Mensaje 5 para nuevos creyentes

hgo

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5 Septiembre 2001
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Mr. 16:16 El que crea y sea bautizado, será salvo, mas elque no crea, será condenado.
Hch. 8:36 Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?

El bautismo

La importancia del bautismo

Lo primero que Dios hizo al comienzo de la dispensación del Nuevo Testamento fue enviar a Juan el Bautista a predicar el bautismo de arrepentimiento (Hch. 10:37; Lc. 3:3) … Esto muestra la importancia que tiene el bautismo dentro del plan y arreglo de Dios en el Nuevo Testamento. Puede decirse que el bautismo da apertura a la dispensación neotestamentaria. Tal como la verdad del bautismo dio inicio a la dispensación neotestamentaria, de la misma manera la práctica del bautismo marca el inicio de nuestro disfrute de las bendiciones del Nuevo Testamento.
En el Nuevo Testamento, la forma verbal de la palabra “bautismo” en el idioma Griego es baptízo, que significa sumergir o sumir en agua, cubrir con agua o meter en el agua.
Muchos versículos del Nuevo Testamento hablan de la necesidad e importancia del bautismo. En Marcos 16:16 el Señor Jesús dijo a los discípulos: “El que crea y sea bautizado, será salvo; mas el que no crea, será condenado”. Este versículo no dice: “Mas el que no crea ni sea bautizado”, lo cual indica que la condenación sólo se relaciona con la incredulidad, y no tiene nada que ver con el bautismo. Todo lo que se necesita para ser salvo de la condenación es creer; no obstante, para completar la salvación interior, además de creer, es necesario ser bautizado como afirmación exterior.26 Creer en Cristo significa que uno lo recibe, no únicamente para obtener el perdón de pecados (Hch. 10:42), sino también para ser regenerado (1 P. 1:21, 23), de modo que, aquellos que creen, pueden llegar a ser hijos de Dios (Jn. 1:12-13) y miembros de Cristo (Ef. 5:30), mediante una unión orgánica con el Dios Triuno (Mt. 28:19). Ser bautizado significa que uno afirma todo esto al ser sepultado para poner fin a la vieja creación mediante la muerte de Cristo, y al ser resucitado para llegar a ser la nueva creación de Dios mediante la resurrección de Cristo.
Creer y ser bautizados son dos aspectos de un paso completo que nos permite recibir la plena salvación de Dios. Ser bautizados sin haber creído es meramente un ritual vacío; y creer sin ser bautizados es sólo experimentar la salvación internamente, sin ninguna declaración externa de nuestra salvación.
El bautismo consta de dos aspectos: el aspecto visible es el bautismo en agua, y el aspecto invisible, es el bautismo en el Espíritu Santo (Hch. 1:5; 10:47; 9:17-18; Jn. 3:5). El agua es el símbolo del bautismo, y el Espíritu Santo es la realidad de dicho bautismo. El aspecto visible es la expresión o testimonio del aspecto invisible, mientras que el aspecto invisible es la realidad del aspecto visible. Sin el aspecto invisible efectuado por el Espíritu, el aspecto visible efectuado en el agua sería vano; y sin el aspecto visible en las aguas del bautismo, el aspecto invisible, efectuado por el Espíritu, sería abstracto e impracticable, sin ninguna expresión [visible]. Ambos aspectos son necesarios.
En el caso de Felipe, al predicarle el evangelio al eunuco etíope (Hch. 8:26-39)29 se hizo especial énfasis en el bautismo en agua, pero no se hizo ninguna mención del bautismo en el Espíritu. Esto debe ser para nosotros una instrucción muy clara de que debemos prestar atención al bautismo en agua, el cual representa la identificación que tienen los creyentes con la muerte y la resurrección de Cristo (Ro. 6:3-5; Col. 2:12), así como también al bautismo en el Espíritu [1 Co. 12:13]. El bautismo en el Espíritu produce la realidad de la unión que tienen los creyentes con Cristo, en vida esencialmente, y en poder económicamente, mientras que el bautismo en agua es la afirmación que hacen los creyentes con respecto a la realidad del Espíritu … Todos los que han creído en Cristo deben experimentar apropiadamente ambos bautismos, tal como los hijos de Israel fueron bautizados en la nube (que representa al Espíritu), y en el mar (que representa el agua), 1 Co. 10:2.
Ante Dios hay sólo un bautismo, el cual consta de dos aspectos: el aspecto del agua y el aspecto del Espíritu…Cada vez que bautizamos a alguien, lo bautizamos simultáneamente en agua y en el Espíritu.

Witness Lee. Living Stream Ministry
Henry