Bendiciones a todos.
Por las multiples actividades y compromisos se me ha hecho dificil visitar este foro, pero hoy que me he dado un tiempo, y sabiendo que el objetivo fundamental de este es la edificacion del cuerpo de cristo, comparto una anecdota que nos hace pensar en la verdadera libertad, no aquella que se evidencia en el comportamiento externo, sino la libertad del ser interno, de ser feliz con lo que se tiene y con lo que se es, sabiendo y entendiendo que la verdadera felicidad esta en Cristo, y por lo tanto, solo en El pódemos ser verdaderamente libres,
como esta escrito " bienaventurado aquel que no se condena en lo que hace".
Aqui la anecdota:
"Cuentan que dos monjes tibetanos, ejercitados en extrictas practicas misticas para el perfeccionamiento del ser, atraves del apartamiento de los placeres paganos y de la contemplacion, caminaban por el bosque a las orillas de un rio. Caminando encontraron a una mujer que angustiada intentaba crusar aquel rio procurando no mojar sus finas vestiduras, uno de los monjes al mirar los infructuosos intentos de la mujer, se dirigio hacia ella, la tomo sobre sus brazos y la cruzo al otro lado del rio, para luego regresar con su compañero y continuar su viaje.
Una hora despues del acontecimiento el monje compañero reprendio energicamente a su camarada:
-¡como es posible lo que tu has hecho!, si bien sabes que nuestra ley religiosa nos tiene prohibido tocar mujer, y tu osaste incluso llevarla en tus brazos al otro lado del rio.
A lo que el monje pasivamente respondio:
-Yo solte a aquella mujer hace mas de una hora..., ¿tú porque la sigues cargando?"
Creo que el evamngelio es para hacernos libres y felices, de tal modo que podremos decir como San Agustin:
"Ama y despues has lo que quieras, por que el verdadero amor no hara lo malo"
Con amor
MIEL
M A R A N A T H A
Por las multiples actividades y compromisos se me ha hecho dificil visitar este foro, pero hoy que me he dado un tiempo, y sabiendo que el objetivo fundamental de este es la edificacion del cuerpo de cristo, comparto una anecdota que nos hace pensar en la verdadera libertad, no aquella que se evidencia en el comportamiento externo, sino la libertad del ser interno, de ser feliz con lo que se tiene y con lo que se es, sabiendo y entendiendo que la verdadera felicidad esta en Cristo, y por lo tanto, solo en El pódemos ser verdaderamente libres,
como esta escrito " bienaventurado aquel que no se condena en lo que hace".
Aqui la anecdota:
"Cuentan que dos monjes tibetanos, ejercitados en extrictas practicas misticas para el perfeccionamiento del ser, atraves del apartamiento de los placeres paganos y de la contemplacion, caminaban por el bosque a las orillas de un rio. Caminando encontraron a una mujer que angustiada intentaba crusar aquel rio procurando no mojar sus finas vestiduras, uno de los monjes al mirar los infructuosos intentos de la mujer, se dirigio hacia ella, la tomo sobre sus brazos y la cruzo al otro lado del rio, para luego regresar con su compañero y continuar su viaje.
Una hora despues del acontecimiento el monje compañero reprendio energicamente a su camarada:
-¡como es posible lo que tu has hecho!, si bien sabes que nuestra ley religiosa nos tiene prohibido tocar mujer, y tu osaste incluso llevarla en tus brazos al otro lado del rio.
A lo que el monje pasivamente respondio:
-Yo solte a aquella mujer hace mas de una hora..., ¿tú porque la sigues cargando?"
Creo que el evamngelio es para hacernos libres y felices, de tal modo que podremos decir como San Agustin:
"Ama y despues has lo que quieras, por que el verdadero amor no hara lo malo"
Con amor
MIEL
M A R A N A T H A