No, el Camino no es de maniqueos. No existe tal guerra entre el bien y el mal ni pugna entre la oscuridad y la luz. El Camino no es de dos direcciones sino de uno solo, y se cruza inevitablemente en la vieja colina donde está la cruz donde el Hijo nos salvó.
Dios ha dejado bien claro que nosotros debdemos ser capaces de escoger la vida, de buscarle y vivir, de no apartarnos del Camino sagrado ni a diestra ni a siniestra.
Reflexionemos brevemente en las palabras del mismo Señor Jesús:
Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida, y nadie llega al Padre sino es por Mí.
Cristo no dijo que hubiese dos opciones en el destino humano, sino uno solo. Por supuesto que existe separación entre justificación y condenación, pero esto no significa que Dios haya querido que el hombre tenga dos opciones si ha de salvarse.
De hecho, no puede decirse que obramos el bien o el mal en nuestra vida. Lo que sí hace el hombre es lo justo y lo injusto; no es lo mismo que obrar bien o mal.
Todo lo que hagamos hoy, nos afectará en mayor o menor medida el día de mañana, sea para nuestro beneficio o para nuestro perjuicio. Si Dios nos pide, por ejemplo, que seamos diligentes en nuestro trabajo y que hagamos las cosas "como para Él", ¿de quién será el beneficio final? ¿De Dios? ¡No! Él está sentado en Su trono de gloria y jamás dejará de ser Dios si fracasamos o triunfamos en nuestro vivir cristiano. En cambio, si lo meditamos bien, veremos y comprobaremos que Dios nos da mandamientos para beneficio nuestro, y así está dicho en la Torah y los profetas.
Cristo es la culminación de nuestra única salida de este mundo de oscuridad y maldad en que vivimos.
¿Alguien gusta opinar?
Pueden leer mi blog si gustan.
Dios ha dejado bien claro que nosotros debdemos ser capaces de escoger la vida, de buscarle y vivir, de no apartarnos del Camino sagrado ni a diestra ni a siniestra.
Reflexionemos brevemente en las palabras del mismo Señor Jesús:
Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida, y nadie llega al Padre sino es por Mí.
Cristo no dijo que hubiese dos opciones en el destino humano, sino uno solo. Por supuesto que existe separación entre justificación y condenación, pero esto no significa que Dios haya querido que el hombre tenga dos opciones si ha de salvarse.
De hecho, no puede decirse que obramos el bien o el mal en nuestra vida. Lo que sí hace el hombre es lo justo y lo injusto; no es lo mismo que obrar bien o mal.
Todo lo que hagamos hoy, nos afectará en mayor o menor medida el día de mañana, sea para nuestro beneficio o para nuestro perjuicio. Si Dios nos pide, por ejemplo, que seamos diligentes en nuestro trabajo y que hagamos las cosas "como para Él", ¿de quién será el beneficio final? ¿De Dios? ¡No! Él está sentado en Su trono de gloria y jamás dejará de ser Dios si fracasamos o triunfamos en nuestro vivir cristiano. En cambio, si lo meditamos bien, veremos y comprobaremos que Dios nos da mandamientos para beneficio nuestro, y así está dicho en la Torah y los profetas.
Cristo es la culminación de nuestra única salida de este mundo de oscuridad y maldad en que vivimos.
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