Un espíritu familiar es un ente espiritual con poderes mágicos que, según la tradición europea, particularmente británica, irlandesa, francesa y griega, sería invocado por un mago o un brujo. Normalmente adoptan la forma de animales domésticos o de criaturas mitológicas o demoníacas.
La siguiente es una ilustración extraída del libro
Daemonologia: a discourse on witchcraft escrito por Edward Fairfax en 1621. Aquí aparecen a los diferentes tipos de espíritus familiares que suelen acompañar a los brujos:
Tal como explicara Emma Wilby, los espíritus familiares “…
podían manifestarse en numerosas formas, generalmente como un animal, pero a veces como una figura humana o humanoide, y fueron descritos como "formas tridimensionales, claramente definidas, vívidas con color y animadas con movimiento y sonido", a diferencia de las descripciones de fantasmas con sus "formas ahumadas e indefinidas" (Véase la página 61 de la obra
Cunning Folk and Familiar Spirits: Shamanistic Visionary Traditions in Early Modern British Witchcraft and Magic, por Emma Wilby). Véase también la obra
El Culto de la Brujería en la Europa Occidental, capítulo VIII:
Familiares y Transformaciones, el Familiar Doméstico, escrito por la antropóloga británica Margaret Murray
Los familiares más empleados por los brujos y chamanes suelen verse en forma de cerdos, peces, reptiles, búhos, perros, gatos, topos, ranas y sapos; aunque también pueden adoptar apariencias más etéreas.
Los espíritus familiares son utilizados por muchísimos brujos y hechiceros de todo el mundo. El antropólogo A. P. Elkin, por ejemplo, estudió el uso de espíritus familiares entre los aborígenes australianos: “
Un método o explicación habitual es que el curandero envía su espíritu familiar (su tótem asistente, espíritu-perro, espíritu-niño o cualquiera que sea la forma) para recopilar la información.” (Aboriginal men of high degree. Initiation and Sorcery in the World's Oldest Tradition, 1945, página 48)
Véase:
https://artesubliminalreligioso.blogspot.com/