Re: Petros... Petra... PEDRO!!!
Buenaaaas
, ¿se puede?
¿sí?
¡Gracias!
Pedro y sus sucesores en la sede de Roma, primer milenio de la Iglesia:
San Paciano de Barcelona, Epist. 3 ad Sempronium n.11
Es a Pedro a quien el Señor habló; a uno solo, a fin de fundar 1a unidad por uno solo.
San Cirilo de Alejandría, In evang. Ioann. II c.l v.42.
En efecto, sin ningún otro preámbulo, designa por su nombre al padre del apóstol y al apóstol mismo (Tú eres bienaventurado, Simón, hijo de Jonás), y no permitiendo ya que se le llame Simón, reivindica para él en adelante como suyo en virtud de su poder, y quiere por una imagen muy apropiada que así se llame al nombre de Pedro, porque es la piedra sobre la que debía fundar su Iglesia.
Orígenes, Comment. in Matth. XII n.11
¿Qué es decir contra ella? ¿Es contra la piedra sobre la que Jesucristo edificó su Iglesia? ¿Es contra la Iglesia? La frase resulta ambigua. ¿Será para significar que la piedra y la Iglesia no son sino una misma cosa? Sí; eso es, a lo que creo, la verdad; pues las puertas del infierno no prevalecerán ni contra la piedra sobre la que Jesucristo fundó la Iglesia, ni contra la Iglesia misma.
San Juan Crisóstomo, Hom. 54 int Matth. n.2.
El Hijo le ha dado (a Pedro) la misión de esparcir en el mundo entero el conocimiento del Padre y del Hijo y ha dado a un hombre mortal todo el poder de los cielos al confiar las llaves a Pedro, que ha extendido la Iglesia hasta las extremidades del mundo y que la ha mostrado más inquebrantable que el cielo.
San Ambrosio, Exposit. in evang. sec. Luc. X n.175-176.
Si el Señor pregunta lo que no le ofrece duda, no quiere, indudablemente, instruirse, sino instruir a quien, a punto de subir al cielo, nos dejaba por Vicario de su amor... Y porque sólo entre todos Pedro profesaba este amor, es puesto a la cabeza de los más perfectos para gobernarlos, por ser él mismo más perfecto.
San Juan Crisóstomo, De sacerdotio II.
¿Y por qué vertió su sangre? Para rescatar a esas ovejas que ha confiado a Pedro y a sus sucesores.
San Ambrosio, De fide IV n.56
Aquel, pues, a quien, designado como fundamento de la Iglesia, quiere que sea columna de la fe. Pues que de su propia autoridad le dio el reino, no podía afirmar su fe de otro modo que llamándole Piedra y designándole como el fundamento que debía afirmar su Iglesia.
San Basilio, Hom. de poenitentia n.4.
Cuando dice: Tú eres la piedra, esta palabra le confiere un hermoso título de nobleza. Y, sin embargo, es la piedra, no como Cristo es la piedra, sino como Pedro puede ser la piedra. Cristo es esencialmente la piedra inquebrantable, y por ésta es por quien Pedro es la piedra. Porque Cristo comunica sus dignidades sin empobrecerse... Es sacerdote y hace sacerdotes... Es piedra y hace de su apóstol la piedra.
San Juan Crisóstomo, Hom. 88 in Ioann. n.1.
Era el principal entre los apóstoles, era como la boca de los otros discípulos y la cabeza del cuerpo apostólico... Jesús, al decirle que debe tener en adelante confianza, porque la mancha de su negación está ya borrada, le confía el gobierno de sus hermanos. Si tú me amas, sé jefe de tus hermanos.
San León Magno, Serm. 4 c.11
Del seno del mundo entero, Pedro sólo ha sido elegido para ser puesto a la cabeza de todas las naciones llamadas, de todos los apóstoles, de todos los Padres de la Iglesia; de tal suerte que, aunque haya en el pueblo de Dios muchos pastores, Pedro, sin embargo, rige propiamente a todos los que son principalmente regidos por Cristo.
San Gregorio Magno, Epistolarum V epist.20.
Para todos los que conocen el Evangelio, es evidente que, por la palabra del Señor, el cuidado de toda la Iglesia ha sido confiado al santo apóstol Pedro, jefe de todos los apóstoles... Ha recibido las llaves del reino de los cielos, el poder de atar y desatar le ha sido concedido, y el cuidado y el gobierno de toda la Iglesia le ha sido confiado.
San León Magno, Serm.3 c.3.
La disposición de la verdad permanece, pues el bienaventurado Pedro, perseverando en la firmeza de la piedra, cuya virtud ha recibido, no puede dejar el timón de la Iglesia, puesto en su mano
San Cipriano de Cartago
Haciendo referencia a la Iglesia de Roma:
...es la raíz y madre de la Iglesia católica (Epist.48 ad Cornelium n.3)
... es donde reside la Cátedra de Pedro y la Iglesia principal, aquella de donde ha nacido la unidad sacerdotal (Epist.59 ad Cornelium n.14)
San Jerónimo, Epist.15 ad Damasum n.2
Hablo al sucesor del Pescador y al discípulo de la Cruz... Estoy ligado por la comunión a Vuestra Beatitud, es decir, a la Cátedra de Pedro. Sé que sobre esa piedra se ha edificado la Iglesia.
San Jerónimo, Epist.16 ad Damasum n.2.
Si alguno está unido a la Cátedra romana de Pedro, ése es mi hombre.
San Agustín, Serm.120 n.13
No puede creerse que guardáis la fe católica los que no enseñáis que se debe guardar la fe romana.
San Cipriano, Epist.55 n.l.
Estar en comunión con Cornelio (Papa) es estan en comunión con la Iglesia católica.
Máximo Abad, Defloratio ex epistola ad Petrum illustrem
Quien no quiera ser hereje ni sentar plaza de tal no trate de satisfacer a éste ni al otro. Apresúrese a satisfacer en todo a la Sede de Roma. Satisfecha la Sede de Roma, en todas partes y a una sola voz le proclamarán pío y ortodoxo. Y el que de ello quiera estar persuadido, será en vano que se contente con hablar si no satisface y si no implora .al bienaventurado Papa de la santísima Iglesia de los Romanos, esto es, la Sede apostólica.... La Iglesia romana ha recibido del Verbo de Dios encarnado, y según los santos concilios, según los santos cánones y las definiciones posee, sobre la universalidad de las santas Iglesias de Dios que existen sobre la superficie de la tierra, el imperio y la autoridad, en todo y por todo, y el poder de atar y desatar. Pues cuando ella ata y desata, el Verbo, que manda a las virtudes celestiales, ata y desata también en el cielo
Concilio ecuménico de Éfeso, actio 3.
No es dudoso para nadie y es cosa conocida en todos los tiempos que el Santo y bienaventurado Pedro, Príncipe y Jefe de los apóstoles, columna de la fe y fundamento de la Iglesia católica, recibió de nuestro Señor Jesucristo, Salvador y Redentor del género humano, las llaves del reino, y que el poder de atar y desatar los pecados fue dado a ese mismo apóstol, quien hasta el presente momento y siempre vive en sus sucesores y ejerce por medio de ellos su autoridad.
Concilio de Constantinopla III, actio 18.
El soberano Príncipe de los apóstoles combatía al lado nuestro, pues tenemos en nuestro favor su imitador y su sucesor en su Sede... No se veía al exterior (mientras se leía la carta del Pontífice Romano) más que el papel y la tinta, y era Pedro quien hablaba por boca de Agatón.
Fórmula de profesión de fe católica, post epist.26 ad omnes episc. Hispan. n.4.
Como la sentencia de nuestro Señor Jesucristo, que dice: "Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia", no puede ser desatendida, lo que ha dicho está confirmado por la realidad de los hechos, pues en la Sede Apostólica la religión católica se ha conservado sin ninguna mancha.
(Esa fue la fórmula de profesión de fe católica, propuesta en términos precisos por Hormisdas en los comienzos del siglo VI y suscrita por el emperador Justiniano y los patriarcas Epifanio, Juan y Mennas)
Concilio II de Lyón, actio 4: Fórmula de profesión de fe de Miguel Paleólogo
La Santa Iglesia romana posee también el soberano y pleno primado y principal sobre la Iglesia católica universal, y reconoce con verdad y humildad haber recibido este primado y principado con la plenitud del poder del Señor mismo, en la persona del bienaventurado Pedro, príncipe o jefe de los apóstoles, y de quien el Pontífice romano es el sucesor. Y por lo mismo que está encargado de defender, antes que las demás, la verdad de la fe, también cuando se levantan dificultades en puntos de fe, es a su juicio al que las demás deben atenerse.
San Jerónimo, Diálogo Contra luciferianos n.9.
La salud de la Iglesia depende de la dignidad del soberano sacerdote (Papa): si no se atribuye a éste un poder aparte y sobre todos los demás poderes, habrá en la Iglesia tantos cismas como sacerdotes.
San Juan Crisóstomo, Hom.88 in Ioann. n.1.
Porque era el principal entre los apóstoles, como la boca de los demás discípulos y el jefe del cuerpo apostólico.
San León Magno, Serm.4 c.2
Si la divina Bondad ha querido que los otros príncipes de la Iglesia tengan alguna cosa en común con Pedro, lo que no ha rehusado a los demás no se les ha dado jamás sino con él. El solo ha recibido muchas cosas, pero nada se ha concedido a ninguno sin su participación.
San Cipriano, De unitate Ecclesiae n.4
Hay, para llegar a la fe, una demostración fácil que resume la verdad. El Señor se dirige a Pedro en estos términos: «Te digo que eres Pedro»... Es, pues, sobre uno sobre quien edifica la Iglesia. Y aunque después de su resurrección confiere a todos los apóstoles un poder igual, y les dice: «Como mi Padre me envió...», no obstante, para poner la unidad en plena luz, coloca en uno solo, por su autoridad, el origen y el punto de partida de esta misma unidad.
San Optato De Mileve, De schismate donatistarum II.
Tú sabes muy bien —escribe—, tú no puedes negarlo, que es a Pedro el primero a quien ha sido conferida la Cátedra episcopal en la ciudad de Roma; es en la que está sentado el jefe de los apóstoles, Pedro, que por esto ha sido llamado Cefas. En esta Cátedra única es en la que todos debían guardar la unidad, a fin de que los demás apóstoles no pudiesen atribuírsela cada uno en su Sede, y que fuera en adelante cismático y prevaricador quien elevara otra Cátedra contra esta Cátedra única.
y
Te daré las llaves del reino de los cielos, y las puertas del infierno no triunfarán jamás de ellas. ¿Cómo, pues, tratáis de atribuiros las llaves del reino de los cielos, vosotros que combatís la cátedra de Pedro.
San Cipriano, Epist.l2 ad Cornelium n.5
La única fuente de donde han surgido las herejías y de donde han nacido los cismas es que no se obedece al Pontífice de Dios ni se quiere reconocer en la Iglesia un solo Pontífice y un solo juez, que ocupa el lugar de Cristo.
Bruno Obispo, Commentarium in Ioann. p.III c.21 n.55
Pedro no ha sido sólo instituido Pastor por Cristo, sino Pastor de los pastores. Pedro, pues, apacienta a los corderos y apacienta a las ovejas; apacienta a los pequeñuelos y a sus madres, gobierna a los súbditos y también a los prelados, pues en la Iglesia, fuera de los corderos y de las ovejas, no hay nada.
Acabo con un gran santo del primer siglo del segundo milenio:
San Bernardo, De consideratione II c.8
¿Quién sois vos? Sois el gran Sacerdote, el Pontífice soberano. Sois el príncipe de los obispos, el heredero de los apóstoles... Sois aquel a quien las llaves han sido dadas, a quien las ovejas han sido confiadas. Otros además que vos son también porteros del cielo y pastores de rebaños; pero ese doble título es en vos tanto más glorioso cuanto que lo habéis recibido como herencia en un sentido más particular que todos los demás. Estos tienen sus rebaños, que les han sido asignados a cada uno el suyo; pero a vos han sido confiados todos los rebaños; vos únicamente tenéis un solo rebaño, formado no solamente por las ovejas, sino también por los pastores; sois el único pastor de todos. Me preguntáis cómo lo pruebo. Por la palabra del Señor. ¿A quién, en efecto, no digo entre los obispos, sino entre los apóstoles, han sido confiadas absoluta e indistintamente todas las ovejas? Si tú me amas, Pedro, apacienta mis ovejas. ¿Cuáles? ¿Los pueblos de tal o cual ciudad, de tal o cual comarca, de tal reino? Mis ovejas, dice. ¿Quién no ve que no se designa a una o algunas, sino que todas se confian a Pedro? Ninguna distinción, ninguna excepción.
Hale,
Buenaaaas

¿sí?
¡Gracias!

Pedro y sus sucesores en la sede de Roma, primer milenio de la Iglesia:
San Paciano de Barcelona, Epist. 3 ad Sempronium n.11
Es a Pedro a quien el Señor habló; a uno solo, a fin de fundar 1a unidad por uno solo.
San Cirilo de Alejandría, In evang. Ioann. II c.l v.42.
En efecto, sin ningún otro preámbulo, designa por su nombre al padre del apóstol y al apóstol mismo (Tú eres bienaventurado, Simón, hijo de Jonás), y no permitiendo ya que se le llame Simón, reivindica para él en adelante como suyo en virtud de su poder, y quiere por una imagen muy apropiada que así se llame al nombre de Pedro, porque es la piedra sobre la que debía fundar su Iglesia.
Orígenes, Comment. in Matth. XII n.11
¿Qué es decir contra ella? ¿Es contra la piedra sobre la que Jesucristo edificó su Iglesia? ¿Es contra la Iglesia? La frase resulta ambigua. ¿Será para significar que la piedra y la Iglesia no son sino una misma cosa? Sí; eso es, a lo que creo, la verdad; pues las puertas del infierno no prevalecerán ni contra la piedra sobre la que Jesucristo fundó la Iglesia, ni contra la Iglesia misma.
San Juan Crisóstomo, Hom. 54 int Matth. n.2.
El Hijo le ha dado (a Pedro) la misión de esparcir en el mundo entero el conocimiento del Padre y del Hijo y ha dado a un hombre mortal todo el poder de los cielos al confiar las llaves a Pedro, que ha extendido la Iglesia hasta las extremidades del mundo y que la ha mostrado más inquebrantable que el cielo.
San Ambrosio, Exposit. in evang. sec. Luc. X n.175-176.
Si el Señor pregunta lo que no le ofrece duda, no quiere, indudablemente, instruirse, sino instruir a quien, a punto de subir al cielo, nos dejaba por Vicario de su amor... Y porque sólo entre todos Pedro profesaba este amor, es puesto a la cabeza de los más perfectos para gobernarlos, por ser él mismo más perfecto.
San Juan Crisóstomo, De sacerdotio II.
¿Y por qué vertió su sangre? Para rescatar a esas ovejas que ha confiado a Pedro y a sus sucesores.
San Ambrosio, De fide IV n.56
Aquel, pues, a quien, designado como fundamento de la Iglesia, quiere que sea columna de la fe. Pues que de su propia autoridad le dio el reino, no podía afirmar su fe de otro modo que llamándole Piedra y designándole como el fundamento que debía afirmar su Iglesia.
San Basilio, Hom. de poenitentia n.4.
Cuando dice: Tú eres la piedra, esta palabra le confiere un hermoso título de nobleza. Y, sin embargo, es la piedra, no como Cristo es la piedra, sino como Pedro puede ser la piedra. Cristo es esencialmente la piedra inquebrantable, y por ésta es por quien Pedro es la piedra. Porque Cristo comunica sus dignidades sin empobrecerse... Es sacerdote y hace sacerdotes... Es piedra y hace de su apóstol la piedra.
San Juan Crisóstomo, Hom. 88 in Ioann. n.1.
Era el principal entre los apóstoles, era como la boca de los otros discípulos y la cabeza del cuerpo apostólico... Jesús, al decirle que debe tener en adelante confianza, porque la mancha de su negación está ya borrada, le confía el gobierno de sus hermanos. Si tú me amas, sé jefe de tus hermanos.
San León Magno, Serm. 4 c.11
Del seno del mundo entero, Pedro sólo ha sido elegido para ser puesto a la cabeza de todas las naciones llamadas, de todos los apóstoles, de todos los Padres de la Iglesia; de tal suerte que, aunque haya en el pueblo de Dios muchos pastores, Pedro, sin embargo, rige propiamente a todos los que son principalmente regidos por Cristo.
San Gregorio Magno, Epistolarum V epist.20.
Para todos los que conocen el Evangelio, es evidente que, por la palabra del Señor, el cuidado de toda la Iglesia ha sido confiado al santo apóstol Pedro, jefe de todos los apóstoles... Ha recibido las llaves del reino de los cielos, el poder de atar y desatar le ha sido concedido, y el cuidado y el gobierno de toda la Iglesia le ha sido confiado.
San León Magno, Serm.3 c.3.
La disposición de la verdad permanece, pues el bienaventurado Pedro, perseverando en la firmeza de la piedra, cuya virtud ha recibido, no puede dejar el timón de la Iglesia, puesto en su mano
San Cipriano de Cartago
Haciendo referencia a la Iglesia de Roma:
...es la raíz y madre de la Iglesia católica (Epist.48 ad Cornelium n.3)
... es donde reside la Cátedra de Pedro y la Iglesia principal, aquella de donde ha nacido la unidad sacerdotal (Epist.59 ad Cornelium n.14)
San Jerónimo, Epist.15 ad Damasum n.2
Hablo al sucesor del Pescador y al discípulo de la Cruz... Estoy ligado por la comunión a Vuestra Beatitud, es decir, a la Cátedra de Pedro. Sé que sobre esa piedra se ha edificado la Iglesia.
San Jerónimo, Epist.16 ad Damasum n.2.
Si alguno está unido a la Cátedra romana de Pedro, ése es mi hombre.
San Agustín, Serm.120 n.13
No puede creerse que guardáis la fe católica los que no enseñáis que se debe guardar la fe romana.
San Cipriano, Epist.55 n.l.
Estar en comunión con Cornelio (Papa) es estan en comunión con la Iglesia católica.
Máximo Abad, Defloratio ex epistola ad Petrum illustrem
Quien no quiera ser hereje ni sentar plaza de tal no trate de satisfacer a éste ni al otro. Apresúrese a satisfacer en todo a la Sede de Roma. Satisfecha la Sede de Roma, en todas partes y a una sola voz le proclamarán pío y ortodoxo. Y el que de ello quiera estar persuadido, será en vano que se contente con hablar si no satisface y si no implora .al bienaventurado Papa de la santísima Iglesia de los Romanos, esto es, la Sede apostólica.... La Iglesia romana ha recibido del Verbo de Dios encarnado, y según los santos concilios, según los santos cánones y las definiciones posee, sobre la universalidad de las santas Iglesias de Dios que existen sobre la superficie de la tierra, el imperio y la autoridad, en todo y por todo, y el poder de atar y desatar. Pues cuando ella ata y desata, el Verbo, que manda a las virtudes celestiales, ata y desata también en el cielo
Concilio ecuménico de Éfeso, actio 3.
No es dudoso para nadie y es cosa conocida en todos los tiempos que el Santo y bienaventurado Pedro, Príncipe y Jefe de los apóstoles, columna de la fe y fundamento de la Iglesia católica, recibió de nuestro Señor Jesucristo, Salvador y Redentor del género humano, las llaves del reino, y que el poder de atar y desatar los pecados fue dado a ese mismo apóstol, quien hasta el presente momento y siempre vive en sus sucesores y ejerce por medio de ellos su autoridad.
Concilio de Constantinopla III, actio 18.
El soberano Príncipe de los apóstoles combatía al lado nuestro, pues tenemos en nuestro favor su imitador y su sucesor en su Sede... No se veía al exterior (mientras se leía la carta del Pontífice Romano) más que el papel y la tinta, y era Pedro quien hablaba por boca de Agatón.
Fórmula de profesión de fe católica, post epist.26 ad omnes episc. Hispan. n.4.
Como la sentencia de nuestro Señor Jesucristo, que dice: "Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia", no puede ser desatendida, lo que ha dicho está confirmado por la realidad de los hechos, pues en la Sede Apostólica la religión católica se ha conservado sin ninguna mancha.
(Esa fue la fórmula de profesión de fe católica, propuesta en términos precisos por Hormisdas en los comienzos del siglo VI y suscrita por el emperador Justiniano y los patriarcas Epifanio, Juan y Mennas)
Concilio II de Lyón, actio 4: Fórmula de profesión de fe de Miguel Paleólogo
La Santa Iglesia romana posee también el soberano y pleno primado y principal sobre la Iglesia católica universal, y reconoce con verdad y humildad haber recibido este primado y principado con la plenitud del poder del Señor mismo, en la persona del bienaventurado Pedro, príncipe o jefe de los apóstoles, y de quien el Pontífice romano es el sucesor. Y por lo mismo que está encargado de defender, antes que las demás, la verdad de la fe, también cuando se levantan dificultades en puntos de fe, es a su juicio al que las demás deben atenerse.
San Jerónimo, Diálogo Contra luciferianos n.9.
La salud de la Iglesia depende de la dignidad del soberano sacerdote (Papa): si no se atribuye a éste un poder aparte y sobre todos los demás poderes, habrá en la Iglesia tantos cismas como sacerdotes.
San Juan Crisóstomo, Hom.88 in Ioann. n.1.
Porque era el principal entre los apóstoles, como la boca de los demás discípulos y el jefe del cuerpo apostólico.
San León Magno, Serm.4 c.2
Si la divina Bondad ha querido que los otros príncipes de la Iglesia tengan alguna cosa en común con Pedro, lo que no ha rehusado a los demás no se les ha dado jamás sino con él. El solo ha recibido muchas cosas, pero nada se ha concedido a ninguno sin su participación.
San Cipriano, De unitate Ecclesiae n.4
Hay, para llegar a la fe, una demostración fácil que resume la verdad. El Señor se dirige a Pedro en estos términos: «Te digo que eres Pedro»... Es, pues, sobre uno sobre quien edifica la Iglesia. Y aunque después de su resurrección confiere a todos los apóstoles un poder igual, y les dice: «Como mi Padre me envió...», no obstante, para poner la unidad en plena luz, coloca en uno solo, por su autoridad, el origen y el punto de partida de esta misma unidad.
San Optato De Mileve, De schismate donatistarum II.
Tú sabes muy bien —escribe—, tú no puedes negarlo, que es a Pedro el primero a quien ha sido conferida la Cátedra episcopal en la ciudad de Roma; es en la que está sentado el jefe de los apóstoles, Pedro, que por esto ha sido llamado Cefas. En esta Cátedra única es en la que todos debían guardar la unidad, a fin de que los demás apóstoles no pudiesen atribuírsela cada uno en su Sede, y que fuera en adelante cismático y prevaricador quien elevara otra Cátedra contra esta Cátedra única.
y
Te daré las llaves del reino de los cielos, y las puertas del infierno no triunfarán jamás de ellas. ¿Cómo, pues, tratáis de atribuiros las llaves del reino de los cielos, vosotros que combatís la cátedra de Pedro.
San Cipriano, Epist.l2 ad Cornelium n.5
La única fuente de donde han surgido las herejías y de donde han nacido los cismas es que no se obedece al Pontífice de Dios ni se quiere reconocer en la Iglesia un solo Pontífice y un solo juez, que ocupa el lugar de Cristo.
Bruno Obispo, Commentarium in Ioann. p.III c.21 n.55
Pedro no ha sido sólo instituido Pastor por Cristo, sino Pastor de los pastores. Pedro, pues, apacienta a los corderos y apacienta a las ovejas; apacienta a los pequeñuelos y a sus madres, gobierna a los súbditos y también a los prelados, pues en la Iglesia, fuera de los corderos y de las ovejas, no hay nada.
Acabo con un gran santo del primer siglo del segundo milenio:
San Bernardo, De consideratione II c.8
¿Quién sois vos? Sois el gran Sacerdote, el Pontífice soberano. Sois el príncipe de los obispos, el heredero de los apóstoles... Sois aquel a quien las llaves han sido dadas, a quien las ovejas han sido confiadas. Otros además que vos son también porteros del cielo y pastores de rebaños; pero ese doble título es en vos tanto más glorioso cuanto que lo habéis recibido como herencia en un sentido más particular que todos los demás. Estos tienen sus rebaños, que les han sido asignados a cada uno el suyo; pero a vos han sido confiados todos los rebaños; vos únicamente tenéis un solo rebaño, formado no solamente por las ovejas, sino también por los pastores; sois el único pastor de todos. Me preguntáis cómo lo pruebo. Por la palabra del Señor. ¿A quién, en efecto, no digo entre los obispos, sino entre los apóstoles, han sido confiadas absoluta e indistintamente todas las ovejas? Si tú me amas, Pedro, apacienta mis ovejas. ¿Cuáles? ¿Los pueblos de tal o cual ciudad, de tal o cual comarca, de tal reino? Mis ovejas, dice. ¿Quién no ve que no se designa a una o algunas, sino que todas se confian a Pedro? Ninguna distinción, ninguna excepción.
Hale,
