Exodo 4: 6-7. Le dijo ademas Jehova: mete ahora tu mano en tu
seno. Y el metio la mano en su seno; y cuando la
saco he aqui que su mano estaba leprosa como la
nieve.
Y dijo vuelve a meter tu mano en tu seno. Y volvio
a meter su mano en su seno. Y al sacarla de nuevo
del seno, he aqui que se habia vuelto como la otra
carne.
Esta es una gran leccion para todos los que hemos sido llamados
por Dios.
Dios nos da su palabra, pero nosotros queremos obe-
decerla de una manera natural es decir, pensando que
podemos hacerlo y de repente nos damos cuenta que
dentro de nosotros no hay nada bueno.
Si Dios me dijera mete tu mano en tu pecho, creo que
lo haria sin vacilar porque El me lo dijo, per mi reaccion
seria en la carne porque no lo hago dependiendo de El
sino pensando que puedo hacerlo y el resultado es que
el me muestra que dentro de mi no hay nada bueno
todo esta leproso.
Hasta pude haber pensado, bueno, Dios dijo que me-
tiera mi mano en mi seno, quizas voy a encontrar un
un diamante, y nada, solo hay lepra en mi.
Pero la 2a vez que el Señor me dice vuelve a meter tu
mano, ahora ya no lo hago confiando en que puedo
hacerlo, sino que lo hago confiando en su palabra,
ni lo hago pensando que voy a encontrar un diamante
despues de lo que me paso, simplemente lo hago es-
perando la voluntad de Dios.
De esta manera aprendo la leccion, que si Dios me ha
llamado debo siempre de confiar en El y en su palabra
para que al volver a meter la mano en mi seno, ya no
confie en mi mismo y pueda ser limpio en todo la que
haga para Dios.
Espero sus impresiones sobre este articulo
seno. Y el metio la mano en su seno; y cuando la
saco he aqui que su mano estaba leprosa como la
nieve.
Y dijo vuelve a meter tu mano en tu seno. Y volvio
a meter su mano en su seno. Y al sacarla de nuevo
del seno, he aqui que se habia vuelto como la otra
carne.
Esta es una gran leccion para todos los que hemos sido llamados
por Dios.
Dios nos da su palabra, pero nosotros queremos obe-
decerla de una manera natural es decir, pensando que
podemos hacerlo y de repente nos damos cuenta que
dentro de nosotros no hay nada bueno.
Si Dios me dijera mete tu mano en tu pecho, creo que
lo haria sin vacilar porque El me lo dijo, per mi reaccion
seria en la carne porque no lo hago dependiendo de El
sino pensando que puedo hacerlo y el resultado es que
el me muestra que dentro de mi no hay nada bueno
todo esta leproso.
Hasta pude haber pensado, bueno, Dios dijo que me-
tiera mi mano en mi seno, quizas voy a encontrar un
un diamante, y nada, solo hay lepra en mi.
Pero la 2a vez que el Señor me dice vuelve a meter tu
mano, ahora ya no lo hago confiando en que puedo
hacerlo, sino que lo hago confiando en su palabra,
ni lo hago pensando que voy a encontrar un diamante
despues de lo que me paso, simplemente lo hago es-
perando la voluntad de Dios.
De esta manera aprendo la leccion, que si Dios me ha
llamado debo siempre de confiar en El y en su palabra
para que al volver a meter la mano en mi seno, ya no
confie en mi mismo y pueda ser limpio en todo la que
haga para Dios.
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