Re: No juzgues
Muy claro fue Jesucristo: NO JUZGUEN!
¿Jesús condenó a la adúltera? ¿la llamó "adultera" no peques más? NO, la llamó "mujer": mujer no peques más...y si la hubiera llamado "adúltera no peques más" estaría diciendo la verdad porque esta mujer fue encontrada en el acto y a Dios nadie le engaña...pero sin embargo el Señor evitó hacerlo ¿esto no nos dice nada?
¿A Mateo el publicano, cobrador de impuestos, funcionario público, lo llamó "corrupto" o le dijo "Ven, sígueme"?
Estoy de acuerdo en que la verdad es la verdad y a veces hay que decirla, pero se puede denunciar "la corrupción" sin llamar "corrupto" al autor. Se puede denunciar "la traición" sin llamar "traidor" al autor.
¿Dónde está la benevolencia cristiana? ¿Dónde está la bondad cristiana? ¿dónde está el amor al prójimo? ¿o solo debemos amar a los buenos?
Acuérdate de mí, Dios, según tu benevolencia para con tu pueblo; visítame con tu salvación. (Salmos 106:4)
Si Dios es benevolente con nosotros ¿no debemos ser benevolentes con los demás? acuérdense que seremos medidos con la misma vara con que medimos a los demás ¿o esto tampoco se tiene en cuenta?
http://www.diocesismalaga.es/foro/showthread.php?t=5220
19 junio 2007
Mt 5,43-48
El mandamiento del amor, el mismo para todos indistintamente, es el supremo complemento de la Ley (v. 17). Jesús ha llegado a esta conclusión lentamente tras haber hablado de la abstención de la ira y de la inmediata reconciliación (vv. 21-26), del respeto a la mujer (vv. 27-30) y la propia mujer (vv. 31-32), de la verdad y sinceridad en las relaciones interpersonales (vv. 33-37), hasta la renuncia de la venta de sangre y las reivindicaciones (vv. 38-42).
El principio del amor del prójimo se ilustra con dos ejemplificaciones prácticas: rezar por los enemigos y saludar a todos sin discriminación. La sinceridad más grande del amor es pedir a Dios bendiciones y gracias para el enemigo.
Este vértice del ideal evangélico se puede comprender sólo a la luz del ejemplo de Cristo (cfr Lc 23,34) y sus discípulos (cfr Hch 7,60). El que reza por su enemigo se une a él ante Dios. En sentido cristiano la oración es la recompensa que el enemigo recibe a cambio del mal hecho.
El precepto de la caridad no tiene en cuenta las antipatías personales y los comportamientos del prójimo. El prójimo de cualquier color, bueno o malo, benévolo o ingrato debe ser amado. El enemigo es el que necesidad de ayuda: por esto Jesús nos manda ofrecerlo nuestro socorro.
El mandamiento del amor de los enemigos revoluciona las conductas tradicionales del hombre.
La benevolencia cristiana no es filantropía, sino participación en el amor de Dios. Su universalidad se justifica sólo a esta luz: "para que seáis hijos de vuestro Padre (v. 45), y "seáis perfectos como es perfecto vuestro Padre que está en el cielo" (v. 4. El cristiano expresa del modo más seguro y verdadero su parentela con Dios amando indistintamente a todos.
El amor del enemigo es la esencia del cristianismo. San Agustín nos enseña que “ la medida del amor es amar sin medida", es decir, infinitamente, como ama Dios.
En cuanto hijos de Dios los cristianos deben asemejarse al Padre en el modo de ser, sentir y actuar. El amor a los enemigos es el camino para unirse en la misma perfección.
La perfección de la que habla Mateo es la imitación del amor misericordioso de Dios a todos los hombres, incluso si son injustos y malvados. El cristiano es una criatura nueva (cfr 2Cor 5,17) y no puede actuar según sus instintos y caprichos, sino conforme a la nueva vida en la que ha sido regenerado.
Jesús pone como término de la perfección la acción del Padre, que es un punto inalcanzable. La imitación del Padre, y por consiguiente de Jesús, es la única norma de la acción cristiana y superar la moral farisaica.
Ser perfectos como el Padre es imitar a Cristo en su plena y heroica sumisión a la voluntad del Padre, y en su entrega a los hermanos. Siendo perfectos imitadores de Cristo, también lo somos del Padre.
FELIPE SANTOS
Se puede juzgar el pecado pero no al pecador: se puede denunciar la mentira sin llamar "mentirosa" a la persona. Se puede denunciar la corrupción sin llamar "corrupto" a la persona. Se puede denunciar la traición sin llamar "traidor" a la persona.
¿Cómo habló san Juan Bautista a Herodes? le dijo: "no te es lícito tener la mujer de tu hermano" Mc 6, 18. Juzgó el pecado, no al pecador.
Por eso Jesucristo nos advirtió: NO JUZGUEN!
El "no juzguen" no significa que la mala obra debe quedar IMPUNE. Estas deben ser juzgadas pero no el pecador, el corazón del pecador solo lo puede leer/conocer Dios.
¿Saben qué significa LEER EL CORAZON?
Sobre Judas, el traidor. Se le llama asi más para diferenciarlo del otro apóstol que se llamaba igual:
San Lucas 6:16 judas hermano de Jacobo, y Judas Iscariote,
que también fué el traidor.
Pero en otros pasajes solo se muestra el pecado:
San Mateo 10:4 Simón el Cananita y judas Iscariote,
que también le entregó.
San Mateo 27:3 Entonces judas,
el que le había entregado, viendo que era condenado, volvió arrepentido las treinta piezas de plata á los príncipes de los sacerdotes y á los ancianos,
San Marcos 3:19 Y á judas Iscariote,
el que le entregó. Y vinieron á casa.
San Lucas 22:48 Entonces Jesús le dijo: judas,
¿con beso entregas al Hijo del hombre?
San Juan 6:71 Y hablaba de judas Iscariote, hijo de Simón,
porque éste era el que le había de entregar, el cual era uno de los doce.
San Juan 13:21 En verdad, en verdad os digo que
uno de vosotros me entregará (...) Aquel a quien yo mojare y diere un bocado"
San Juan 18:2 Y también judas,
el que le entregaba, sabía aquel lugar; porque muchas veces Jesús se juntaba allí con sus discípulos.
La única vez que se le llama a Judas "traidor" es Lucas 6:16, y como se ve es para diferenciarlo del otro apóstol que se llamaba igual que él.
¿Se entiende la diferencia entre denunciar o juzgar el pecado y no juzgar al pecador?
Saludos