Esta pregunta la vengo rumiando y rumiando desde hace tiempo. ¿Me ayudan a contestarla?
Cuando debatimos con alguien que opina distinto, sea aquí en el foro o afuera, no es infrecuente que nuestro interlocutor nos recrimine no tener suficiente fe para entender su punto de vista. Ante eso, nosotros contestamos que no podemos ejercer fe en algo que nos parece incoherente, absurdo, o incluso ridículo.
Pero luego, con el tiempo, nos toca estar en el lado contrario de la mesa. Al otro lo tachamos de incrédulo por no aceptar nuestro punto de vista, y decimos cosas tales como "Esto no se entiende con una mente carnal sino con una mente espiritual" o bien "Para entender esto, tendrías que primero creer / haber nacido de nuevo, etc."
Tengo una respuesta preliminar a esta pregunta, pero aun no estoy satisfecho y me gustaría escuchar la opinión de ustedes. Aquí va lo que pienso:
Pienso que la razón y la fe participan, solo que a veces no tan simultáneamente o en el mismo grado. A veces primero la razón sirve como instrumento para que el Espíritu encienda la fe, y otras la fe resulta el ingrediente que faltaba para comenzar a entender algo, así sea parcialmente.
En la Biblia, hasta donde recuerdo, la mayoría de las conversiones tenían ambos componentes. Quizá por eso son importantes los relatos de milagros. La gente veía, tocaba, oía una realidad objetiva, y eso le ayudaba a creer. Sin embargo, tenemos muchos casos en que primero el pecador o el enfermo demostraban tener fe, y como consecuencia tenían su recompensa objetiva, en forma de una curación o milagro.
¿Qué piensan?
¿Por qué te resultaría ridículo creer que Dios formó a la mujer a partir de una mazorca de maíz, como creían los mayas y está escrito en su libro sagrado el Popol Vuh, pero no te parece ridículo creer que Dios formó a la mujer de una costilla de Adán, como dice el Génesis? ¿Es menos absurda una cosa que la otra? ¿O es que primero creíste una cosa (que todas las historias de la Biblia son literales) y luego ya no puedes creer algo que la contradiga (aunque lo diga el Popol Vuh)?
Cuando debatimos con alguien que opina distinto, sea aquí en el foro o afuera, no es infrecuente que nuestro interlocutor nos recrimine no tener suficiente fe para entender su punto de vista. Ante eso, nosotros contestamos que no podemos ejercer fe en algo que nos parece incoherente, absurdo, o incluso ridículo.
Pero luego, con el tiempo, nos toca estar en el lado contrario de la mesa. Al otro lo tachamos de incrédulo por no aceptar nuestro punto de vista, y decimos cosas tales como "Esto no se entiende con una mente carnal sino con una mente espiritual" o bien "Para entender esto, tendrías que primero creer / haber nacido de nuevo, etc."
Tengo una respuesta preliminar a esta pregunta, pero aun no estoy satisfecho y me gustaría escuchar la opinión de ustedes. Aquí va lo que pienso:
Pienso que la razón y la fe participan, solo que a veces no tan simultáneamente o en el mismo grado. A veces primero la razón sirve como instrumento para que el Espíritu encienda la fe, y otras la fe resulta el ingrediente que faltaba para comenzar a entender algo, así sea parcialmente.
En la Biblia, hasta donde recuerdo, la mayoría de las conversiones tenían ambos componentes. Quizá por eso son importantes los relatos de milagros. La gente veía, tocaba, oía una realidad objetiva, y eso le ayudaba a creer. Sin embargo, tenemos muchos casos en que primero el pecador o el enfermo demostraban tener fe, y como consecuencia tenían su recompensa objetiva, en forma de una curación o milagro.
¿Qué piensan?
¿Por qué te resultaría ridículo creer que Dios formó a la mujer a partir de una mazorca de maíz, como creían los mayas y está escrito en su libro sagrado el Popol Vuh, pero no te parece ridículo creer que Dios formó a la mujer de una costilla de Adán, como dice el Génesis? ¿Es menos absurda una cosa que la otra? ¿O es que primero creíste una cosa (que todas las historias de la Biblia son literales) y luego ya no puedes creer algo que la contradiga (aunque lo diga el Popol Vuh)?