No existe un papa infalible; existe un obispo falible de Roma, con su sede romana. Esa es su jurisdicción. La única cabeza infalible y suprema de la Iglesia Católica es Cristo Jesús, el Señor y el Salvador de su Iglesia, que es la plenitud de Su cuerpo.
Cualquier pastor, obispo o patriarca que pretenda auto-proclamarse "Cabeza Universal" de la Iglesia del Señor, con plena potestad, tanto temporal como eterna, sobre toda la Iglesia y gozar de infalibilidad doctrinal, no solo excede la autoridad de los mismos Apóstoles, sino que, peor aún, pretende tomar el trono que le corresponde solo a Cristo Jesús. En verdad, un tipo y figura del anticristo.
No lo digo yo simplemente, lo dijo el mismo obispo de Roma: San Gregoria Magno. Y además, lo dice más de 1,000 años de la historia de la Iglesia, cuando ningún obispo gozaba de mayor autoridad que cualquier otro obispo.
En palabras del Apóstol San Pedro:
– "Por tanto, a los ancianos entre vosotros, exhorto yo, anciano como ellos y testigo de los padecimientos de Cristo, y también participante de la gloria que ha de ser revelada: pastoread el rebaño de Dios entre vosotros, velando por él, no por obligación, sino voluntariamente, como quiere Dios; no por la avaricia del dinero, sino con sincero deseo; tampoco como teniendo señorío sobre los que os han sido confiados, sino demostrando ser ejemplos del rebaño. Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, recibiréis la corona inmarcesible de gloria" (1 Pedro 5:1–4).
Solo hay un Pastor Supremo y Señor de toda la grey: Jesucristo, la Cabeza Suprema, Infalible y Plena de la santa Iglesia Católica.