Re: Metafisica en muchas congregaciones Evangélicas
Y bueno, que pasaba por aquí leyendo los títulos, topándome con éste...
Muchas congregaciones Evangelicas enseñan a visualizar sus bienes materiales, te dicen: tu ya eres prospero! visualiza tu carro, tu casa, tu empresa, etc, etc y hasta te dicen que lo visualices con lujo de detalles y que lo pidas bien, hasta el punto que una vez un "pastor"-hermano bromeó diciendo que si pides un carro no vaya a ser uno viejo, sino uno nuevo y con rines espectaculares, buen equipo de sonido, buen color, etc...y hasta gracioso suena.
estimado hermano, si esto pasa en tú congregación BIENVENIDO A LA METAFISICA...
Me parece que la cosa está un poquito mal enfocada. Paso a explicar por qué.
Tenemos un Dueño de la plata y el oro, el cual ha dicho que no ha visto justo en desamparo o su descendencia mendigando. Todo hijo de Dios, salvo por gracia, tiene acceso a un poder inimaginable, el mismo que levantó a Cristo del sepulcro. Más tal poder tiene una razón de ser, y si el Dueño de la plata y el oro quiere darnos bendición material, ésta será a consecuencia de haber buscado el Reino de Dios y Su justicia. En
este tema se ha discutido que el Reino es hoy una realidad en nosotros con todas las cosas que necesitamos a nuestro mantenimiento cotidiano. Se los puedo testificar plenamente.
La vivienda en la que estamos actualmente ya está virtualmente perdida y en proceso de venta; es cuestión de tiempo para que salgamos a buscar una casa rentada. Se suscitó esta situación debido a que mi hermano mayor quiso invertir en su panadería, y se le ofreció un préstamo no pequeño que implicaba que hubiese un soporte en garantía. Mis padres, movidos por querer ayudar a mi hermano, ofrecieron el único patrimonio de que disponían, y así se comenzó a pagar. Lamentablemente, se nos vino la crisis económica de 2007, lo cual afectó a mucha gente acá, en México. Como es de suponerse, mi hermano vio disminuídos sus ingresos, y el préstamo, casi pagado, quedó sin acabar de pagarse. Los intereses crecieron hasta el punto de que éstos superaron la cantidad cubierta anteriormente. Se ha exigido en algún punto cubrir el adeudo, cosa que ha quedado fuera del alcance de mi hermano. Debido a ello, se llegó a convenir con el acreedor vender la casa, pagar la cantidad restante del adeudo pendiente, y lo poco que nos quede servirá para poder mudarnos a otro lugar.
Con todo, y tomando en cuenta los entuertos económicos por los que hasta la fecha atravesamos en mi país, mi familia y yo hemos tenido alimento diario (hasta carnita comemos) y no nos falta nada. Mi madre me ha dicho que, de haberse conservado esta casa, ello pudo haberse convertido en un detonador de rivalidades entre mis hermanos y yo. La casa pudo haberse quedado como la manzana de la discordia, causando rapiña entre ellos.
Pues bien, mi madre piensa que Dios permitió eso por lo ya explicado. Mi padre no hubiese querido dejar lo que era suyo, más ha acabado por aceptar esta realidad, y aún piensa que no le queda mucho tiempo de vida (tiene problemas de salud que han minado su vigor).
Por mi parte, aunque lo sucedido me entristeció mucho desde que me enteré de todas estas cosas, también me ha permitido entender que nada de este mundo es nuestro. Bien se sabe que mis hermanos de fe y yo tenemos una morada más mejor allá con Papá, la cual no podemos hipotecar con pecado y maldad. Entretanto, he comprendido que -como es justo- si llego a tener una casa donde pueda vivir decorosamente, no será porque me quede esperando un pase mágico de un genio... sino porque Hosenu me dará vida y salud, fuerza e inteligencia, y así tendré un lugar donde vivir, fruto de mi trabajo y fatigas.
Tristemente la metafísica sugiere una idea mágica para ganar las cosas, y así se ha llegado a entender que Dios se comporta con nosotros, como un genio que cumple nuestros antojos.
¡No! Así no se hacen las cosas en Cristo, pues todo tiene una razón de ser, y si Papá quisiese darme una casa el día de mañana, en ella formaré un hogar en el cual YHWH sea quien nos enseñe que Él es el principio de la sabiduría, y que toda buena dádiva es de Él, el Padre de las luces.
