Mi autoconcepto
Es una constante lucha en el cristiano el poder tener un concepto de uno mismo que condiga con el que Dios quiere. Habitualmente caemos en errores de consideración, con el consiguiente perjuicio de las relaciones con los hermanos y con el Señor.
¿Qué debo tener en cuenta para pensar de mi mismo con moderación?
Lectura inicial:
Mateo 25:14-30
1ªJuan 2:28
Hay algunas preguntas existenciales. Definen mi actitud hacia Dios, hacia mi vida y hacia la iglesia. La respuesta adecuada a estas preguntas (quién soy, dónde estoy, por qué estoy aquí) será definitoria para lograr una manera de vivir que nos evite el triste cuadro del último siervo.
Eje textual: Romanos 12:3
Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.
A partir de este versículo, Pablo comenzará a plantear una serie de cuestiones que se desprenden del cumplimiento de los versos anteriores.
1) Una razón o fundamento: El encabezado, que le da la autoridad para hablarles a los creyentes desde el marco normativo, lo encontramos en la palabra "gracia". Alude, seguramente al don que recibió Pablo, en cuanto a ser llamado para el apostolado a los gentiles (ver Romanos 15:15-16). Pablo argumenta lo que sigue, "por" (implica razón) esa gracia dada a él. Es decir, que los dichos que siguen (gr. légo=implica un discurso sistemático o fijo) emanan de la autoridad dada por la gracia de Dios a él, y son el cumplimiento de su responsabilidad para con esa gracia.
2) El alcance del mandato: Luego de haber dado el fundamento de su exposición, Pablo ubica a su auditorio: "a cada cual que está entre vosotros". Si nos dirigimos al principio de la carta, veremos que Pablo escribe "a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos" (1:7). Es decir, que no queda excluido ninguno de los que son creyentes y se encuentran en la iglesia local. El precepto que sigue será aplicable a todos los creyentes de la iglesia local; con todas las implicaciones que esto tiene.
3) El enunciado preceptual: Ahora pasamos al centro del precepto. Para asegurar una correcta comprensión, está enunciado dos veces: primero por el aspecto negativo y luego en su faz positiva.
"no tenga mas alto concepto de si que el que debe tener sino que piense de si con cordura"
En el griego hay un juego de palabras que utiliza como base la palabra phroneo. Esta palabra remite a una conclusión u opinión a la que se llega luego de un trabajo mental cuidadoso. Nunca se refiere a una opinión irrazonada.
Se alude a una respuesta más o menos definitiva a la pregunta ¿quién soy?
Ahora hay una dupla oponible:
huperphroneo (que antepone "alto" o "por encima" como prefijo de este pensamiento) y
sophroneo (que utiliza el prefijo "salvar" e implica cordura, moderación o sobriedad)
La oposición es muy llamativa: un concepto que no se corresponde con la cordura será un concepto derivado de la locura (el diccionario la define como "Privación del juicio o del uso de la razón" y "Acción inconsiderada o gran desacierto."
Ahora bien, se nos estipula una regla o medida para poder hacer un buen concepto de nosotros mismos: la medida de fe que Dios repartió a cada uno.
Aquí está el correcto análisis que puedo llevar a cabo de mi mismo, y está basado en la opinión de Dios sobre mi mismo, tanto que me dio de acuerdo a lo que yo mismo puedo ser. fe, en este contexto, implica la capacidad para detectar el llamado particular de Dios para cada integrante de la iglesia.
Algunas consideraciones necesarias:
En la elaboración de mi concepto personal, acorde con el concepto de Dios sobre mi, influyen una serie de factores que se relacionan. Una visión personal, debe incluir necesariamente la consideración del llamado recibido por Dios, con lo que se espera que yo tenga en mi mente una correcta percepción de lo que Dios espera de mi, para lo que me ha capacitado, y en lo que me está utilizando.
Consideración de mi forma personal
Romanos 12:6 "De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada..."
Aquí consideramos el don recibido (de acuerdo a la gracia de Dios). La dotación particular de Dios para nuestra efectiva participación está configurada alrededor de un plan o diseño premeditado. Dios me hizo de una forma determinada, con unas capacidades determinadas para realizar una labor determinada. Cuántas veces nos hemos encontrado intentando tareas para las que no estamos diseñados. Sería muy necio de parte nuestra pensar que Dios preparó una herramienta para una tarea y no le dio la forma mas apropiada para poder desarrollarla
Consideración de mi utilidad
1ªCorintios 12:7 "Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho."
En este pasaje hay un eco universalista en la dotación de gracias, pero no arbitrario. Podemos utilizar para nuestra consideración particular el hecho del tipo de utilidad que le estoy prestando a la obra de Dios (o que le puedo prestar a la obra de Dios). Si la iglesia está viendo en mi la utilidad de acuerdo a la capacidad que tengo, no es un consejero que pueda pasar por alto, sobre todo a partir de hermanos con visión espiritual que me puedan auxiliar en las definiciones personales.
Muchas veces hay una suerte de búsqueda irracional de los ministerios más llamativos (como pasaba en Corinto), sin echar de ver que soy útil a la congregación en determinados ministerios menos públicos
Consideración de mi responsabilidad
1ªPedro 4:10 "Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios."
Este texto nos ubica en un contexto de responsabilidad doble: hacia Dios y hacia mis hermanos. La gracia de Dios derramada a través mío no es para mi uso personal, sino para que todos se beneficien. La irresponsabilidad en este factor es el causal primario de una sensación de vergüenza delante del Señor, por no haber cumplido el propósito para el que el Señor me puso en la iglesia.
Preguntas de autoexámen:
<!--[if !supportLists]-->1- <!--[endif]-->¿Qué forma tengo (carácter, personalidad, gustos, capacidades naturales, etc)
<!--[if !supportLists]-->2- <!--[endif]-->¿Qué tarea es la que mejor desarrollo?
<!--[if !supportLists]-->3- <!--[endif]-->¿En qué áreas ministeriales soy más útil a la congregación?
<!--[if !supportLists]-->4- <!--[endif]-->¿En qué trabajos he rendido mayor cantidad de frutos para el Señor?
<!--[if !supportLists]-->5- <!--[endif]-->¿Siento que le debo al Señor en algún área de mi trabajo?
<!--[if !supportLists]-->6- <!--[endif]-->¿Qué opinión tienen mis hermanos de mi utilidad?
<!--[if !supportLists]-->7- <!--[endif]-->¿Siento vergüenza de que el Señor me encuentre hoy como estoy?
Es una constante lucha en el cristiano el poder tener un concepto de uno mismo que condiga con el que Dios quiere. Habitualmente caemos en errores de consideración, con el consiguiente perjuicio de las relaciones con los hermanos y con el Señor.
¿Qué debo tener en cuenta para pensar de mi mismo con moderación?
Lectura inicial:
Mateo 25:14-30
1ªJuan 2:28
Hay algunas preguntas existenciales. Definen mi actitud hacia Dios, hacia mi vida y hacia la iglesia. La respuesta adecuada a estas preguntas (quién soy, dónde estoy, por qué estoy aquí) será definitoria para lograr una manera de vivir que nos evite el triste cuadro del último siervo.
Eje textual: Romanos 12:3
Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.
A partir de este versículo, Pablo comenzará a plantear una serie de cuestiones que se desprenden del cumplimiento de los versos anteriores.
1) Una razón o fundamento: El encabezado, que le da la autoridad para hablarles a los creyentes desde el marco normativo, lo encontramos en la palabra "gracia". Alude, seguramente al don que recibió Pablo, en cuanto a ser llamado para el apostolado a los gentiles (ver Romanos 15:15-16). Pablo argumenta lo que sigue, "por" (implica razón) esa gracia dada a él. Es decir, que los dichos que siguen (gr. légo=implica un discurso sistemático o fijo) emanan de la autoridad dada por la gracia de Dios a él, y son el cumplimiento de su responsabilidad para con esa gracia.
2) El alcance del mandato: Luego de haber dado el fundamento de su exposición, Pablo ubica a su auditorio: "a cada cual que está entre vosotros". Si nos dirigimos al principio de la carta, veremos que Pablo escribe "a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos" (1:7). Es decir, que no queda excluido ninguno de los que son creyentes y se encuentran en la iglesia local. El precepto que sigue será aplicable a todos los creyentes de la iglesia local; con todas las implicaciones que esto tiene.
3) El enunciado preceptual: Ahora pasamos al centro del precepto. Para asegurar una correcta comprensión, está enunciado dos veces: primero por el aspecto negativo y luego en su faz positiva.
"no tenga mas alto concepto de si que el que debe tener sino que piense de si con cordura"
En el griego hay un juego de palabras que utiliza como base la palabra phroneo. Esta palabra remite a una conclusión u opinión a la que se llega luego de un trabajo mental cuidadoso. Nunca se refiere a una opinión irrazonada.
Se alude a una respuesta más o menos definitiva a la pregunta ¿quién soy?
Ahora hay una dupla oponible:
huperphroneo (que antepone "alto" o "por encima" como prefijo de este pensamiento) y
sophroneo (que utiliza el prefijo "salvar" e implica cordura, moderación o sobriedad)
La oposición es muy llamativa: un concepto que no se corresponde con la cordura será un concepto derivado de la locura (el diccionario la define como "Privación del juicio o del uso de la razón" y "Acción inconsiderada o gran desacierto."
Ahora bien, se nos estipula una regla o medida para poder hacer un buen concepto de nosotros mismos: la medida de fe que Dios repartió a cada uno.
Aquí está el correcto análisis que puedo llevar a cabo de mi mismo, y está basado en la opinión de Dios sobre mi mismo, tanto que me dio de acuerdo a lo que yo mismo puedo ser. fe, en este contexto, implica la capacidad para detectar el llamado particular de Dios para cada integrante de la iglesia.
Algunas consideraciones necesarias:
En la elaboración de mi concepto personal, acorde con el concepto de Dios sobre mi, influyen una serie de factores que se relacionan. Una visión personal, debe incluir necesariamente la consideración del llamado recibido por Dios, con lo que se espera que yo tenga en mi mente una correcta percepción de lo que Dios espera de mi, para lo que me ha capacitado, y en lo que me está utilizando.
Consideración de mi forma personal
Romanos 12:6 "De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada..."
Aquí consideramos el don recibido (de acuerdo a la gracia de Dios). La dotación particular de Dios para nuestra efectiva participación está configurada alrededor de un plan o diseño premeditado. Dios me hizo de una forma determinada, con unas capacidades determinadas para realizar una labor determinada. Cuántas veces nos hemos encontrado intentando tareas para las que no estamos diseñados. Sería muy necio de parte nuestra pensar que Dios preparó una herramienta para una tarea y no le dio la forma mas apropiada para poder desarrollarla
Consideración de mi utilidad
1ªCorintios 12:7 "Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho."
En este pasaje hay un eco universalista en la dotación de gracias, pero no arbitrario. Podemos utilizar para nuestra consideración particular el hecho del tipo de utilidad que le estoy prestando a la obra de Dios (o que le puedo prestar a la obra de Dios). Si la iglesia está viendo en mi la utilidad de acuerdo a la capacidad que tengo, no es un consejero que pueda pasar por alto, sobre todo a partir de hermanos con visión espiritual que me puedan auxiliar en las definiciones personales.
Muchas veces hay una suerte de búsqueda irracional de los ministerios más llamativos (como pasaba en Corinto), sin echar de ver que soy útil a la congregación en determinados ministerios menos públicos
Consideración de mi responsabilidad
1ªPedro 4:10 "Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios."
Este texto nos ubica en un contexto de responsabilidad doble: hacia Dios y hacia mis hermanos. La gracia de Dios derramada a través mío no es para mi uso personal, sino para que todos se beneficien. La irresponsabilidad en este factor es el causal primario de una sensación de vergüenza delante del Señor, por no haber cumplido el propósito para el que el Señor me puso en la iglesia.
Preguntas de autoexámen:
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