Obispos abertzales

Bart

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24 Enero 2001
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http://www.libertaddigital.com/php3...&num_edi_on=828&cpn=9507&tipo=2&seccion=POR_D

Revista de prensa

Viernes, 31 de mayo

Obispos abertzales

El rechazo de los obispos vascos a la ilegalización de Batasuna es la noticia más destacada en todos los diarios, salvo en El Mundo que dedica su principal titular de portada a una noticia en exclusiva que asegura que ETA iba a colocar un coche bomba en la sede de Telefónica el 7 de junio. Aun con menor relieve, otro claro denominador común en las primeras páginas de los diarios lo constituye la dimisión del alcalde de Ponferrada tras ser condenado por acosar sexualmente a Nevenka. El Mundo también destaca la decisión del Ministerio de Sanidad de prohibir antes de fin de año que se fume en empresas, restaurantes y hoteles así como encarecer el precio del tabaco y excluirlo del IPC. El tiroteo que ha causado dos muertos en el poblado de Las Mimbreras es atendido tanto en la portada de ABC como en la de El País. Este último diario también destaca la decisión del Supremo de pedir amparo al Poder Judicial por las críticas al archivo del “caso Otegui”, mientras que ABC resalta el apoyo que la Junta de Andalucía dará a la huelga general “con unos servicios de verdad mínimos”. Finalmente, varios diarios destacan la inauguración hoy en Seúl de Mundial de Fútbol.

A pesar de ser la más destacada noticia del día no todos los diarios dedican un editorial al público y escandaloso rechazo de los obispos vascos a la ilegalización de los partidos proterroristas. Para El Mundo la carta pastoral “vuelve a sembrar serias dudas acerca de la actitud — a veces demasiado complaciente— del clero vasco en relación con ETA y el entramado político y social que le sustenta”. Además de destacar la opinión de los obispos de que la ilegalización de Batasuna “agudizaría la división y la confrontación cívicas”, El Mundo acertadamente denuncia que la carta de los obispos “contiene un pasaje de especial gravedad por lo que conlleva de tolerancia con las actividades de los proetarras”. El diario pone de ejemplo la aseveración de los obispos de que “las consecuencias sombrías” que se derivarían de la ilegalización “deben ser evitadas, sean cuales fueren las relaciones entre Batasuna y ETA”. Este diario afirma que si “ETA merece una valoración moral gravemente negativa”, como también aseguran los Obispos, “los acólitos del terrorismo deben recibir también la misma condena moral y legal. A menos —concluye el editorial— que los obispos sitúen su comodidad en la sociedad por encima de los principios éticos y morales”.

ABC crítica, aunque no hubiera estado de más que lo hiciera con mayor contundencia, prácticamente todas las aseveraciones de los obispos merecedoras de reprobación. En primer lugar, el editorial asegura, no obstante, que “la carta muestra unos criterios claros y definidos contra el terrorismo de ETA, al que se considera incompatible con la paz”. Eso faltaba, que dijeran que fueran compatibles. Eso no lo sostiene ni los etarras. Lo grave es que los obispos consideren, como los terroristas, que la mera desaparición de ETA no conllevará la pacificación. Como dicen los Obispos, “los problemas que es preciso resolver para alcanzar la paz no terminan ahí”. La quiebra de la “paz” no es para los obispos, pues, responsabilidad única de ETA sino también de quienes no comparten sus objetivos.

Hipócritamente los obispos dicen que “optar por la paz comporta para cada una de las opciones políticas una disposición a recortar "mi" proyecto de país para que pueda surgir en el intercambio "nuestro" proyecto compartido”. Optar por la paz , sin embargo, radica en algo mucho más primario como es el no legitimar, como Batasuna hace, el asesinato de quienes no comparten su proyecto. Los "recortes" del proyecto propio, por otra parte, ya se hizo por las formaciones políticas en la Constitución. Se cedió mucho a las reivindicaciones nacionalistas, sin que estos hicieran contrapartida alguna. Actualmente el País Vasco goza de una autonomía y un autogobierno que no tiene parangón en el seno de los Estados democráticos del mundo. Una “cesión” más por parte de los que no comparten el proyecto nacionalista ya solo podría consistir en la secesión, que es precisamente el objetivo de los terroristas.

Dicen los obispos que "nadie ha de sentirse en nuestra tierra más ciudadano que los demás por el hecho de poseer determinados rasgos culturales específicos ni ha de recelar de aquellos conciudadanos de otra tradición cultural diferente, considerándolos como extraños, y menos como enemigos”y también que “nadie ha de subestimar las señas peculiares de este país, como son, entre otras, la lengua y la cultura” Lo primero, que se lo digan a los nacionalistas; lo segundo, como lo primero, ya lo suscriben quienes no lo son.

Son los nacionalistas, con los “rh negativos” y “los alemanes en Mallorca” de Arzalluz o las diatribas y su odio contra los maquetos del fundador de su partido, quienes legitiman la exclusión cuando no la violencia. Los no nacionalistas, por su parte, no sólo no subestiman las señas peculiares del País Vasco sino que las protegen al rango de ley de Leyes como es la Constitución Española.

Los obispos, sin embargo, consideran que la Constitución comparte con ETA la responsabilidad de la falta de paz, pues esta “se malogra cuando quiere imponerse por la fuerza ciega o por el puro imperio de la ley”. Vamos, que se equipara el terrorismo con la violencia legitima del Estado.

La vomitiva y repugnante diatriba de los obispos llega incluso a insinuar que el Gobierno español tortura a los presos vascos. Esa grave insinuación no aporta prueba alguna y los obispos se basan para lanzarla únicamente en las denuncias de Amnistía Internacional y Gesto por la paz, organizaciones que tampoco han aportado prueba alguna. Los mitrados también reclaman al Gobierno “signos de distensión y aproximación” como es el acercamiento de los presos a sus lugares de origen. ¿Para todos o es un privilegio que se pide en exclusiva para los presos etarras?

Finalmente, no pretendemos ya entrar a cuestionar la aseveración de los obispos de que “ser nacionalista o no serlo no es moralmente obligatorio ni moralmente censurable”. No estaría de más, sin embargo, que tuvieran presente las claras aseveraciones morales contra el nacionalismo hechas públicas por el Papa. Lástima que en este punto los Obispos silencien las advertencias de Juan Pablo II. En cualquier caso, la Constitución española da libertad a los nacionalistas que defienden pacíficamente su ideario. Lo que no puede seguir tolerando, sin caer en contradicción, es la cobertura legal y la financiación pública de quienes utilizan y legitiman el crimen para conseguir sus objetivos políticos.

Y es en este punto donde cabe preguntarse cuál es la postura de la Iglesia católica. Los obispos no levantaron su voz contra el pacto de Lizarra, pero rechazan ahora públicamente la exclusión de los proterroristas. ¿Es esta la postura de la Iglesia católica?. Así debemos, desgraciadamente, considerarlo mientras no haya un comunicado en sentido contrario. Dejémonos ya de hablar de los “obispos vascos”. La postura de la Iglesia no puede -más en un asunto tan grave- variar según la diócesis. ¿O es que vamos a seguir admitiendo que los prelados tengan posturas diferentes en el seno de una Iglesia que debe estar en comunión y que se reclama católica? Basta ya. Va por ustedes, Ilustrísimas. Santidad, ¿Quo Vadis?

 
En el País Vasco los obispos viven cojonudamente, son agasajados por los nacionalistas -lo del "tal Blázquez" quedó en el olvido"-, se preocupan porque sus ovejitas militantes en Batasuna puedan llegar a ser molestadas, dan crédito a Amnistía Internacional... etc

En Colombia los obispos suelen ser secuestrados, amenazados y asesinados por decir la verdad, por llamar a las cosas por su nombre, por cumplir la misión profética de señalar que la luz no puede tener comunión (ahora lo llaman diálogo) con las tinieblas.... etc

De la Iglesia colombiana salen mártires como Monseñor Isaías Duarte, que hizo honor a su nombre y decenas de sacerdotes que mueren por no doblar la rodilla ante los narcotraficantes y las guerrillas.
De la Iglesia vasca sale la semilla de la próxima confrontación civil en España.

¡Ay de ti, tierra vasca, que hasta tus pastores espirituales están al servicio de los hijos del xenófobo Arana!
 

Dios no ayuda al cobarde (Friedrich von Schiller)

<http://www.elmundo.es/2002/06/01/espana/1151419.html>

LUCHA CONTRA EL TERRORISMO / LA PASTORAL
La hipocresía como doctrina

GERMAN YANKE

La escandalosa pastoral firmada por los obispos del País Vasco sirve al menos para saber lo que consideran como «los rasgos más preocupantes de nuestra situación presente». Si se comienza la lectura con benevolencia, lo que no es fácil, habrá que esperar que «la descripción necesaria» no sea por orden de preocupación real, ya que sitúan en primer lugar «el desacuerdo y la incomunicación» y, sólo después, el terrorismo. Responde sin duda a una actitud tan pusilánime como extendida según la cual cada vez que alguien muere asesinado, sus bienes son destrozados o es amenazado, se responde con la cantinela ésa de «si se hablara más...».

«Un año después de las elecciones del 13 de mayo los partidos políticos mantienen prácticamente intactos sus graves desacuerdos anteriores». (...) «El desacuerdo político es, en gran medida, origen y fruto de una grave incomunicación» (...) «El diálogo es la avenida que conduce a la plaza mayor de la paz. Cerrarse (...) equivale a renunciar a la paz verdadera, que no consiste en la victoria, sino en el acuerdo».

Los obispos se muestran preocupados por el desacuerdo entre partidos y abogan por la «comunicación (...) a través de un diálogo paciente que busca el acuerdo». En defensa de ese diálogo, citan a Juan Pablo II, pero hacerlo sin concreción, sin explicar qué demonios con perdón pueda significar y con quién y para qué se propone, es una trampa intelectual. Para citar al Papa bien podían haber recordado que, en la última Jornada de la Paz, insistió en que es la Justicia la que está en la base de la paz verdadera y que, en el aniversario de la Guerra Mundial, sostenía, ante la violencia, el triunfo del Derecho.

Resulta escalofriante que a estas alturas parezca, como parece, que los doctos obispos no sepan que la versión política del diálogo es el ejercicio de la democracia y no el afán de charlar con no se sabe quién (o sí se sabe) de todo lo que no respaldan ni las urnas ni el respeto a las libertades individuales.

Para saber que la virtud no está en el punto medio basta con el catecismo y para darse cuenta de que el Estado de Derecho no implica esa suerte de consenso incontinente basta con cualquier tratado razonable de Derecho Constitucional. Pero los obispos tienen otros libros...

No falta la nota cursi de la «avenida» y la «plaza mayor». Es en este marco en el que ETA cuya violencia «no ofrece visos razonables de cancelarse próximamente» «debe desaparecer».

Hay que esperar al quinto considerando de la pastoral para leer que puede ser combatida, ya veremos cómo porque este llamamiento a la desaparición, como si de un milagro se tratara (¿o se trata del «diálogo»?), es más que torpe por mucho que se condene («valoración moral (...) gravemente negativa») el terrorismo, la colaboración, el encubrimiento o su defensa. Y por mucho que se elogie la necesidad de defender, acompañar y proteger a los concejales del PP y del PSOE que están «en el punto de mira».

«...la tentación de descompensar el binomio 'seguridad-derechos humanos' mediante un acento mayor en el primer miembro de dicho binomio». «Siempre que la necesaria firmeza frente al terrorismo se convierta en indebida dureza estaremos deslizándonos por esta pendiente».

¿Cómo quieren que se proteja a las víctimas potenciales? «No todo vale contra el terrorismo». Esta cuestión es el centro del documento, porque hay más líneas y más pretendida enjundia en lo que concierne al supuesto peligro de ceder a la «tentación» de «descompensar el binomio» que a la vergüenza moral de padecer constantemente y con tanto apoyo el terrorismo nacionalista.

Los obispos tienen sus fuentes y con el Evangelio no basta: se muestran preocupados de que «voces autorizadas» como Amnistía Internacional digan que «no siempre se respetan (...) estos límites que nunca deberían ser franqueados». Muy bien, pero ¿cómo se les protege?

«La pacificación de este país entraña, desde luego, la desaparición de ETA y el limpio esfuerzo concertado para combatirla. Pero los problemas que es preciso resolver para alcanzar la paz no terminan ahí». (...) «[La paz] se malogra cuando quiere imponerse por la fuerza ciega o por el puro imperio de la ley».

Dios santo, ¿no terminan con la desaparición de ETA? No, según esta particular doctrina: hay que «enfocar correctamente una realidad que viene desde lejos» y «gestionar el conflicto entre identidades nacionales contrapuestas». Complicado, reconocen.¿Por qué? ¿Por el terrorismo? ¿Quizá porque el nacionalismo interpreta su hegemonía con consideraciones étnicas? ¿Quizá porque hay quienes repiten que tienen los mismos fines, aunque distintos medios, que ETA?

Cuidado. Los obispos piensan que algunas decisiones de Gobierno, declaraciones de políticos, intervenciones de los «MCS» (medios de comunicación) «favorecen más la radicalización que la concertación», pero dedican buena parte de su panfleto a defender el nacionalismo: «Nadie ha de subestimar las señas particulares de este país, como son, entre otras, la lengua y la cultura, ni alimentar (...) la sospecha de que la connivencia con el terrorismo anida (...) en el corazón de un nacionalista». Obsérvese que en la misma frase se incluye la lengua y la cultura y se critica ¡a los que sospechan!

Pero bueno, ¿cómo protegerlos? Porque parece que todas las obligaciones son de las víctimas. Queda claro en el sexto punto: el valor de las «fórmulas políticas» es relativo y, si bien es cierto que hacen falta «graves razones de bien común» para suplantar las que «el pueblo ha aprobado o asumido mayoritariamente», en esto no hay dogmas. Es más, parece que hay graves razones «si el valor superior de la paz postula que todos revisemos el propio modelo para aceptar otro construido entre todos y para todos».Es decir, a cambiar el marco. Me suena a PNV, pero debe ser mi tendencia a favorecer la radicalización.

«Nos preocupan (...) algunas consecuencias sombrías (...) y que, sean cuales fueren las relaciones entre Batasuna y ETA, deberían ser evitadas». (...) «La convivencia (...) ¿no sufriría un deterioro mayor?»

Estos cuatro prelados, reconvertidos en esperpénticos expertos en Derecho Público, promotores de las reformas constitucionales, tienen su parecer político y legal. ¡Caramba!, no lo tuvieron cuando se suscribió el frente nacionalista, se pactó con los que merecen esa negativa valoración moral y trataron de excluir a los no nacionalistas. Tampoco cuando PP y PSOE, sindicatos y otras organizaciones, firmaron el Pacto Antiterrorista porque los obispos «no se meten en política».

Ahora, sin embargo, anatematizan la reforma de la Ley de Partidos y, aunque afirman que «resultaría precipitada en estos momentos una valoración moral ponderada de dicho texto» (lo que ya es hipocresía), manifiestan su preocupación por las «consecuencias sombrías».

Es éste «un asunto candente y resbaladizo» en el que parece que el diálogo político el ejercicio de la democracia , el respaldo mayoritario del Parlamento a una reforma más que razonable debe supeditarse a otro supuesto diálogo complaciente con el nacionalismo por «el bien superior de la paz».

Lo pasmoso es que se añade que los recelos se exponen «sean cuales fueren las relaciones» entre Batasuna y ETA. ¿Cómo se puede escribir esta indignidad? ¿No saben cuáles son? Y, aun con el beneficio de la duda, les da igual cuáles puedan ser. Las víctimas se deben sentir muy protegidas por estos pastores.

Luego piden a los cristianos que los secunden con «generosidad».La mejor es no dar ni un duro, ni público ni privado, ni intelectual ni material, por este episcopal empeño en salirse con la suya, de la mano del nacionalismo, en vez de ser razonables con las personas que defienden la ley y las libertades.

No sé si todo este papel pastoral es o no la Iglesia. Espero que no porque, de otro modo, donde está la esperanza es fuera de ella.


 

<http://iblnews.com/news/inoticia.php?id=120404&t=1>

Obispos
La Santa Sede "no intervendrá por el momento" en la polémica sobre la ilegalización de Batasuna

CIUDAD DEL VATICANO, 1

La Santa Sede aseguró hoy que "por el momento no intervendrá" en la
polémica sobre los tres obispos vascos contrarios a la ilegalización de
Batasuna, brazo político de la organización terrorista ETA, según
indicaron hoy fuentes del servicio de prensa de la Santa Sede.

La posición de los tres obispos fue respaldada por 350 sacerdotes
vascos, lo que ha suscitado duras críticas por parte del Gobierno
central, que convocó ayer al nuncio apostólico en España, Manuel
Monteira, para expresar "el malestar y la contrariedad" de Madrid.

La Conferencia Episcopal se ha desmarcado, por su parte, de la misiva
pastoral de los obispos vascos, asegurando que "es de su exclusiva
responsabilidad".

 
<http://www.elmundo.es/2002/06/01/espana/1151409.html>

POLEMICA PASTORAL / Transmitió a la Santa Sede y a la Conferencia Episcopal su protesta formal por el texto que critica la ilegalización de Batasuna / Dice que buscan «la impunidad total de Batasuna y de los verdugos»
El Gobierno llama «cobardes» a los obispos vascos y pide al Vaticano que actúe contra ellos

FERNANDO GAREA

MADRID. El Gobierno respondió ayer de forma insólita y extremadamente dura a la pastoral de los tres obispos vascos, de manera directamente proporcional al malestar que le ha provocado su contenido.

El malestar se concreta en un comunicado en el que llama «cobardes» a los tres obispos vascos y los acusa de buscar la «impunidad total de Batasuna y de los verdugos» y en la protesta oficial del Gobierno ante el Vaticano y ante la Conferencia Episcopal Española.

Ayer por la tarde, el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, convocó, por primera vez en la historia democrática, al nuncio embajador del Papa en España, Manuel Monteira, para mostrarle el «disgusto y malestar» del Gobierno con los tres obispos.

Según la Oficina de Información Diplomática el excepcional gesto sirvió para que el Vaticano tome nota del «sentimiento» del Ejecutivo español por el contenido de la pastoral que critica la Ley de Partidos, insinúa la existencia de torturas en el País Vasco y lamenta la «imposición por el puro imperio de la ley».

El ministro pidió a la Santa Sede un pronunciamiento expreso contra la pastoral que, según el Gobierno, puede servir para legitimar y justificar el terrorismo.

En paralelo, el Ejecutivo dio orden para que el embajador español en el Vaticano, Carlos Abella, pida ser recibido en la Santa Sede para trasladar ese malestar.

Protesta formal

La misma noche del jueves, a instancias del propio presidente del Gobierno, José María Aznar, un miembro del Ejecutivo trasladó la protesta formal y oficial a monseñor Rouco Varela, presidente de la Conferencia Episcopal.

Pocas horas después, la cúpula de la Iglesia española hizo público un comunicado que no valora el fondo de la pastoral y sólo se desmarca de su autoría.

El Gobierno se dio ayer por satisfecho con esta nota en lo que respecta a la posición de la Iglesia, pero no renunció a arremeter públicamente contra los obispos de San Sebastián, Bilbao y Vitoria.

Lo hizo de forma solemne e inusual en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

Pío Cabanillas, sin esperar al turno de preguntas, leyó el duro comunicado del Gobierno que empieza señalando que «aprecia en su justa medida la nota de la Conferencia Episcopal porque sitúa en su adecuada dimensión y representatividad la pastoral».

El Ejecutivo contrapone, a continuación, la legitimidad y representatividad de los autores de la pastoral con la de los partidos democráticos que apoyan la Ley de Partidos que permitirá la disolución de Batasuna y que representan al 93% de la voluntad popular española.

«Los obispos responsables de esta pastoral se arrogan una representación de la que carecen, frente a la legitimidad contrastada de las instituciones y órganos competentes del Estado y pretenden hablar en nombre de sectores ciudadanos cuyas opciones políticas tienen el cauce de expresión adecuado en nuestro sistema democrático», asegura el comunicado del Gobierno.

El ministro portavoz explicó que los obispos vascos respondieron con el silencio al Pacto de Estella que «buscaba la exclusión de los socialistas y del PP y la deslegitimación de las instituciones» y rechazaron expresamente el Pacto contra el Terrorismo firmado por los dos principales partidos.

El comunicado del Ejecutivo añade que los obispos vascos se alinean en su pastoral «con las posiciones más radicales de descalificación de la Ley de Partidos desde el nacionalismo vasco. Sus consideraciones son un compendio exacto del argumentario nacionalista en contra de una iniciativa democrática apoyada abrumadoramente por el Congreso y que es el resultado de un intenso proceso de diálogo y acuerdo».

El texto de la respuesta del Gobierno, en cuya elaboración intervino directamente José María Aznar, continúa mostrando «asombro» porque la pastoral «va más allá incluso» de lo que han ido las opiniones del resto de fuerzas políticas contrarias a la ley.

Añade que «los obispos de las diócesis vascas abogan y defienden la impunidad total de Batasuna», al utilizar expresiones sobre la formación abertzale como «cualesquiera que sean sus relaciones con ETA». Según el Gobierno, «estos obispos advierten a los amenazados de que su situación puede empeorar con la Ley de Partidos; les invitan a la sumisión a sus verdugos, al silencio ante quienes les ofenden y colocan a la sociedad vasca en camino de la obediencia a la disciplina mafiosa que imponen ETA y sus cómplices».

Termina asegurando que los obispos pretenden «la paz del silencio de las víctimas, de la impunidad de los verdugos, la paz de la humillación de una sociedad ante los que agreden su convivencia, la paz de los débiles y los cobardes, que no es la paz civil que debe buscar una sociedad democrática; ni es el escenario que la inmensa mayoría de los demócratas puede aceptar ni aceptará».
 

<http://www.elmundo.es/2002/06/01/espana/1151370.html>

LA TRASTIENDA
Carta a los obispos vascos

ISABEL SAN SEBASTIÁN

Monseñores Blázquez, Uriarte y Asurmendi:

Les escribo estas líneas desde la distancia insondable, en términos de compromiso frente al terrorismo , lamentando no poder mirarles a los ojos, como hizo hace años mi añorado colega, Gregorio Ordóñez, al formular al obispo de su ciudad, José María Setién, la siguiente pregunta: «¿Usted cree en Dios?»

Al igual que Goyo, cruelmente asesinado en San Sebastián un frío día de enero de 1995, y al igual que millares de creyentes y de laicos vascos, yo tengo serias dudas sobre la respuesta sincera, honesta y cabal que escucharía de sus labios en el supuesto de que el dios al que nos estuviéramos refiriendo fuera, por ejemplo, el del Sermón de la Montaña que leemos en el Evangelio. ¿O acaso ese dios se situaría en una posición equidistante entre los pobres de espíritu y los soberbios; entre los mansos y los prepotentes; entre los que lloran por las víctimas y los que hacen derramar lágrimas de miedo y de dolor empuñando una pistola; entre los que tienen hambre y sed de justicia y los que ejecutan a sangre fría la justicia del hacha y la serpiente; entre los misericordiosos y los implacables; entre los limpios de corazón y los corruptos; entre los pacíficos y los violentos; entre los que padecen persecución y los que persiguen, acosan, intimidan, amenazan y pegan tiros en la nuca?

Don Ricardo, Don Juan María y Don Miguel: dado el elocuente historial que acreditan sus respectivas diócesis en capítulos como la cesión sistemática de locales para encierros y reuniones de grupos afines a ETA, la formulación de innumerables pegas a la celebración de funerales en memoria de políticos abatidos por el terror etarra, la ausencia clamorosa de representantes del clero en manifestaciones cívicas de repulsa de la violencia o la negativa a suscribir un documento de tanta trascendencia democrática como el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo, algunos ingenuos, incluida la que suscribe esta carta, creíamos haber quedado vacunados de asombros y decepciones en lo concerniente a los pastores de la Iglesia en nuestra martirizada tierra vasca. Pero evidentemente nos equivocábamos y la pastoral que acaban ustedes de publicar supera todo lo que la ha precedido. ¡Qué hipocresía, qué cálculo, qué infame cobardía! («La ilegalización de Batasuna provocaría algunas consecuencias sombrías que prevemos como sólidamente probables y que, sean cuales fueren las relaciones existentes entre Batasuna y ETA, deberían ser evitadas»), qué habilidad para mantener el discurso en un punto intermedio exacto entre las víctimas y los verdugos («2. La paz es incompatible con el terrorismo. 4. No todo vale contra el terrorismo»), como si los métodos, los planteamientos, las trayectorias y el grado de culpabilidad de unas y otros fueran, de alguna manera, homologables.

No es de extrañar, monseñores, que, en esa trágica lista que recoge con letras de sangre los nombres de un millar de asesinados en la orgía de terror etarra de los últimos 30 años, no figure un sólo cura y, mucho menos, un obispo. No es de extrañar que sus apellidos y direcciones jamás hayan aparecido en alguno de los listados de objetivos que elaboran con cruel meticulosidad los miembros de esos comandos terroristas cuyo bienestar en prisión tanto parece preocuparles. Es evidente que no han hecho ustedes jamás merecimiento alguno para ocupar un lugar tan absolutamente desagradable y, sin embargo, tan lleno de honra, dadas las circunstancias en las que vivimos.

Termino ya estas líneas, señores prelados, con una breve referencia a esa paz que con tanto ahínco invocan a lo largo de toda su pastoral. A esa paz que no es la mía, desde luego, ni la de las muchísimas personas de buena voluntad que se juegan la vida a diario por defender, entre otros, el derecho de ustedes y de todos nosotros a expresarnos en libertad. Esa paz a la que aluden, monseñores, es la paz de los cobardes; la paz de los vencidos; la paz en cuyo nombre Chamberlain y Daladier entregaron a Hitler los Sudetes en septiembre de 1938, alimentando todavía más sus apetitos imperialistas. Es la paz sin dignidad que denunció Winston Churchill. Y yo, obispos Uriarte, Blázquez y Asurmendi, sueño con un País Vasco y con una España de hombres y mujeres dignos.

 
No es solo ETA la responsable

No es solo ETA la responsable

Hola Bart:

Lo único que tengo en contra del comunicado de los obispos, es que el tema es político y no religioso, y la iglesia no se habría de introducir en ese terreno.

Pero en respecto de lo que exponen en su comunicado, lo encuentro cierto y acertado, ETA no está en absoluto preocupada por la ilegalización de Batasuna, sino justo al contrario, se estará frotando las manos.

Batasuna es un partido político con la misma ideología que ETA, pero con medios para conseguirlo distintos, y con un abanico de carácteres distintos, hoy ya hay un porcentaje de personas de este partido que ya militan en ETA, pero el resto no.

Con la ilegalización del partido, el gobierno lo único que conseguirá, será demostrar a los vascos que no se puede luchar por la indepencia de Euskadi, con las armas "Democráticas" y que la única forma de conseguir sus objetivos es la lucha armada, sus militantes tendrán pocas opciones donde escoger, los más moderados y que serán una mínima parte, iran a parar al PNV, pero la gran mayoría, irán a engrosar las listas de ETA.

Por eso, como decían los obispos, los que hoy están amenazados por ETA, no solo no mejorará su situación, sino que por lo contrario irá a empeorar, además de la situación general del país Vasco.

(Mateo 5:9)
9 Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.

Esto no lo ha leido ETA, pero tampoco lo ha leido el gobierno.

(Mateo 5:25)
25 "Si tu adversario te va a denunciar, llega a un acuerdo con él lo más pronto posible. Hazlo mientras vayan de camino al juzgado, no sea que te entregue al juez, y el juez al guardia, y te echen en la cárcel.

Esto tampoco lo ha leido el gobierno, que cuando se encontró con una tregua de ETA, no solo no quiso negociar, sino que respondió arrestando a la negociadora de parte de ETA, según el gobierno no tenía nada que negociar.

Pues al menos tras el cese de esa tregua y los muertos posteriores a ella, es tan responsable ETA, que ha cometido los asesinatos, como el mismo gobierno, que no los ha querido impedir, y ha sido el inductor a ellos.

Desde un punto de vista democrático, lo justo a realizar sería un referendum para saber si la mayoría del pueblo vasco quiere la independencia o no, pero eso el gobierno no lo quiere permitir, pues posiblemente saldría a favor de la independencia y eso el gobierno no quiere ni oir hablar de ello, motivado también por su propio "orgullo nacional"

Esos orgullos nacionales, tanto el de ETA por Euskadi, como el del gobierno por España, son los mismos que han ocasionado la guerra de Chechenia, o las sucesivas guerras de Yugoslavia.

Si en vez de pacificar, se tira más leña al fuego con la deslegalización de Batasuna, no será precisamente paz lo que se consiga.

Que Dios bendiga a los hombres de buena voluntad.
 
Froimovich, ¿me puedes decir qué narices tiene que ver el creer en María con el hecho de que cuatro obispos de la Iglesia Católica se conviertan en cómplices del brazo político de la organización terrorista que en las últimas décadas ha matado en España a centenares de personas (niños incluídos)?

Yo soy católico y a mí me es de bendición el que haya pastores de mi Iglesia (como en Colombia) que se pongan al frente de la batalla moral contra el terrorismo. Pero me JODE MUCHO, hablando claro, el que otros se conviertan en simples propagandistas de un nacionalismo vasco que puede llevar a mi país a un nuevo enfrentamiento civil.

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Catalá:
Pues al menos tras el cese de esa tregua y los muertos posteriores a ella, es tan responsable ETA, que ha cometido los asesinatos, como el mismo gobierno, que no los ha querido impedir, y ha sido el inductor a ellos.

Catalá, tu actitud de igualara a ETA, que mata, con el Gobierno, que persigue a los que mata para meterlos en la cárcel, es DELEZNABLE.

Me das asco
 
Respuestas a Catalá

Dices:
Esto tampoco lo ha leido el gobierno, que cuando se encontró con una tregua de ETA, no solo no quiso negociar, sino que respondió arrestando a la negociadora de parte de ETA, según el gobierno no tenía nada que negociar.

Pues al menos tras el cese de esa tregua y los muertos posteriores a ella, es tan responsable ETA, que ha cometido los asesinatos, como el mismo gobierno, que no los ha querido impedir, y ha sido el inductor a ellos.

Respondo:
Decir que el Gobierno ha sido el inductor de los asesinatos, es mentira, injusto y obsceno. Estás justificando a los criminales y la sangre de las victimas es sobre ti. Estas justificando a los terroristas.

Según tú la sociedad debe de sucumbir al chantaje fascista-terrorista de ETA, y perder su libertad, y que los ciudadanos del país vasco sigan sometidos al terror y la falta de libertad que sufren ahora.

El gobierno tiene la obligación de garantizar los derechos y libertades de todos los ciudadanos, y los que no tienen libertad en Euskadi son los NO NACIONALISTAS.

Los que dan tiros en la nuca, son los nacionalistas (ETA-HB), no el Gobierno.

Los que ponen bombas y aterrorizan a la población, son los nacionalistas (ETA-HB), no el Gobierno.

Los que secuestran y torturan a secuestrados y familiares, son los nacionalistas (ETA-HB), no el Gobierno.

Los que siembran el odio y la xenofobia en las Ikastolas a los niños, al mas puro estilo de los integristas musulmanes. son los nacionalistas (ETA-HB), no el Gobierno.


Dices:
Desde un punto de vista democrático, lo justo a realizar sería un referendum para saber si la mayoría del pueblo vasco quiere la independencia o no, pero eso el gobierno no lo quiere permitir, pues posiblemente saldría a favor de la independencia y eso el gobierno no quiere ni oir hablar de ello, motivado también por su propio "orgullo nacional"

Respondo:
Desde un punto de vista democratico lo justo es respetar la opción del que piensa diferente, no matarlo.


Dices:
Esos orgullos nacionales, tanto el de ETA por Euskadi, como el del gobierno por España, son los mismos que han ocasionado la guerra de Chechenia, o las sucesivas guerras de Yugoslavia.

Si en vez de pacificar, se tira más leña al fuego con la deslegalización de Batasuna, no será precisamente paz lo que se consiga.


Respondo:
Y al gobierno lo pones a la misma altura porque no sucumbe ante la amenaza terrorista, eres un defensor mas de los verdugos de victimas inocentes y por tanto ante Dios culpable de sus crímenes.


Dices:
Que Dios bendiga a los hombres de buena voluntad.

Respondo:
Que Dios nos libre de hombres, de los hombres de tan buena voluntad como la tuya.

Con los terroristas no se negocia, a los terroristas se les detiene y se les lleva ante el juez, esto no parecen entenderlo los Obispos Vascos, ni tú como Testigo de Jehová.


Dices:
Dios sea bendecido por siempre y su Hijo Jesucristo

Respondo:
Difícilmente lo será con manifiestos como el tuyo y el de los obispos.

17He aquí, tú tienes el sobrenombre de judío, y te apoyas en la ley, y te glorías en Dios, 18y conoces su voluntad, e instruido por la ley apruebas lo mejor, 19y confías en que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas, 20instructor de los indoctos, maestro de niños, que tienes en la ley la forma de la ciencia y de la verdad. 21Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas que no se ha de hurtar, ¿hurtas? 22Tú que dices que no se ha de adulterar, ¿adulteras? Tú que abominas de los ídolos, ¿cometes sacrilegio? 23Tú que te jactas de la ley, ¿con infracción de la ley deshonras a Dios? 24Porque como está escrito, el nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles por causa de vosotros. (Romanos 2:17-24.)
 
No es la opinión de los hombres

No es la opinión de los hombres

Hola Bart y Luis Fernando:

No es la opinión de los hombres lo que a mi me interesa, sino la de Dios.

Yo os pongo palabras de Jesús, el Cristo, y mientras a uno le dan asco, el otro dice que el nombre de Dios es blasfemado a causa de las palabras de Cristo.

(Mateo 10:25)
Basta con que el discípulo sea como su maestro, y el siervo como su amo. Si al jefe de la casa lo han llamado Beelzebú, ¡cuánto más a los de su familia!

Ya sé que no os dicen nada las palabras de Cristo, las cuales ni queréis ni podéis creer, y mucho menos cumplir.

También hay un viejo refrán que dice: "Dos no se pelean si uno no quiere", así que si siguen habiendo muertos es por que los dos lo quieren y no uno solo.

Tampoco me preocuparé de la difamación de llamarme Testigo de Jehová, ni de ninguna otra, que son más de agradecer que otra cosa.

(Mateo 5:11)
11 "Dichosos serán ustedes cuando por mi causa la gente los insulte, los persiga y levante contra ustedes toda clase de calumnias.

Que Dios bendiga a los hombres de buena voluntad.
 
Originalmente enviado por: Froimovich
Luis
te digo; estoy desubicado del tema de fondo, mi fin es otro.




Sembrar cizaña
 
Catala:
También hay un viejo refrán que dice: "Dos no se pelean si uno no quiere", así que si siguen habiendo muertos es por que los dos lo quieren y no uno solo.

Luis:
Manda narices la poca vergüenza que tiene el tío este.

O sea, si hay asesinatos en España no es sólo porque ETA mata sino porque el Gobierno no se baja los pantalones y les concede todo lo que quieren a los terroristas. O se, el gobierno quiere que siga muriendo gente. El Gobierno quiere que a los concejales de su partido (PP) y a los del PSOE ETA los siga matando como a perros en la calle. El Gobierno desea que niños inocentes mueran en los atentados de ETA

Catala, eres despreciable. Y lo peor de los despreciables es cuando disfrazan su miseria con argumentos "espirituales". En eso no te diferencias gran cosa de los obispos vascos.

Por supuesto tú serás de la opinión de que el atentado de las Torres Gemelas de Nueva York y los próximos que Al Qaeda cometa en cualquier lugar del mundo serán culpa no sólo de los terroristas sino de Bush, Aznar, Blair, Chirac.......
 
El tema ETA y Batasuna.
Siempre me he hecho esta pregunta:
¿Que ocurriría si se hiciese un Referendum en el pais Vasco y ganaran los que no desean seprarse del resto de pueblos que conforman España? (Cosa que pasaría en el caso de plantearse dicgi Referendum)
¿Creeis que ETA dejaría de matar?
Los que piensan de esta manera viven en las nubes. Ser etarra es un oficio que permite a una serie de elementos dedicarse a la delincuencia los mismo que los antiguos asaltadores de caminos.
Lo que menos le interesa a Eta y a los batasunos es conseguir la indepentencia del pais Vasco. Saben perfectamente que entonces serían eliminados físicamente lo mismo que les ocurrió a la vija guardia comunista en Rusia y a las S.A de Roher en la Alemania nazi.

En cuanto a los obispos vascos mejor es no comentarlo. Solo que deberian usar su posición jerarquica a tareas más en consonancia con el ministerio a que fueron llamados. Nada justifica apoyos a de gentes que abonan y ayudan al terrorismo sea este de color que sea.
Eso es lo más suave que me permito decir.
 


http://www.larazon.es/editorial.htm


Conflicto entre Estados

No parece simple coincidencia, sino todo lo contrario, que inmediatamente después de conocerse la pastoral de los obispos vascos se anuncie una carta supuestamente firmada por 358 sacerdotes de esas mismas diócesis, y de alguna aledaña, en contra de la Ley de Partidos y en apoyo de la «autodeterminación» o, lo que en realidad se quiere decir, la separación del País Vasco del resto de España. La carta supone una vuelta de tuerca más en la sorprendente irrupción de la Iglesia católica del País Vasco en la arena política, manifestada por los obispos de San Sebastián, Bilbao y Vitoria, al optar claramente por los fieles del bando soberanista y salir en defensa de Batasuna. Los sacerdotes, radicalizados en la inhumana «equidistancia» que olvida que los únicos que apelan a la violencia, asesinan, extorsionan e impiden la libertad están en su lado, son más claros que sus prelados: buscan una «Iglesia vasca», una conferencia episcopal separada del resto de España para servir a un Estado independiente.

Cuando los sacerdotes abandonan lo espiritual, que les corresponde, para irrumpir escandalosamente en lo terrenal, que es dominio del César, es preciso una explicación urgente antes de que crezca un conflicto indeseable entre España y la Santa Sede. El silencio del Vaticano, su inactividad en este grave asunto, resulta inexplicable, y más doloroso a medida que pasa el tiempo. El Gobierno ha hecho lo que tenía que hacer: llamar a consultas al Nuncio en España, y enviar además al embajador ante la Santa Sede para exponer, en ambos casos, la protesta por una injerencia inadmisible. Ahora falta conocer la respuesta vaticana, que debería ser lo suficientemente gráfica como para alejar cualquier duda. Los españoles tienen derecho a saber si en la jerarquía eclesiástica vasca se ha apostado ya, unos en silencio y otros de forma activa, por apoyar la vía soberanista ya sea como medio de permanecer en privilegiada posición si triunfa el secesionismo o como recurso para no convertirse en víctima de la misma limpieza étnica que quiere expulsar, vivos o muertos, a todos los que no piensen en clave nacionalista y se atrevan a disentir.

 
Tobi, totalmente de acuerdo. ETA no dejará de matar aunque consiguieran la independencia de Euskadi (no la van a conseguir). Una vez que hubieran conseguido por la fuerza un objetivo político, ¿qué les impediría conseguir con esa misma fuerza otro objetivo consistente en implantar un régimen socialnacionalista en esa tierra?
Al fin y al cabo ellos son de extrema izquierda.... nadie vaya a olvidar ese detalle.
 
Este, Luis, es el que mas se olvida, o mejor se pretende eludir.
Son comunistas a lo Stalin y los que ahora defienden posturas ambiguas al respecto serían los primeros en sufrir las consecuencias.
No hay asno mejor que aquel que rebuzna
 

http://www.libertaddigital.com/php3...&num_edi_on=830&cpn=9525&tipo=3&seccion=POR_D

3-VI-2002

Lo de Dios... y lo del César

EDITORIAL

Desde sus orígenes, la Iglesia se ha preocupado de delimitar su esfera de actuación —la espiritual— de la de los poderes temporales —la política—. Jesucristo dejó bien claro ante Poncio Pilato, momentos antes de su Pasión y Muerte, que Su Reino “no era de este mundo”; así como también advirtió, en el famoso pasaje del tributo al César, del peligro que encerraba la mezcla del poder temporal con el espiritual, es decir, del peligro de transformar la religión en política —como tradicionalmente ha sucedido con el Islam—, o la política en religión —tal es el caso del nazismo y del comunismo.

Según el diccionario de la Real Academia, católico significa “universal, que comprende y es común a todos; y por esta calidad se ha dado este nombre a la Iglesia Romana”. Puede decirse que, aunque con altibajos, la Iglesia Católica ha procurado hacer honor a su apellido a través de la Historia, acogiendo en su seno a todo aquél que quisiera escuchar su mensaje, cualquiera que fuese su lengua o su nacionalidad, conforme a la máxima evangélica de que “todos somos hijos de Dios y hermanos en Cristo”.

Pero, por desgracia, nunca han faltado en la historia de la Iglesia gentes que, declarándose católicas o cristianas, han intentado servirse del prestigio de una institución dos veces milenaria para presentar su credo político particular como la única realización práctica posible del ideal cristiano en la Tierra o, al menos, como la única versión compatible con la “idiosincrasia nacional”.

Y este último parece ser el caso de cierto sector del clero vasco, no precisamente minoritario o poco influyente, pues en él se cuentan también sus máximos dignatarios. La pastoral conjunta de los tres obispos vascos, reafirmada después de un modo aún más radical por más de 350 sacerdotes de sus diócesis, ha traspasado la línea divisoria entre el poder temporal y el poder espiritual. La misma que franquearon hace ya casi treinta años los teólogos de la liberación, que emigraron desde el País Vasco a Iberoamérica sin molestarse en colgar la sotana, para exportar una sangrienta revolución que ni Roma ni sus feligreses españoles comprendían ni querían.

Afortunadamente —y como no podía ser menos—, la Conferencia Episcopal Española se ha desmarcado de un clero vasco que, escatimando al máximo sus muestras de apoyo y consuelo a las víctimas del nacionalismo (criminal o “moderado”), se ha volcado en la adhesión y defensa de las tesis que sostienen quienes equiparan a la víctima y al verdugo, que ha sucumbido al relativismo moral de los que pretenden equiparar a quienes defienden — legal, legítimamente y con todas las garantías que exige un estado de derecho— la libertad y la democracia con quienes pretenden destruirlas para imponer sin restricciones su credo —o, más bien, su fanatismo— político.

En el Sermón de la Montaña, Jesucristo dijo “bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos”, haciendo alusión a todos aquellos que trabajan y arriesgan sus vidas porque resplandezca la verdad y la justicia. Pero los firmantes de la carta pastoral, así como los 350 sacerdotes que se pronunciaron después en contra de la ilegalización de Batasuna, parecen interpretar que los destinatarios de la bienaventuranza son los que corren a ocultarse en algunas de sus sacristías —para que la policía no les encuentre— después de haber vaciado su pistola o de haber accionado el detonador de un coche bomba, como sucedió hace ya algunos años con aquel famoso arcipreste que se creyó en el deber de cobijar a un comando de Eta que acababa de atentar en Santander, porque se trataba de “perseguidos por la justicia”.

Unos ministros que toman partido por el nacionalismo y que ponen por encima de Cristo al poder terrenal ya no pueden llamarse católicos ni cristianos. Ni siquiera vascos, puesto que abandonan a la fiereza de los lobos nacionalistas (criminales o “moderados”) las molestas “ovejas negras” que desentonan en el inmaculado rebaño nacionalista.

 
Editorial:
Afortunadamente —y como no podía ser menos—, la Conferencia Episcopal Española se ha desmarcado de un clero vasco que


Luis:
Eso está por ver. Hasta ahora se han limitado a señalar que la pastoral era responsabilidad de los obispos que la firmaron. Y aunque a algunos se lo parezca, eso en sí mismo no es "desmarcarse".

Por lo demás, el editorial es EXCELENTE y MUY CLARIFICADOR

La Iglesia Católica en el País Vasco está en manos de lobos