Alguien contó la historia de un padre y su hijo que iban rumbo al templo a adorar a Dios. El niño inquietado por la fe de su padre le preguntó:
- Niño: Papi, ¿Será posible pasar una semana sin pecar?
El padre miró sorprendido al niño por lo que significaba su pregunta.
- Padre: Oye, hijo, a la verdad que no creo que exista nadie que pueda pasar una semana sin pecar contra Dios.
El niño se quedó pensativo algo triste y le preguntó.
- Niño: ¿Y un día? ¿Existirá alguien que pueda estar un día sin pecar?
- Padre: Hijo, a la verdad no creo que alguien pueda estar un día sin pecar.
- Niño: ¿Y una hora? ¿Podrá alguien estar una hora sin pecar? –preguntó curioso.
- Padre: Pues, a la verdad hijo, tampoco creo que exista alguien que esté una hora sin pecar.
El niño siguió insistiendo.
- Niño: Papi, ¿Y un minuto? ¿Podrá alguien estar un minuto sin pecar?
El padre se asombró más con la pregunta de su hijo. Y le contestó.
- Padre: Sí, creo que un minuto si es posible que alguien esté sin pecar contra Dios.
El niño lo miró muy alegre con la respuesta y le dijo.
- Niño: Entonces, !Vivamos la vida minuto a minuto! - dijo con regocijo el pequeñuelo.
”y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños , no entraréis en el reino de los cielos”. – Mateo 18:3
Dios permita que en vez de jugar a la religión congregándonos sólo en "semana santa" como hacen algunos podamos vivir a Jesucristo todos los días de nuestra vida minuto a minuto y seguir la santidad.
- Niño: Papi, ¿Será posible pasar una semana sin pecar?
El padre miró sorprendido al niño por lo que significaba su pregunta.
- Padre: Oye, hijo, a la verdad que no creo que exista nadie que pueda pasar una semana sin pecar contra Dios.
El niño se quedó pensativo algo triste y le preguntó.
- Niño: ¿Y un día? ¿Existirá alguien que pueda estar un día sin pecar?
- Padre: Hijo, a la verdad no creo que alguien pueda estar un día sin pecar.
- Niño: ¿Y una hora? ¿Podrá alguien estar una hora sin pecar? –preguntó curioso.
- Padre: Pues, a la verdad hijo, tampoco creo que exista alguien que esté una hora sin pecar.
El niño siguió insistiendo.
- Niño: Papi, ¿Y un minuto? ¿Podrá alguien estar un minuto sin pecar?
El padre se asombró más con la pregunta de su hijo. Y le contestó.
- Padre: Sí, creo que un minuto si es posible que alguien esté sin pecar contra Dios.
El niño lo miró muy alegre con la respuesta y le dijo.
- Niño: Entonces, !Vivamos la vida minuto a minuto! - dijo con regocijo el pequeñuelo.
”y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños , no entraréis en el reino de los cielos”. – Mateo 18:3
Dios permita que en vez de jugar a la religión congregándonos sólo en "semana santa" como hacen algunos podamos vivir a Jesucristo todos los días de nuestra vida minuto a minuto y seguir la santidad.