Meditaciones 3. de noviembre

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5 Septiembre 2001
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UNA MESA EN EL DESIERTO

Watchman Nee

No llevarán sobre ellos cosa de lana, cuando ministren en las puertas del atrio interior y dentro de la casa ... no ceñiran cosa que los haga sudar. Ezequiel 44:17 ss.

El mandamiento es sorprendente, pero la explicación es razonable. Los que ministran en el templo de esta visión no deben utilizar lana sino lino, pues en estas condiciones futuras de servicio, ningún trabajo que produzca traspiración será aceptable al Señor. ¿Qué nos enseña esto? Creo que el simbolismo nos lleva a Génesis capítulo tres, y la caída del hombre. Debido a ella la maldición cayó sobre la tierra, y como resultado sólo daba fruto por el esfuerzo del hombre. La sentencia para Adán fue: “Con el sudor de tu rostro comerás el pan”.
La obra del Señor hoy no es así, sino que participa del carácter de la era que ha de venir. Por lo menos, debiera ser así, pues debería caracterizarse por la bendición de Dios. Sólo cuando la bendición es retenida se hace necesario el esfuerzo de la carne. Permítanme decir que el trabajo espiritual es obra de Dios, y cuando Dios obra, el hombre no necesita hacer tanto esfuerzo que le haga traspirar.
 
3 de noviembre - Da lo que tienes



"...EL QUE SACIE A OTROS, TAMBIÉN ÉL SERÁ SACIADO" (Proverbios 11:25b)



Cierta noche, durante la década de los sesenta, una mujer afroamericana estaba al lado de una autopista de Alabama en medio de un terrible aguacero. Su coche se había averiado y necesitaba desesperadamente que alguien la llevara, así que hizo señales a un coche. Al hacerlo, algo bastante insólito ocurrió en plena época de discriminación racial. Un joven de raza blanca paró, la llevó a un sitio seguro, la ayudó a conseguir ayuda y la puso en un taxi. Aunque la mujer estaba muy apresurada, anotó la dirección del joven cuando ella le dio las gracias.

Una semana más tarde, y para sorpresa del hombre, llegó a su casa una televisión en color con una nota que decía: "Gracias por ayudarme en la autopista la otra noche. La lluvia había empapado no sólo mi ropa sino también mi ánimo. Gracias a usted, conseguí llegar a tiempo al lecho de muerte de mi esposo antes de que éste falleciera. Que Dios le bendiga por servir a otros desinteresadamente. Firmado: La Sra. de Nat King Cole". Cada día te llegarán oportunidades para servir a otros, o pasarán justo por tu lado. ¡Aprende a verlas y a aprovecharlas!

Dios dice: "El alma generosa será prosperada: el que sacie a otros, también él será saciado" (Proverbios 11:25). Y aunque no deberías hacerlo con el fin de conseguir algo a cambio, la Biblia dice: "El Señor enviará su bendición... sobre todo aquello en que pongas tu mano... si sigues sus caminos..." (Deuteronomio 28:8,9), y también: "...será aceptado según lo que uno tiene, no según lo que no tiene" (2 Corintios 8:12). Por lo tanto, si quieres experimentar las bendiciones de Dios en mayor medida hoy, sal y "da lo que tienes".