Porque Juan vino a recordarle la Ley a un pueblo que la estaba olvidando y dejando de lado.
¿Y por qué desconoció al Cristo? Porque al igual que gran parte de los religiosos del pueblo hebreo, no representaba al mesías que estaban esperando, ya que vino a transgredir la Ley con el perdón de los pecados.
El perdón de los pecados trajo la polémica de poner a una prostituta a la altura de un religioso observante de los preceptos de Dios. Indignaba aún más cuando Cristo perdonaba a las prostitutas y no a los fariseos, porque aquellas en su condición de pecadoras aceptaban al Cristo, amaban y perdonaban, en cambio los fariseos le rechazaban incluso ante la evidencia de los milagros que Jesús hacía, lo que les impedía acceder a la Gracia y al perdón de Dios -pecado contra el Espíritu Santo- y los condenaba directamente al Infierno.
Esto hizo que se rasgaran las vestiduras, pues Cristo vino a rescatar a los paganos, pueblo rebelde enemigo de Dios, que sometió al pueblo hebreo por siglos, y a condenar al pueblo que Dios preparó y que le estaba esperando. De ahí una frase que escuché "los que creen dejarán de creer, y los que no creen creerán". Y justamente el Evangelio en muchas partes avala esta idea, "vino por los suyos, y los suyos no lo recibieron", o "tengo ovejas de otro redil", "no entraron los invitados, fue a buscar a las plazas a otras gentes".
En algo tienen razón los judíos cuando se escandalizaron de Cristo, porque esta realidad es según su contexto, y una paradoja de la voluntad de Dios. Dios moldeó a Israel con la Ley de Moisés y todos sus preceptos, pero es esta misma Ley la causa de condena de ese pueblo. Pues con más rigor lo padecen los más religiosos, y cuanto más pecadores o alejados de la Ley, más accesible les es la salvación.
Pues de allí que el pecador es más digno del perdón que el religioso y observante.
Pues la moraleja es que cuanto más observante de la Ley, más duro y menos misericordioso se es con el que peca. Y Cristo verdad tiene cuando señala que "si Dios me perdona, cuánto más yo debo perdonar por igual a mi deudor". Pues el precio de mi salvación cuesta el precio de dar absolución a aquellos que me han ofendido.
Y el judío más religioso se sintió escandalizado por lo mismo que he venido relatando. Pues el Evangelio es simple y lo que nos dice es esto: "acepta a Cristo como tu Señor y su Evangelio para ser salvo". No aceptar este precepto es sinónimo de condenación. O estás con Cristo o estás en su contra.
Los cristianos estamos judaizados cuando pasamos por alto la esencia del Evangelio. Y es que esta realidad incluso hasta al cristiano más practicante se sentiría al igual que un judío en tiempos de Jesucristo. Porque el Cielo está lleno de prostitutas y pecadores, y el religioso que no es capaz de perdonar, por mucho que se haya esmerado en su vida religiosa se va al Infierno.
Y aquí está la verdad del porqué Juan el Bautista se escandalizó de Cristo según se iba enterando, y que Cristo luego dice "dichoso aquel que me encuentra y luego no me confunde". Pues hasta el propio Juan ya estaba cayendo en condenación, pero agrega "nadie se ha levantado más grande que Juan de los nacidos de mujer".
Pues el escándalo más grande de Cristo para el judío observante, fue que enalteció a las prostitutas y a los paganos sobre el pueblo que lo estaba esperando ¿Entonces por qué Dios prepara a un pueblo en una Ley rígida y estricta para luego enviarle a su Hijo a condenarlo? Esto es una paradoja de la voluntad de Dios, pues más hubiera valido ser pagano toda la vida para ser más flexible en aceptar el Evangelio y a Cristo y recibir la salvación. Porque de nada sirve ser muy obediente y observante si tu corazón se niega a perdonar, pues se comprueba que el resentimiento con el hermano es la vía para rechazar a Cristo, su Evangelio y la Salvación.
Yo soy cristiano al igual que muchos de ustedes, pero esta comprensión de la voluntad de Dios y del Evangelio de Cristo me parece desde este punto de vista que lo planteo, conflictivo. Al igual que Juan, reconozco la Gracia en la experiencia espiritual con Cristo, que es fuente de paz y de todo bien, pero me hace ruido este concepto del Evangelio y de la propia voluntad de Dios. Entonces si eres muy observante de los preceptos religiosos puedes caer en el fariseismo y condenarte, si te aferras como dice Cristo, a lo superficial, que sería sobrevalorar la "virginidad" o llegar al punto de despreciar al pecador o en verlo en una posición de inferioridad frente al creyente. Más te vale como dije, ser pecador si amas y perdonas de corazón.
¿Y por qué desconoció al Cristo? Porque al igual que gran parte de los religiosos del pueblo hebreo, no representaba al mesías que estaban esperando, ya que vino a transgredir la Ley con el perdón de los pecados.
El perdón de los pecados trajo la polémica de poner a una prostituta a la altura de un religioso observante de los preceptos de Dios. Indignaba aún más cuando Cristo perdonaba a las prostitutas y no a los fariseos, porque aquellas en su condición de pecadoras aceptaban al Cristo, amaban y perdonaban, en cambio los fariseos le rechazaban incluso ante la evidencia de los milagros que Jesús hacía, lo que les impedía acceder a la Gracia y al perdón de Dios -pecado contra el Espíritu Santo- y los condenaba directamente al Infierno.
Esto hizo que se rasgaran las vestiduras, pues Cristo vino a rescatar a los paganos, pueblo rebelde enemigo de Dios, que sometió al pueblo hebreo por siglos, y a condenar al pueblo que Dios preparó y que le estaba esperando. De ahí una frase que escuché "los que creen dejarán de creer, y los que no creen creerán". Y justamente el Evangelio en muchas partes avala esta idea, "vino por los suyos, y los suyos no lo recibieron", o "tengo ovejas de otro redil", "no entraron los invitados, fue a buscar a las plazas a otras gentes".
En algo tienen razón los judíos cuando se escandalizaron de Cristo, porque esta realidad es según su contexto, y una paradoja de la voluntad de Dios. Dios moldeó a Israel con la Ley de Moisés y todos sus preceptos, pero es esta misma Ley la causa de condena de ese pueblo. Pues con más rigor lo padecen los más religiosos, y cuanto más pecadores o alejados de la Ley, más accesible les es la salvación.
Pues de allí que el pecador es más digno del perdón que el religioso y observante.
Pues la moraleja es que cuanto más observante de la Ley, más duro y menos misericordioso se es con el que peca. Y Cristo verdad tiene cuando señala que "si Dios me perdona, cuánto más yo debo perdonar por igual a mi deudor". Pues el precio de mi salvación cuesta el precio de dar absolución a aquellos que me han ofendido.
Y el judío más religioso se sintió escandalizado por lo mismo que he venido relatando. Pues el Evangelio es simple y lo que nos dice es esto: "acepta a Cristo como tu Señor y su Evangelio para ser salvo". No aceptar este precepto es sinónimo de condenación. O estás con Cristo o estás en su contra.
Los cristianos estamos judaizados cuando pasamos por alto la esencia del Evangelio. Y es que esta realidad incluso hasta al cristiano más practicante se sentiría al igual que un judío en tiempos de Jesucristo. Porque el Cielo está lleno de prostitutas y pecadores, y el religioso que no es capaz de perdonar, por mucho que se haya esmerado en su vida religiosa se va al Infierno.
Y aquí está la verdad del porqué Juan el Bautista se escandalizó de Cristo según se iba enterando, y que Cristo luego dice "dichoso aquel que me encuentra y luego no me confunde". Pues hasta el propio Juan ya estaba cayendo en condenación, pero agrega "nadie se ha levantado más grande que Juan de los nacidos de mujer".
Pues el escándalo más grande de Cristo para el judío observante, fue que enalteció a las prostitutas y a los paganos sobre el pueblo que lo estaba esperando ¿Entonces por qué Dios prepara a un pueblo en una Ley rígida y estricta para luego enviarle a su Hijo a condenarlo? Esto es una paradoja de la voluntad de Dios, pues más hubiera valido ser pagano toda la vida para ser más flexible en aceptar el Evangelio y a Cristo y recibir la salvación. Porque de nada sirve ser muy obediente y observante si tu corazón se niega a perdonar, pues se comprueba que el resentimiento con el hermano es la vía para rechazar a Cristo, su Evangelio y la Salvación.
Yo soy cristiano al igual que muchos de ustedes, pero esta comprensión de la voluntad de Dios y del Evangelio de Cristo me parece desde este punto de vista que lo planteo, conflictivo. Al igual que Juan, reconozco la Gracia en la experiencia espiritual con Cristo, que es fuente de paz y de todo bien, pero me hace ruido este concepto del Evangelio y de la propia voluntad de Dios. Entonces si eres muy observante de los preceptos religiosos puedes caer en el fariseismo y condenarte, si te aferras como dice Cristo, a lo superficial, que sería sobrevalorar la "virginidad" o llegar al punto de despreciar al pecador o en verlo en una posición de inferioridad frente al creyente. Más te vale como dije, ser pecador si amas y perdonas de corazón.