¿Por qué mis hermanos parecen mis enemigos?

30 Marzo 2000
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¿Por qué mis hermanos parecen mis enemigos?

Si uno contempla los conflictos entre paises y entre personas dentro del mismo país, uno observa que se tratan como si fuesen enemigos, en vez de hermanos. Este problema de ver a los demás como enemigos por la diferente visión que puedan tener de la vida, del país, de la nación o del color del auto es muy importante, y muy grave por los extremos a los que conduce. Prueba de ello son los conflictos Árabe/Isrealies o los conflictos nacionalistas o de cualquier índole entre partidarios de un partido o de otro. Incluso entre forofos de distintos equipos de futbol, que llegan a querer matar a su oponente.

Todo esto es debido a dar más importancia a lo accesorio que a lo auténtico. Todo esto es debido a un esquema de valores alterado y simplificado, en lo que lo bueno ya no es lo bueno, sino lo bueno para mí o para los "míos" sin tener en cuenta que en realidad los mios son todos ellos. Esto es debido a poner por encima de los derechos humanos otros derechos como los derechos políticos o económicos, de lengua o de cultura, aún machacando los auténticos valores humanos en aras de algo ¿superior?.

El hecho de considerar superiores valores como raza, cultura, nación o lengua es siempre una actitud que probiene del ego, elemento de la personalidad irracional que por medio de los sentimientos nos lleva a lo más bajo y lo más rrastrero en nuesto comportamiento y en nuestros deseos, anulando todo el barniz civilizado que la cultura y la religión han intentado ponernos, sin haber llegado al meollo de la cuestión, que es a la de la superación del ego.

Hay egos que se preguntan ¿Cómo se puede solucionar, por ejemplo, el problema Áraba/Isreali? Y establecen métodos y sistemas que no pueden solucionar nada, ya que si la propia educación del ego se muestra inutil para tal menester mientra sentimos esas "superioridades" o diferencias con respecto a los demás habitantes del mundo, ¿Cómo podemos hacerlo? Aunque, por medio de la educación, consiga convencer al 70% digamos de la población de un territorio, ¿Qué van a hacer los demás? Ese 30 % restante exigente y radical que pide la muerte o la guerra para solucionar su propio conflicto, que aunque no lo advierte, es un conflicto proio, del interior del hombre. Actuando socialmente, educacionalmente o políticamente no es posible una solución definitiva de este tipo de aspectos de la vida del hombre.

Esto es muy importante, porque todos los conflictos y hambrunas que se crean en el mundo provienen de este conflicto, del ego. Y, estos egos así constituidos, se preguntan tambien (vaya paradoja) ¿Cómo un Dios bueno y generoso no hace nada para evitar el mal en el mundo? ¡Maldita sea! Hechando en los hombros de Dios todos nuestros errores y calamidades. Pero Dios está harto de tanta estupidez. Y nada más y nada menos muchos de estos conflictos son excusas de visiones religiosas o del mismo Dios, llegando a matarse entre ellos en nombre de ¿Dios?

Cuando una persona, elemento real de vida y base de la sociedad tiene un pensamiento de llegar a matar ya lo ha hecho en realidad. No lo ha puesto en práctica, pero para Dios ya lo ha hecho porque ha nacido en su mente. Cuando un sentimiento de deseo o de odio ha nacido en nuestra mente, aunque no lo hayamos puesto en práctica, ya es un indicativo de nuestra maldad que nos tiene que hacer ver a nosotros mismos que tenemos mucho que hacer con nosotros mismos para salir de la esclavitud que este tipo de pensamientos nos produce y nos puede llevar a ejecutar. Pero solemos aceptar este tipo de pensamientos y hechar las culpas precisamente a los demás de que haya nacido ese pensamiento en nosotros, cuando los demás no pueden, si yo no lo permito, hacer brotar nada negativo en mí.

Pero la raiz del mal es que yo PERMITO QUE MI EGO SIGA LLEVANDOME Y DIRIGIENDO MI VIDA: Y hago ver que son los demás, mis enemigos, cuando mi auténtico enemigo duerme conmigo, vive conmigo y no soy capaz de advertirlo siquiera. Esta es la Verdad para tantos que buscan razones y excusas para seguir viviendo y esclavizando a sus hermanos.

Mientras yo no pueda advertir esto no soy todavía persona. Soy un pelele que permito que los vientos salvajes de la diferencia, de la envidia, de la guerra, de la competencia y de la exclusividad me lleven a poner por encima valores absurdos ante los verdaderos valores que moran también en mí, pero no soy lo suficientemente valiente para advertirlo y para hacer la Revolución que toda persona tiene que hacer. Una revolución personal e íntima que requiere olvidarme de objetivos externos para concentrarme en mi propio ser para descubrir todo esto que cuento y poder hacer algo al respecto, porque se puede hacer algo al respecto, y esto supone la solución a todos los males del hombre. Pero esa solución nunca será social, política o educacional, sino que vendrá determinada por el cambio de uno mismo y uno a uno, desde abajo hacia arriba y no desde arriba hacia abajo, y no por imposición sino por deducción y autoconvencimiento.

Hay conflictos en el mundo, pero no vemos el verdadero conflicto que mora en el corazón del hombre. La solución de este conflicto soluciona todos los demás de forma armoniosa. Pero mientras esto llega, miles, millones de personas matan a sus hermanos quitandoles no solo la vida, sino todo lo que pudieran haber alcanzado con ella, en este mundo. Tal vez pudieran haber llegado a ser personas y alguien les quitó esa posibilidad. Esto es lo que más lamenta Dios que conoce la estupidez ancestral del hombre.

[]Cedesin>
 
Gracias hetmano CEDESIN por tu excelente aporte.

La obra suprema que Dios desea hacer es en nuestros CORAZONES
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Si nuestro "yo" no se deja liberar, redimir y sanar por Dios, tendremos siempre las guerras y catástrofes alrededor nuestro, producidas por nosotros mismos, por la violencia que SALE DEL CORAZON DEL HOMBRE IRREDENTO.

Que Dios te siga iluminando.

Juan Manuel
en los
S
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J
&
I
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M
 
Don Cedesin: Desde el primer pecado en el paraiso ha sido asi. Por eso tenemos un Salvador, JesuCristo, para romper esa cadena de egoismo.
Como trataba de hacer San Juan de la Cruz, debemos tratar de quitarnos eso apetitos.
Como dice el evangelio, no soy yo quien vive sino Cristo Quien vive en mi. Debemos pretender hacernos perfectos como El es Perfecto.
Es una tarea de toda la vida.

Otro comentario quiero hacer respecto tu aporte. No habra paz en el mundo hasta que cambie el corazon del hombre. Y eso solo puede hacer Jesu Cristo.

tejano
 
Quizás, si a los que parecen nuestros
enemigos los tratamos como hermanos
(humanamente hablando), eso pueda ser una
siembra de una preciosa semilla.
En lo espiritual, tal trato debemos
reservarlo para aquellos que discernimos
que al igual que nosotros, son también
Hijos de Dios, a lo que solamente se llega
creyendo en Jesucristo su Hijo, muerto
para salvarnos y resucitado para justificarnos.
El Señor sea contigo.
Ricardo.