Hola, quería compartir esta reflexión con ustedes.
Isaias 50:4-7
El Señor Yahveh me ha dado lengua de discípulo, para que haga saber al cansado una palabra alentadora. Mañana tras mañana despierta mi oído, para escuchar como los discípulos;
el Señor Yahveh me ha abierto el oído. Y yo no me resistí, ni me hice atrás.
Ofrecí mis espaldas a los que me golpeaban, mis mejillas a los que mesaban mi barba. Mi rostro no hurté a los insultos y salivazos.
Pues que Yahveh habría de ayudarme para que no fuese insultado, por eso puse mi cara como el pedernal, a sabiendas de que no quedaría avergonzado.
Isaias 51:6-8
Alzad a los cielos vuestros ojos y contemplad la tierra abajo, pues los cielos como humareda se disiparán, la tierra como un vestido se gastará y sus moradores como el mosquito morirán. Pero mi salvación por siempre será, y mi justicia se mantendrá intacta.
Prestadme oído, sabedores de lo justo, pueblo consciente de mi ley. No temáis las injurias de los hombres, y de sus ultrajes no os asustéis;
pues como un vestido se los comerá la polilla, y como lana los comerá la tiña. Pero mi justicia por siempre será, y mi salvación por generaciones de generaciones.
Mateo 5:38-45
«Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente.
Pues yo os digo: no resistáis al mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra:
al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto;
y al que te obligue a andar una milla vete con él dos.
A quien te pida da, y al que desee que le prestes algo no le vuelvas la espalda.
«Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo.
Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan,
para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos.
Saludos
Isaias 50:4-7
El Señor Yahveh me ha dado lengua de discípulo, para que haga saber al cansado una palabra alentadora. Mañana tras mañana despierta mi oído, para escuchar como los discípulos;
el Señor Yahveh me ha abierto el oído. Y yo no me resistí, ni me hice atrás.
Ofrecí mis espaldas a los que me golpeaban, mis mejillas a los que mesaban mi barba. Mi rostro no hurté a los insultos y salivazos.
Pues que Yahveh habría de ayudarme para que no fuese insultado, por eso puse mi cara como el pedernal, a sabiendas de que no quedaría avergonzado.
Isaias 51:6-8
Alzad a los cielos vuestros ojos y contemplad la tierra abajo, pues los cielos como humareda se disiparán, la tierra como un vestido se gastará y sus moradores como el mosquito morirán. Pero mi salvación por siempre será, y mi justicia se mantendrá intacta.
Prestadme oído, sabedores de lo justo, pueblo consciente de mi ley. No temáis las injurias de los hombres, y de sus ultrajes no os asustéis;
pues como un vestido se los comerá la polilla, y como lana los comerá la tiña. Pero mi justicia por siempre será, y mi salvación por generaciones de generaciones.
Mateo 5:38-45
«Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente.
Pues yo os digo: no resistáis al mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra:
al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto;
y al que te obligue a andar una milla vete con él dos.
A quien te pida da, y al que desee que le prestes algo no le vuelvas la espalda.
«Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo.
Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan,
para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos.
Saludos