Querido Abner.
Me imagino que después de todo este tiempo tu te sentirás mejor, que con todos los hermosos consejos que recibiste, más la ayuda poderosa de Dios, habrás podido superar tu aflicción. Sin embargo, aun a pesar de eso, he querido escribirte para compartir contigo este pensamiento.
Es, por una parte, respecto a las estrategias que usa Satanás. bueno, es muuuuuuyyyy malo (Juan 8:44 2º parte)Se goza en crear problemas a los hijos de Dios. Se esfuerza constantemente por debilitar nuestra fe, ya que muchas veces le da resultado ¿cómo lo hace? entre muchas formas que utiliza, nos recuerda ese pasado sin Dios (o con Él) en el que hicimos muchas cosas que produjeron daño a otras personas, o que nos hicieron daño a nosotros mismos, o que nos ha perjudicado de tal manera que hasta ahora, que somos cristianos, estamos sufriendo las consecuencias. Satanás quiere que condicionemos el amor de Dios a un "portarse bien", es decir, Dios me acompaña y me bendice si es que hago su voluntad, si no, me abandona. ¡que terrible! eso es absoluta y totalmente falso. Dios no se comporta así con nosotros, porque su amor no tiene medida. Dios nos abandona solamente cuando nosotros lo rechazamos(Marcos 3:28,29) y eso después de insistir humildemente ante nuestra puerta muuuuuucho tiempo, a veces años. (Apocalipsis 3:20) Jesús nos enseñó a considerarlo como un Padre (Mateo 5:48, 6:6, Lucas 11:2, Mateo 7:11, etc.)y debemos comportarnos como verdaderos hijos. Ignoro si tu tienes hijos, ignoro muchas cosas sobre tí, pero sé que Dios te ha llamado y que debes perseverar, a pesar del desánimo, de las dudas y de la aflicción que has sentido (Mateo 24:13)Si tu eres papá, puedes entender la preocupación de Dios sobre nosotros. Es realmente grande y maravilloso cómo Dios satisface nuestras necesidades ¡aún cuando muchas veces ni siquiera le hemos pedido algo! pero El sabe lo que necesitamos y ahí está, proveyendo para nosotros lo justo.
Si no eres papá, puedes tratar de comprenderlo desde el punto de vista de los hijos. Recuerda cómo vivias cuando niño. Seguramente tu no estabas pensando si tendrías alimento, si tendrías ropa abrigada y seca con que cubrirte, o si tendrías educación que te preparara para el futuro. Todas esas preocupaciones eran de tus padres, y ellos se encargaban de todo. Bueno. así debemos ser con Dios. debemos abrirle nuestro corazón y decirle lo que necesitamos. a veces basta con abrirle el corazón y aguardar en silencio... El se encargará de todo. Tengo por seguro.
No le des lugar al diablo, no le hagas caso en sus insinuaciones, por muy convincentes que te parezcan, porque solo quiere destruirte (Santiago 4:7). Pidele a Dios que aumente tu fe (Marcos 9:23, 24; Lucas 17:5)
Lo otro que quería decirte es que este sentimiento de culpa nos acompaña a todos quienes hemos recibido a Cristo en nuestra vida. Es algo que vuelve a nuestra memoria cada cierto tiempo aunque al momento de hacernos cristianos, ya sea por medio del bautismo o al entregarle el corazón a Jesús hayamos sido perdonados. Lo que pasa es que no podemos comprender un perdón como el de Dios, que no tiene condiciones. No debemos subir ninguna montaña para hacernos dignos de su perdón, ni atravesar a nado el mar, ni hacer sacrificios para demostrarle que estamos quebrantados, El nos acepta y nos limpia en el momento que nos arrodillamos, nos humillamos y le pedimos que nos perdone. (Nehemías 9: 17 2º parte, Salmo 103:3, Mateo 6:14, etc.) Tampoco nos tramita háciéndonos esperar para ver "si hacemos méritos dignos de arrepentimiento". No, él borra nuestra culpa del libro de la vida y nos deja limpios, como Él es limpio. (Isaías 1:18)
Piensa, querido Abner, en los grandes hombres de fe que nos han dejado su testimonio de vida en las Escrituras...¿Acaso Jacob no es el padre de las 12 tribus de Israel? ¿su vida fue irreprochable?... no, tenía mucho de qué arrepentirse. y David ¿qué podemos decir de él? a nuestros ojos no debería haber tenido el privilegio de que "de su linaje naciera el Salvador (Juan 7:42)...¡Saulo! ¡piensa en Saulo! ¡cuántas cosas había en su vida de las cuales arrepentirse! sin embargo Jesús lo tenía considerado para cumplir una misión muy especial (Hechos 26:14-18)... en fin, recuerda la vida de Pedro el apóstol, de Lutero, el gran reformador... piensa en ti mismo. Tu eres un miembro muy preciado del cuerpo de Cristo. No te dejes desanimar. TRABAJA, TRABAJA, TRABAJA PARA QUE MUCHOS MÁS CONOZCAN AL SEÑOR. Eso te ayudará a aliviar tu congoja y de paso sanará tu fe. Encomiéndate al Señor y recibe sus bendiciones como los pajaritos reciben de su cuidado cada día... por pura gracia.
El Señor te bendiga grandemente.
y disculpa que me haya extendido tanto.
Tu hermana en Cristo
Georgina.