Meditaciones 9. de octubre

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5 Septiembre 2001
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee

Amigo de publicanos y de pecadores. Lucas 7:34.

Desde que comprendí que el Salvador es amigo de pecadores, he visto a muchas personas difíciles atraídas a El. Recuerdo que en cierta oportunidad una mujer me atacó diciendo que no quería ser salva. Me dijo que era joven, quería divertirse y que no tenía ninguna intención de dejar el pecado ni tampoco deseo alguno de ser salva. Después de haberme gritado ella en forma casi delirante le dije: “Vamos a orar?” Ella me dijo en forma despectiva: “Para qué quiero orar?”, a lo que respondí: “Yo no me haré responsable por su oración, pero oraré primero y después usted puede decirle al Señor Jesús todo lo que me está diciendo a mí”. Estas palabras la tomaron desprevenida y respondió: “Oh, no puedo hacer eso”. “Sí lo puede hacer” le dije, “no sabe acaso que El es amigo de los pecadores?” Esto la conmovió, y en efecto oró —una oración poco ortodoxa— pero desde aquel momento el Señor empezó a obrar en su corazón y a los pocos días se había salvado gloriosamente.
 
9 de octubre Dañado pero no amargado



“MIRAD BIEN…, PARA QUE NO BROTE NINGUNA RAIZ DE AMARGURA QUE OS PERTURBE...” (Hebreos 12:15)



¿Te han dañado, maltratado, mentido o han tergiversado tus palabras alguna vez? A todos nos ha ocurrido alguna vez. Pero Dios no quiere que esto nos domine; Él quiere que lo dejemos pasar y que sigamos adelante. Cuando reprimes tus sentimientos y los dejas “hervir bajo la superficie”, le dejas al enemigo una puerta abierta. Pero si tratas con ello antes de que se convierta en un baluarte, las experiencias dolorosas que has vivido te pueden enriquecer - en vez de amargar. Si estás luchando con algo hoy, sigue estos tres pasos que cambiarán tu vida:

(1) ¡Perdona! El perdón no está basado en un sentimiento, sino en una decisión. Si estás esperando el momento en el que te apetezca perdonar, ¡olvídalo! Debes dejar marchar la ofensa. Cuando lo hagas, Dios sanará tus emociones y te ayudará a resistir el deseo de venganza. Jesús dijo: “Así que... lo que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos...” (Mateo 7:12).

(2) ¡Llévalo al Señor! En el mismo instante que te sientes resentido, vuélvete a Dios y Él te dará la fuerza para actuar con amor, en vez de reaccionar con ira. Al comprometerte a vivir de esta manera, Dios promete hacerte: “…descansar en los días de aflicción” (Salmo 94:13).

(3) ¡Reprográmate! Busca en la Biblia todos los versículos que puedas sobre el amor y el perdón. Medita en ellos diariamente. Recuerda, cada vez que eliges hacer lo adecuado, un poco más de “tu viejo yo” muere, y se desarrolla “tu nuevo yo”. Así es como Dios te prepara para mayores bendiciones. Por eso, decide hoy que, aunque hayas sido dañado, ¡no te amargarás!




¡¿Qué te parece si aconsejas a tus amigos mandar un e-mail a

[email protected]

para que ellos también "disfruten" de estas "vitaminas" diarias?!