En los últimos veinticinco años no he oído hablar en la Misa dominical ninguna vez de las verdades eternas. Parece que el tema no está de moda.
Pero por el hecho de no mencionarlo los sacerdotes como antiguamente, no
desaparece la realidad de estos dogmas de fe. Del cielo sí que se suele oír
hablar en algunos funerales, pero del infierno... ¡tema tabú!
Se defiende como verdad próxima a la fe o de fe divina implícitamente definida esto: "Al separarse del cuerpo, el alma humana es inmediatamente juzgada por Dios." Es lo que llamamos el juicio particular. El "tribunal"
divino no tiene nada de parecido con los juzgados de este mundo. Dios es la Sabiduría infinita, la Justicia y Misericordia infinitas; no necesita, pues, abogados defensores, ni fiscales ni nada de eso. Todas nuestras obras aparecerán delante de nosotros y la sentencia divina, después de la muerte, es forzosamente inapelable, justa y a la vez llena de misericordia.
El juicio universal aparece claramente en el Evangelio, en Mateo 22. Al fin del mundo "todas las tribus de la tierra verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con gran poder y majestad", para juzgar a los
vivos y a los muertos, como se afirma en los Hechos de los Apóstoles.
Por mucho que los racionalistas lo nieguen, nosotros lo afirmamos y estamos
seguros de esta verdad de fe. ¡Que Dios nos dé fuerza para vivir como quien
ha de rendir su conciencia ante el Creador - Padre y Redentor. JM. Lorenzo
Si deseas alguna aclaración o consulta sobre esta cuña puedes escribir a
[email protected] Gracias. No entro en debates. Sí, en diálogo.
Pero por el hecho de no mencionarlo los sacerdotes como antiguamente, no
desaparece la realidad de estos dogmas de fe. Del cielo sí que se suele oír
hablar en algunos funerales, pero del infierno... ¡tema tabú!
Se defiende como verdad próxima a la fe o de fe divina implícitamente definida esto: "Al separarse del cuerpo, el alma humana es inmediatamente juzgada por Dios." Es lo que llamamos el juicio particular. El "tribunal"
divino no tiene nada de parecido con los juzgados de este mundo. Dios es la Sabiduría infinita, la Justicia y Misericordia infinitas; no necesita, pues, abogados defensores, ni fiscales ni nada de eso. Todas nuestras obras aparecerán delante de nosotros y la sentencia divina, después de la muerte, es forzosamente inapelable, justa y a la vez llena de misericordia.
El juicio universal aparece claramente en el Evangelio, en Mateo 22. Al fin del mundo "todas las tribus de la tierra verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con gran poder y majestad", para juzgar a los
vivos y a los muertos, como se afirma en los Hechos de los Apóstoles.
Por mucho que los racionalistas lo nieguen, nosotros lo afirmamos y estamos
seguros de esta verdad de fe. ¡Que Dios nos dé fuerza para vivir como quien
ha de rendir su conciencia ante el Creador - Padre y Redentor. JM. Lorenzo
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