Para (guardia suiza)
Precisamente, por este motivo, aparecen las falsas doctrinas. Así sucedió con la iglesia católica apostólica romana, que se basa en La Santa Biblia y en Las Tradiciones de la iglesia. Y en la práctica, lo que pesan más son sus tradiciones; ya que, cuando aparece alguna contradicción entre ambas, lo que tiene la última palabra son las tradiciones.
Es claro que, antes de que fueran consignadas por escrito las palabras del Nuevo Testamento, el Espíritu Santo les recordó a los escritores inspirados todo lo que el Señor les había dicho. Incluso el apóstol Pablo las recibió por revelación.
Pero encontramos al fin de Las Escrituras una admonición y advertencia: "Si alguno AÑADIERE a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este Libro. Y si alguno QUITARE de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del Libro de la Vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro". (Apocalipsis 22.18).
Después de este último escrito del apóstol Juan conteniendo esta admonición, se cerró el Canon inspirado de Las Sagradas Escrituras.