POR LA GRACIA DE DIOS
Hace días que le estoy dando vueltas a mi cabeza pensando en la cantidad de lideres evangélicos que superan la edad septuagenaria.
Me recuerda, salvando las diferencias, aquella frase inscrita en todas las monedas de curso legal -en la época del dictador- que decía: “Caudillo de España por la gracia de Dios.” Y como lo había puesto Dios, hasta que El no lo quitase no se marchaba.
Es cierto que la experiencia es un grado, pero me asusta que esta experiencia este en manos de lideres con cierto aspecto de dinosaurios. No se me mal entienda cuando hago referencia a los antepasados de los saurios. No es peyorativo sino aleccionador.
De los antepasados dinosaurios hoy solo quedan algunos descendientes que no se distinguen especialmente por su longevidad ni por su majestuosidad sino por su agresividad.
Algunos piensan, y su razones tendrán, que el testimonio evangélico es demasiado importante para dejarlo en manos de jóvenes inexpertos. Es cierto, lo mismo hizo Jesús al escoger a sus discípulos:
A ver Pedro, tu currículum vitae.
Que solo tienes cuarenta años.? Y encima no sabes nadar.¡¡ No me sirves.
A ver Santiago tu de que vas.¡ Si no tienes ningún tipo de estudios.¡¡ No puedo contar contigo.
El siguiente: Juan. Tu, aparte de pescar, que más cosas sabes hacer. Nada.¡¡ Digo, yo.
Que entren Felipe y Andrés. Vosotros que sois de Betsaida no me digáis que solo sabéis pescar. Que solamente estáis esperando el Mesías. Poca seriedad.¡¡
Natanael, hijo, a ver si tu me sirves. Ya sé que has venido por culpa de Felipe, pero supongo que tendrás algún tipo de experiencia. No.¡¡ Pues, si que.
Lo siento Judas, de ti no me fío ni un pelo. Entiendes, verdad.?
Vaya grupito de jóvenes inexpertos.¡¡ No me sirve ninguno.
¡ Como para empezar un negocio con ellos.¡
Me acercare a al templo donde están los principales sacerdotes y escogeré algunos con cierta categoría.
Mira, ahí viene "Yehosef bar Caiafa" o sea Caifás, hombre maduro y con cultura. Sabe estar en su sitio. No me pregunta el porqué ni el cómo ni cuando. Experto donde los haya. Sabe nadar y guardar la ropa.
Es sin lugar a dudas el hombre ideal. En su casa se proponen los mayores despropósitos y él, ni se moja. Sabe equivocarse sin que se note.
Es el modelo de líder que podría servirme. Conoce a la perfección los mandamientos. Un auténtico profesional religioso donde los haya. Nadie le podrá recriminar su desconocimiento de la ley y las profetas. Además viene de buena familia.
Pero no,.......no puedo dejarle el liderazgo.
Necesito hombres y mujeres que experimenten lo que es el “seguimiento” (Akoloutheö). No que conozcan la ley y los profetas solamente, sino que me acompañen en mis risas, en mis lloros, en mis oraciones, en mis sufrimientos, en mi vida, en mi muerte. En una palabra, “que no me sigan desde lejos”, sino que me acompañen para que puedan aprender de mi y sean capaces de amarme sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismos.
Esta es la clase de experiencia que necesito. El resto no es significativo.
Claro que la tarea de nuestros lideres hoy, es mucho más importante que la de los primeros discípulos. Apaga y vamonos.
Hace días que le estoy dando vueltas a mi cabeza pensando en la cantidad de lideres evangélicos que superan la edad septuagenaria.
Me recuerda, salvando las diferencias, aquella frase inscrita en todas las monedas de curso legal -en la época del dictador- que decía: “Caudillo de España por la gracia de Dios.” Y como lo había puesto Dios, hasta que El no lo quitase no se marchaba.
Es cierto que la experiencia es un grado, pero me asusta que esta experiencia este en manos de lideres con cierto aspecto de dinosaurios. No se me mal entienda cuando hago referencia a los antepasados de los saurios. No es peyorativo sino aleccionador.
De los antepasados dinosaurios hoy solo quedan algunos descendientes que no se distinguen especialmente por su longevidad ni por su majestuosidad sino por su agresividad.
Algunos piensan, y su razones tendrán, que el testimonio evangélico es demasiado importante para dejarlo en manos de jóvenes inexpertos. Es cierto, lo mismo hizo Jesús al escoger a sus discípulos:
A ver Pedro, tu currículum vitae.
Que solo tienes cuarenta años.? Y encima no sabes nadar.¡¡ No me sirves.
A ver Santiago tu de que vas.¡ Si no tienes ningún tipo de estudios.¡¡ No puedo contar contigo.
El siguiente: Juan. Tu, aparte de pescar, que más cosas sabes hacer. Nada.¡¡ Digo, yo.
Que entren Felipe y Andrés. Vosotros que sois de Betsaida no me digáis que solo sabéis pescar. Que solamente estáis esperando el Mesías. Poca seriedad.¡¡
Natanael, hijo, a ver si tu me sirves. Ya sé que has venido por culpa de Felipe, pero supongo que tendrás algún tipo de experiencia. No.¡¡ Pues, si que.
Lo siento Judas, de ti no me fío ni un pelo. Entiendes, verdad.?
Vaya grupito de jóvenes inexpertos.¡¡ No me sirve ninguno.
¡ Como para empezar un negocio con ellos.¡
Me acercare a al templo donde están los principales sacerdotes y escogeré algunos con cierta categoría.
Mira, ahí viene "Yehosef bar Caiafa" o sea Caifás, hombre maduro y con cultura. Sabe estar en su sitio. No me pregunta el porqué ni el cómo ni cuando. Experto donde los haya. Sabe nadar y guardar la ropa.
Es sin lugar a dudas el hombre ideal. En su casa se proponen los mayores despropósitos y él, ni se moja. Sabe equivocarse sin que se note.
Es el modelo de líder que podría servirme. Conoce a la perfección los mandamientos. Un auténtico profesional religioso donde los haya. Nadie le podrá recriminar su desconocimiento de la ley y las profetas. Además viene de buena familia.
Pero no,.......no puedo dejarle el liderazgo.
Necesito hombres y mujeres que experimenten lo que es el “seguimiento” (Akoloutheö). No que conozcan la ley y los profetas solamente, sino que me acompañen en mis risas, en mis lloros, en mis oraciones, en mis sufrimientos, en mi vida, en mi muerte. En una palabra, “que no me sigan desde lejos”, sino que me acompañen para que puedan aprender de mi y sean capaces de amarme sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismos.
Esta es la clase de experiencia que necesito. El resto no es significativo.
Claro que la tarea de nuestros lideres hoy, es mucho más importante que la de los primeros discípulos. Apaga y vamonos.