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Nueva York celebra permitir el ABORTO hasta el NACIMIENTO.
Publicado el 23 ene. 2019
El martes, el gobernador de Nueva York Andrew M. Cuomo, encantado de que la legislatura de Nueva York aprobara la Ley de salud reproductiva que permitiría a las madres ABORTAR a sus bebés hasta el noveno mes de embarazo, celebró este asesinato legalizado ordenando que la antena del One World Trade Center, el Puente Tapanzee, el Puente Kosciuszko y el Edificio Alfred E. Smith en Albany se iluminarán de rosa el martes por la noche.
Cuomo declaro, "La Ley de Salud Reproductiva es una victoria histórica para los neoyorquinos y para nuestros valores progresistas. Estoy ordenando que los edificios y puentes de Nueva York se iluminen de rosa para celebrar este logro y que brille una luz brillante para que el resto de la nación lo siga”.
A principios de este mes, Cuomo dijo que quería incorporar la capacidad del aborto en cualquier momento a la constitución del estado, diciendo: "Quiero aprobar una enmienda constitucional que incluye en la constitución una disposición que protege el derecho de la mujer a controlar su propia salud reproductiva”.
Según el Departamento de Salud del Estado de Nueva York, se realizaron 87,325 abortos en el estado de Nueva York durante 2016. Según los Centros para el Control de Enfermedades (CDC), durante el 2015 hubo 93,096 abortos en Nueva York.
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Sacrificaron sus hijos
y sus hijas a los demonios,
Y derramaron la sangre inocente,
la sangre de sus hijos y de sus hijas,
Que ofrecieron en sacrificio
a los ídolos de Canaán,
Y la tierra fue contaminada con sangre.
Se contaminaron así con sus obras,
Y se prostituyeron con sus hechos.
Salmos 106:37-39 RVR1960
https://bible.com/bible/149/psa.106.37-39.RVR1960
La defensa de la vida por el cristianismo primitivo en la cultura grecorromana:
"La cultura pagana no tenía ninguna objeción moral contra el aborto e incluso había aducido razones en su favor. Platón (República 5, 9) había escrito que el Estado debía convertir en obligatorio el aborto para las mujeres que superaban los cuarenta años y también como una manera de controlar el crecimiento de la población. Aristóteles, asimismo, había suscrito el punto de vista de que solo debía procrearse hasta una edad determinada y que, superada esta, había que recurrir al aborto (Aristóteles, Política, 7, 14, 10). La sociedad romana, desde luego, consideraba normal que los varones dispusieran de los fetos de sus esposas o amantes, y conocemos, por ejemplo, el caso de Julia, la sobrina de Domiciano, a la que este ordenó abortar cuando quedó embarazada por mantener relaciones sexuales con él.
La posición del cristianismo primitivo hacia el aborto y el infanticidio no tardó en convertirse en una abierta denuncia dirigida a las más altas instancias del imperio. Atenágoras (Apología 35) ya señaló en el siglo II al emperador Marco Aurelio que «decimos a las mujeres que utilizan drogas para provocar un aborto que están cometiendo un asesinato, y que tendrán que dar cuentas a Dios por el aborto... contemplamos al feto que está en el vientre como un ser creado, y por lo tanto como un objeto del cuidado de Dios... y no abandonamos a los niños, porque los que los exponen son culpables de asesinar niños».
La Didajé, la primera catequesis cristiana de la que tenemos noticia, cuya fecha de redacción puede incluso ser anterior al año 70 d. C, ya consignaba la siguiente prohibición: «No matarás a un niño recurriendo al aborto ni lo matarás una vez que haya nacido». De la misma manera, la I Apología de Justino dejaba de manifiesto que «se nos ha enseñado que es una perversidad abandonar a los niños recién nacidos».
Sabido es que la apología no disuadió al emperador de convertirse en un perseguidor de los cristianos. Pero tampoco la persecución apartó a los cristianos de sus puntos de vista. A finales del siglo II, Minucio Félix (Octavio 33) volvía a condenar el aborto y lo relacionaba —con razón—con la propia mentalidad pagana.
A inicios de la Era cristiana la tasa de fertilidad del imperio ya era negativa; por el contrario, el cristianismo iba implantándose en los sectores de la población capaces de revertir esa terrible tendencia y les infundía una ética —siquiera en lo tendente a evitar el infanticidio y el aborto— que tenía consecuencias demográficas muy positivas. Pese a la persecución, la tortura y las ejecuciones, lo cierto es que el cristianismo crecía demográficamente en un imperio que retrocedía en ese terreno.
El cristianismo venció finalmente al paganismo, pero no porque contara con la fuerza, sino porque, a pesar de la violencia dirigida en su contra, supo infundir misericordia, caridad y esperanza en una sociedad desprovista de estas conductas; porque abrió sus brazos de la misma manera a sectores sociales humillados y ofendidos (por utilizar la expresión de Dostoievski), y porque implicaba una ética elevada de respeto por la vida que tuvo muy positivas repercusiones demográficas".
~Fuente: César Vidal - "La herencia del cristianismo". YWAM Publishing (2014)
FUENTE :
Conservadores y Libertarios Cristianos | [Cultura] | Facebook
[Cultura] La defensa de la vida por el cristianismo primitivo en la cultura grecorromana: "La cultura pagana no tenía ninguna objeción moral contra el aborto e incluso había aducido razones en su...
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I
1:1 Hay dos caminos,
el de la vida y el de la muerte,
y grande es la diferencia
que hay entre estos dos caminos.
El camino de la vida
1:2 El camino de la vida es este:
«Ama en primer lugar
a Dios que te ha creado,
y en segundo lugar a tu prójimo
como a ti mismo.
Todo lo que no quieres
que se haga contigo,
no lo hagas a otro.»
II
2:2 No mates, no adulteres,
no corrompas a los menores,
no forniques, no robes,
no practiques la magia o la hechicería,
no mates al hijo por aborto,
ni quites la vida al recién nacido.
V
5:2 Perseguidores de los buenos,
aborrecedores de la verdad,
amadores de la mentira,
desconocedores de los castigos de la justicia,
sin afecto por lo bueno y lo justo,
despiertos no para el bien
sino para el mal;
alejados de toda mansedumbre y paciencia,
amantes de la vanidad,
buscadores de recompensas,
que no se compadecen de los pobres,
no se ocupan de los afligidos,
no reconocen a su creador,
asesinos de sus hijos,
corruptores de la obra
de Dios por el aborto,
ellos rechazan a los indigentes,
y los oprimen más en su aflicción,
patrocinadores de los ricos,
jueces injustos de los pobres
errando en todas las cosas.
Hijos, ¡aléjense de tales personas!
La Didaché. (70 DC)