Si realmente mis hermanos, los que creen que la salvación se pierde, tienen razón en su creencia, estoy perdido. Colocaré algunos pasajes usados por mis hermanos para apoyar su creencia..
Hebreos 6:4-6
Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio.
Hebreos 10:26,27
Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios
2 Pedro 2:21,22
Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado. Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno.
Si estos pasajes realmente enseñan que la salvación se pierde, debo confesar que entonces estoy perdido, y les explicaré por qué.
Hace algunos años, después de estar transitando por una secta denominada “Movimiento Gnóstico Cristiano Universal”, comencé a sentir mucha angustia pensando que quizás estaba errado en ese “camino”, después de entender que existían más de 3.000 religiones en el mundo, la cosa me preocupo mucho más, fue entonces que después de muchas oraciones el Señor me mostró que no existía una religión verdadera, sino más bien, un Camino y que ese Camino se llamaba Jesucristo, sentí que el Señor me mostró que andaba por un sitio equivocado y que los pecados me estaban matando, comprendí que debía arrepentirme y recibirle como Salvador convirtiéndome de mis malos caminos.
Unos años más tarde, leyendo los pasajes que hablan sobre los requisitos de los Obispos y Diáconos entendí que yo no cumplía con todos y decidí abandonar todos los cargos de mi Iglesia hasta poder corregir esas fallas (lamentablemente no pedí consejo a otros hermanos), al poco tiempo decidí ir a Caracas a estudiar (vivía para entonces en Ciudad Bolívar, al sur del país), estando en Caracas comencé a alejarme de los caminos del Señor y a darle cada vez más paso a las cosas del mundo, hasta que un día me encontré totalmente alejado, podría decir que “congelado” espiritualmente, duré unos 6 años totalmente “descarriado”, hasta que sentí que nuevamente el Espíritu Santo me tocaba muy en mi interior y estando en medio de una vida de pecado, empecé a recordar todo lo que había vivido en los caminos del Señor y le comenté a la persona que me acompañaba todas esas cosas y le pronuncié una frase que había escuchado de el pastor de mi iglesia que decía: “El pecado, tarde o temprano produce dolor”, y a partir de ese día sentí que el Señor empezaba nuevamente a trabajar en mi vida y poco tiempo después me arrepentí de todo ese error en el que había caído y sentí y siento que el Señor me recibió con los brazos abiertos, que su Gracia, su Misericordia, su Amor y su Sangre me cubren nuevamente y nunca me habían dejado de cubrir.
Por esta razón digo que si el pasaje de Hebreos 6:4-6 y 2 Pedro 2:21,22 realmente significa que la salvación se pierde, pues entonces no tengo esperanza y todo ha terminado para mi.
Antes de apartarme y ahora que he vuelto, he pecado en muchas maneras, y gran parte de esos pecados han sido voluntarios, nadie me ha obligado, muchas veces he pecado a sabiendas de lo que estoy haciendo (y por supuesto que después me he arrepentido de ese proceder), muchas veces he mentido deliberadamente, muchas veces, como dice mi hermano Talcual, he tenido una bolsa llena de piedras para condenar al primero que falle olvidándose de momento todas las fallas que yo he tenido, algunas veces siento que el Señor me ha puesto una tarea y cobardemente la he rechazado, en algunas ocasiones he visto la necesidad en otros y me he hecho el de la “vista gorda” y he pasado de largo como lo hicieron aquel sacerdote y aquel levita, el Señor me ha dado muchos talentos y en varias ocasiones los he escondido y varios de ellos todavía no los he desenterrado, mucha gente a mi alrededor se pierde en pecado y muchas veces soy incapaz de hablarles de Cristo, cuántas veces no he visto injusticias y me he quedado callado, en el fondo siento que el Señor me ha llamado a ser un misionero y le he estado dando largas al asunto, siento y veo que día tras día le fallo a mi Señor y que ni si quiera puedo llamarme “siervo inútil” pues el siervo inútil es aquel que cumple sus obligaciones. Pero por mi corazón desfilan muchos versículos indicándome la capacidad de perdón que tiene Dios, me recuerdo que constantemente tengo un Abogado que interviene por mi cada vez que peco, recuerdo que la Sangre de Jesucristo me limpia de todo pecado, entiendo que si confieso mi pecado y me aparto, Él es fiel y justo para perdonarme.
Pero si realmente Hebreos 10:26,27 me indica que la salvación se pierde, nuevamente les confieso que estoy perdido para siempre y ya no hay esperanza para mi, pues si esa palabra que aparece en Hebreos 6:4 (“IMPOSIBLE”), es realmente en relación a la salvación, estoy fuera de todo y ni siquiera podría llamarles “hermanos” pues ya no sería “hijo” pues el “hijo” es heredero y mi herencia sería entonces el infierno.
Dios les bendiga.
Hebreos 6:4-6
Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio.
Hebreos 10:26,27
Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios
2 Pedro 2:21,22
Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado. Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno.
Si estos pasajes realmente enseñan que la salvación se pierde, debo confesar que entonces estoy perdido, y les explicaré por qué.
Hace algunos años, después de estar transitando por una secta denominada “Movimiento Gnóstico Cristiano Universal”, comencé a sentir mucha angustia pensando que quizás estaba errado en ese “camino”, después de entender que existían más de 3.000 religiones en el mundo, la cosa me preocupo mucho más, fue entonces que después de muchas oraciones el Señor me mostró que no existía una religión verdadera, sino más bien, un Camino y que ese Camino se llamaba Jesucristo, sentí que el Señor me mostró que andaba por un sitio equivocado y que los pecados me estaban matando, comprendí que debía arrepentirme y recibirle como Salvador convirtiéndome de mis malos caminos.
Unos años más tarde, leyendo los pasajes que hablan sobre los requisitos de los Obispos y Diáconos entendí que yo no cumplía con todos y decidí abandonar todos los cargos de mi Iglesia hasta poder corregir esas fallas (lamentablemente no pedí consejo a otros hermanos), al poco tiempo decidí ir a Caracas a estudiar (vivía para entonces en Ciudad Bolívar, al sur del país), estando en Caracas comencé a alejarme de los caminos del Señor y a darle cada vez más paso a las cosas del mundo, hasta que un día me encontré totalmente alejado, podría decir que “congelado” espiritualmente, duré unos 6 años totalmente “descarriado”, hasta que sentí que nuevamente el Espíritu Santo me tocaba muy en mi interior y estando en medio de una vida de pecado, empecé a recordar todo lo que había vivido en los caminos del Señor y le comenté a la persona que me acompañaba todas esas cosas y le pronuncié una frase que había escuchado de el pastor de mi iglesia que decía: “El pecado, tarde o temprano produce dolor”, y a partir de ese día sentí que el Señor empezaba nuevamente a trabajar en mi vida y poco tiempo después me arrepentí de todo ese error en el que había caído y sentí y siento que el Señor me recibió con los brazos abiertos, que su Gracia, su Misericordia, su Amor y su Sangre me cubren nuevamente y nunca me habían dejado de cubrir.
Por esta razón digo que si el pasaje de Hebreos 6:4-6 y 2 Pedro 2:21,22 realmente significa que la salvación se pierde, pues entonces no tengo esperanza y todo ha terminado para mi.
Antes de apartarme y ahora que he vuelto, he pecado en muchas maneras, y gran parte de esos pecados han sido voluntarios, nadie me ha obligado, muchas veces he pecado a sabiendas de lo que estoy haciendo (y por supuesto que después me he arrepentido de ese proceder), muchas veces he mentido deliberadamente, muchas veces, como dice mi hermano Talcual, he tenido una bolsa llena de piedras para condenar al primero que falle olvidándose de momento todas las fallas que yo he tenido, algunas veces siento que el Señor me ha puesto una tarea y cobardemente la he rechazado, en algunas ocasiones he visto la necesidad en otros y me he hecho el de la “vista gorda” y he pasado de largo como lo hicieron aquel sacerdote y aquel levita, el Señor me ha dado muchos talentos y en varias ocasiones los he escondido y varios de ellos todavía no los he desenterrado, mucha gente a mi alrededor se pierde en pecado y muchas veces soy incapaz de hablarles de Cristo, cuántas veces no he visto injusticias y me he quedado callado, en el fondo siento que el Señor me ha llamado a ser un misionero y le he estado dando largas al asunto, siento y veo que día tras día le fallo a mi Señor y que ni si quiera puedo llamarme “siervo inútil” pues el siervo inútil es aquel que cumple sus obligaciones. Pero por mi corazón desfilan muchos versículos indicándome la capacidad de perdón que tiene Dios, me recuerdo que constantemente tengo un Abogado que interviene por mi cada vez que peco, recuerdo que la Sangre de Jesucristo me limpia de todo pecado, entiendo que si confieso mi pecado y me aparto, Él es fiel y justo para perdonarme.
Pero si realmente Hebreos 10:26,27 me indica que la salvación se pierde, nuevamente les confieso que estoy perdido para siempre y ya no hay esperanza para mi, pues si esa palabra que aparece en Hebreos 6:4 (“IMPOSIBLE”), es realmente en relación a la salvación, estoy fuera de todo y ni siquiera podría llamarles “hermanos” pues ya no sería “hijo” pues el “hijo” es heredero y mi herencia sería entonces el infierno.
Dios les bendiga.