ONU: Aborto, derecho humano

18 Noviembre 1998
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ONU: Aborto, derecho humano

La resolución “Integración de los Derechos Humanos de las Mujeres y la Perspectiva de Género: Violencia contra las Mujeres”, fue aprobada el martes pasado (es una noticia de abril del 2004), por la Comisión de Derechos Humanos reunida en Ginebra. A pesar de los enérgicos discursos pronunciados por Estados Unidos y Costa Rica, y de los esfuerzos de los grupos pro-vida, la palabra “servicios” no fue borrada del párrafo 7 del documento.
En la explicación de sus votos, Egipto y México señalaron que nunca aceptarían un lenguaje que apoyara el aborto.

Los Estados Unidos hicieron una declaración interpretativa final, en la que el embajador Williamson dijo que su país ve con beneplácito cualquier iniciativa que intente eliminar la violencia en contra de las mujeres, pero que en ningún momento acepta el lenguaje que pudiera indicar el apoyo a los servicios para el aborto.

Williamson dijo que el término “servicios para el cuidado de la salud” nunca deberá ser interpretado para incluir servicios de aborto o para la distribución de abortivos. Agregó que los Estados Unidos desean ayudar a las mujeres que han sido víctimas del aborto y que los programas como los de asesoramiento post-aborto, deben ser considerados separados de los servicios para aborto. Finalmente Williamson enfatizó que los Estados Unidos apoyan los programas que impulsan la abstinencia, la monogamia, y en algunos casos, la distribución de preservativos para prevenir el desarrollo del HIV/SIDA.

Demás está decir que el lenguaje del documento va claramente a reforzar el concepto de aborto como derecho humano de la mujer. Una palabra o una frase prodrá agravar más o menos este significado, pero el documento está dirigido en su totalidad a forzar el reconocimiento jurídico universal del supuesto derecho al aborto.

La resolución aprobada exige a los Estados que ratifiquen todos los instrumentos de derechos humanos aprobados, -aceptando los “nuevos derechos de las mujeres”, como “parte integral indivisible del sistema de las Naciones Unidas”-, así como también las Plataformas de Acción de las Conferencias Internacionales celebradas hasta la fecha.

La resolución hace referencia especial a la firma y ratificación de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra las Mujeres, a su Protocolo Opcional, y a la eliminación de las reservas a estos y otros instrumentos. Teniendo en cuenta los “recovecos” y trampas del lenguaje abortista, es especialmente preocupante la mención al Tratado de Roma (Corte Penal Internacional), pues significa que continúa la presión por incluir cualquier oposición al aborto entre los crímenes contra los derechos humanos, punibles por esa Corte Internacional.

Valgan unos pocos ejemplos:

Dice la resolución: “se enfatiza que la violencia en contra de las mujeres tiene impacto en su salud física y sicológica, incluyendo su salud sexual y reproductiva y, en este contexto, anima a los Estados para que aseguren que las mujeres tengan acceso a servicios y programas de salud comprensivos y accesibles, y que los proveedores de servicios para el cuidado de la salud sean instruidos para reconocer los signos de violencia en contra de las mujeres y las necesidades de las pacientes que han sido sujetas a la violencia, en orden de minimizar las consecuencias físicas y sicológicas adversas de la violencia”, (párrafo 7).

“Se urge a los Estados a fortalecer iniciativas que aumenten las capacidades de las mujeres y las adolescentes a protegerse así mismas del riesgo de la infección con HIV, principalmente a través de la ‘provisión del cuidado de la salud y los servicios de salud’, incluidos aquellos de salud sexual y reproductiva y a través de la educación para la prevención que promueve la igualdad de género dentro del sistema cultural sensible al género” (párrafo 10).

El párrafo 18 insiste en la necesidad de “empoderar” a las mujeres para que se protejan a ellas mismas de la violencia y ejerzan el “derecho de tener el control sobre sí mismas y a decidir ‘libre y responsablemente en materias relacionadas con su sexualidad, incluyendo la salud sexual y reproductiva, libres de coerción y violencia’”, (este texto coincide textualmente con la definición de “aborto a petición”, es decir el “derecho” a acudir al aborto en cualquier momento del embarazo, sin ninguna limitación legal o de terceras personas).

Recordamos que los llamados servicios, planes o programas de salud reproductiva, aunque no incluyan -por el momento- el aborto quirúrgico, siempre incluyen el aborto químico. Por lo tanto, “salud reproductiva” significa en todos los casos, aborto. Así como los términos “salud sexual” y “perspectiva de género”, incluyen el reconocimiento de los supuestos derechos de la llamada opción u orientación sexual, es decir el reconocimiento del homosexualismo. En el mismo sentido, desde las reuniones preparatorias para la Cumbre Mundial de la Infancia (Niño+10, mayo 2002), está aclarado que “servicios para el cuidado de la salud” incluyen el aborto quirúrgico. FIN, 04-04-25.

Fuentes: Propias; LifeSite News, 04-04-20; E/CN.4/20004/L.63, 04-04-15; Press Release, HR/CN/1093, 20/04/04. (Continúa de NG 625, 631 y 634). Por Juan C. Sanahuja
 
Re: ONU: Aborto, derecho humano

La presión de asociaciones pro abortistas consigue apartar al Vaticano y grupos afines de las negociaciones

Un polémico informe del Fondo de Población de la ONU ha reabierto la brecha existente entre los grupos presentes en las mesas de debate del organismo, que amenaza con convertirse en hecatombe si no se permite a los pro vida entrar a negociar

Sara Martín

Madrid- Preservativos, píldoras para el control de la natalidad, DIU's y un aspirador manual para abortos por succión. Este es el «kit de salud reproductiva» que el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) distribuyó a cerca de cuarenta mil personas en 1999 en los campos de refugiados de Kosovo. Mientras tanto, decenas de médicos que trabajaban allí denunciaron la falta de aparatos de rayos X, ecógrafos, vendas, suero, medicamentos, tensiómetros e incluso alimentos. Y sin embargo, tenían «todo lo que se necesita para el control de los nacimientos, esterilizaciones y abortos». Por eso, no es de extrañar que el UNFPA fuera denunciado por imponer sus «derechos reproductivos» allí por donde pisan.

Aun así, el último informe publicado hace dos semanas por este organismo, titulado «Reducir la pobreza y lograr las metas de desarrollo del Milenio: argumentos para invertir en salud y derechos reproductivos», ha levantado las iras de los cientos de grupos apodados pro vida que trabajan diariamente en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York. Y es que, para quien no lo sepa, el UNFPA es una agencia de cooperación internacional dependiente de la ONU que defiende el derecho –tal y como cita su página web (www.unfpa.org)– a que «todo embarazo sea deseado», entre otras cosas.

Solución. El polémico informe argumenta que la «salud reproductiva» es necesaria para erradicar la pobreza y el hambre, para combatir el sida, y también para garantizar un crecimiento sostenible a través de la estabilización del crecimiento de la población. «En el argot de trabajo de la ONU, este término incluye siempre el aborto», subraya Austin Ruse, presidente de C-Fam (Catholic Family & Human Rights Institute), una organización sin ánimo de lucro que atiende las necesidades de ONG y de misiones o delegados de Naciones Unidas. El documento también sostiene que esta «solución» puede acabar con la mortalidad infantil –«Cierto, matar al no-nacido reducirá la mortalidad infantil», ironiza Ruse–, amén de elevar el nivel educativo en los países menos desarrollados del Tercer Mundo.

Y es que el aborto –ahora más generosamente llamado «salud reproductiva»– es la bomba de relojería que hace crispar permanentemente los ánimos –y los acuerdos– entre unos grupos y otros en todas las mesas de debate. A finales de junio se celebraron las reuniones previas en las que se negocian los puntos a tratar en la próxima Asamblea General que se celebrará en septiembre sobre las llamadas «Metas de Desarrollo del Milenio». Y C-Fam ya avisó de que los grupos que defienden el derecho a la vida del no-nacido y los apodados pro familia fueron excluídos de estas negociaciones previas. De hecho, el embajador de EE UU ante Naciones Unidas presentó una queja formal al Presidente de la Asamblea General de este organismo, Jean Ping, porque todos los grupos admitidos a las mesas redondas militan sin sonrojos en la izquierda y se dedicaron a pronunciar discursos oficiales a favor de los derechos del lobby gay y del aborto libre.

Enemigo número uno. Pero, desgraciadamente, no son los únicos excluidos en los pasillos de la ONU. Hace pocos días, Sandro Magister, vaticanista del conocido semanario italiano «L'Espresso», explicaba que «los representantes permanentes de la Santa Sede en la ONU son frecuentemente tratados allí como el “enemigo número uno”». «Lo son en cuanto representantes de una religión monoteísta, y como tal, considerada como generadora de intolerancia», subraya el vaticanista. Magister subraya que la Iglesia es excluída por «oponerse a la filosofía de los “derechos reproductivos”, que es el verbo indiscutible dentro de Naciones Unidas y de la Unión Europea en todas las materias que tengan que ver con la familia y la procreación».

La periodista Eugenia Rocella, autora del libro «Contra el Cristianismo: La ONU y la UE como nueva ideología», denuncia que «los “derechos reproductivos” se han concretado en el control de los gobiernos sobre la fertilidad femenina en una política de difusión mundial del aborto, de la contracepción y especialmente de la esterilización». En realidad, explica, «son derechos a no reproducirse».

Fuente: La Razón
 
Re: ONU: Aborto, derecho humano

El Fondo de la ONU para la Población promueve el aborto
Habla el periodista Riccardo Cascioli, experto en demografía

ROMA, jueves, 16 septiembre 2004 (ZENIT.org).- El informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) sobre las previsiones de crecimiento demográfico es «totalmente ideológico», confirma un experto en cuestiones demográficas.

Riccardo Cascioli, periodista del diario italiano «Avvenire», autor de numerosos libros sobre demografía, asegura que el objetivo del UNFPA es promover el aborto en todo el planeta.

El informe considera que la población mundial aumentará casi un 40 por ciento para 2050, con lo que el planeta alcanzará los 8900 millones de habitantes, 2500 millones más que hoy.

«Estado de la población mundial 2004» ve en el aumento demográfico un obstáculo para el desarrollo y para el medio ambiente.

El informe es publicado diez años después de que se celebrará la Conferencia de las Naciones Unidas sobre población y desarrollo en El Cairo.

En esta entrevista concedida a Zenit, Cascioli, quien estuvo presente en El Cairo, destaca las ideas que se esconden detrás de los proyectos y el informe del UNFPA.

--¿Cómo evalúa este informe?

--Cascioli: Es un informe totalmente ideológico. Es increíble que al describir el estado de la población en el mundo no se mencione el principal problema demográfico que hoy experimentamos: es decir, el rápido envejecimiento de la población.

Y esto se da también en los países, donde las consecuencias serán todavía más dramáticas a causa de la ausencia de seguridad social: jubilaciones, servicio sanitario, etc. Por el contrario, el UNFPA sigue haciendo propaganda de la necesidad de reducir aún más los índices de fertilidad, afirmando que así se favorece el desarrollo.

La realidad demuestra lo contrario. Basta pensar que en África, ante un descenso del índice de fertilidad de 6,65 a 4,91 hijos por mujer, en los últimos diez años la pobreza del continente ha aumentado en un 43%.

La verdad es que el único interés que demuestra el UNFPA es el de promover el aborto como derecho humano fundamental, operación que no logró en El Cairo hace diez años, pero que es un objetivo cada vez más explícito.

--Hemos pasado de la «bomba demográfica» al «invierno demográfico». ¿Qué ha pasado en estos diez años, desde El Cairo 1994?

--Cascioli: La tan temida explosión demográfica ha sido siempre un argumento instrumental para poder lograr un consenso universal sobre temas que preocupan a ciertas élites, es decir, el control de los nacimientos.

Los demógrafos más clarividentes, incluso ya hace diez años eran escépticos ante estas alarmas, y en todo caso la realidad se ha encargado de demostrar que no tenían fundamento. Es verdad que el descenso de la fertilidad ha ido más allá de todas las previsiones, por motivos que todavía hay que investigar adecuadamente, pero repito: el drama es que a nivel de agencias internacionales no se afrontan los problemas demográficos reales, prefiriendo más bien promover una agenda ideológica.

Esto lleva a invertir ingentes recursos en políticas que no son sólo inútiles, sino peligrosas por dos motivos: quitan fondos a las verdaderas ayudas al desarrollo y agravan la tendencia del envejecimiento de la población.

Habría que añadir, además, que sobre todo en algunas regiones, estas políticas crean peligrosos desequilibrios sociales, como es el caso de China, donde hay 120 varones por 100 mujeres, mientras que la relación media es de 106-107 varones por 100 mujeres.

--La administración estadounidense, que en 1994 se opuso totalmente a la Santa Sede, parece apoyar hoy los programas en defensa de la vida y la familia. ¿Qué ha pasado en la política estadounidense?

--Cascioli: Hoy Bush es acusado por el UNFPA y las organizaciones abortistas de matar a las mujeres porque ha quitado su apoyo financiero al UNFPA.

En realidad, la decisión de la Casa Blanca se basa en datos evidentes que muestran cómo esta agencia de la ONU y otras organizaciones no gubernamentales apoyan programas que prevén el aborto coercitivo, sobre todo en China.

En realidad, Bush no ha hecho más que aplicar el Programa de Acción aprobado en la Conferencia de El Cairo, que en el artículo 8.25 afirma claramente que «el aborto en ningún caso puede ser considerado como un medio de planificación familiar».

Hoy nos tenemos que revelar al hecho de que el dinero de nuestros impuestos vaya a promover el aborto, incluso coercitivo, en el mundo, con la etiqueta de «ayudas al desarrollo».
 
Re: ONU: Aborto, derecho humano

Derechos humanos
Desde Ginebra

La ONU sienta jurisprudencia sobre el derecho al aborto en Perú
Por: Juan Gasparini (especial para ARGENPRESS.info) (Fecha publicación:24/11/2005)

El Comité de Derechos Humanos de la ONU admitió en un dictamen de un caso que afecta al Perú, el derecho a abortar en condiciones que pongan en serio peligro la salud de una persona, según una decisión escrita conocida esta semana en Ginebra.

La ciudadana peruana Karen Noelia Llantoy Huamán pidió una condena de la ONU contra su país, por la negativa de un hospital de Lima a que abortara, no obstante un certificado médico estableciendo que portaba un feto anencefálico y que su vida estaba en riego si continuaba con el embarazo, pero la interrupción de la gestación no se practicó porque contravenía las normas legales del Perú.

Compuesto por 18 expertos independientes, el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas, vigila el cumplimiento del Pacto de Derechos Civiles y Políticos de la ONU por parte de los Estados que lo han ratificado, uno de los dos pilares del sistema onusiano.

Al propio tiempo, este Comité se ocupa de “comunicaciones individuales” si los Estados han asimismo suscripto el protocolo facultativo que le permite a un particular llevar una “queja” a la ONU, una vez agotadas las instancias judiciales internas en su país, que fue la vía utilizada por Karen Llantoy Huamán.

La presentación de este caso en la ONU no provocó objeciones del gobierno peruano, dejando el camino libre para que el Comité adjudicara “el peso debido a las denuncias”, estimando que la afectada sufrió una intromisión arbitraria en su vida privada, y que fue discriminada en tanto menor, pues había quedado encinta a la edad de 17 años.

La ONU consideró también que el gobierno del Perú no ofreció a la víctima el apoyo necesario y “un recurso adecuado” para oponerse a la negativa del hospital a practicarle el aborto, dándole ahora al gobierno 90 días para reparar la situación, incluyendo “una indemnización”.

La ONU tomó nota que Karen Llantoy Huamán dio luz una hija que solo vivió cuatro días, lamentando que el Perú no le haya dado la posibilidad de un “aborto terapéutico”, previsto por la ley interna cuando “la suspensión del embarazo es el único medio para salvar la vida de la gestante o para evitar en su salud un mal permanente”.