El primer uso de la palabra "onanismo" para referirse de forma consistente y específica a la masturbación es un panfleto distribuido por primera vez en Londres en 1716, titulado "Onania, or the Heinous Sin of self-Pollution, And All Its Frightful Consequences, In Both Sexes, Considered: Con consejos espirituales y físicos para aquellos que ya se han dañado a sí mismos por esta práctica abominable". Sin embargo, el Online Etymology Dictionary afirma que el primer uso conocido del
onanismo se produjo en 1727. En 1743-45, el médico británico Robert James publicó
A Medicinal Dictionary, en el que describía la masturbación como "productora de los trastornos más deplorables y generalmente incurables" y afirmaba que "quizá no haya ningún pecado que produzca tantas consecuencias horribles".
110 Uno de los muchos horrorizados por las descripciones de enfermedades en
Onania fue el notable médico suizo Samuel-Auguste Tissot. En 1760, publicó
L'Onanisme, su propio tratado médico exhaustivo sobre los supuestos efectos nocivos de la masturbación. Aunque las ideas de Tissot se consideran ahora
conjeturales en el mejor de los casos, su tratado se presentó como un trabajo científico y erudito en una época en la que la fisiología experimental era prácticamente inexistente.
Immanuel Kant consideraba la masturbación como una violación de la ley moral. En
La Metafísica de la Moral (1797), expuso el argumento
a posteriori de que "un uso tan antinatural del atributo sexual de uno" golpea "a todo el mundo al pensarlo" como "una violación del deber de uno hacia sí mismo", y sugirió que se consideraba inmoral incluso darle su propio nombre (a diferencia del caso del acto igualmente antinatural del suicidio). Sin embargo, reconoció que "no es tan fácil producir una demostración racional de la inadmisibilidad de ese uso antinatural", pero finalmente concluyó que su inmoralidad residía en el hecho de que "un hombre renuncia a su personalidad... cuando se usa a sí mismo simplemente como un medio para la gratificación de un impulso animal".
111
Siglo XIX
En 1838,
Jean Esquirol había declarado en su obra
Des Maladies Mentales que la masturbación era "reconocida en todos los países como causa de locura".
112113 John Harvey Kellogg y
Sylvester Graham fueron algunos de los que propusieron que la
circuncisión y una dieta blanda y sin carne frenarían la masturbación.
114 La literatura médica de la época también describía procedimientos más invasivos, como el tratamiento con descargas eléctricas, la
infibulación, los dispositivos de restricción como los
cinturones de castidad y las
camisas de fuerza, la
cauterización o, como último recurso, la
extirpación quirúrgica total de los genitales.
Las actitudes médicas hacia la masturbación empezaron a cambiar a finales del siglo XIX cuando H.
Havelock Ellis, en su obra seminal de 1897
Estudios sobre la Psicología del Sexo, cuestionó las premisas de Tissot.
115