Nadie podía comprar ni vender ... sin la marca

18 Enero 2003
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Mario DiamentCrónicas norteamericanas El "Gran hermano" más grande del mundo



MIAMI.- Louis Brandeis, uno de los más distinguidos miembros de la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos, definió magistralmente el concepto de libertad individual que la Constitución garantizaba a los norteamericanos como "el derecho a ser dejado en paz".

Un siglo más tarde y 11 de septiembre de 2001 mediante, Derek Smith, CEO de una compañía que vende servicios de informática al gobierno, prefiere formular la prerrogativa de esta manera: "Creo que uno tiene el derecho a la privacidad, pero no al anonimato", le dijo al periodista Peter Jennings.

Esta sutil diferencia constituye el tema central de "No place to hide" ("No hay dónde esconderse", un provocativo libro de reciente aparición, escrito por el periodista Robert O´Harrow Jr., de The Washington Post).

O´Harrow examina la inquietante alianza entre los organismos de seguridad del gobierno y un grupo de empresas de alta tecnología que no sólo alimenta una industria de miles de millones de dólares, sino que está transformando a los Estados Unidos en la sociedad más vigilada del planeta.

Empresas como SeisInt, Acxiom y ChoicePoint están dándole al aparato de espionaje del gobierno los recursos tecnológicos y las alternativas legales como para que ningún adulto en los Estados Unidos escape al escalofriante escrutinio.

Los espías

El Acta de la Privacidad de 1974, sancionada a la luz de las revelaciones sobre espionaje doméstico que emergieron durante el caso Watergate, restringía el derecho del gobierno a crear y mantener bases de datos sobre individuos, pero la limitación no se extendía a la empresa privada. Fue a este sector al que precisamente recurrió el gobierno cuando los atentados del 11 de septiembre catapultaron el tema de la seguridad interior a la cabeza de la lista de prioridades.

Hasta el momento de ser convocadas, este grupo de empresas líderes en el campo de la informática se ocupaba esencialmente de servir a la industria y el comercio.

Axiom es una de las mayores empresas de datos del mundo y su actividad consiste en colectar toda la información posible acerca de la mayor número posible de personas -datos como valor de la vivienda, tipo de auto que maneja, sueldo, número y edad de los hijos, hábitos de consumo- de manera de ofrecerles a sus clientes un volumen de información que le permita focalizar certeramente su producto.

En los hoteles y casinos de Las Vegas, por ejemplo, en el instante en que un visitante da su nombre en la recepción, un complejo mecanismo de identificación se pone en marcha. Para el momento en que se encamina hacia su habitación, el casino ya conoce la identidad, posición, propiedades, finanzas y antecedentes policiales del individuo.

ChoicePoint, en cambio, va más allá y no solo ofrece información, sino también inteligencia. Esto significa que sus computadoras procesan y comparan los datos, de la misma manera que lo haría un analista de la CIA, estableciendo modelos de comportamiento, relaciones, hábitos y preferencias.

SerisInt, por su parte, es la inventora de un sistema llamado Matrix, siglas que corresponden a "Multistate Anti-Terrorism Information Exchange". Este sistema posibilita, por ejemplo, que si alguien ha sido secuestrado, la conjunción de información sobre el lugar del rapto, el color del vehículo y la altura aproximada de los secuestradores, permita al sistema procesar en segundos las variables y producir una lista reducida de individuos con la capacidad de llevar adelante una operación de esa naturaleza.

Otras empresas contratadas por el gobierno son pioneras en el campo de la biométrica, la tecnología que combina las huellas digitales con el reconocimiento facial, scanners de iris y analizadores de voz para establecer la identidad de las personas.

"Los ataques al World Trade Center y al Pentágono no sólo provocaron duelo e ira -escribe. O´Harrow-. Lo que hicieron fue encender un intenso debate acerca del uso apropiado del poder del gobierno para inmiscuirse en la vida de sus ciudadanos."

Otras sociedades han pasado por la experiencia y las devastadoras consecuencias de suspender las garantías constitucionales en nombre de la seguridad. La diferencia, en el caso de los Estados Unidos, es que esta persistente erosión de la privacidad se lleva a cabo en asociación con la más poderosa tecnología del planeta.

Para el momento en que la histeria se disipe, la privacidad habrá pasado a ser una noción tan remota como el derecho a ser dejado en paz.

Por Mario Diament



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Re: Nadie podía comprar ni vender ... sin la marca

Emaidana, dos cosas:
1.- No veo que tiene que ver con la marca de la bestia, ni con comprar y vender.
2.- No obstante es interesante el fenómeno, me explico.

Los ataques del 9/11 llevó a una histeria colectiva, y no sin razón, de estar "demasiado expuestos", es decir, la temeridad de estos ataques, tan distintos al los del Unabomber o Timothy McVeigh, me parece que ambos en el '95, les dio la sensación, no falsa tampoco, de que en cualquier momento podría sucederles un ataque terrorista.

Hace diez o veinte años, si les hubieran dicho que el gobierno les podría espiar las llamadas telefónicas sin pedir ni permiso, ni por sospecha, ni nada, no los hubieran dejado, pero ahora prefieren abandonar un poco de libertad a la privacidad para más seguridad. Me parece, según leía, aunque podría estar equivocado, que pusieron cámaras de vigilancia en muchos salones universitarios, esto es importante, puesto que las mentes que el día de mañana gobernarán EUA y tendrán mucho influencia en el mundo están siendo monitoreados, y es una invasión a la privacidad, además de que quita mucho eso de "podemos hablar en confianza, total, nadie nos está viendo".

Los aeropuertos son un caos porque los revisan por todas partes, pueden revisar tu estado de cuenta, o tu casa sin que te enteres, etc., es ceder libertad por seguridad, y el problema es que no es una seguridad real.

Me explico, cuando una persona quiere matar a alguien, una persona muy demente, muy inteligente, y con muchos dinero, o al menos el suficiente, no hay modo de detenerlo, se puede intentar por todos los medios, pero realmente cuando se trata de la maldad humana, nada puede detenerlo. Por ejemplo, si en este instante me decido a matar muchos norteamericanos, basta con que viaje a EUA, a alguna ciudad grande, compre jugo de naranja, grasa de cerdo, cloro, y algunos otros productos, y fabrico Napalm de baja calidad, un explosivo muy violento y que quema la piel, debido a los cítricos y a la lejía, (esto lo vi en una película con Brad Pitt y Edward Norton "el club de la pelea"), no es ilegal comprar esos productos, y solo necesito unos cuantos envases plásticos y una licuadora, y así como así, puedo fabricar una bomba capaz de matar a muchos, es más, en Internet se pueden conseguir las recetas para fabricar bombas, hay algo llamado "Terrorist cookbook" o "Anarchist cookbook" donde dice cómo hacerlo, lo hago en una habitación de hotel, lo coloco en un lugar público, y estalla, luego regreso a mi país y me escondo. Y ya, millones de dólares en servicios espías, en tecnología, en alertar a la gente, y aún así se puede.

Lo cual levanta el debate, ¿debe ser moderado el Internet?, ¿porquién, con qué derecho?, y también que nadie está seguro, eso ni hoy, ni en el 9/11, ni hace diez años, la muerte está asegurada para todo ser vivo el día que nace, lo mejor que puedes hacer es vivir una vida plena y feliz y esperar lo mejor. No digo que no se luche contra el terrorismo, al revés, mientras más mejor, pero que no se venda la idea "si le permites al gobierno tener derecho sobre tu privacidad, el país estará seguro" porque es falso.
 
Re: Nadie podía comprar ni vender ... sin la marca

agrippa dijo:
Emaidana, dos cosas:
1.- No veo que tiene que ver con la marca de la bestia, ni con comprar y vender.

Coincido... Me gustaría saber ¿qué relación hay entre el artículo y el título del presente tema?

Saludos.