Meditaciones 6. de noviembre

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5 Septiembre 2001
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee

Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las acechanzas del diablo. Efesios 6:11.

El verbo “estar firmes” significa “retener el terreno No es un mandamiento dado en términos de marchar o invadir territorio enemigo a fin de ocuparlo y subyugarlo. Dios no nos ha dicho que hagamos esto. Estad firmes, en pie, significa que el terreno que disputa el enemigo es realmente de Dios, y por lo tanto nuestro. Fue el Señor Jesucristo quien, efectuó la ofensiva introduciéndose en el reino de Satanas para ganar por la muerte y resurrección, una poderosa victoria. Hoy sólo luchamos para mantener y consolidar la victoria que El ha ganado. Es quizás por esto que la armadura que se describe en este pasaje es mayormente para la defensa. El territorio ya es de El. No luchamos para obtener en este terreno una plataforma de base. Sólo debemos guardarlo contra todo desafío del enemigo.
 
6 de noviembre - Más que la apariencia externa - Primera parte



"VUESTRO ATAVÍO NO SEA EL EXTERNO DE PEINADOS... ADORNOS... VESTIDOS... SINO EL INTERNO..." (1 Pedro 3:3,4)



Los diseñadores de moda se ocupan de la apariencia total de las modelos que hacen desfilar por la pasarela. Tienen que tener los accesorios perfectos, tales como el peinado y el maquillaje adecuados. Y así es con Dios: Te creó como una persona completa, con características, rasgos de personalidad y reacciones emocionales específicos. Te diseñó para que fueras un ser humano en perfecto funcionamiento, lleno de vida, que puede pensar y sentir, con tu propio atractivo único.

Y te dotó no sólo de la apariencia física. También te dio talentos y dones espirituales - cualidades internas que Él quiere que desarrolles y sean vistas para su gloria. Sabes, lo que eres por dentro debería determinar la forma en que te ves por fuera. ¡Cuando "tu apariencia física" determina tu sentido de valor, te sentirás abrumado cuando tengas unos kilos demás o cuando cierto día no tengas el peinado a tu gusto! ¡Niégate a vivir así!

La Biblia dice: "Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos... adornos de oro... vestidos lujosos, sino el interno... que es de grande estima delante de Dios..." (1 Pedro 3:3,4). Cuando tu valor personal viene de Dios y no de hombres, puede que lleves un traje de 7 euros de una tienda benéfica o uno especial de una boutique de categoría. De las dos formas te sientes bien porque sabes que la apariencia externa no define quién eres.

La belleza interior no puede ser comprada, sacada de una percha de la tienda, aplicada como maquillaje o llevada como un traje nuevo. Se trata de "una obra interna" que siempre encuentra una expresión creativa y apropiada por fuera. Así que, mírate en "el espejo de Dios" hoy y trata de ver lo que Él valora más: tu belleza interior.