MIRA A JESUS

2 Junio 1999
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Mira a Jesús


"Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de Él sufrió la cruz, menospreció el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios" (Hebreos 12:2).

La característica de un cristiano es que él mira a Jesús. Nos volvemos un cristiano cuando Dios hace resplandecer Su luz en nuestro tenebroso corazón e ilumina el conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. Jesús, el cual una vez soportó la cruz y ahora está sentado a la diestra de Dios, es la fuerza y el poder de un cristiano.
En la carta a los Hebreos se compara la vida de un cristiano con una carrera. Los corredores en una carrera no omiten ningún esfuerzo para llegar los primeros a la meta. Llevan una ropa adecuada. Todo lo que es superfluo lo han dejado. Así, dice el apóstol, tenemos que despojarnos de toda carga y del pecado que fácilmente nos rodea.
Cuando el apóstol invita a los hebreos a mirar al Salvador, utiliza deliberadamente el nombre de Jesús. Jesús el nombre del Salvador. El gran privilegio de un cristiano es que se puede dirigir al Salvador, el Hijo de Dios, llamándole por Su propio nombre.
El apóstol habla de Jesús como el guía supremo. Un guía es alguien que abre camino a los demás. Cuando el pueblo de Israel se encontró ante el mar Rojo, Moisés extendió su mano sobre el mar y así se abrió camino a través de las aguas. El Hijo de Dios vertió Su propia sangre para - a través del mar de la ira de Dios - abrir un camino al corazón paternal de Dios. Un cristiano es una persona que ha aprendido que no puede existir delante de Dios, ya que incluso sus mejores obras ante Dios sólo son un trapo de inmundicia.
Mirar a Jesús quiere decir que, aunque confiesas y reconoces tu culpa delante de Dios, tú confías en el Salvador. Para decir con palabras del Salmo 73: "He puesto en el Señor mi esperanza, para contar todas tus obras".
Jesús es nuestro Guía. Él va delante de los Suyos. Él es también el Realizador. Él, que comienza la buena obra en el corazón de los suyos, también la continúa y la termina. Esto ampliamente se proclama en los Salmos. Como lo hace el Salmo 84: "Irán de poder en poder; verán a Dios en Sión". Y también el Salmo 138: "El Señor cumplirá su propósito en mí; no desamparará la obra de sus manos". El que mira a Jesús, ese no puede llegar a decepcionarse.
El apóstol Pablo al final de sus días pudo decir: "He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida" (2 Tim. 4:7,8).
Jesús como el autor y consumador de la fe ha sufrido la cruz y menospreciando la infamia, ahora se ha sentado a la diestra de Dios. El Señor Jesús ha sufrido en nuestro lugar. Su sacrificio no necesita complemento alguno de nuestra parte. Eso no quiere decir que el Salvador tampoco nos haya dejado un ejemplo en su forma de vivir. En Hebreos 11 se nos proponen como ejemplos los testimonios de fe de personajes del Antiguo Testamento. Si hay UNO que haya vivido auténticamente por fe, es el Hijo de Dios. En el ejemplo que nos dan y han dado los hijos de Dios, sin embargo siempre existen fallos, pero no en el ejemplo que el Hijo de Dios nos ha dejado. El Señor Jesucristo está ahora a la diestra del Dios. A la diestra de Su Padre también será rodeado por todos los que el Padre había elegido, por quienes Él había derramado Su sangre y los había hecho vivir por el Espíritu Santo.
También en esto Jesús es un ejemplo para todos los Suyos. Quien confiesa el nombre de Cristo y anhela llevar Su imagen, no eludirá la cruz y el menosprecio. Ya aquí en el mirar a Cristo y seguirle se goza de una alegría que el mundo jamás puede darnos. Es una alegría que está por encima de toda comprensión humana. El Espíritu Santo nos hace partícipes de esa alegría. Un día los hijos de Dios disfrutarán llenos de alegría en la presencia del Señor. Veremos al Cordero glorificado tal como Él es.
Lector(a), he escrito sobre "nosotros" y "nos", ¿pero te reconoces a ti mismo en todo esto? ¿Es este el lenguaje de tu corazón, la práctica de tu vida? Pues el Salvador ha dicho: "Mis ovejas oyen mi voz". ¿Es el Señor Jesús lo sumo de tu alegría? Si ése es el caso, te quiero decir: Mira siempre a Jesús. Porque nunca te pasarás en ello, mas bien te quedarás corto.
Por eso quiero concluir con las siguiente palabras de la carta a los Hebreos:
"Exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado. Porque somos participantes de Cristo, con tal que retengamos firmes hasta el fin nuestra confianza del principio, entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación" (Hebreos 3:13-15).

P. de Vries


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AMEN,AMEN

En el esta nuestra Fuerza, nuestra esperenza y Salvacion.
en el unico camino al Padre, el unico camino seguro al cielo.


Mira o Dios mi corazon,
examinalo oh Senior con tu espiritu.
No me deseches de tu presencia,
mas limpia toda mi maldad.
Para tener sed de ti cada dia,
y buscar esas aguas vivas
en Jesucristo, salvacion nuestra.

Purificame y sere limpio
mas blanco que la nieve,
mas claro que el cristal.
para estar delante de ti,
por siempre y siempre, amen.

Dios os Bendiga...