Querido amigo:
Siempre me ha impresionado el problema de la perseverancia final. Estoy
seguro de que Dios, sí, nos va a ayudar a perseverar. El miedo puede estar
por parte nuestra. Hemos de confiar en la misericordia de Dios, que es del
todo gratuita. Es decir, nadie consigue el don de la perseverancia final por
sus propios medios. Por eso: pedírselo a Dios y confiar. Y es preciso
tomarlo muy en serio. Me abruma el ver a tantos hermanos vivir en la
indiferencia religiosa, en el abandono total de la Misa, de la confesión y
comunión. Pasa el tiempo, el fin se aproxima, y ¡como si nada! Abrid bien
los ojos que en este mundo nadie se ha quedado para siempre: ni siquiera los
grandes estadistas, científicos, sabios o deportistas. Vivir siempre con las
maletas preparadas. JM.Lorenzo
Siempre me ha impresionado el problema de la perseverancia final. Estoy
seguro de que Dios, sí, nos va a ayudar a perseverar. El miedo puede estar
por parte nuestra. Hemos de confiar en la misericordia de Dios, que es del
todo gratuita. Es decir, nadie consigue el don de la perseverancia final por
sus propios medios. Por eso: pedírselo a Dios y confiar. Y es preciso
tomarlo muy en serio. Me abruma el ver a tantos hermanos vivir en la
indiferencia religiosa, en el abandono total de la Misa, de la confesión y
comunión. Pasa el tiempo, el fin se aproxima, y ¡como si nada! Abrid bien
los ojos que en este mundo nadie se ha quedado para siempre: ni siquiera los
grandes estadistas, científicos, sabios o deportistas. Vivir siempre con las
maletas preparadas. JM.Lorenzo