuve la fidelidad y el cariño.

Ella, desde finales de 2021, comenzó a adelgazar mucho. Y ya estaba delgada. Pensé que era un problema grave de salud, y ella también. No le encontraron nada, aunque aún no lo sé con exactitud porque está en su país haciéndose más pruebas. Llegó a adelgazar tanto que le podía ver las costillas y los huesos de la cara. Ella me pidió volver a su país y yo oré y tuve una experiencia que tal vez algún día cuente (si a alguien le interesa), donde me convencí de que Dios deseaba ese cambio en nuestra vida. Le dije que sí pero después tuve un miedo tan fuerte y un apego tan grande por mi comodidad aquí que pedí a Dios que me librara de tener que ir allí. Y recibí otra experiencia que me hizo cambiar de opinión. Le dije que no quería ir a su país, cuando ella había avisado a toda su familia y hecho planes (fueron solo unos días). Así que ella, que ya venía con actitudes de irritabilidad, insumisión y faltas de respeto (lógicas ante mi actitud, por otra parte, aunque no exentas de pecado), hizo las maletas y se fue. Lo tomó como una traición, después de haber sufrido mucho conmigo a causa de mi carácter agrio y de lo que ella llama "dureza de corazón". Tiene razón, ciertamente. Aunque ni jamás la toqué, ni le grité. Pero sí fui duro con la lengua muchas veces, no con insultos sino con la verdad desnuda, siendo inmisericorde y a veces muy injusto. Ella también, pero solo desde que adelgazó tanto. Y yo también sufrí, viendo lo que estaba pasando y sin ver que la causa era que nos habíamos ido apartando de las actitudes propias de un creyente (sobre todo yo).

En un principio hablamos y me dijo que volvería, pero llegó un punto en que en otra discusión ya me dijo que no volvería y que pediría el divorcio. Y en esa situación estoy ahora mismo. Sus parientes allí no me hablan desde que llegó, y ella solo lee mis mensajes pero llegó a decirme que solo me respondería cuando tuviera los papeles del divorcio. Aunque ella y yo estamos en contacto con el pastor que nos casó (de su país), y ella quiere reunirse con él, llevo más de un mes sin saber apenas nada de ella. Sé que fue a casa de su madre, pero no sé si está bien o mal, no tengo noticia alguna, y no me permite preguntarle. No hemos pasado por un proceso bíblico de orientación con un pastor ni tengo hermanos allí a los que poder preguntarle por ella. Solo el pastor, que me dijo que la vio en un culto y le dijo que hablaría con él.

Conociendo la firmeza de mi esposa, sé que humanamente es casi imposible que vuelva atrás en su decisión. Y teniendo en cuenta que ella tiene un hijo mayor allí la situación aún es más difícil. Mi testimonio es que estoy pudiendo soportar esta separación y probable divorcio gracias al Señor, sabiendo que todo coopera para nuestro bien. Y no solo eso sino que la separación y la falta de contacto total con ella han conseguido que vuelva a las actitudes cristianas. He reconocido mis pecados ante Dios, ante ella, ante su familia, y me he arrepentido. Estudio la Palabra, hago una auto-confrontación para cambiar de actitud y hasta he conseguido acercarme a alguna persona frente a frente para predicar el evangelio. Ahora la soledad me parece algo pesado y, a veces, insoportable. Y creedme cuando digo que es una soledad extrema. Salgo a la calle, conduzco, voy a comprar y todo eso. No tengo ya problemas de ese tipo. Pero no tengo amistad alguna con nadie. Nadie a quien llamar excepto un hermano de sangre no creyente que tampoco está muy dispuesto a darme conversación (lógico, habiéndolo yo ignorado durante años). Dejé de tener contacto con los hermanos de la iglesia tanto en su país como en el mío. Así que no solo voy en soledad a todas partes, y vivo solo, sino que muchas veces necesitaría mantener contacto con alguien y no puedo. Gracias a Dios que tengo a Cristo y Él siempre está conmigo, pero a veces es tan necesario un ser humano para compartir tus pensamientos que me siento como en un planeta lejano y aislado.

Quería compartir este testimonio sobre todo a los hombres casados, para que no caigan en el mismo error que yo y comiencen con el tiempo a ser duros de corazón con sus esposas. Traten de amarlas como Cristo ama a la iglesia. No piensen que son hombres como ustedes. Ellas son el vaso más frágil, es preciso estar más atentos a sus emociones y ayudarlas sin tanta queja, amparándose en ser la cabeza en cuanto a las decisiones y pensando que por estar casado con una creyente ella va a tener que aguantar tus amarguras o tus actitudes todo el tiempo. Yo espero que Dios tenga misericordia y ella, primero, se recupere de su problema de salud (tal vez emocional), y, segundo, quiera reconciliarse. Pero si no es así, mi disciplina estará muy bien merecida y debería servir de alerta para todos aquellos que no valoran tener una esposa que te apoya, te levanta, te ayuda, te da compañía, te da sosiego, se preocupa por ti, etc. Sean con sus esposas como leemos en 1 Corintios 13:4-7.: "El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta."

Sea como sea, que mi sufrimiento (y el de ella), por toda esta situación, sirvan para gloria de Dios y podamos servirle juntos o separados de la mejor forma posible.
 
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Mejores son DOS que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. También si DOS durmieren juntos, se calentarán mutuamente; mas ¿cómo se calentará uno solo? Y si alguno prevaleciere contra uno, DOS le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto​

Eclesiastes 4:9-12
 
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Estoy casado desde hace diez años. Ambos creyentes en Jesucristo. Mi conversión a Cristo llegó justo a través de mi mujer. Antes de mi matrimonio yo ya era una persona "complicada", con una vida difícil en cuanto a problemas de ansiedad social y depresión crónica. A pesar de todo, siempre conseguí salir adelante mejor que la media siendo una persona totalmente solitaria. Pero fue con la conversión y el matrimonio (con un año más o menos de diferencia) cuando mi vida cambió para mucho mejor, y se fue la soledad y la mayor parte de la ansiedad social y la depresión. Como ella era de otro país, nos fuimos allí un tiempo y mejoré mucho. Volvimos a España y los primeros años seguimos manteniendo muy buena comunión entre nosotros y con Cristo, aunque siempre muy solitarios.

Mi mujer ha sido (y es) una bendición para mi vida, no solo por hablarme de Cristo sino por cómo se ha comportado durante el matrimonio. No es perfecta, claro, pero ha reflejado muchas de las actitudes de Cristo soportándome durante todo este tiempo. Digo soportándome porque yo, con los años, me fui alejando de las actitudes y prácticas cristianas a pesar de seguir leyendo la Biblia y orando. Dejamos de ir a una iglesia por un problema que surgió en ella, y después en mi ciudad no encontrábamos una bíblica bautista. Yo tampoco puse mucho empeño. Aparte de eso, mi carácter del viejo hombre se fue haciendo cada vez más patente. En especial, a raíz de este tema del Covid, perdí como interés por la vida, pedía a Dios que me llevara, y volví a la ansiedad social.

Las actitudes hacia mi esposa fueron en consonancia con mi cambio de actitud: dejé de ser atento como antes, fui perdiendo las ganas de salir, me quejaba por todo lo que me pasaba, no valoraba lo que hacía, fui abandonando el trabajo porque no lo necesitaba, dejé de ser empático con las necesidades de su familia pudiendo ayudarles, y perdí también interés en ella aunque siempre mantuve la fidelidad y el cariño.

Ella, desde finales de 2021, comenzó a adelgazar mucho. Y ya estaba delgada. Pensé que era un problema grave de salud, y ella también. No le encontraron nada, aunque aún no lo sé con exactitud porque está en su país haciéndose más pruebas. Llegó a adelgazar tanto que le podía ver las costillas y los huesos de la cara. Ella me pidió volver a su país y yo oré y tuve una experiencia que tal vez algún día cuente (si a alguien le interesa), donde me convencí de que Dios deseaba ese cambio en nuestra vida. Le dije que sí pero después tuve un miedo tan fuerte y un apego tan grande por mi comodidad aquí que pedí a Dios que me librara de tener que ir allí. Y recibí otra experiencia que me hizo cambiar de opinión. Le dije que no quería ir a su país, cuando ella había avisado a toda su familia y hecho planes (fueron solo unos días). Así que ella, que ya venía con actitudes de irritabilidad, insumisión y faltas de respeto (lógicas ante mi actitud, por otra parte, aunque no exentas de pecado), hizo las maletas y se fue. Lo tomó como una traición, después de haber sufrido mucho conmigo a causa de mi carácter agrio y de lo que ella llama "dureza de corazón". Tiene razón, ciertamente. Aunque ni jamás la toqué, ni le grité. Pero sí fui duro con la lengua muchas veces, no con insultos sino con la verdad desnuda, siendo inmisericorde y a veces muy injusto. Ella también, pero solo desde que adelgazó tanto. Y yo también sufrí, viendo lo que estaba pasando y sin ver que la causa era que nos habíamos ido apartando de las actitudes propias de un creyente (sobre todo yo).

En un principio hablamos y me dijo que volvería, pero llegó un punto en que en otra discusión ya me dijo que no volvería y que pediría el divorcio. Y en esa situación estoy ahora mismo. Sus parientes allí no me hablan desde que llegó, y ella solo lee mis mensajes pero llegó a decirme que solo me respondería cuando tuviera los papeles del divorcio. Aunque ella y yo estamos en contacto con el pastor que nos casó (de su país), y ella quiere reunirse con él, llevo más de un mes sin saber apenas nada de ella. Sé que fue a casa de su madre, pero no sé si está bien o mal, no tengo noticia alguna, y no me permite preguntarle. No hemos pasado por un proceso bíblico de orientación con un pastor ni tengo hermanos allí a los que poder preguntarle por ella. Solo el pastor, que me dijo que la vio en un culto y le dijo que hablaría con él.

Conociendo la firmeza de mi esposa, sé que humanamente es casi imposible que vuelva atrás en su decisión. Y teniendo en cuenta que ella tiene un hijo mayor allí la situación aún es más difícil. Mi testimonio es que estoy pudiendo soportar esta separación y probable divorcio gracias al Señor, sabiendo que todo coopera para nuestro bien. Y no solo eso sino que la separación y la falta de contacto total con ella han conseguido que vuelva a las actitudes cristianas. He reconocido mis pecados ante Dios, ante ella, ante su familia, y me he arrepentido. Estudio la Palabra, hago una auto-confrontación para cambiar de actitud y hasta he conseguido acercarme a alguna persona frente a frente para predicar el evangelio. Ahora la soledad me parece algo pesado y, a veces, insoportable. Y creedme cuando digo que es una soledad extrema. Salgo a la calle, conduzco, voy a comprar y todo eso. No tengo ya problemas de ese tipo. Pero no tengo amistad alguna con nadie. Nadie a quien llamar excepto un hermano de sangre no creyente que tampoco está muy dispuesto a darme conversación (lógico, habiéndolo yo ignorado durante años). Dejé de tener contacto con los hermanos de la iglesia tanto en su país como en el mío. Así que no solo voy en soledad a todas partes, y vivo solo, sino que muchas veces necesitaría mantener contacto con alguien y no puedo. Gracias a Dios que tengo a Cristo y Él siempre está conmigo, pero a veces es tan necesario un ser humano para compartir tus pensamientos que me siento como en un planeta lejano y aislado.

Quería compartir este testimonio sobre todo a los hombres casados, para que no caigan en el mismo error que yo y comiencen con el tiempo a ser duros de corazón con sus esposas. Traten de amarlas como Cristo ama a la iglesia. No piensen que son hombres como ustedes. Ellas son el vaso más frágil, es preciso estar más atentos a sus emociones y ayudarlas sin tanta queja, amparándose en ser la cabeza en cuanto a las decisiones y pensando que por estar casado con una creyente ella va a tener que aguantar tus amarguras o tus actitudes todo el tiempo. Yo espero que Dios tenga misericordia y ella, primero, se recupere de su problema de salud (tal vez emocional), y, segundo, quiera reconciliarse. Pero si no es así, mi disciplina estará muy bien merecida y debería servir de alerta para todos aquellos que no valoran tener una esposa que te apoya, te levanta, te ayuda, te da compañía, te da sosiego, se preocupa por ti, etc. Sean con sus esposas como leemos en 1 Corintios 13:4-7.: "El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta."

Sea como sea, que mi sufrimiento (y el de ella), por toda esta situación, sirvan para gloria de Dios y podamos servirle juntos o separados de la mejor forma posible.
No pierda la esperanza, siga orando , el Señor oye CADA oración nuestra.
Busque LLENARSE del Espíritu Santo, que es PODER de Dios para poder pasar las pruebas diarias, que el diablo está como león rugiente buscando a quien devorar.


pero recibiréis PODER, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.​

Hechos 1:8

ENTIENDO MUCHO SU SITUACIÓN, MI ESPOSO ( NO CRISTIANO) PASÓ POR DEPRESSION Y BORND OUT... GRACIAS AL SEÑOR ESTÁ MUCHO MEJOR AHORA... EL TAMBIÉN SIEMPRE MALHUMORADO Y TRISTE NO ME ERA FÁCIL ESTAR A SU LADO.. PERO DIOS ERA MI FORTALEZA... LE AGRADEZCO A DIOS QUE ME AYUDÓ VPN PAZ Y AMOR EN MI CORAZÓN.. Y SEGUIMOS AUN JUNTOS, MIS HIJOS ESTAN YA GRANDES Y PUDIERON GOZAR DE "UNA FAMILIA" ESO ES MUY IMPORTANTE PARA MI.

ESTE ES MI CORREO [email protected]

Si desea escribirme estaré contenta de saber mas de usted.
Que el Señor nos ayude, nos de cada dia más de su Espíritu .

....pues El da el Espíritu sin medida....
Juan 3:34
 
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Gracias, Tely, por los versículos y por sus consejos edificantes.

Sin duda mantengo la esperanza en Cristo de que mi aún esposa pueda volver a la senda bíblica (en la que siempre ha estado) y abandone la idea abominable del divorcio. El hecho de haberse ido al otro lado del océano, recurrir al contacto cero, y haber renunciado a una orientación juntos con el pastor que nos casó lo hace más difícil, pero todo es posible al que cree en Cristo. Yo he hecho mi parte con Dios y con ella, confesando mis pecados, arrepintiéndome, haciendo propuestas prácticas de restitución y sometiéndome a orientación pastoral, así que mi conciencia ante Dios está tranquila.

Mi testimonio también es de cómo una situación tan adversa como esta me ha llenado del Espíritu como usted dice. A pesar de mi desesperación inicial, y mi tristeza a veces, Dios me ha dado fuerzas para salir de la depresión oculta en la que estaba (sin necesidad de psiquiatra) y a darme cuenta del abandono del "primer amor" (la pasión por el estudio bíblico, la auto-confrontación ante los pecados y la práctica cristiana tras la conversión) tal como nos dice Apocalipsis 2:4-5. Mi conducta cristiana ha cambiado totalmente, y mi tristeza es que ella no lo sabe, no lo cree o tal vez piensa que es solo algo temporal para que vuelva conmigo. Pero lo importante es que Dios sí lo sabe. Y, se divorcie ella o no de mí, voy a seguir por esa senda si Dios quiere y no permite que vuelva a caer.

Aunque dos sean mejor que uno (y bien que lo sé en la práctica), si ella pide el divorcio no puedo hacer nada más que concedérselo y orar por la misericordia de Dios para con ella. Por mucho que sienta la necesidad de estar casado e incluso el deseo de haber tenido hijos, pienso en estos versículos de Pablo: "¿Estás ligado a mujer? No procures soltarte. ¿Estás libre de mujer? No procures casarte." (1 Corintios 7:27 RVR1960) No puedo asegurar cuáles son los planes de Dios para mí, pero en caso de que ella se divorcie yo no creo que vuelva a casarme nunca más.

Siento que su marido no sea cristiano, aunque me alegro enormemente de que haya seguido casada con él a pesar de sus problemas; porque, tal como dice la Escritura: "Porque ¿qué sabes tú, oh mujer, si quizá harás salvo a tu marido?" (1 Corintios 7:16 RVR1960). Oraré para que Dios le dé Su gracia a su marido. Es un gran testimonio por su parte y muy poco frecuente hoy en día incluso entre creyentes. Siga por esa vía, mostrándole día a día el amor citado en 1 Corintios 13 que los no creyentes no valoran en su justa medida (y, a veces, lo digo por mi experiencia propia, los creyentes tampoco).

Y también le agradezco por alertarme de los peligros del maligno en una situación así. Estoy llevándolo bien, gracias a Dios. Las tentaciones están por todas partes. Aunque jamás le he sido infiel de facto, no puedo negar que, a veces, como hombre, me vienen pensamientos pecaminosos a la cabeza cuando veo a otras mujeres (la carencia de intimidad con mi mujer no viene de ahora sino de hace más de un año), pero los rechazo como algo ofensivo a Cristo, que me salvó sin mérito alguno mío sufriendo en la cruz por pecados como esos, y me da alegría esa victoria. Es por ese motivo que no le escribiré a su correo. No es desprecio ni mucho menos, porque me vendría muy bien hablar con personas creyentes. Solo que, aunque usted da muestras de ser una mujer de fe, la "política" en el matrimonio con mi mujer siempre ha sido de no hablar con otras mujeres en privado, ni siquiera de la iglesia, y voy a seguir manteniéndola, ahora más que nunca dada la situación de separación. No digo que sea pecaminoso hablar en privado entre un hombre y una mujer creyentes, sino solo que entre nosotros dos teníamos ese acuerdo para evitar tentaciones y yo lo seguiré respetando. Le agradezco, en todo caso, la disposición.

Nos seguimos leyendo por aquí en público, si Dios quiere.
 
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Gracias, Tely, por los versículos y por sus consejos edificantes.
De nada.
Sin duda mantengo la esperanza en Cristo de que mi aún esposa pueda volver a la senda bíblica (en la que siempre ha estado) y abandone la idea abominable del divorcio. El hecho de haberse ido al otro lado del océano, recurrir al contacto cero, y haber renunciado a una orientación juntos con el pastor que nos casó lo hace más difícil, pero todo es posible al que cree en Cristo. Yo he hecho mi parte con Dios y con ella, confesando mis pecados, arrepintiéndome, haciendo propuestas prácticas de restitución y sometiéndome a orientación pastoral, así que mi conciencia ante Dios está tranquila.
Practica usted el AYUNO?? El ayuno es un arma poderosa del creyente.
Mi testimonio también es de cómo una situación tan adversa como esta me ha llenado del Espíritu como usted dice. A pesar de mi desesperación inicial, y mi tristeza a veces, Dios me ha dado fuerzas para salir de la depresión oculta en la que estaba (sin necesidad de psiquiatra) y a darme cuenta del abandono del "primer amor" (la pasión por el estudio bíblico, la auto-confrontación ante los pecados y la práctica cristiana tras la conversión) tal como nos dice Apocalipsis 2:4-5.
Gracias a Dios se dió cuenta. Muchos no lo reconocen... Para ser Hijos de Dios implica mas que ir los domingos a la iglesia o llamarse "cristianos".... Ser hijos de Dios , es VIVIR cada momento con el Señor, es como lo dice en Apocalipsis; es vivir en "un primer amor" .
Mi conducta cristiana ha cambiado totalmente, y mi tristeza es que ella no lo sabe, no lo cree o tal vez piensa que es solo algo temporal para que vuelva conmigo. Pero lo importante es que Dios sí lo sabe. Y, se divorcie ella o no de mí, voy a seguir por esa senda si Dios quiere y no permite que vuelva a caer.
Que Dios lo ayude! NO es un camino fácil.. pero TODO lo podemos en Cristo que nos fortalece.

Nuestras armas:

La oración,
Lectura de su Santa Palabra ,
El ayuno,
Congregarse en la iglesia con los hermanos.
La alabanza, ....
Aunque dos sean mejor que uno (y bien que lo sé en la práctica), si ella pide el divorcio no puedo hacer nada más que concedérselo y orar por la misericordia de Dios para con ella. Por mucho que sienta la necesidad de estar casado e incluso el deseo de haber tenido hijos, pienso en estos versículos de Pablo: "¿Estás ligado a mujer? No procures soltarte. ¿Estás libre de mujer? No procures casarte." (1 Corintios 7:27 RVR1960) No puedo asegurar cuáles son los planes de Dios para mí, pero en caso de que ella se divorcie yo no creo que vuelva a casarme nunca más.
Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido; y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer
Siento que su marido no sea cristiano, aunque me alegro enormemente de que haya seguido casada con él a pesar de sus problemas; porque, tal como dice la Escritura: "Porque ¿qué sabes tú, oh mujer, si quizá harás salvo a tu marido?" (1 Corintios 7:16 RVR1960). Oraré para que Dios le dé Su gracia a su marido. Es un gran testimonio por su parte y muy poco frecuente hoy en día incluso entre creyentes. Siga por esa vía, mostrándole día a día el amor citado en 1 Corintios 13 que los no creyentes no valoran en su justa medida (y, a veces, lo digo por mi experiencia propia, los creyentes tampoco).
Muchas gracias por los textos. Que el Señor nos ayude. Mi amor por el Señor y OBEDECER su Palabra me daba/da la fuerza para seguir adelante.
Y también le agradezco por alertarme de los peligros del maligno en una situación así. Estoy llevándolo bien, gracias a Dios. Las tentaciones están por todas partes. Aunque jamás le he sido infiel de facto, no puedo negar que, a veces, como hombre, me vienen pensamientos pecaminosos a la cabeza cuando veo a otras mujeres (la carencia de intimidad con mi mujer no viene de ahora sino de hace más de un año), pero los rechazo como algo ofensivo a Cristo, que me salvó sin mérito alguno mío sufriendo en la cruz por pecados como esos, y me da alegría esa victoria.

No os privéis el uno del otro, excepto de común acuerdo y por cierto tiempo, para dedicaros a la oración; volved después a juntaros a fin de que Satanás no os tiente por causa de vuestra falta de dominio propio.​

1 Corintios 7:5
Es por ese motivo que no le escribiré a su correo. No es desprecio ni mucho menos, porque me vendría muy bien hablar con personas creyentes. Solo que, aunque usted da muestras de ser una mujer de fe, la "política" en el matrimonio con mi mujer siempre ha sido de no hablar con otras mujeres en privado, ni siquiera de la iglesia, y voy a seguir manteniéndola, ahora más que nunca dada la situación de separación. No digo que sea pecaminoso hablar en privado entre un hombre y una mujer creyentes, sino solo que entre nosotros dos teníamos ese acuerdo para evitar tentaciones y yo lo seguiré respetando. Le agradezco, en todo caso, la disposición.

Nos seguimos leyendo por aquí en público, si Dios quiere.
Le entiendo. Es una buena "política" :)
 
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Practica usted el AYUNO?? El ayuno es un arma poderosa del creyente.

Lo he practicado alguna vez de forma estricta, máximo dos días. Ahora no. Hago solo un desayuno y un almuerzo al día desde hace al menos dos años, y mi apetito no es mucho. He perdido más de 15 kilos en el último año (aunque estoy bien de salud) desde que los problemas con mi esposa se hicieron más visibles y ella también comenzó a dejar de comer. Lo practicaría, pero con mi pérdida de peso y teniendo en cuenta que debo ser responsable con mis tareas diarias, ahora muchas más que antes, encuentro más prudente ante Dios recuperarme y comer solo por cuestión de subsistencia. Realmente para mí la comida siempre ha sido algo de subsistencia más que por placer. Sé hacer de comer, e intenté hacer la comida yo a mi mujer cuando la vi en esa situación de adelgazamiento rápido, y ella hasta lo aceptó bien un tiempo, pero después, al no ver yo resultados en su peso y reacciones, dejé de hacerlo y volví a responderle mal porque pensaba que era ella quien provocaba de forma consciente esos problemas con la comida. Ciertamente he tenido muchos comportamientos así, de querer ayudarla pero siendo inconstante y con falta de paciencia. Ahora me avergüenzo, y comprendo que ella esté traumatizada. Mi visión depresiva de la vida ha acabado afectándole más a ella que a mí, porque yo llevo pasando tanto tiempo por esa anhedonia que ya estaba acostumbrado.
 
Ciertamente he tenido muchos comportamientos así, de querer ayudarla pero siendo inconstante y con falta de paciencia.
Por ejemplo: LA PACIENCIA es un fruto del Espíritu Santo . Cuál es su entendimiento del Espíritu Santo ?
Ahora me avergüenzo, y comprendo que ella esté traumatizada.
Si ... y muchas veces por mas que usted haya cambiado.... la otra persona no lo ve.. La COSTUMBRE hace imposible ver con claridad ..... cuantos años en esa situación??? Mientra mas años, la herida más grande......si usted cambió, dele tiempo .. no se desanime. También oraré por usted . Lo que es imposible para el hombre es POSIBLE para Dios!
Mi visión depresiva de la vida ha acabado afectándole más a ella que a mí,
si, cuando la pareja de alguien con depresión, NO es fuerte de personalidad, de espíritu, de fe,....
puedo creer que acabe afectándole también.
Cuando mi esposo estuvo muy mal, yo conversaba con él , trataba de darle palabras de aliento, lo escuchaba, lo veia llorar, llorabamos juntos, .... luego yo me sentía "cansadísima" como si me quitaran parte de mi energía, mis fuerzas, mi alegría,...
porque yo llevo pasando tanto tiempo por esa anhedonia que ya estaba acostumbrado.
Lo entiendo. La depresión y otras diferentes alteraciones, en mi experiencia con mi esposo no es uny enfermedad ni física, ni mental,...
es una costumbre y es PRESIÓN de diferentes espíritus a la persona. Qué piensa usted?
 
Por ejemplo: LA PACIENCIA es un fruto del Espíritu Santo . Cuál es su entendimiento del Espíritu Santo ?

Si ... y muchas veces por mas que usted haya cambiado.... la otra persona no lo ve.. La COSTUMBRE hace imposible ver con claridad ..... cuantos años en esa situación??? Mientra mas años, la herida más grande......si usted cambió, dele tiempo .. no se desanime. También oraré por usted . Lo que es imposible para el hombre es POSIBLE para Dios!

si, cuando la pareja de alguien con depresión, NO es fuerte de personalidad, de espíritu, de fe,....
puedo creer que acabe afectándole también.
Cuando mi esposo estuvo muy mal, yo conversaba con él , trataba de darle palabras de aliento, lo escuchaba, lo veia llorar, llorabamos juntos, .... luego yo me sentía "cansadísima" como si me quitaran parte de mi energía, mis fuerzas, mi alegría,...

Lo entiendo. La depresión y otras diferentes alteraciones, en mi experiencia con mi esposo no es uny enfermedad ni física, ni mental,...
es una costumbre y es PRESIÓN de diferentes espíritus a la persona. Qué piensa usted?

Mi entendimiento del Espíritu Santo es que:
  • es una de las tres personas de la Trinidad;
  • habita dentro de nosotros desde el momento de la conversión;
  • nos enseña y recuerda todo lo que necesitamos;
  • nos da consuelo, guía y poder para hacernos más semejantes a Cristo;
  • y que podemos contristarlo (entristecerlo, hacer que su "llama" se vaya haciendo más débil en nosotros), con nuestras malas actitudes.
Sin duda que la paciencia es uno de los frutos del Espíritu Santo. Uno de los muchos que yo no he mostrado con mi esposa y sus familiares, a veces, como el amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, mansedumbre, templanza, etc.

"Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley." (Gálatas 5:22-23 RVR1960)

Tuve una época muy mala, en la que contristé al Espíritu Santo:

"Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia." (Efesios 4:30-31 RVR1960)

La amargura, el enojo, la ira y la maledicencia se convirtieron casi en algo habitual en mi vida tras el coronavirus. Siempre he luchado contra la amargura. Pero tras la conversión, y junto a mi esposa, durante los primeros años, la fui superando. Después comenzó a ir afectándome de nuevo, y tras la muerte de mi madre y el coronavirus más aún. Con el enojo también he llevado una carga pesada toda mi vida. La ira nunca fue en forma de violencia o abuso contra ella ni contra nadie, pero sí que me mostraba airado e irascible con quejas, reclamaciones y palabras de frustración, cuando surgía cualquier pequeño contratiempo (se caía algo al suelo, no salía algo como yo quería, etc). Una actitud que ahora mismo me causa repulsa pero que hasta hace poco tuve. Entiendo lo que mi esposa ha tenido que aguantar y, sin duda, ella se comportó con muchos más frutos del Espíritu que yo. Solo al final en que ya no pudo aguantar, supongo, y cayó también en amargura, enojo e ira, antes de acabar yéndose.

Todo esto se lo reconocí a Dios y a mi esposa, pedí perdón, me arrepentí y mi propósito es de no volver a esas actitudes, esté con ella o no. Porque no se trata de no tener esas actitudes con ella sino con nadie. Ella realmente no ha podido ver mi cambio, porque ya no está aquí conviviendo conmigo, dejó de hablarme y su credibilidad en mí es casi nula. Entonces ahora no puedo mostrarle mi cambio salvo con las pocas palabras que le envío muy de cuando en cuando (y que no son respondidas, aunque las lee). Supongo que puede más el mal testimonio de años que unas palabras por internet. Y no contacto mucho con ella porque ya me dijo que no quería y ni siquiera me responde. Así que confío en la oración y en que el propio Espíritu Santo que habita en ella la haga creer en mi cambio de actitud y darme una nueva oportunidad de demostrarle que yo no soy mis actitudes pecaminosas de esos últimos años. Mi mayor miedo es haberla "contagiado" y que también ella haya acabado contristando al Espíritu Santo y cayendo en tentaciones. Porque me extraña, por ejemplo, que se recuse a hablar con el pastor y que haya sido tan tajante con el divorcio. Oro mucho para que Dios la ayude y no caiga en tentación. Incluso si se divorciara de mí, saber que ella se hubiera desviado por mi causa sería algo más doloroso todavía.

Ella ha sido muy fuerte todos estos años. Ha tenido mucho aguante y paciencia conmigo. No ha sido débil hasta que, el último año, comenzó con el tema de la alimentación y creo que fue a causa de somatizar el desgaste por mis actitudes. También me habló de la pérdida de energía, y que la dejaba exhausta con mis actitudes. En lo que quizás fue débil es en no saber cómo tratar mi propia situación ya que estábamos muy solos y yo aceptaba sus consejos con desgana (y lo hizo ya muy al final, cuando veníamos de mucho desgaste). No veía solución aquí, porque sin iglesia, sin hermanos, sin parientes creyentes, sin amistades, etc, pues es normal que estuviera agobiada viendo que yo solo me aislaba más en mi amargura. No sé si pudo caer en alguna tentación que yo no supiera. A veces lo he pensado, pero no sé, siempre ha sido una mujer fiel a las Escrituras. Ella me dijo cosas, ya al final, como que "iba a obligarla a pecar" y eso me inquietó porque no sabía a qué se refería. Tal vez a hacer lo que ha hecho, irse y querer divorciarse, no sé. Últimamente he pensado si no podría estar hablando con otro hombre por internet hace algún tiempo, pero no tengo pruebas de eso y no quiero ni pensarlo. El otro día tuve hasta una pesadilla con eso (con un hombre concreto recién divorciado que vi en una red social suya, y me extrañó). Y estuve muy nervioso ese día.

En cuanto a la idea de que la depresión no es física ni mental, su idea coincide bastante con la de mi mujer. Ella no hablaba de "espíritus" sino directamente de demonios o de Satanás influenciando. Y en la Biblia está esa influencia, está claro. Pero esa influencia puede causar síntomas físicos y mentales que tienen un diagnóstico médico. Y los médicos están ahí también siendo usados por Dios para ayudarnos si la situación se vuelve inmanejable. Digamos que ella nunca ha sido nada partidaria de tratar la depresión de forma médica sino espiritual. Y yo soy partidario de primero tratar lo espiritual y, después, o al mismo tiempo, tratarlo médicamente si está causando síntomas que perturban la vida diaria. Esa discrepancia entre nosotros tampoco ha ayudado. Discrepábamos en diversos temas bíblicos, y ahora puedo decir que, en general, ella tenía razón.
 
algún avance con lo de su esposa?
 
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algún avance con lo de su esposa?

El pastor que nos casó me dijo que había hablado con ella y que está peor, alimentándose sólo de líquidos. Ella y su familia siguen sin hablarme a pesar de mis intentos. Hace ya unos diez días que no sé si está peor o mejor. Es algo desesperador y solo aguanto por la misericordia de Dios. Sé que esta prueba es para nuestra santificación, no sé si juntos o separados. Confío en la benevolencia y misericordia de Dios.
 
El pastor que nos casó me dijo que había hablado con ella y que está peor, alimentándose sólo de líquidos. Ella y su familia siguen sin hablarme a pesar de mis intentos. Hace ya unos diez días que no sé si está peor o mejor. Es algo desesperador y solo aguanto por la misericordia de Dios. Sé que esta prueba es para nuestra santificación, no sé si juntos o separados. Confío en la benevolencia y misericordia de Dios.
y ya se determinó que enfermedad tiene?
 
y ya se determinó que enfermedad tiene?

No lo sé, ya digo que han cortado totalmente el contacto. Pero es casi al 100% emocional. Ya padecía de este problema gastrointestinal relacionado con la ansiedad antes de conocerme. Lo que no quita para que yo haya influido en esa ansiedad. Ambos hemos padecido mucha ansiedad desde hace unos años.

De momento no sé nada más. Me mantengo en la esperanza de que Dios va a cuidar de ella y de mí, sea separados o juntos.
 
No lo sé, ya digo que han cortado totalmente el contacto. Pero es casi al 100% emocional. Ya padecía de este problema gastrointestinal relacionado con la ansiedad antes de conocerme. Lo que no quita para que yo haya influido en esa ansiedad. Ambos hemos padecido mucha ansiedad desde hace unos años.

De momento no sé nada más. Me mantengo en la esperanza de que Dios va a cuidar de ella y de mí, sea separados o juntos.
a priori suena como si fuese bulimia o anorexia, ella tenia algún complejo con su apariencia?
 
a priori suena como si fuese bulimia o anorexia, ella tenia algún complejo con su apariencia?
Ya hace mucho que no. De pequeña sí porque era gordita y tuvo alguna experiencia traumática con eso. Después ya en la adolescencia adelgazó y pasó toda su vida siendo delgada, bastante delgada. Incluso comiendo no engordaba nada. Pero su cuerpo se mantenía muy bien, en forma. Lo que sí se mantuvo a lo largo del tiempo fue que en períodos de ansiedad perdía totalmente el apetito. A mí me está pasando también ahora, no en tal medida como a ella, pero me está costando mucho comer.

La cuestión es que, sea lo que sea, no puedo hacer nada excepto orar. El contacto es nulo ahora mismo y no tengo forma alguna de contactar con ella. Ni siquiera ya por whatsapp, porque no está leyendo mis mensajes. Y está también el problema añadido de que mi suegra considera que este tipo de problemas no son para ir al psiquiatra sino para tratarlos con ayuno y oración. Más ayuno... En fin, está en las manos de Dios.
 
Ya hace mucho que no. De pequeña sí porque era gordita y tuvo alguna experiencia traumática con eso. Después ya en la adolescencia adelgazó y pasó toda su vida siendo delgada, bastante delgada. Incluso comiendo no engordaba nada. Pero su cuerpo se mantenía muy bien, en forma. Lo que sí se mantuvo a lo largo del tiempo fue que en períodos de ansiedad perdía totalmente el apetito. A mí me está pasando también ahora, no en tal medida como a ella, pero me está costando mucho comer.

La cuestión es que, sea lo que sea, no puedo hacer nada excepto orar. El contacto es nulo ahora mismo y no tengo forma alguna de contactar con ella. Ni siquiera ya por whatsapp, porque no está leyendo mis mensajes. Y está también el problema añadido de que mi suegra considera que este tipo de problemas no son para ir al psiquiatra sino para tratarlos con ayuno y oración. Más ayuno... En fin, está en las manos de Dios.
esto sonará cruel, pero te han mostrado evidencias de que está viva?
 
Desde que ella dejó de hablarme no sé nada de ella. Pero, vamos, que en ese aspecto estoy tranquilo. Sé que su familia no me ocultaría algo así.
y tú como te sientes?, si me pongo en tus zapatos debe de ser una carga muy pesada :(
 
y tú como te sientes?, si me pongo en tus zapatos debe de ser una carga muy pesada :(

Está siendo algo muy duro para mí. Ten en cuenta que éramos uña y carne. Nuestro amor siempre ha sido muy fuerte y unido, aún entre dificultades. No nos separábamos más de 30 minutos en los últimos 9 años. Si sigo en pie es por el consuelo del Espíritu Santo y porque sé que vivo para agradar a Cristo y no a mí. Sigo haciendo mis tareas como puedo, llevando adelante lo que puedo llevar. Este texto puede reflejar cómo actúa en mí la fuerza de Cristo:

"Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos. Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. De manera que la muerte actúa en nosotros, y en vosotros la vida.

Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos, sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos presentará juntamente con vosotros. Porque todas estas cosas padecemos por amor a vosotros, para que abundando la gracia por medio de muchos, la acción de gracias sobreabunde para gloria de Dios.

Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas."
(2 Corintios 4:7-18 RVR1960)

Así que estoy atribulado, en apuros, derribado, y me siento perseguido, pero no desmayo aunque esté sufriendo desgaste en mi cuerpo. Sé que cualquier tribulación, por muy dura que sea, será momentánea, y que Dios va a darme la gracia necesaria para soportarla.
 
algún avance?