Meditaciones 3. de diciembre

hgo

2
5 Septiembre 2001
3.029
1
UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee

Separados de mi nada podéis hacer. Juan 15:5.

La tentación de intentar hacer algo es parte misma de la naturaleza humana. Permítanme contarles algo que he visto en las salinas de mi país. En la China algunos culíes pueden llevar una carga de sal de 120 kilos. Supongamos que viene un hombre que es capaz de llevar una carga de 120 kilos y hay una carga de 250 kilos. Sabe perfectamente que es demasiado pesada para él, pero a pesar de saberlo, procura levantarla. Cuando era jovencito me divertía observando a diez o veinte de estos hombres acercarse a la carga y probar aun sabiendo cada uno de ellos que no eran capaces de hacerlo. Finalmente debían dar lugar al hombre que tenía la capacidad de hacerlo. ¡Cuántas veces tenemos que llegar al punto de la desesperación antes de abandonar nuestras propias fuerzas y darle al Señor la oportunidad de hacer aquello que El está tan dispuesto y es capaz de hacer! Cuanto antes lo hacemos, mejor. Cuando nosotros monopolizamos la situación dejamos poco lugar para la actuación poderosa del Espíritu.