Han pasado cinco años desde aquel Enero de 2.009 en el que animado por unos buenos amigos, comencé mi sencilla introducción en Facebook.
Tengo que ser sincero para declarar que una vez iniciada mi andadura por esta magnífica red social, me sentí sorprendido ante la respuesta de personas de diferentes países que al frente de sus ordenadores me enviaban mensajes alusivos a las sencillas reflexiones que exponía en mis artículos.
Por otra parte no podía entender el motivo por el que un simple encajador de frases que emborronaba cuartillas de papel, podría llegar al corazón de quienes leían mis humildes trabajos.
En cualquier caso conforme el tiempo se desplazaba por mi iniciada vida literaria, observé que a través de Facebook mi espíritu gozaba de una sincera alegría inundada de fe y esperanza hacia un Dios que me unía con hermanos con lo que cambiaba diferentes puntos de vista con un único deseo, aumentar el amor hacia Él mediante el entendimiento mutuo.
He sentido la presencia de Dios en amigos que han pasado a mi lado, aunque a veces yo, desgraciadamente y en cierto modo pasara un poco de ellos, sin darme cuenta de que trataba con personas maravillosas que llenaban los rincones dormidos de mi corazón y de este modo extendían con mayor fuerza mi fe y mi amor a Dios y a cuantos me rodeaban.
A través de Facebook, he conocido fundaciones que me han enseñado a vivir y luchar para poder acceder a las necesidades de hermanos que sufrían un total desamparo de la sociedad, aunque quedaran un tanto al margen de mi vida.
En definitiva, he de agradecer a Dios que me ha puesto en el camino de este medio informático hace cinco años dándome a conocer algo bello y hermoso que yo desconocía.
Y finalmente quiero levantar mi copa para brindar por Facebook que me ha proporcionado momentos maravillosos en el interior de mi vida cristiana, ayudándome a seguir por el camino que inicié hace cinco años.
A TODOS, MI AGRADECIMIENTO MAS SINCERO
Tengo que ser sincero para declarar que una vez iniciada mi andadura por esta magnífica red social, me sentí sorprendido ante la respuesta de personas de diferentes países que al frente de sus ordenadores me enviaban mensajes alusivos a las sencillas reflexiones que exponía en mis artículos.
Por otra parte no podía entender el motivo por el que un simple encajador de frases que emborronaba cuartillas de papel, podría llegar al corazón de quienes leían mis humildes trabajos.
En cualquier caso conforme el tiempo se desplazaba por mi iniciada vida literaria, observé que a través de Facebook mi espíritu gozaba de una sincera alegría inundada de fe y esperanza hacia un Dios que me unía con hermanos con lo que cambiaba diferentes puntos de vista con un único deseo, aumentar el amor hacia Él mediante el entendimiento mutuo.
He sentido la presencia de Dios en amigos que han pasado a mi lado, aunque a veces yo, desgraciadamente y en cierto modo pasara un poco de ellos, sin darme cuenta de que trataba con personas maravillosas que llenaban los rincones dormidos de mi corazón y de este modo extendían con mayor fuerza mi fe y mi amor a Dios y a cuantos me rodeaban.
A través de Facebook, he conocido fundaciones que me han enseñado a vivir y luchar para poder acceder a las necesidades de hermanos que sufrían un total desamparo de la sociedad, aunque quedaran un tanto al margen de mi vida.
En definitiva, he de agradecer a Dios que me ha puesto en el camino de este medio informático hace cinco años dándome a conocer algo bello y hermoso que yo desconocía.
Y finalmente quiero levantar mi copa para brindar por Facebook que me ha proporcionado momentos maravillosos en el interior de mi vida cristiana, ayudándome a seguir por el camino que inicié hace cinco años.
A TODOS, MI AGRADECIMIENTO MAS SINCERO