UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
No llevarán sobre ellos cosa de lana, cuando ministren en las puertas del atrio interior y dentro de la casa ... no ceñiran cosa que los haga sudar. Ezequiel 44:17 ss.
El mandamiento es sorprendente, pero la explicación es razonable. Los que ministran en el templo de esta visión no deben utilizar lana sino lino, pues en estas condiciones futuras de servicio, ningún trabajo que produzca traspiración será aceptable al Señor. ¿Qué nos enseña esto? Creo que el simbolismo nos lleva a Génesis capítulo tres, y la caída del hombre. Debido a ella la maldición cayó sobre la tierra, y como resultado sólo daba fruto por el esfuerzo del hombre. La sentencia para Adán fue: “Con el sudor de tu rostro comerás el pan”.
La obra del Señor hoy no es así, sino que participa del carácter de la era que ha de venir. Por lo menos, debiera ser así, pues debería caracterizarse por la bendición de Dios. Sólo cuando la bendición es retenida se hace necesario el esfuerzo de la carne. Permítanme decir que el trabajo espiritual es obra de Dios, y cuando Dios obra, el hombre no necesita hacer tanto esfuerzo que le haga traspirar.
Watchman Nee
No llevarán sobre ellos cosa de lana, cuando ministren en las puertas del atrio interior y dentro de la casa ... no ceñiran cosa que los haga sudar. Ezequiel 44:17 ss.
El mandamiento es sorprendente, pero la explicación es razonable. Los que ministran en el templo de esta visión no deben utilizar lana sino lino, pues en estas condiciones futuras de servicio, ningún trabajo que produzca traspiración será aceptable al Señor. ¿Qué nos enseña esto? Creo que el simbolismo nos lleva a Génesis capítulo tres, y la caída del hombre. Debido a ella la maldición cayó sobre la tierra, y como resultado sólo daba fruto por el esfuerzo del hombre. La sentencia para Adán fue: “Con el sudor de tu rostro comerás el pan”.
La obra del Señor hoy no es así, sino que participa del carácter de la era que ha de venir. Por lo menos, debiera ser así, pues debería caracterizarse por la bendición de Dios. Sólo cuando la bendición es retenida se hace necesario el esfuerzo de la carne. Permítanme decir que el trabajo espiritual es obra de Dios, y cuando Dios obra, el hombre no necesita hacer tanto esfuerzo que le haga traspirar.