Partido Laborista ó PSOE: Tener ó no tener principios

3 Marzo 2003
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El relevo en el 10 de Downing Street que acaba de llevar al laborista Gordon Brown al cargo de Premier de Gran Bretaña me vale para insistir en un punto que he venido denunciando desde hace muchos años en el sentido de que el laborismo ó el socialismo anglosajón no tiene nada que ver en absoluto con el socialismo que padecemos en España.

El Sr. Brown, hijo de un pastor presbiteriano que se ha distinguido por su conciencia social, fue educado como él mismo ha reconocido en los principios morales cristianos no tiene parangón en nuestra política española. El año pasado el político británico, que tiene una carrera impecable de honradez y eficacia en la gestión pública, prologaba un libro del pastor norteamericano Jim Wallis, y allí reconocía su formación básica en los principios y en la moral cristiana.

En contraste quiero poner un texto con el que el Sr. Rodríguez Zapatero, el presidente actual que padecemos en España, prologaba hace cuatro años, otro libro titulado “De nuevo Socialismo” de Jordi Sevilla, reconociendo en un plural que hace extensivo a todo su partido que “todo es posible y aceptable, dado que carecemos de principios, de valores y de argumentos racionales que nos guíen en la resolución de los problemas”.

Gordon Brown acaba de declarar que su gobierno se regirá por valores y principios morales. Nuestro presidente desde que accedió a la Secretaria General del Partido ha demostrado que lo que había escrito en el prólogo de aquel libro no era simple retórica, sino una declaración programática de las intenciones que iba a desarrollar en ejercicio de sus tareas de administración y gobierno, que apoya el partido. Tal vez esa sea la única declaración en la que no ha mentido de cuanta ha pronunciado en los últimos años. Y justamente haya sido este reconocimiento de la ausencia de valores (morales) y argumentos racionales (propios de un ser humano racional y con conciencia) para el tratamiento de los problemas de la sociedad.

De hecho, desde que el partido laborista ha ocupado en Gran Bretaña responsabilidades públicas, habrá tenido aciertos y equivocaciones políticas, pero su trayectoria, praxis y discurso están tan alejados del PSOE como los cielos lo están de la tierra. Insisto en esto por causa de los “lelos” (grupo de protestantes españoles que militan y promueven campañas a favor del PSOE y de aquellos que lo votan): Identificar el socialismo hispano con el anglosajón es una majadería histórica, un simplismo intelectual y una ceguera voluntaria e irresponsable.

Todos los partidos políticos no son iguales. Hay partidos políticos con principios y otros sin ellos. Y también es cierto que si en los primeros se pueden encontrar personas sin moral y sin vergüenza ó delincuentes, de la misma forma también en los segundos se pueden encontrar algunas excepciones honradas y decentes. El problema por lo tanto es de fondo: Que el partido laborista con sus equivocaciones y aciertos, y con algunos indeseables en sus filas, ha mantenido un tono de principios morales, mientras que el PSOE, como tal partido, desde su creación se ha distinguido por todo lo contrario.

En un vistazo rápido, pues usando la hipérbole del evangelista Juan, no cabrían en todos los libros del mundo un relato pormenorizado de sus transgresiones. Insisto en que hablo de actos y políticas realizadas como partido. Pues no hay ley, tratado, código civil, religioso, mercantil, militar, moral, natural, electoral ó social que no haya traspasado y pervertido en sus pocos más de cien años de historia.

No hay institución que no haya manipulado, maleado ó intentado hacerlo, desde el tribunal supremo, el de cuentas, la fiscalía, el defensor del pueblo, el mercado de valores, etc. No hay crimen, magnicidio incluido como el del Sr. Calvo Sotelo, que no haya promovido ó justificado: crímenes en masa, una bárbara persecución religiosa incluídos. No hay asaltos ó latrocinios que no haya protagonizado. Desde el contenido de las cajas fuertes de los bancos hasta el oro del banco de España y elementos del patrimonio histórico y artístico. Ha practicado golpes de estado, terrorismo de oposición y desde el gobierno. No hay sobornos que no haya aceptado ó concesiones que haya adjudicado sin que medie la corrupción, el caciquismo ó el clientelismo político.

No hay treta que no haya intentado para acabar política y socialmente con sus adversarios políticos, desde espionaje a otros políticos, jueces, periodistas, incluso hasta al Rey de España, a la creación de dossiers con falsas acusaciones de corrupción obtenidas mediante el soborno.

Nunca hubo un partido tan interesado en restringir la libertad de expresión, de comunicación acaparando los medios para personas vinculadas al partido, de modo que si alguien quiere trabajar en el campo de la comunicación prácticamente está obligado a ser un colaborador ideológico, un censor de cualquier crítica y un defensor de sus políticas.

Nadie se ha mostrado más interesado en acaparar el poder en la docencia, en las universidades y en la cultura estableciendo una verdadera caza de brujas que persigue silenciar a todo disidente.

Ninguno ha trabajado tanto para destrozar cualquier vestigio moral de la juventud. No solo en el plano sexual donde trabajan constantemente en adoctrinar en aberraciones e inmoralidades a los niños y adolescentes, sino en promover culturas alternativas cuyos mayores exponentes son: el botellón, la movida, el consumo de drogas blancas, los ocupas, así como a promover leyes como la del menor que provocan escándalo y sonrojo al ver como los jóvenes delincuentes salen a la calle poco después de cometer terribles crímenes.

El aborto libre, la eutanasia, el matrimonio homosexual, la manipulación genética, la financiación con fondos públicos de cualquier obra blasfema y pervertida ó autor cuya mayor gloria sean el escándalo, la provocación moral y conductas degeneradas. Tienen también el mérito de promover programas sociales y pedagógicos basados en falsedades históricas insostenibles que conducen al enfrentamiento de los ciudadanos.

En ningún país occidental nadie ha afrentado más a las victimas del terrorismo, ni se ha sentado a negociar hasta tal punto con mafiosos y terroristas.

Y que nadie piense que escribo esto movido por algún tipo de animadversión política ó rencor personal hacia esa formación. Cuando escribo esto, como cuando voto, yo lo hago siempre, apropiándome de una frase preciosa de la Sra. Teresa Becerril, “mirando al cielo y no al suelo”. Si no fuera así yo habría hecho buena carrera política en ese partido desde hace muchos años. No quiero extenderme en detalles que tal vez algún día relataré con más extensión. Pero aún así diré que el único partido político que hizo verdaderos esfuerzos por introducirme en su seno fue el PSOE. En el año 1989, cuando su hegemonía en todos los ámbitos políticos españoles era abrumadora, recibí durante siete meses insistentes peticiones para afiliarme por parte de altos cargos del partido, hasta el punto de llevarme engañado a una cena con un presidente autonómico y una docena de sus más allegados colaboradores en el gobierno y en el partido, al final de la cual me invitaron a ingresar como militante avalado por los más altos avalistas con frases tan prometedoras como “lo bueno que sería para tí tanto en el plano profesional como en el social”.

Pero como cualquier cristiano seguro de mi fe y responsabilidad, ante todas las prácticas malvadas y corruptoras de ese partido, digo con voz bien alta: Yo no quiero compartir destino con los que hacen iniquidad, que hablan de paz con sus prójimos pero tienen la maldad en su corazón (Sal. 28:3).

No quiero ni puedo progresar al precio del silencio en la denuncia, porque yo he escogido antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, que habitar en mansiones de maldad (Sal. 84:10). Porque los tesoros de la maldad no son de provecho. Es la justicia la que libra de la muerte (Pro. 10:2). Y para los que continúen ciega y voluntariamente cerrando sus ojos y boca ante todo esto, quiero recordarles la advertencia de Isaías 5:20. “Ay de los que á lo malo dicen bueno, y á lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!” Tendréis vuestra retribución.

Pabloblanco / Junio 2007
 
Re: Partido Laborista ó PSOE: Tener ó no tener principios

Genial.

Y gracias Pablo, por lo que ya sabes.
 
Re: Partido Laborista ó PSOE: Tener ó no tener principios

Por valores morales y entriegan a nuestros hijos a los homosexuales.
Recuerde amigo que Inglaterra es la cuna del Socialismo Fabiano
Aunque comprendo su critica con el CasaHomosexuales Español que no es mas que un nueverista en su mas fervierte version
 
Re: Partido Laborista ó PSOE: Tener ó no tener principios

El relevo en el 10 de Downing Street que acaba de llevar al laborista Gordon Brown al cargo de Premier de Gran Bretaña me vale para insistir en un punto que he venido denunciando desde hace muchos años en el sentido de que el laborismo ó el socialismo anglosajón no tiene nada que ver en absoluto con el socialismo que padecemos en España.

El Sr. Brown, hijo de un pastor presbiteriano que se ha distinguido por su conciencia social, fue educado como él mismo ha reconocido en los principios morales cristianos no tiene parangón en nuestra política española. El año pasado el político británico, que tiene una carrera impecable de honradez y eficacia en la gestión pública, prologaba un libro del pastor norteamericano Jim Wallis, y allí reconocía su formación básica en los principios y en la moral cristiana.

En contraste quiero poner un texto con el que el Sr. Rodríguez Zapatero, el presidente actual que padecemos en España, prologaba hace cuatro años, otro libro titulado “De nuevo Socialismo” de Jordi Sevilla, reconociendo en un plural que hace extensivo a todo su partido que “todo es posible y aceptable, dado que carecemos de principios, de valores y de argumentos racionales que nos guíen en la resolución de los problemas”.

Gordon Brown acaba de declarar que su gobierno se regirá por valores y principios morales. Nuestro presidente desde que accedió a la Secretaria General del Partido ha demostrado que lo que había escrito en el prólogo de aquel libro no era simple retórica, sino una declaración programática de las intenciones que iba a desarrollar en ejercicio de sus tareas de administración y gobierno, que apoya el partido. Tal vez esa sea la única declaración en la que no ha mentido de cuanta ha pronunciado en los últimos años. Y justamente haya sido este reconocimiento de la ausencia de valores (morales) y argumentos racionales (propios de un ser humano racional y con conciencia) para el tratamiento de los problemas de la sociedad.

De hecho, desde que el partido laborista ha ocupado en Gran Bretaña responsabilidades públicas, habrá tenido aciertos y equivocaciones políticas, pero su trayectoria, praxis y discurso están tan alejados del PSOE como los cielos lo están de la tierra. Insisto en esto por causa de los “lelos” (grupo de protestantes españoles que militan y promueven campañas a favor del PSOE y de aquellos que lo votan): Identificar el socialismo hispano con el anglosajón es una majadería histórica, un simplismo intelectual y una ceguera voluntaria e irresponsable.

Todos los partidos políticos no son iguales. Hay partidos políticos con principios y otros sin ellos. Y también es cierto que si en los primeros se pueden encontrar personas sin moral y sin vergüenza ó delincuentes, de la misma forma también en los segundos se pueden encontrar algunas excepciones honradas y decentes. El problema por lo tanto es de fondo: Que el partido laborista con sus equivocaciones y aciertos, y con algunos indeseables en sus filas, ha mantenido un tono de principios morales, mientras que el PSOE, como tal partido, desde su creación se ha distinguido por todo lo contrario.

En un vistazo rápido, pues usando la hipérbole del evangelista Juan, no cabrían en todos los libros del mundo un relato pormenorizado de sus transgresiones. Insisto en que hablo de actos y políticas realizadas como partido. Pues no hay ley, tratado, código civil, religioso, mercantil, militar, moral, natural, electoral ó social que no haya traspasado y pervertido en sus pocos más de cien años de historia.

No hay institución que no haya manipulado, maleado ó intentado hacerlo, desde el tribunal supremo, el de cuentas, la fiscalía, el defensor del pueblo, el mercado de valores, etc. No hay crimen, magnicidio incluido como el del Sr. Calvo Sotelo, que no haya promovido ó justificado: crímenes en masa, una bárbara persecución religiosa incluídos. No hay asaltos ó latrocinios que no haya protagonizado. Desde el contenido de las cajas fuertes de los bancos hasta el oro del banco de España y elementos del patrimonio histórico y artístico. Ha practicado golpes de estado, terrorismo de oposición y desde el gobierno. No hay sobornos que no haya aceptado ó concesiones que haya adjudicado sin que medie la corrupción, el caciquismo ó el clientelismo político.

No hay treta que no haya intentado para acabar política y socialmente con sus adversarios políticos, desde espionaje a otros políticos, jueces, periodistas, incluso hasta al Rey de España, a la creación de dossiers con falsas acusaciones de corrupción obtenidas mediante el soborno.

Nunca hubo un partido tan interesado en restringir la libertad de expresión, de comunicación acaparando los medios para personas vinculadas al partido, de modo que si alguien quiere trabajar en el campo de la comunicación prácticamente está obligado a ser un colaborador ideológico, un censor de cualquier crítica y un defensor de sus políticas.

Nadie se ha mostrado más interesado en acaparar el poder en la docencia, en las universidades y en la cultura estableciendo una verdadera caza de brujas que persigue silenciar a todo disidente.

Ninguno ha trabajado tanto para destrozar cualquier vestigio moral de la juventud. No solo en el plano sexual donde trabajan constantemente en adoctrinar en aberraciones e inmoralidades a los niños y adolescentes, sino en promover culturas alternativas cuyos mayores exponentes son: el botellón, la movida, el consumo de drogas blancas, los ocupas, así como a promover leyes como la del menor que provocan escándalo y sonrojo al ver como los jóvenes delincuentes salen a la calle poco después de cometer terribles crímenes.

El aborto libre, la eutanasia, el matrimonio homosexual, la manipulación genética, la financiación con fondos públicos de cualquier obra blasfema y pervertida ó autor cuya mayor gloria sean el escándalo, la provocación moral y conductas degeneradas. Tienen también el mérito de promover programas sociales y pedagógicos basados en falsedades históricas insostenibles que conducen al enfrentamiento de los ciudadanos.

En ningún país occidental nadie ha afrentado más a las victimas del terrorismo, ni se ha sentado a negociar hasta tal punto con mafiosos y terroristas.

Y que nadie piense que escribo esto movido por algún tipo de animadversión política ó rencor personal hacia esa formación. Cuando escribo esto, como cuando voto, yo lo hago siempre, apropiándome de una frase preciosa de la Sra. Teresa Becerril, “mirando al cielo y no al suelo”. Si no fuera así yo habría hecho buena carrera política en ese partido desde hace muchos años. No quiero extenderme en detalles que tal vez algún día relataré con más extensión. Pero aún así diré que el único partido político que hizo verdaderos esfuerzos por introducirme en su seno fue el PSOE. En el año 1989, cuando su hegemonía en todos los ámbitos políticos españoles era abrumadora, recibí durante siete meses insistentes peticiones para afiliarme por parte de altos cargos del partido, hasta el punto de llevarme engañado a una cena con un presidente autonómico y una docena de sus más allegados colaboradores en el gobierno y en el partido, al final de la cual me invitaron a ingresar como militante avalado por los más altos avalistas con frases tan prometedoras como “lo bueno que sería para tí tanto en el plano profesional como en el social”.

Pero como cualquier cristiano seguro de mi fe y responsabilidad, ante todas las prácticas malvadas y corruptoras de ese partido, digo con voz bien alta: Yo no quiero compartir destino con los que hacen iniquidad, que hablan de paz con sus prójimos pero tienen la maldad en su corazón (Sal. 28:3).

No quiero ni puedo progresar al precio del silencio en la denuncia, porque yo he escogido antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, que habitar en mansiones de maldad (Sal. 84:10). Porque los tesoros de la maldad no son de provecho. Es la justicia la que libra de la muerte (Pro. 10:2). Y para los que continúen ciega y voluntariamente cerrando sus ojos y boca ante todo esto, quiero recordarles la advertencia de Isaías 5:20. “Ay de los que á lo malo dicen bueno, y á lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!” Tendréis vuestra retribución.

Pabloblanco / Junio 2007

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Me alegro mucho de que alguien llame a las cosas por su nombre y diga las cosas como son. Espero que no haya por ahi alguien que salga, ofendido, diciendo que el hablar asi no es de cristianos, que hay que mostrar el amor cristiano, el perdon, la misericordia, etc., que no son nada mas que excusas para tapar la boca a quien se levanta contra la injusticia y las tinieblas.

Espero que Dios despierte las conciencias de la gente y no vendan su primogenitura por un plato de lentejas, por supuesto me refiro a cristianos españoles.

Que Dios les bendiga a todos

Paz
 
Re: Partido Laborista ó PSOE: Tener ó no tener principios

Pablo; Alto. claro y sin tapujos.
En España necesitamos muchas plumas como la tuya.
Un abrazo
 
Re: Partido Laborista ó PSOE: Tener ó no tener principios

El aborto libre, la eutanasia, el matrimonio homosexual, la manipulación genética, la financiación con fondos públicos de cualquier obra blasfema y pervertida ó autor cuya mayor gloria sean el escándalo, la provocación moral y conductas degeneradas. Tienen también el mérito de promover programas sociales y pedagógicos basados en falsedades históricas insostenibles que conducen al enfrentamiento de los ciudadanos.

Y me imagino que en inglaterra el aborto está penalizado, los gays no se pueden casar y es impensable la eutanasia ¿cierto?.
 
Re: Partido Laborista ó PSOE: Tener ó no tener principios

El PSOE es una secta religiosa, tal como pueda se la secta evangélica, la secta católica, la secta del PP o la secta del Islam. Son sectas que ofrecen a sus acólitos una serie de privilegios y credos, de obligaciones y de prohibiciones.

Los cristianos no deberían afiliarse a partidos políticos... ni en lo externo ni en lo interno... a ninguno de ellos, a no ser que recibieran una palabra desde el mismísimo cielo al respecto.

Pero la historia ha demostrado que una de las sectas más peligrosas que España ha tenido que soportar, por encima mil veces de la denostada secta católica, es la secta socialista de los "100 años de honradez" (sic), y sin duda considero que es la más peligrosa para la libertad que hoy soporta este país.

Y esto no es una opinión, sino un hecho con sentencias judiciales firmes por la detención ilegal de miembros del partido de la oposición. Y cuando hablo de libertad, hablo de la libertad a no actuar ni pensar como ellos.

Lo que distingue al PSOE del resto de sectas mencionadas, es que el poder no corrompe al PSOE, porque el PSOE entra corrompido al poder. Esa es su historia particular.

Un PSOE en el poder no tiene nada de que avergonzarse, porque son la corrupción personificada antes y después de abandonar el poder. Es lo propio de un partido sin absolutos ni principios, excepto en lo que concierne a atacar a la secta católica y horadar cualquier referencia a una justicia real y práctica.

No son una secta, sino que son lo más cercano a una tiranía despótica, entregados sin pudor a la cobardía y a la sangre sin ningún remordimiento, como atestigüa su terrible historia.

Lo mejor que podría ocurrir en España es que se dividiera entre los que pretenden un proyecto de convivencia, basado en el respeto y perdón mutuo en convivencia bajo una misma bandera (y dejar a los muertos en sus tumbas), y el resto de los que ni pretenden eso ni les interesa.

Yo creo que sería lo más sano para todos.

Dios, qué país...
 
Corrección de errores

Corrección de errores

Dije

"No son una secta, sino que son lo más cercano a una tiranía despótica, entregados sin pudor a la cobardía y a la sangre sin ningún remordimiento, como atestigüa su terrible historia."

Es

"No son sólo una secta, sino que son lo más cercano a una tiranía despótica, entregados sin pudor a la cobardía y a la sangre sin ningún remordimiento, como atestigüa su terrible historia."